Lithium (Litio)
Como siempre.
Estaba vacío. Ausente. Desocupado.
Su espacio en la cama estaba vacío. Lejos de mí el calor de su cuerpo. Y, en algún lugar que prefería ignorar, estaba él; lejos de mí.
El departamento en silencio dejaba escuchar el latir de mi corazón, esperándolo, deseándolo. Extrañándolo.
«¿Dónde estás?» preguntaba en cada suspiro y podía ver cómo las palabras se fundían con el viento nocturno, vaciándose en ecos, escapando, buscándolo.
«¿Por qué no estás acá?» pensaba luego mientras veía brillar mi navaja en la oscuridad.
Y la pequeña pastilla absorbía la poca luz de luna que entraba por la ventana entreabierta. Jugaba con ella entre mis dedos, hasta que la pastillita pasaba por mi garganta, impotente de cambiar algo.
Lithium – don’t want to lock me up inside
Lithium – don’t want to forget how it feels without
Lithium – I want to stay in love with my sorrow
Litio – no quiero encerrarme
Litio – no quiero olvidar cómo se siente sin
Litio – quiero estar enamorado de mi pena
«¿Dónde estás?»
Y el mutismo lóbrego respondiéndome que no estaba a mi lado, que no estaba llenando con su presencia mi mundo.
El filo de la navaja rozándome con delicadeza, impidiéndome dormirme. Mejor dicho, su ausencia era la que me impedía aquella acción y la navaja estaba funcionando de advertencia.
Una lágrima solitaria descendió por mi mejilla. Una tristeza aplastante me alcanzó y sentí que dejé de respirar por demasiados minutos. Una punzada de dolor en medio del pecho me revivió levemente.
Otra pastillita bailando entre mis dedos, intentando ayudarme a olvidar, a descender más si era posible, a beber de la decepción noche tras noche.
Aunque yo sólo quería beber de su cuerpo y de su amor lo que fuese que desease entregarme. Aunque era doloroso, me hundía en el mar que me entregaba.
Bebería aun siendo veneno mismo si él me lo daba.
Y, esta vez en grupo, las pastillas se mecían en mi mano. Una por una perdiéndose en mi boca y garganta. Una por una siendo tragadas sin piedad ni esperanza. Una botellita con algún licor servía para pasar más fácilmente las píldoras.
Así la navaja que seguía resplandeciendo. La así con fuerza y casi desesperación, con algo parecido a la necesidad más básica.
La deslicé lentamente por mi muñeca teniendo su rostro sonriente en la mente.
Oh but God I want to let it go
Oh pero Dios quiero dejarlo ir
Ahora ya las lágrimas caían sombrías y abrumadas. Las sequé desganado.
Unas gotitas de sangre salieron de mi muñeca, justo ahí donde deslicé la navaja. Acerqué la herida a mi boca y succioné.
Recuerdo haber pensado que parecía más un muerto (así tirado como estaba en la cama) que un vivo.
De pronto, un golpe en la puerta me trajo a la vida. Había sonado como si alguien hubiese querido atravesarla, como si hubiesen querido seguir caminando sin haberla notado.
Un instante después oí ruido a llaves.
Un suspiro de alivio huyó de mis labios y las lágrimas se contentaron dejando de salir.
La puerta se abrió y en esos momentos, cuando él entraba con aire triunfal sin importar cuánto había sufrido yo durante la noche, sentía el goce más profundo, un placer que sólo se comparaba con sus besos y caricias.
-Buenas noches.- me dijo al tiempo que cerraba la puerta.
-Hola.- apenas pude pronunciar y me costó un horror.
Se acercó. En la oscuridad vi su silueta avanzar escurridiza, observé su sombra pasearse atrevida por el lugar y vi cómo ésta se agrandaba y estilizaba dependiendo de la luz lunar que entraba.
Me dejó un beso dulce y tierno en medio de la frente. Escudriñó la mesa de luz y la cama, encontró sin mucho esfuerzo las píldoras y la navaja, y quizás hasta descubrió alguna gota de sangre en la sábana.
-¡Deja de hacer estas cosas!- gritó claramente enfadado.
Se apartó con brusquedad. El miedo me inundó, como siempre lo hacía.
-¡¿Cómo tengo que decirte que no hagas esto?!- regañó.
-Perdón.- mencioné en un susurro casi imperceptible.
-¡Perdón nada! ¡¿Por qué seguís haciéndolo?! ¡¿Eh?!-
-Perdón.- repetí.
-¡¿Por qué?!- volvió a gritar.
