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dont speak por yayo_B

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Notas del fanfic:

^^ segundo fic que subo...

Este lo hice para una tarea de la escuela... resultado "me gustó que seas descriptivo en las imagenes, muy bien" jejeje (modestia porfavor¡)

Espero que les guste¡

-¿Quieres tomar algo?

Preguntó mientras llamaba a la camarera; no respondí, solo moví la cabeza negativamente.

-Un café, por favor, gracias… ¿te sucede algo?

alcé los hombros y esquivé su preguntona mirada.

-Bueno, deja que te cuente que hice hoy; fui al partido y…

¿fútbol?, es lo que menos me importaba en ese momento, preferí perderme en su gruesa voz, era gravemente deliciosa, sentía que cada palabra que emitía me provocaba pequeños placeres; abrí la boca, pero las frases se ahogaron por la intervención de una taza, volví a pegar los labios, mientras él los despegó y tomó un sorbo de su bebida, subí la mirada y me detuve en sus ojos de color verde aceituna, tan profundos y enigmáticos como una obra de arte perfectamente pintada, ese par de redondas lunas, donde resbalaban mis lujuriosas noche soñando con que me desnudase con ellas, y embobaba a cualquier Ser divino, cortando el aire con su coqueto pestañeo, los mire unos segundos en los cuales mi mente voló, haciéndome vivir en ellos deliciosas fantasías y aunque solo fueron unos segundos, me pude ver con el enredados en las sábanas blanca de su habitación; siguió con su historia, hablaba de algún problema con un arbitro o un jugador, realmente no me importó mucho, pues solo buscaba una excusa para poder tocar sus fuertes, pero suaves y calidas manos, que alguna vez se habían rozado con las mías, extendí una temblorosamente para tomar una servilleta, y gracias a mí nerviosismo, que hasta ese momento no había sido tan obvio, dejé caer la servilleta cerca de su muñeca, la tome con cuidado, procurando rozar con ella, sus dedos, la llevé a mi boca, mas por instinto que necesidad, al parecer no le prestó mucha importancia, ya que recreaba con la sal y la pimienta una jugada de uno de sus compañeros, aunque hubiera jurado que me miró con curiosidad por un instante.

-Ya terminé…, si no quieres nada, pago y nos vamos

Me levanté y caminé hacia la puerta, sin perder de vista su esbelta figura, se fue acercando a mi, con el paso suave y despreocupado, me sonrió desde lo lejos, su blanca dentadura hacía el perfecto juego exótico con su tez morena clara. Caminamos hacia el auto, él comenzó a hablar de tonterías, mientras yo me frotaba los brazos para calmar la sensación que me había provocado; se detuvo en el trayecto y me miro con extrañes, frunciendo sus magnificas cejas, casi delineadas con el pulso de la brocha de un pintor, me le acerqué para preguntarle que sucedía.

-¿Tienes frió?..., toma.

Se quitó la chamarra y la colocó sobre mis hombros, me tomó con suavidad de las muñecas y con una lentitud inimaginable me abrazó, con aquellos fuertes brazos que torneaban algo de músculo alrededor de mi cuerpo, fue la perfecta oportunidad para sentir su calor corporal cerca del mió, me acurruqué entre su hombro y su barba sin afeitar, lo rodeé con mis brazos, hasta que me aviso mirando hacia abajo y apuntándome con su perfilada nariz.

-Ya es tarde, mejor nos vamos.

Avanzamos hacia el vehículo y subimos a el. Todo el camino escuchamos nuestra música favorita, y el reproductor tocó la pista cuatro.

-¿Te acuerdas lo que pasamos con esa canción?

 Sonreí y respondí con un débil,

–sí.

-¡Vaya, hasta que hablas!, no se que tenias hoy, pero esa noche fue genial…

Y relató sin omitir ni un solo detalle, la esplendida noche que tuvimos en la playa, bajo la lluvia de estrellas, fue la primera vez que estuvimos a solas, únicamente la suave melodía de piano de esa canción invadía el aire; terminó la canción, el relato y el viaje; hubiese dado lo que fuera por que el automóvil se moviese de nuevo y siguiera el trascurso de una historia nueva, una en la que quizá, él estuviese mas cerca de mi. Entramos a la casa y me acompaño hasta mi habitación, quedándose en el umbral de ella, esperando que me desvistiese; cuando salí con la pijama puesta, me acerqué a la cama, y mirándome dulcemente, sonrió, por un momento sentí un arrebato pasional que permaneció escondido en mí por mucho tiempo, un impulso que trataba de decirle:

“Ven, estoy aquí, escucha como palpito por ti, tócame como en cada sueño que tengo, humedece tus labios en los míos y luego deja que tus besos resbalen por todo cuerpo, acaríciame como nadie lo ha hecho, déjame tenerte entre mis brazos, probarte y respirar tu suave olor, abrázame, tenemos toda la noche y el universo por delante, toma toda mi pureza y viértela sobre el cuerpo de la noche…”.

Me controlé y respiré unos segundos con los ojos cerrados, sintiendo las calidas gotas de sudor que resbalaban de mi frente; él se acercó a mí y me abrazó, me recostó en la cama y se pegó a mi oído para decir.

-¡Te quiero, te quiero mas de lo que te imaginas…!

