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Makka na ito por suou

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Notas del fanfic:

 

 

  Aqui una nueva historia, espero que les guste y que sea de su agrado.

 

 

Notas del capitulo:

 

 

Bueno las notas y aclaraciones:

La historia es un poco extraña, ya que esta contada en diferentes tiempos, epero que no se puiedan, pero se notan entre si.

La canción pertenece a Plastic tree y se llama como el titulo, que significa cuerda roja... como era la traduccion no me gusto mucho pero ahi va.

la letra esta en español, yo no la traduje solamnte la tome prersetada, porque si la ponia en japones no se entendia, no todos saben japones....

 

 Aqui esta la cancion para que al puedan descargar y leer junto a la historia:

 

http://www.savefile.com/files/1996396 

 

no pesa nada....

ahora la historia.....

 

 

 

 

 

 

 

Makka na ito

La cuerda roja

 

 

 

 

“Dicen que se acerca una tormenta al cielo de cristal.

Probablemente será un viento grande.”

 

 

Se encontraba mirando la ventana, desde ese cuarto se podía observar el cielo, tan inalcanzable para él…Tan lejano y hermoso…

Un viento cómodo remeció la vegetación, junto a los árboles a metros de su habitación…

Su silueta se mostró desde abajo, caminando y en solo unos instantes llego tocando alegremente la puerta de la habitación.

 

“Lo ves,

Es lo único que necesitamos para reír.”

 

Entrando, risueño y con ánimos se acercó al muchacho que miraba allí, afuera, en espera de su libertad.

 

“Había luz por todos lados y no podíamos ver.”

 

—Sebastián, ¿Cuánto tiempo?— preguntó acercándose a la cama y le toco la mano que apretaba la sábana blanca.

Su mirada se mantenía perdida en ese espacio más allá del cristal…

 

“¿Qué es esté líquido que brota

Cuando cerramos nuestros ojos?”

 

Entrelazo firmemente sus dedos y lo abrazo en su regazo, haciendo que Sebastian lo aferrara en su cuerpo y llorará, esperando alcanzar la libertad.

 

“Adiós, aa.”

 

El viento apaciblemente, golpeaba el cristal de la ventana y las cortinas jugaban con tal caricia mimosa.

Sus cuerpos, uno en el otro. Apegados, sosteniéndose firmemente. Sus mejillas, teñidas en rojo y las lágrimas que no dejaban de fluir…Y sus dedos uno al lado del otro, intentando permanecer así…

 

“Los sentimientos que se mezclan

Con mi amor por ti

En una cuerda roja…”

 

—Arthur, no quiero irme. — pronunciaba entre sollozos, apegándose más al cuerpo del muchacho, intentando convertirse en uno.

—Yo tampoco quiero que te vayas, pero es la única forma de salvarte…

— ¡Tengo miedo! ¡No quiero alejarme de ti!— gritaba, escondiendo su rostro en el pecho del joven al cual lo mantenía junto a él.

 

“Se deshace, aa

La magia se rompe.”

 

—Por favor, Sebastian. ¡No me abandones!

—Lo siento. — su mano derecha le despeino los cabellos cobrizos, mientras su rostro se acercaba a la cabellera para brindarle un dulce beso.

 

“¿Me preguntó si podré caminar sólo?”

 

Mientras lloraba, lo sostenía fuertemente, dándole a entender que para él, también era difícil separarse. Pero era la única forma que volviera a ser el de antes…

 

“el cielo de cristal se rompió.

El mundo detenido se empezó a mover…”

 

Miro el cielo, con aquel cuerpo tibio y delicado. Los minutos habían pasado, las visitas debían de regresar a casa.

Lentamente lo acomodo en la cama y lo arropo.

Acercándose…

En esa habitación sola…

 

“Emocionadamente le pedimos a todos

A nuestro alrededor que nos dejaran.”

 

Le beso.

—Te amo…Sebastian. — le dijo muy cerca de sus labios, rozándolos, recibiendo su suave aliento cálido.

 

“Había mucho sobre que hablar.”

 

Sus cabellos rozaba la frente, sus labios casi unidos lo incitaba a volver a robar alguna nueva caricia:

— ¡Detente!— una voz grave apareció, borrando así el color de aquel cuadro vivo. —te lo dije, ya no puede haber nada entre ustedes, lo prometiste…

—Lo sé, solo vine a despedirme. — le rozo la mano para luego marcharse y pasar por el lado de la mujer…

 

“Si pudiera nacer de nuevo

Quisiera estar contigo…”

 

Marchándose, corrió por los pasillos sin importar las llamadas de atención que lo apuntaban a él… Le dolía saber que esté era el adiós, ¿Cómo haber aceptado, aquel trato?

 

“Adiós, aa

Ya no nos podemos ver…”

 

Sus piernas que se movían solas por la pena, por todo lo que estaba dejando atrás y el recuerdo claro y vivo de Sebastian…

No, no, aquello era demasiado injusto para su amor…

 

“Los sentimientos entrelazados

En una cuerda roja.”

 

—Arthur, prométeme que lucharas por nosotros dos. Prométemelo…— tomo sus manos una noche, en medio de las tenues y brillantes estrellas, para luego mirarlo confiado y duramente, esperando la respuesta…—Prométemelo, por favor…

—Si, si Sebastian. Luchare por ambos.

