2. CAVANDO MI PROPIA TUMBA
La lluvia caía sobre mi rostro y mis ropas, empapándolas. Pero no me importaba. Mis pies caminaban sobre charcos y barro del camino, manchando mis botas y mis pantalones. Pero no me importaba. Sentía cómo el frío y la humedad penetraban en mí, haciendo que me estremeciera. Y no me importaba. Caminaba cabizbajo, sumido en mis pensamientos, y lo único que deseaba era que el agua que mojaba mis ropas y mi cuerpo, se llevara también mi dolor y mis recuerdos. Mis lágrimas habían caído como un torrente por mi rostro, pero finalmente se habían secado… y en ese momento sólo estaba cansado… muy cansado…
-Walker-dono-me llamó Toma, el buscador que me había acompañado en la misión del fantasma de Mateel-. Sé que no me incumbe, pero… ¿Se encuentra usted bien?
-¿Eh?-me detuve y me volví al joven buscador-. ¿Por qué lo dices?
-Ha estado muy callado durante todo el viaje, y parece muy alicaído-contestó el otro buscador, un hombre llamado Jackes.
-N-no, no se preocupen. Me encuentro bien.
Mi respuesta no debió de ser muy convincente, porque su mirada de preocupación no desapareció. Intenté sonreír, pero sólo conseguí dibujar una especie de mueca en mi rostro. Me giré y seguí caminando. No quería hablar. No quería que se preocuparan por mí. Se que es un pensamiento egoísta, pero quería estar sólo con mi dolor. Había conseguido convencer a Link para que no me acompañara a la misión, pero claro, ¿Cómo iban a dejarme ir sólo a la misión?Nos mantuvimos callados durante todo el trayecto, y fue entonces cuando avistamos el pueblo. Me quedé mirándolo. El silencio lo invadía todo… la oscuridad lo cubría por completo… y parecía tan frío… Era como observar mis propios sentimientos en esos momentos…
-Toma-san, Jackes-san-les llamé-. Vosotros registraréis la parte este del pueblo, yo me encargo de la oeste. Nos encontraremos en frente de la iglesia dentro de una hora, tanto si hemos encontrado algo, como si no. Si tenéis algún problema gritad, hay mucho silencio y os oiré.
-Pero Walker-dono…-comenzó Toma.
-No hay peros que valgan-corté secamente-. Yo tengo la Inocencia y no me importa ir sólo, pero si os encontráis un Akuma tendréis más posibilidades de entretenerlo yendo dos personas.
-De acuerdo, pero si tiene algún problema, llámenos-accedió Jackes-. Vamos, Toma.
-Pero… de acuerdo, nos vemos luego Walker-dono.
Me quedé mirándolos hasta que desaparecieron entre las callejuelas del pueblo. Un par de veces volvieron la vista hacia mí, pero no vacilaron en seguir adelante. Cuando dieron la vuelta a la esquina, me dirigí hacia la iglesia. Empezaría a buscar por ahí y continuaría hacia el oeste. La lluvia seguía cayendo en un amplio manto, y los ecos sonaban por todo el pueblo, donde reinaba el silencio y la oscuridad. Miré hacia el cielo, hacía tiempo que había anochecido, y eso que habíamos calculado que llegaríamos a media tarde.Llegué al enorme edifico que se erigía sobre todas las construcciones del lugar. Majestuosa y silenciosa, vigilando la aldea como un centinela, día y noche. Coloqué las manos sobre la puerta y empujé. El interior de la iglesia era aún más oscuro y tenebroso que el exterior, y se respiraba un ambiente de tristeza…
Soshite bouya wa nemuri ni tsuite
Luego, el chico cae dormido
Ikizuku hai no naka no honoo
La llama dentro de las cenizas encendidas
Hitotsu, futatsu to
Y uno por uno.