Sus labios ligeramente rozaron los míos y se posaron en mi mejilla. No puedo decir exactamente que fue lo que sucedió, pero algo se despertó en mi y un impulso salio a flote, despegué mi espalda de la cama y lo besé con decisión , pero con temor a su reacción, para mi sorpresa, él no retiro su rostro, sino que cerro los ojos, y con esa sencillez que lo caracteriza me tomo de la cara y acaricio mis mejillas, dándome el permiso que necesitaba para seguir saboreando su dulce sabor canela, sentía que en ese momento cometía un pecado mortal por probar aquellos pedazos de carne que se prohibieron tanto tiempo para mi; las caricias comenzaron a surgir desde el cuello, rodando con cierto erotismo por mi pecho, mis manos, todavía en su rostro, jugueteaban con su ondulado cabello, paseándose por su fina cabellera, aquel tacto era suave y casi indescriptible; tomó el borde de mi pijama y me la quitó con mucho cuidado, me tomó de la mano y la puso sobre su pecho para poder sentir su corazón acelerado y me ayudo a desabrochar sus botones, mientras mas abría su camisa mas aceleraba mis sentidos y mis deseos se perfilaban mas al borde del delirio; tomándome por la cintura me pegó a su fina anatomía, poblada de pequeños vellos rizados de un leve color, su cuerpo tenía un fino aroma muy diferente al de su ropa, era algo fuerte pero a la vez relajante y delicioso, ese aroma que te envuelve y te hace pensar en él con los ojos cerrados, como si se volviese factible y tocara cada espacio corporal con cierta elegancia y maestría, silenció con un dedo el susurro de mis palabras, se acerco peligrosamente a mi cuello y sus húmedas caricias me recorrieron de arriba abajo, sin dejar un solo rincón, soplaba por mi cuerpo como la suave brisa entre los matorrales, abrasando mi espacio y tiempo, elevando mis placeres como una pluma en su entorno, deslizaba sus dedos por mi espalda, erizando mi cuerpo hasta el punto de la locura, me tocaba con la punta y avanzaba con delicadeza, estremeciendo cada uno de mis poros, repentinamente paraba solo para comenzar con el otro; despegó sus yemas de mi, para poder estar sobre mi cuerpo, la punta de sus dedos recorrían mis piernas, haciéndome sentir un cosquilleo bastante agradable, me tomo de la mano, apretándola con fuerza, pero sin poner presión para no lastimarme, todavía llevábamos la ropa puesta, pero aun así, toque con suavidad sus genitales por encima de ella, él hizo lo mismo, pero por su mayoría, sabía exactamente donde tocar para hacer sentirme en un estado de éxtasis, sus manos paseaban por mi cintura y cadera cuando ya había perdido la noción del tiempo, pero sabía que era el momento de entregar mi cuerpo a ese hombre, y deslizándome por las sabanas lo tome de la cintura, desabroché aquel pantalón de mezclilla, dándole paso a un ajustado bóxer de un sobrio color, el cual bajé lentamente y con mucho cuidado, y quedé admirando aquel bello cuerpo completamente desnudo cubierto de soñadas caricias propiciadas por mis manos, las cuales se borraron con los tibios besos que le propicié desde sus muslos hasta sus ingles y ya no podiendo resistirme a aquel deseo erótico que se mantenía erecto frente a mis ojos, lo tomé con mi mano y lo aprisione entre mis vírgenes labios, que lo recorrieron con delicadeza y un infantil movimiento, mientras mis manos acariciaban con un poco de temor sus calidas nalgas que excitaban todas las noches de mi vida, provocando aquellos sueños furtivos de mi imaginación, aunque en ocasiones se resbalaban por sus finas y gruesas piernas; y agachándose a mi altura, me colocó boca arriba sobre la cama, su barba se deslizaba sobre mi cuerpo en cueros como lija, mientras su lengua serpenteaba encima de mi vientre, como su hubiese algún dulce escondido en el, erizando mis vellos corporales desde la raíz, esa noche hicimos el amor de una manera tan grandiosa y soñada, que temía que solo fuese un invento de mi mente, pero todo era real, desde las miradas provocadoras, hasta su cuerpo sobre el mió, al terminar, se recostó agotado a mi lado, me miro con sus verdes enternecidos ojos por mucho tiempo, no teníamos que hablar, el solo respirar el mismo aire, respondía cualquier pregunta, me besó una vez mas y durmió como un pequeño niño, lo miré y sentía que lo amaba mas de lo que siempre lo hice, de tal forma que no puede ser expresada y que solo quien conocía ese tipo de amor podría saber, que aquel era el sentimiento mas grande e imposible que un corazón puede albergar. El amanecer ilumino nuestros cuerpos desnudos, los cuales durmieron más unidos que nunca, cada vez que respiro su perfume de cítricos y roble, recuerdo tiernamente que esa fue la primera vez que se cumplieron mis fantasías con el hombre que deseaba, en la que besé los deseos de mis sueños y los inventos de mi mente se hicieron presentes sobre mi en una forma corpórea, culminando en cierto punto el amor que por él sentía. Después de platicar, nos mudamos a un lugar, donde nadie se entromete en las noches en las que nos volvemos amantes y deseos carnales, en las que nos necesitamos para seguir vivos, en las que el amor se hace presente de formas que no son conocidas, donde las noches son solo excusas para estar cerca y los días una constante lucha para estar juntos, donde busco su mirada para que me posea con ella, en que las palabras se convierten en roses y detalles, y los besos son mas que una muestra de afecto entre un hermano mayor y uno menor.

Notas finales: gracias por leer ^^

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