Soy Kakuzu el tesorero de Akatsuki y criminal rango S, mi físico es de piel morena, ojos esmeralda algo apagados, conjuntiva de los ojo rosa tenue por mi edad, cabello castaño, aunque no se note por mi mascara ninja que muestra solo mis ojos, y una altura mas o menos de 2 metros. Mi vestimenta pues la capa de Akatsuki al igual que todos los demás Akatsukis.
Me levanto de nuestra cama (nuestra porque es de el y de Hidan) y la arreglo, me meto al baño a darme una refrescante ducha, salgo como clásicamente lo haría un Akatsuki, con el uniforme bien puesto y limpio.
Abro la puerta del cuarto y frente a mi pasa una especie de rayón plateado con un gran toque de negro a una velocidad descomunal. El "rayón" sigue su camino con su actual velocidad, baja las escaleras y desaparece.
Camino y cierro la puerta tras de mi y me encuentro con Pein (el líder y señor de Akatsuki) completamente cansado y sudado, algo muy pero muy anormal y junto a el Konan (colíder de Akatsuki y futura de Pein) en peor estado que Pein, estaban gimiendo de cansancio, ¿Qué les habrá ocurrido?
-¿Se encuentran bien?-
-Tu... ¿que madres crees?- dice Pein mirándome con cara de pocos amigos al igual que Konan.
-¿Qué ha pasado?- yo ignoro lo mejor que puedo esas miraditas de pocos amigos.
-Tu "queridísimo" compañero...- corta la frase porque aquel "rayón" vuelve a pasar a lado de Pein lo cual lo hace girar sobre su mismo lugar como un mini tornado y a Konan la tira.
-Vu... el... ve... demo... nio- Sasori y Deidara están llegando supuestamente corriendo muy cansados con su capa desabotonada y mojada de los bordes, ¡que va! Están mucho peor que Konan y Pein que ahora dejo de girar y con los ojos como espiral.
-¡Bueno! ¡¿Me van a decir que pasa o no?!- ya me desespere pues todos están como nunca los había visto y parece que ese "rayón" es el problema.
-Si... supieras- llegan Itachi, Kisame y Zetsu muchísimo mas cansados y al borde del desmayo. ¡No puede ser! Uchiha Itachi... ¿cansado? Ya puedo morir en paz.
-Hidan... el...- Pein se cubre la boca y se va volando al baño, por lo visto a vomitar.
-Hidan esta... huyendo de... "Eso"- dice Konan tratando de levantarse.
Ayudo a levantarse a Konan y por fin descubro todo, Hidan el masoquista, el que se ha clavado kunais, shurikens y hasta su guadaña le tiene miedo a "eso".
Pein sale del baño un poco pálido, creo que las vueltas y el cansancio provocaron hacerlo vomitar.
-Kakuzu, necesito que hables con Hidan, desde que llegaron de su misión se puso nervioso y como un loco a correr, el cree que tu no sabes nada así que esta es tu misión, tráelo con nosotros y... ¡ni se te ocurra mencionar la palabra "i"!- dice Pein un poco enojado
-Como sea, pero ¿donde esta?- todos señalan su habitación.
Camino hasta su habitación y antes de entrar veo como todos caen desplomados al suelo, victimas del desmayo.
Entro y me encuentro a Hidan arañando la pared, como intentando crear alguna salida. El voltea a verme y veo que esta sumamente destrozado, la capa a medio destruir, el cuerpo húmedo de sudor, pálido y muy agitado, exageradamente peor que los demás.
-¡Aléjate maldito ateo! ¡Se que Pein te mando a buscarme perro!- Hidan te vez patético señalándome de esa forma y ¡deja de llamarme ateo!
-Hidan tranquilízate, no se de que hablas albino loco-
-¡Aléjate de una (censurado) vez!- Hidan se pone a templar y se acorrala el mismo en una esquina
-Hidan, ¿que diablos te pasa?- es mi imaginación o Hidan esta a punto de llorar
-Golpéame todo lo que quieras pero ¡no lo hagas!- Hidan eres un masoquista lo único que te daría al golpearte seria placer.
Esto es molesto y frustrante, primero todo Akatsuki se desmaya y después me encuentro en esta situación ¡¡¡Y TODO POR UNA MALDITA INYECCION!!!
-Hidan ¡mira es Jashin!-
-¡Donde!- idiota, lo agarro de la cintura y lo cargo.
-Pein, aquí esta el demonio- Pein me mira (ya recupero la conciencia) y me da una seña para que lo amarre con mis hilos. OK.
-¡Tu maldito Kakuzu, donde me amarres te arrepentirás idiota!- dice mi albino compañero, si tu como no.