Ukabu fukurami itoshii yokogao
Muchas queridas siluetas aparecen
Daichi ni taruru ikusen no
Miles de sueños
Yume, yume
Lanzados a la Tierra
La letra de la canción del Músico acudió a mis labios inconscientemente, y la fría habitación quedó cubierta por la melodía. No estoy seguro de por qué me puse a cantar. Tal vez para aliviar el dolor de mi corazón, o quizás… para calmar las almas de los que habían muerto en aquel lugar. Pasé la mano por las paredes, en las que había marcas de disparos. Sólo habían podido ser Akumas. Por los suelos había esparcidas ropas de gente y las marcas se extendían por toda la iglesia. Una lágrima traicionera escapó de mis ojos. Era como si pudiera sentir la desesperación de la gente intentando escapar de los Akumas, refugiándose en la iglesia, a la espera, tal vez, de que su dios les ayudara. La esperanza de que alguien los encontrara, o poder escapar. Y su dolor al ver que nadie vendría. “¿Por qué ha tenido que suceder esto?”.
Gin no hitomi no yuragu yoru ni
En la noche donde ojos plateados parpadean
Umareochita kagayaku omae
El brillante tú ha nacido
Ikuoku no toshitsuki ga
Aunque innumerables plegarias
Ikutsu inori o tsuchi e kaeshite mo
Son regresadas a la Tierra por el pasar de los millones de años.
Watashi wa inori tsuzukeru
Seguiré rezando
Douka kono ko ni ai o
Sin importar el qué, colma a este niño de amor
Tsunaida te ni KISU o
Y besa las manos enlazadas
La canción terminó. Yo me acurruqué en un rincón de la iglesia, como queriendo ocultarme de la visión. Ya no necesitaba buscar más, sabía exactamente lo que había sucedido. Estiré un brazo y cogí una muñeca. Seguramente había pertenecido a una niña, una niña que ya no podría crecer y enamorarse. Abracé el juguete, como esperando que le llegara mi calor a la dueña. Deseé con todas mis fuerzas que encontrara el descanso eterno…¿Por qué? ¿Por qué había tenido que suceder? ¿Por un fragmento de Inocencia? No, no era por eso. Llamadlo presentimiento, o como queráis, pero sabía perfectamente que por aquí no había pasado nunca la Inocencia. Entonces… ¿Por qué?
La respuesta llegó a mí con la rapidez de un rayo de luna, e iluminó mi mente. ¡¡Una trampa!! Mi ojo izquierdo reaccionó a la presencia de Akumas en el pueblo. Me levanté como movido por un resorte y salí corriendo del lugar. “¡Toma, Jackes!” pensé y aceleré el paso. ¡Cómo no me di cuenta antes! El sonido de los disparos llegó hasta mis oídos, e hizo que se me erizara el vello del cuello. Llegué corriendo a la plaza, donde los buscadores se las apañaban como podían con esos chismes para crear barreras.
-¡Inocencia, actívate! ¡Crown Clown! (Payaso Coronado)
La capa cubrió mi cuerpo y yo, de un salto me acerqué a los Akuma. Sólo eran de nivel uno, y terminé con ellos en un decir Jesús. Sin embargo no bajé la guardia, porque sabía que eso no había sido todo. Tal vez, vinieran Akumas de nivel tres, o uno de nivel cuatro… Pero jamás me esperaba a quien vi venir…
-Vaya, vaya, pero a quién tenemos aquí. Buenas noches, chico tramposo.
Un escalofrío recorrió mi espalda, al ver a quién tenía frente a mí. Tikki Mick, el Noah del placer. Apreté los puños y me quedé fulminándolo con la mirada, mientras él mostraba una sonrisa confiada en el rostro. Lo sabía. No sé cómo, pero sabía en qué estado me encontraba yo. Las Inocencias de tipo parásito reaccionan a los sentimientos de su Exorcista, y yo, tras el rechazo de Kanda, me encontraba débil. Mi arma era muy inestable.
-De todas las personas que podía haberme encontrado, no esperaba encontrarte a ti-sonrió el Noah.
-Vaya, pues lo siento-repliqué, intentando ocultar mi nerviosismo.
-No. No me malinterpretes-sonrió Tikki Mick-. Estoy muy contento de que seas tú el que haya venido-y añadió, pronunciando más su sonrisa-. Creo que nos divertiremos un rato.
Retrocedí y me puse a la altura de mis buscadores. Yo era el Exorcista y debía protegerlos, no quería que por culpa de mi temeridad muriese gente. Conocía perfectamente mis límites, y sabía perfectamente que no podría matar al Noah, pero tal vez pudiera conseguir tiempo…
-Toma, Jackes-les llamé en un rápido susurro-. Escuchadme bien, porque no lo repetiré dos veces. Cuando yo me lance al ataque, vosotros corred hacia aquella fuente. Abriré una puerta. Vosotros pedid refuerzos a la Orden y utilizad la puerta del pueblo más cercano, para volver. Daos prisa, yo no podré entretenerlo eternamente. ¿De acuerdo?