—Gracias. — se abrazo al cuerpo del joven y permanecieron así, durante mucho, mucho tiempo.

 

“Una promesa, aa”

 

Sellando su encuentro con una sonrisa, una mirada dedicado solo para ambos y las manos que se toman para regresar juntos a casa, sin importarles que alguien les mirara extraño o molestos. Para ellos, nada más existía en este mundo…Sólo los dos…Sólo su amor…

 

“Quiero que las amables mentiras

Me sigan engañando.”

 

Corrió perdiéndose entre los edificios y calles de la gran ciudad. Ya no volvería a ver, ya él no lo recordaría y así era mejor…

Su madre tenia razón, él nunca había sido bueno para Sebastian, nunca…o ¿si?

Se detuvo y gruesas gotas empezaron a derramase.

Hoy Sebastian ya no seria el Sebastian que había conocido, hoy ya…Sólo seria un recuerdo…

 

“Pláticas delirantes, aa”

 

—Mamá, ¿Dónde está Arthur?— pregunto al no sentir el roce del cuerpo de su novio a su lado.

La mujer lo miro con dulzura y se acerco a él, dándole un beso en la frente. —Ya no volverá…

— ¿Qué?— dejo salir de su boca, intentando no creer en las palabras de su madre…

—Ya no volverá, jamás. — pronuncio lentamente, haciendo entender a su hijo, que eso era lo mejor.

 

“Llamé tú nombre,

Lo repetí como un hechizo.”

 

—Es mentira, ¿verdad?— pregunto sentándose y agarrando fuertemente las sábanas de aquella cama, que no le permitían la libertad.

—No te preocupes, Sebastian. — Le paso la mano por la frente y despeino sus cabellos. — después de hoy, ya no recordaras más…el hoy ya no existirá mañana…

 

“No lo olvidaré.”

 

— ¡No quiero olvidar! ¡No! ¡No quiero olvidar a Arthur!

—Lo siento amor, esto es lo mejor para ambos…

— ¡No! No quiero olvidarlo, prefiero dejar de vivir que dejar a Arthur  atrás…No quiero, mamá.— y se llevo las manos a su rostro tapándose, capturando así sus lagrimas que le avisaban que seria la ultima vez que Arthur estuviera en su ser.

 

“Tú voz,

Tus varias expresiones.”

 

—No te quiero olvidar. Pero, ¿no se qué hacer?—  se preguntaron ambos, en distintos lugares.

 

“Y los corazones se conectaron.”

 

 

—Lo siento, pero no soy fuerte…Me faltas tú…Sin ti, no soy yo…Sin ti, el arcoiris se destruyo. —

Uno en una cama, esperando a que la hora llegara y el otro en la banca de algún parque cercano, deseando que a Sebastian estuviera bien en la operación…Qué viviera…

 

“Adiós, aa

Los sentimientos que se mezclan

Con mi amor por ti.”

 

Rogando ciegamente a que todo fuera bien. A qué se le alargara la vida y que algún día y sí solo el destino así lo, permitiera, volvieran a estar juntos.

 

“En una cuerda roja.”

 

Rogando y creyendo que Arthur le sostenía la mano, recordando su mirar y su determinación. Pedía mientras el sueño se apoderaba del, que cuando despertará lo recordaría…Tal cual lo conocía…

 

“Se deshace, aa

La magia se rompe.”

 

…Que se encontraran y ambos se regalaran la sonrisa para seguir adelante. Se dieran un abrazo, dando gracias que todo halla salido bien… Y tomados de la mano, tomaran rumbo a su futuro, ambos…

 

“¿Me pregunto si podré caminar sólo?”

 

Lentamente sus ojos se cerraron por completo, la luz brillante del cielo fue lo último que vio, mientras caía rendido a su destino…

 

“Adiós, aa

Ya no nos podemos ver.”

 

— ¿Quién eres?— pregunto al muchacho que lo abrazaba en la cama blanca de hospital.

 

“Sentimientos entrelazados

En una cuerda roja.”

 

—No importa. Sólo que estas bien. — lo mantuvo apegado a su cuerpo, intentando memorizarlo por ultima vez.

 

“Una promesa.”

 

Sebastian lloraba en el pecho del desconocido, por una extraña razón lo hacia, no entendía la razón de aquello. Rogando que permaneciera así, por más tiempo.

 

“Quisiera que las amables mentiras

Me siguieran engañando.”

 

Le dio un beso en su frente y con una sonrisa se alejo de Sebastian:

—Cuídate. — fue lo que dijo al salir corriendo de la habitación y del hospital, sin mirar atrás.

Ese era su fin…

 

“Adiós, aa”

 

Sintió el beso en su frente y lo vio marcharse.

Cuando la silueta se fue perdiendo a metros de él…

Recordó…

 

“Adiós, aa”

 

—Arthur. — sonrío con dulzura, mientras miraba el cielo libre.

 

 

 

Notas finales:

Y les gusto'

Bueno, como este es una pequeña historia, que esta aun tomando forma para volverla mas larga, espero algun dia subirla...

Cuidense...bye...

Gracias por leer.


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