Estaban a mitad del entrenamiento, Kaidoh y Ryoma jugaban un partido, al igual que Kawamura e Inui, el capitán y Oishi se encontraban hablando con la entrenadora, Fuji y Eiji estaban tomando agua pues ya habían terminado con el suyo y Momo pues él estaba muy ocupado molestando a cierto chico.
-Mamushi, ¿qué clase de tiro es ese?
-Déjame en paz barril sin fondo –dijo Kaidoh molesto.
-¿A quién le llamas barril sin fondo?
-Pues a ti no veo a otro.
Momo enfadado y le lanzo un pelotazo a Kaidoh, le pego en la nuca pero hizo que Kaidoh diera un tiro desviado que fue a dar a los pies de Kawamura quien se disponía a hacer un Hadokyu, le pego con la potencia propia del golpe pero no con puntería, la pelota continuo su trayecto y fue a darle a cierto castaño que se encontraba muy tranquilo bebiendo agua, la botella salió volando, Fuji cayó al piso y se pego otra vez la cabeza al caer.
-¡FUJI! –grito Eiji.
Momo quería que se lo tragara la tierra, dejaron los demás lo que estaban haciendo y fueron a ver a Fuji quien estaba inconsciente en el suelo, Tezuka se abrió entre la multitud de gente que se había formado en torno a Fuji, no solo los titulares, sino también los novatos y los demás que no eran titulares.
-¡Fujiko!, reacciona –dijo Eiji asustado moviendo a Fuji –¡lo mataste Momo!
-No digas tonterías Kikumaru –dijo Tezuka arrodillado al lado de Fuji.
Momo solo quería escapar de ahí antes de que Tezuka lo mandara a dar doscientas vueltas a la cancha, pero sus piernas no se movían y Fuji aun no reaccionaba, a Momo se le había ido la mano en esta ocasión; el capitán puso orden, tomo a Fuji de los brazos y Kawamura de los pies, entre los dos se llevaron a Fuji a la enfermería.
Despertó algo mareado y con un fuerte dolor de cabeza, se llevo la mano a la cabeza y noto que llevaba un vendaje en la frente, enfoco la vista por que la habitación parecía un poco borrosa, se dio cuenta de estaba en la enfermería de su escuela, se encontraba acostado en una camilla y Tezuka se estaba a su lado.
-¿Qué me paso? –pregunto Fuji un tanto aturdido.
-Kawamura te dio un pelotazo por culpa de Momoshiro, creo que te golpeaste la cabeza al caer y quedaste inconsciente –explico Tezuka -¿cómo te sientes?
-Me duele la cabeza.
-Qué bueno que despierta Fuji-kun –dijo la enfermera de la escuela –vamos a revisarlo.
Fuji se sentó con la ayuda de Tezuka, pues continuaba mareado, la enfermera le hizo un chequeo rápido para cerciorarse que se encontraba bien, dijo que se encontraría aturdido por un tiempo pero se le pasaría, además de que tendría que descansar por lo menos en la práctica del día siguiente.
-Sera mejor que vayas a casa –dijo Tezuka.
-Así tus padres podrán cuidarte –dijo la enfermera.
-No están en casa salieron de viaje, Yuuta está en St. Rudolph y Yumiko llegara ya muy entrada la noche –dijo Fuji sosteniéndose de Tezuka.
-Entonces te quedaras en mi casa –dijo Tezuka quien no quería que el castaño se quedara solo.
Tezuka mando a Inui y Oishi por las cosas de Fuji y las de él, todos los titulares estaban afuera de la enfermería para saber cómo estaba Fuji, la enfermera le entrego a Tezuka un frasco naranja con pastillas para el dolor de cabeza y las guardo en el bolsillo derecho de su chamarra; Fuji trato de ir a la puerta solo pero se fue algo chueco Tezuka lo sostuvo para que no se cayera.
-Momoshiro correrá mil vueltas –dijo Tezuka agarrando a Fuji.
Salieron de la enfermería y todos se abalanzaron sobre ellos preocupados, Inui y Oishi ya habían traído sus cosas, Momo no sabía donde ocultarse y se ruborizo al ver a Fuji quien tenía su brazo alrededor de los hombros de Tezuka para ayudarse a andar.
-Perdona Fujiko, no quise hacerlo fue un accidente –dijo un avergonzado Taka-san.
-Lo sé, no te preocupes –dijo Fuji.
-Lo siento mucho Fuji-sempai –dijo Momo mirando al suelo.
-Nosotros nos vamos, voy a llevar a Fuji a mi casa –dijo Tezuka dando instrucciones –te quedas a cargo Oishi, asegúrate que Momoshiro cumpla con las doscientas vueltas de hoy.