-Pero…
-He preguntado… ¿De acuerdo?
-Está bien. Resista, volveremos por usted.
Me lancé contra el Noah, con las garras por delante. Sentí cuando Toma y Jackes salían corriendo hacia donde les había dicho, y cuando llegaron, yo abrí la puerta del Arca. En cuanto desaparecieron en su interior, la cerré. Esperaba que no tardaran mucho. Tikki Mick había esquivado mi ataque como si nada, la pared de piedra contra la que mi Inocencia había impactado, estalló en mil pedazos. Él saltó y se colocó encima de un tejado, sonriendo de forma escalofriante. Era como si él supiera algo que no sabía yo. Tal vez fuera así…
-Vaya, se han ido-comentó con una mueca aburrida en el rostro-. Bueno, no importa, la verdad es que ellos no me interesan.
-¡Clown Belt! (Cinturón del Payaso)
Unas tiras salieron de mi capa y se lanzaron contra el Noah, que las esquivó de un salto. Aterrizó a pocos metros de mí. Yo no detuve mi ataque y con mi Clown Belt agarré una columna que había en la plaza. Tiré y la lancé contra Tikki Mick. La pieza cayó sobre él. Sin embargo, no surtió ningún efecto, porque lo atravesó como si nada. No desistí, seguí atacando al Noah durante lo que me parecieron horas. Él no atacaba, se limitaba a esquivar, sonreír y hacer algún que otro comentario. Mi Inocencia se tambaleaba, y sabía que a este ritmo no podría mantenerla más que unos minutos más. Ni siquiera había sacado la espada, porque consumiría mis escasas fuerzas más rápidamente.
-¡Final Edge! (Fin del Borde)
Salté hacia él, intentando golpearlo con mis garras. Pero aquella vez fue diferente a lo que esperaba. Si, esquivó mi ataque de un salto, pero en vez de aterrizar en algún tejado, se situó justo detrás de mí. Pasó sus brazos por mis hombros, en una especie de abrazo y se agachó, lamiendo mi cuello con lascivia. Me estremecí y lo aparté de un empujón.
-¡¿Qué estás haciendo?!-grité, llevándome una mano al cuello.
-¿Sabes? Esa cara que pones cuando estás asustado, es muy mona-dijo, mostrando una vez más esa sonrisa que me ponía los pelos de punta y aproximándose a mí-. Dan ganas de besarla.
-¡No te me acerques!-chillé-. ¡No sé qué narices quieres! ¡Pero no lo permitiré!
-¿Oh? Perfecto, me encantan los retos.
Abrí mucho los ojos cuando sentí el puño de Tikki Mick en mi estómago. Salí disparado hacia atrás y atravesé varios edificios antes de detenerme. Quedé tendido en el suelo, respirando con dificultad, mientras un fino hilito de sangre escurría por mi barbilla. Se había movido a una velocidad casi sobrehumana, no… tal vez yo estaba demasiado cansado como para poder anticiparme. “Les dije a Toma y Jackes que les esperaría” pensé, mientras me incorporaba “Se fueron hace bastante rato, no pueden tardar en volver”. Ese pensamiento me dio fuerzas y me mantuve en guardia, a la espera de siguiente ataque, que no se hizo esperar. Me cubrí con la capa, para defenderme de las mariposas, y utilicé el Clown Belt para destruirlas.
Tikki Mick se lanzó sobre mí de nuevo. Yo volví a cubrirme con la capa, y conseguí detener el primero de sus puños… pero el segundo… Por fin llegó el momento que tanto llevaba temiendo. No pude seguir manteniendo mi Inocencia… y se desactivó. El puño del Noah, impactó justo en mi pecho, y me cortó la respiración. Mi visión se volvía borrosa y mis párpados se cerraban. Estaba perdiendo la conciencia. Me había dejado llevar por mis sentimientos y yo mismo había cavado mi propia tumba. Lo último que vi antes de que la caer en las sombras de la inconsciencia, fue aquella escalofriante sonrisa…