Amarro las manos y piernas de Hidan, para mayor seguridad, el vientre y entonces se desespera y me acomoda una buena patada al librarse de la atadura.
-Hidan ¡eres un...!- ¿Qué? Hidan tiene una horrible herida en la pierna con la que me pateo y además esta llorando.
-Se acabo, Kakuzu lleva a Hidan a su habitación, es hora de la inyección- Pein forma unos sellos con la manos y... ¡desgraciado infeliz!
Pein el grandísimo engendro me convirtió en una enfermera MUJER, y no solo eso, con mini falda rosa y delantal, blusa un poco apretada, una coronilla de enfermera y para colmo... ¡sin mi mascara!
-¡Tu grandísimo...!- me tapo la boca pues mi voz es de una mujer.
-Que sexy Kakuzu o debería decir "enfermera Kakuza"- Pein ya veras después de esto.
Entro en la habitación de Hidan susurrando una que otra maldición y acuesto a Hidan en la cama, bajo sus pantalones un poco mostrando su trasero.
-¡Maldito! Suéltame, Jashin te castigara y te mandara al puñero infierno- si Hidan como no.
Saco una jeringa y me querido compañero pone cara de espanto y comienza a tratar de darme una patada.
-Hidi_chan es hora de que conozcas a mi amiguita "la señorita piquetes"- hablo con mi vocecita de mujer sensualmente mostrando una jeringa enorme de quien sabe cuantos metros.
-¡AHHHHHHHHHH! ¡Jashin sálvame de este demonio! ¡AHHHHHHHHHH!- Hidan pone los ojos como platos y grita como nenaza.
-Kukuku, Hidi, ¿sabias que mi amiguita le gusta picar albinos masoquistas?- vuelvo a hablar con esa afeminada voz
-¡AHHHHHH! ¿Qué te he hecho para merecer esto?-
-Si te lo digo no término-
Acerco la jeringa muy lentamente y veo a mi ojilila compañero tratando de escaparse de una forma muy infantil.
Se me ocurre una tortuosa idea...
Elevo la jeringa en alto ante la atónita vista de Hidan y se la clavo muy dolorosamente en el trasero.
-¡AHHHHHHHH!- es mi imaginación o ese grito se escucho por todo el continente.
Veo a Hidan que trata de quitarse la jeringa tamaño jumbo con los pies, pero apenas viene lo mejor.
Empiezo a ponerle a mi albino compañero el líquido que contenía la jeringa, que por cierto es una mezcla de alcohol y medicinas.
Retiro la jeringa y...
-¡Tu maldito ateo de @"#$$%! ¡@"#$%&! ¡ @"#$%& de @"#$%&! ¡Tu @"#$%& madre!...-
Y me muestra su "bien formado" vocabulario ante mi atónita mirada, nunca creí que un hombre tendría un armamento extenso de vocabulario.
Después de eso Hidan por fin se tranquiliza y entra Pein.
-¿Ya se calmo la fiera mal hablada?-
-Si, se podría decir-
-¿Cómo estuvo la batalla?- dice Pein
-No muy interesante, solo me recordó que tengo madre, de donde vengo biológicamente, que tengo creencias diferentes, también menciono a los animales y entre otras groserías que prefiero censurar por el alto contenido pornográfico y violento- digo de lo más tranquilo del mundo
-¡Q-QUE!- Pein tiene los ojos como platos
-Si y todo por una inyección- me arrepiento de decir eso
-¡AHHHHHHHHHH!- Hidan despierta (ya que se durmió por gritar tanto) y sale corriendo a mi cuarto
-Voy a ver que idiotez hace ahora-
Salgo del cuarto de Hidan y veo algo de lo más raro...
En MI cuarto al albino religioso infeliz se le ocurrió poner "en cuarentena" junto con cadenas extremadamente gruesas y cintas amarrillas con la advertencia "Peligro" y para colmo de males ¡sellada con barras de metal!
Definitivamente aunque Hidan sea un sádico, es un niño idiota...
-Kakuzu...- dice Pein
-¿Que?-
-Eres sexy convertido en mujer- Pein se sonrroja
Me veo y descubro ¡que aun soy mujer!
-Pein... ¡Estas muerto engendro!- me pongo a perseguirlo, ¿¡quien se a creido para convertirme en mujer!?
Ya era tarde y tuvimos de internar al lider de Akatsuki, pues tenia todos sus huesos rotos... mmm... ¿quien seria el culpable de eso?...
Kukuku, eso te pasa cuando haces que el tesorero de Akatsuki se enoje mi amigo Pein...
Fin