-¿De hoy? –pregunto Oishi confundido.
-Correrá doscientas vueltas diario hasta que Fuji así lo crea conveniente –sentencio Tezuka.
-O hasta que se me ocurra una mejor tortura –dijo Fuji dirigiéndole una mirada psicópata a Momo.
-Y tenlo por seguro que se le ocurrirá –dijo Eiji dándole unas palmaditas en la espalda al mencionado.
Los acompañaron a la salida de la escuela y llamaron un taxi pues Fuji no podía andar sin desviarse, Inui y Oishi llevaban sus cosas, el capitán ayudo a Fui a subirse al auto y se fueron a la casa de Tezuka; durante el viaje Fuji recargo su cabeza en el hombro de Tezuka.
El capitán ayudo a Fuji a bajar del auto, quien ya podía caminar mejor, al menos ya no estaba por caerse, Tezuka llevaba las mochilas, abrió la puerta dejando pasar a Fuji, dejo las mochilas en el vestíbulo y condujo a Fuji a la sala.
-Kunimitsu, ¿ya llegaste? –pregunto una voz desde la cocina.
-Si abuelo –contesto Tezuka –Fuji vino conmigo.
-Que bien, que bien –dijo Kunikazu saliendo de la cocina -¿cómo estas Syu-chan?
-Medio noqueado –contesto Fuji.
El abuelo de Tezuka se reunió con los chicos y vio que Fuji tenía vendada la cabeza.
-¿Qué te paso Syu-chan?, ¿qué te hizo mi nieto?, no deberías pegarle Kunimitsu.
-Yo no le hice nada –dijo Tezuka un tanto sonrojado –le dieron un pelotazo durante las prácticas, como no hay nadie en su casa lo traje conmigo.
-¿Así que tu lo vas a cuidar? –dijo Kunikazu alborotándole el cabello a Tezuka –me parece muy bien.
Tezuka no hacía más que aguantarse, no le gustaba que su abuelo hiciera eso, el no era ningún perrito, además lo avergonzaba; Fuji sonrió ante la acción de Kunikazu, sabía que a Tezuka no le gustaba y a su abuelo le divertía ver a su nieto incomodo.
-Bueno tengo que salir–dijo Kunikazu tomando sus llaves –cuidas a Syu-chan, Kunimitsu.
-Si abuelo.
-Nos vemos Kuni-sama –se despidió Fuji.
-¡Fuji! –lo reprendió Tezuka.
-Déjalo yo le dijo Syu-chan –reprendió Kunikazu –no seas tan estricto, Kuni-chan
Tezuka acompaño a su abuelo a la puerta, dejando a Fuji en la sala recostado en el sillón, Kunikazu jugaba con sus llaves y tomo su abrigo.
-Se me olvidaba, pon esto en el botiquín del baño olvide regresarlo –dijo Kunikazu entregándole un frasco a su nieto que lo guardo en el bolsillo izquierdo de su chamarra.
Se despidió de su abuelo, fue a su habitación por un pijama para Fuji, regreso a donde estaba Syusuke quien se había llevado las manos a la cabeza y tenía los ojos cerrados.
-¿Qué te pasa Suke?
-La cabeza, me está matando –dijo Fuji entre dientes.
-¿Te cambias primero?, ¿o te tomas la pastilla? –dijo Tezuka con el pijama en las manos.
-Me cambio –dijo Fuji sentándose –para estar mas cómodo.
Tezuka lo ayudo a levantarse, pues estuvo a punto de caerse otra vez, acompaño a Fuji al baño y lo ayudo a cambiarse, el pijama azul le quedaba algo grande a Fuji pues era de Tezuka, volvieron a la sala y recostó a Fuji en el sillón, le sirvió un vaso con agua, saco el frasco de pastillas de su bolsillo izquierdo y lo puso sobre la mesa.
-Tomate la pastilla iré por algo de comer –dijo Tezuka.
Tezuka se dirigió a la cocina a buscar en el refrigerador algo de comer, no quería dejar mucho tiempo solo a Fuji, estaba hurgando en el refrigerador cuando metió su mano en el bolsillo derecho y sintió algo.
-¿Qué es esto? –dijo Tezuka sacando un frasco de pastillas idéntico al que le acababa de dar a Fuji.
Se fijo en el frasco que estaba en su mano, se dio cuenta de que esas eran las pastillas del castaño, ¿entonces que le había dado a Fuji?, recordó entonces que su abuelo le había dado un frasco idéntico al de Fuji, volvió sobre sus pasos y fue a toda prisa a la sala, donde el castaño estaba donde lo dejo pero el vaso estaba vacío.