-Por vos...-
Me miró como si el mundo fuese a venirse abajo y yo se lo estuviera avisando con años de anticipación.
-¡¿Por mí?!- exclamó ofuscado.
-Porque vos te vas. Amor, siempre te vas... Yo no soporto la soledad... Porque vos te vas y la soledad y la oscuridad me sientan mal...- la voz se me quebraba un poco más con cada palabra –Amor... No me dejes... No te vayas nunca...-
-¡Si yo no te dejo! ¡Pero tengo derecho a salir!-
Aquello fue peor que un golpe. Y me sentí indefenso ante lo que pudiera reprocharme, sentí que ahora había cientos de kilómetros separándonos.
-¡No puedo vivir encerrado acá por vos!-
Las lágrimas volvieron.
-¡No llores!- vociferó asqueado de mí y de mi debilidad -¡No sé para qué vine!-
Encaró para la puerta. El alma se me partió en mil pedazos.
Come to bed, don’t make me sleep alone
Couldn’t hide the emptiness you let it show
Vení a la cama, no me hagas dormir solo
No podes esconder el vacío que dejas ver
Me levanté automáticamente, mi cuerpo reaccionó al suyo yéndose. Pensé que estaba mareado y que me costaba mucho caminar en línea recta, pero le resté importancia.
Lo abracé de espaldas y negué con fuerzas.
«¡¡¡No me dejes!!!»
Mi cabeza estallaba con aquella frase resonando.
-Por favor... Quédate... Por favor...- murmuré en su oído –Perdóname...- dije luego.
Asintió levemente y el mundo volvió a tomar sus dimensiones de nuevo.
-Perdóname, es que te amo.-
-Estás perdonado. Vos también perdóname a mí.-
Never wanted it to be so cold
Just didn’t drink enough to say you love me
Nunca quisiste ser tan frío
Sólo que no bebiste lo suficiente para decir que me amas
«Decime que me amas...» rogué.
Y el silencio respondiéndome hizo morir una parte de mí.
Él se dio vuelta y me besó. Nos besamos largamente, nuestras lenguas danzaron aquel vals que sólo los mejores amantes saben llevar bien. Y nuestras manos se perdieron acariciando el cuerpo compañero, rozando con lujuria las partes más sensibles del otro.
I can’t hold on to me
Wonder what’s wrong with me
No puedo contenerme
Preguntando qué hay de malo conmigo
Las ropas fueron arrojadas a olvidados rincones de la habitación. La piel expuesta fue besada y mordisqueada.
Ambos nos ocupamos de dejar marcas de propiedad en cuello ajeno.
Y el dolor que había sentido en algún momento fue olvidado, la soledad fue aplacada en su totalidad.
Solamente a su lado era enteramente feliz.
Solamente junto a él era libre de la navaja y de las pastillas.
Lithium – don’t want to lock me up inside
Lithium – don’t want to forget how it feels without
Lithium – I want to stay in love with my sorrow
Litio – no quiero encerrarme
Litio – no quiero olvidar cómo se siente sin
Litio – quiero estar enamorado de mi pena
¡Qué mentira hermosa es el amor! ¡Y qué verdadero placer el hacer el amor!
Nuestros cuerpo juntos, desesperados el uno por el otro. Necesitados. Lujuriosos.
Rebalsábamos de todas esas emociones. Éramos dos seres sedientos por el otro.
Y fue el éxtasis sentirlo dentro. Los movimientos, los dos cuerpos moviéndose sincronizados, armoniosos y salvajes.
Los jadeos y gemidos ocupando lo que antes era el silencio. Los gritos acallados y las palabras obscenas que decía. El sonrojo adornando mi cara. El sudor perlando su frente y su pecho. Mis labios buscando los suyos.
Ser uno solo era saber que en ese preciso instante era sólo mío.
La última embestida y el enceguecimiento. El sentir el orgasmo recorrer tus sentidos.
Después del acto, acostarse cerca. Yo apoyando mi cabeza en su pecho.
-Te amo.- afirmé de nuevo.
«Decime que me amas...»
Y de nuevo la decepción del silencio respondiendo.
En sus ojos una mirada que decía que nunca me lo diría, nunca iba a oír esa frase salir de sus labios.
Y el cansancio.
Él durmió tranquilo. Me deleité viéndolo dormir.
Sin saber por qué otra pastilla. Saqué otra pastilla del frasquito naranja que descansaba en el primer cajón.
Otra vez la soledad, la necesidad de sentirlo. Otra vez la oscuridad y el deseo de su piel y sus besos.
