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Luna Llena por Angels and Demons

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Notas del fanfic:

AVISO: este fic lo empecé a colgar en otra pagina y aquí os la traigo ya que esta pagina me la recomendaron personalmente.

Espero que os guste y como ya saben la mayoría de personajes no me pertenecen a mi, si no a Eiichiro Oda, excepto algunos OCC creados por mi.


/Luna llena/

  

Llega la noche...

  

Y no es una noche cualquiera...

  

Los vampiros ya están en las calles...

  

Aguardando el destino de algún humano...

  

Que por cuestión del destino...

  

Rondará cerca de ellos...

  

Pero esta noche...

  

No es una noche cualquiera...

  

Es luna llena...

  

Espera por todos los hombres lobos...

  

Muchos saltan ya de tejado en tejado...

  

Luciendo así su forma animal...

  

Otros esperan pacientes con su forma humana...

  

U otros simplemente pacientes...

  

Para gastarles bromas de mal gusto a los vampiros...

  

O por que aparezca una presa digna de banquete...

  

De todas formas...

  

Hoy no es una noche normal...

  

Hoy es la noche que esas dos criaturas se encuentran...

  

Y como debe ser...

  

No saldrá bien parada la noche...

  

Los humanos...

  

Cada vez nos damos mas cuenta de ello...

  

¿O solamente soy yo?

  

Ya que por mis venas yace la sangre de un pura sangre...

  

Juntamente con la de humano...

  

/de todos modos...

  

¿De qué bando estas tu?/

  

 

 

Capitulo 1: "Luffy ¿dónde estas?" 

En una ciudad no muy lejos de aquí se encuentra un hermoso joven observando desde su ventana la oscura noche. Era un hombre muy atractivo, se hallaba solamente con un pantalón corto negro y unas botas. Lucía una media melena negra y unas pecas por la cara, que lo hacían ver un poco infantil.

  

-¡MIERDA!-exclamó dado un golpe en la ventana- no le tuve que haber dado permiso para que se marchara con Usopp de fiesta, y mucho menos hoy.

  

Este cogió el teléfono móvil y marco un número, para después llevárselo al oído.

  

-Makino...

  

-Mm... ¿Ace? ¿Por qué me llamas a estas horas?-preguntó una voz de mujer desde el otro lado del teléfono móvil.

  

-Luffy se fue con Usopp y todavía no volvió... ¿Sabes dónde pueden haber ido?

  -Mm... Ya sabes que se suele quedar seguido a dormir en su casa... ¿Llamáste a Yasopp?-preguntó soñolienta.  

-Si, me dijo que aún no volvió Usopp. Se pensaba que se había quedado a dormir aquí, nunca suelen tardar tanto. "Y encima hoy es luna llena"

  

-Tranquilízate. Se habrán entretenido con alguna muchacha, ya volverán.

  

-¿Luffy? ¿Mujer? Ya sabes que las dos palabras en una misma frase no suelen estar-dijo de forma burlona- y menos si entretenerse significa ligar.

  

-Ya tiene 17 años.-le recordó- Algún día encontrara una muchacha con la que se le olvidara comer.

  

-¿Luffy? ¿Estamos hablando de mi hermano?-preguntó de forma burlona- ¡Imposible! Bueno, te dejo descansar. Buenas noches Makino.

  

-Buenas... noches-se despidió con un bostezo.

  

Dicho esto colgó. Ace volvió a mirar la luna llena a través de la ventana esta vez divisando a un peliverde juntamente con un lobo a su lado, en un terrado cercano.

  

-¡Mierda! ¡Ya salieron los lobos!-exclamó preocupado bajando la persiana de golpe.

  

Se puso una blusa negra de manga corta, ajustada cogió las llaves mientras que se dirigia corriendo hacia la salida y salió corriendo hacia la calle.

  

-"Luffy ¿dónde estas?"-pensó corriendo por las sombras de la ciudad.

  

 

-Zoro ¿Que tanto miras?

  

-Mm, nada "¿Por qué salió hoy?"-pensó extrañado- Nada Jonny, es solo que no veo a Yosaku-mintió.

  -Ya sabes que se fue a cazar temprano.-le recordó.  

-Como digas. Bueno, ¿vamos a cazar nosotros también? ¿No?

  

E lobo noto un aroma a humano, delicioso.

  

-Mm, huele a carne fresca.