-¿Te tomaste la pastilla? –pregunto Tezuka aparentando estar tranquilo.
-Sip.
Tezuka se acerco a la mesa y tomo el frasco que le había dado a Fuji para ver que se había tomado, con esperanza de que no fuera nada fuerte, pero sus esperanzas se evaporaron cuando vieron la etiqueta de dicho frasco.
-Vicodin –dijo Tezuka en voz baja.
Fuji se había tomado el vicodin de su abuelo, este se lo tomaba por que se había lastimado el hombro hace unas semanas y el doctor se lo había recetado, sabía que era fuerte y rogaba para que no le hiciera daño al tensai.
-¿Pasa algo Mitsu? –pregunto el castaño que tenia la mano sobre su rostro.
-Voy por helado.
Tezuka prendió la televisión y se fue a la cocina a servir el helado, ¿cómo había podido cometer ese error?, el vicodin era para el dolor tendría que quitarle el dolor de cabeza pero tal vez sería muy fuerte para el castaño y no tenía idea de cómo reaccionaría Fuji, sirvió unas buenas porciones de helado de chocolate en unos tazones y regreso a la sala, donde Fuji acostado se estaba riendo solo.
-¿De qué te ríes? –pregunto Tezuka dejando el helado en la mesa.
-Pienso en lo que le hare a Momo –dijo Fuji sonriendo –será muy divertido Kuni-chan.
-No me digas Kuni-chan, toma tú helado –regaño Tezuka.
-Helado genial, Kuni-chan –dijo Fuji riendo.
Fuji se sentó y tomo su helado, estaba muy sonriente pero esa sonrisa era algo extraña, Fuji parecía muy relajado, se quito la chamarra, prendió la televisión y dejo una película de terror de las que le gustaban a Fuji, debes en cuando Fuji soltaba pequeñas risitas, no sabía si era por la película lo que le causaba risa, lo cual no comprendía porque era algo escabrosa, o fuera por la pastilla, de pronto sintió que algo frio golpeaba su mejilla.
-Syusuke –dijo Tezuka limpiándose el helado.
-¿Qué?, Kuni-chan –dijo Fuji sonriéndole.
Tezuka se guardo la reprimenda y continuo viendo la película, pero no por mucho tiempo porque una masa café cubrió sus lentes, Fuji soltó una risita, mientras Tezuka se quitaba los lentes para limpiarlos.
-Deja de hacer eso –dijo Tezuka limpiando sus lentes.
-¿Hacer qué?, Kuni-chan.
-En primera dejar de llamarme Kuni-chan y en segunda deja de aventarme helado.
-¿Yo?, te equivocas, Kuni-chan –dijo Fuji haciéndose el inocente –tal vez fueron duendes.
-¿Duendes?
-Sip, son muy traviesos –dijo Fuji.
-Pues que los duendes dejen de hacerlo –dijo Tezuka siguiéndole el juego a Fuji.
Fuji solo rio y volvió a ver la película, en definitiva el castaño estaba muy extraño y Tezuka sabía que era su culpa, acabo su helado y dejo el tazón en la mesa, cuando otra vez sintió algo frio en la mejilla.
-Basta, Syusuke –dijo con enfado Tezuka.
-No te enojes, Kuni-chan, yo te limpio –dijo Fuji acercándose a Tezuka.
Fuji limpio la mejilla de Tezuka con pequeños besos, momentos después busco los labios de Tezuka, quien correspondió a los besos del castaño, pronto las manos del tensai se habían deslizado debajo de su playera, Fuji dejo los labios del capitán y empezó a besar su cuello.
-¿Cómo te sientes? –pregunto Tezuka tratando de controlarse.
-Me siento muuuy bien.
-¿Qué tal la cabeza?, ¿ya no te duele?
-Nop, esa pastilla es mágica –dijo Fuji siguiendo trabajando el cuello de Tezuka.
-Tal vez deberías descansar –dijo Tezuka tratando de separar a Fuji de él.
-Pero si me siento bien –dijo Fuji entre risas –solo hago lo que los duendes dicen.
-¿Estás hablando con duendes? –pregunto preocupado Tezuka.
-Es secreto –dijo Fuji poniendo su dedo índice sobre los labios del capitán –eres muy lindo Kuni-chan.
No cavia lugar a duda alguna, esa forma de actuar, las risitas de parte del castaño, el que no dejara de llamarlo Kuni-chan y además ¿qué era eso de hablar con duendes?, si estaba confirmado Fuji Syusuke estaba drogado.