Otra vez, una y otra vez, la urgencia por las píldoras y la navaja.
Don’t want to let it lay me down this time
Drown my will to fly
Here in the darkness I know myself
Can’t break free until I let it go
No quiero permitir rendirme este tiempo
Ahogar mi voluntad para volar
Acá en la oscuridad me conozco a mí mismo
No puedo liberarme hasta que lo deje ir
Las horas pasaron rápidas y enredadas.
El encantamiento fue desvaneciéndose hasta no quedar nada más que desesperación.
«Bebería aun siendo veneno mismo si él me lo daba.»
¡Qué iluso!
Yo mismo me estaba entregando al veneno...
Let me go
Déjame ir
El sol empezando a salir, sus primeros rayos asomando tímidos por mi ventana. La luz bañando su perfil.
El mutismo fue interrumpido por el sonido más horrible que puede uno escuchar en una mañana: un teléfono sonando.
-¿Quién es?- pregunté inmediatamente después de atender.
-/Hola. ¿Está Ramírez?/-
-¿De parte de quién?-
-/De parte de DeAngelo./-
-Ya va.-
Poco convencido desperté al ser hermoso que tenía al lado. Se veía demasiado irresistible aun adormilado.
-¿Qué?- dijo.
-Te llaman. Un tal DeAngelo.- le expliqué.
Tomó el teléfono.
-¿Hola? Sí, soy yo, ¿Quién habla? ¡Ah! Sí, sí... No, bueno... ¿Por qué? Bueno, está bien, sí, sí... Chau.- dijo y colgó.
Lo miré queriendo saber qué le habían dicho.
Me entregó un beso primero, y luego habló.
-Quieren que vaya ahora a trabajar. No sé qué problema hubo y me precisan allá.- me contó.
Ni una palabra le creí, lo conocía demasiado bien. No le creí y me dolió hasta el alma.
-Me pego una ducha y me voy.- me miró -¡No hagas nada de lo que pueda enojarme!- advirtió.
-¿Vas a tardar mucho?-
-Espero que no...-
-Prométeme que vas a volver lo más rápido que puedas.- le pedí.
-Te lo prometo.-
Y supe que también me estaba mintiendo esta vez. No iba a trabajar ni iba a volver enseguida.
-Gracias.- susurré y lo besé.
Lo vi alejarse y me repetí la promesa, la repetí como cántico queriendo terminar creyéndomela.
Darling, I forgive you after all
Anything is better than to be alone
Cariño, te perdono después de todo
Cualquier cosa es mejor que estar solo
El silencio reinó.
La navaja salió de su escondite. Acabó impregnándose de mis lágrimas y sangre.
And in the end I guess I had to fall
Always find my place among the ashes
Y al final supongo que tengo que caer
Siempre encuentro mi lugar entre las cenizas
«Beber el veneno...»
¿Cuál era el veneno realmente? ¿Esas pastillas? ¿La soledad?
¿Él?
Quise arrancarme el corazón del pecho, y hacerme saber que podía dejar de sentir en cuanto quisiera.
Traté de arrasar con las dudas y más cortes aparecieron en mis muñecas.
El frasco quedó vacío.
Vacío...
Como yo, como mi cama...
I can’t hold on to me
Wonder what’s wrong with me
No puedo contenerme
Preguntando qué hay de malo conmigo
Vacío… Desocupado…
Como siempre…
Y la ausencia duele...
La navaja y el litio duelen a estas alturas...
Sin embargo, te amo y sigo esperando que me digas que vos también...
Lithium – don’t want to lock me up inside
Lithium – don’t want to forget how it feels without
Lithium – I want to stay in love with my sorrow
Oh but God I want to let it go
Litio – no quiero encerrarme
Litio – no quiero olvidar cómo se siente sin
Litio – quiero estar enamorado de mi pena
Oh pero Dios quiero dejarlo ir
«...y entre otras noticias, el sábado pasado se encontró al joven que se presumía desaparecido. La policía forzó la entrada a un departamento que hasta el momento se cree era de la pareja del muchacho. Desafortunadamente, fue hallado muerto, presuntamente de sobredosis o desangramiento por heridas múltiples autoinflingidas.
Las encuestas demuestran que una gran cantidad de adolescentes hoy consumen drogas recreativas o de uso médico o se autoflagelan. Para informar un poco más del tema tenemos con nosotros a la psicóloga y experta en comportamiento adolescente, la Dra. Bárbara Bolli.
Díganos Dra., ¿Qué pasa por la mente de estos...»