  

El peliverde reconoció el olor y respondió enseguida.

  

-De este me encargo yo. Si no como rápido me se irá la cabeza.-mintió.

  

-Mm, tienes razón. No te veo muy centrado, en verdad te hace falta comer.

  

-Gracias.

  

Pronto el lobo no tardo en oler otro delicioso olor.

  

-Mm, Rosas. Huelo a una chica linda y muy apetitosa-dijo lamiéndose el hocico- ¡Nos vemos!-dijo al tiempo de que se marchaba.

  

El lobo se marchó, dejando solo a un muchacho de cabello verde y grandes músculos, lucía unos pantalones pirata negros, unas botas del mismo color, una blusa de manga corta, blanca y tres katanas.

  

-Ese cabezón. Al final salió. ¿Por que lo habrá hecho?-se cuestionó a sí mismo- yo creo que es consciente de lo que pasa en la noche-se dijo a sí mismo comenzando a saltar de tejado en tejado.

  

 

-Hip... Usopp... hip... ¿Por... hip... nos... hip... fuimos?... hip

  

Cuestionó un joven vestido con un chaleco rojo, unos pantalones pirata tejano azul claro, unas chanclas simples y un sombrero de paja. Tenía el cabello negro y sus ojos por igual, lucía una pequeña cicatriz debajo del ojo izquierdo.

  

-Luffy bebiste ¿Recuerdas?-le cuestionó su amigo-tu no debes tomar, si no te pasa lo que te pasa.-dijo con voz cansada.

  

Él era un muchacho con el pelo rizado y con una gran nariz, llevaba un pichi verde caqui. El moreno no se sostenía en pie, e iba haciendo S aunque su compañero lo intentara llevar. Luffy solo había tomado un sorbo de aquel líquido y ya estaba totalmente ebrio, ahora iban camino a casa del menor.

  

-Luffy, tu hermano estará enfadadísimo-dijo comenzando a temblar de solo pensarlo.

  

-¡Que... hip... va!

  

-Que apetitosos-dijo una bella voz, a la vez que terrorífica.

  

Usopp todo temblando giro el cuello para ver de quien se trataba, dando lugar a una hermosa y joven mujer.

  

Esta tenía el cabello naranja y le alcanzaba más o menos por los hombros. Era de tez blanca, demasiado blanca... Lucía un bonito vestido rojo, muy revelador, demasiado.

  

-¿Q...quién eres?-preguntó Usopp, todo temblando.

  

-¡¡Nami!! ¡Princesa!

  

Exclamaba un joven rubio, todo trajeado de negro, con una camisa roja, tenia el flequillo para la izquierda, cosa que impedía saber si tenía los dos ojos sanos o si solo tenia uno. Este se acerco a la pelinaranja y le intento dar un beso, en contestación ella le dio un buen golpe.

  

-Sanji... ¿¡Que te dije de los besos!?

  

-¿Que te de tres mil cada día?-respondió el.

  

Ella le asertó otro golpe.

  

-¡Que no me des ni uno! ¿¡ENTENDISTE!?-preguntó dándole otro golpe.

  

-S...si-dijo con dos enormes chichones.

  

Junto al rubiales llego un hermoso joven de cabello azul claro, recogido en una coleta.

  

-Buenas noches, Nami.

  

-Buenas noches, Adrián.

  

-Bueno, si me disculpáis, nosotros ya nos íbamos.-dijo Usopp intentando escapar.

  

Pero de repente choco contra algo... o alguien.

  

-¿A donde te crees que vas?

  

Aunque la pregunta no fuera muy dulce, su voz si que lo era y además emanaba una tranquilidad sepulcral. Usopp se llevo un susto de muerte al verla y dio un saltó quedando en el centro de esos cuatro.

  

-Ah ¡Hola Robin! ¿Quieres compartir banquete?-preguntó alegre el peliazul.

  

-Por mi encantada-dijo con una sonrisa, mostrando así sus colmillos.

  

Los otros dos no tardaron en hacer lo mismo y empezarón a acercarse más y más.

  

-"¡NO QUIERO MORIR!"-pensó el del cabello rizado atemorizado.

  

Sanji alargo sus garras, haciéndolas finas y afiladas, perfectas para dar un corte fino y limpio. Se estaba acercando peligrosamente a Luffy y a Usopp, hasta que algo los distrajo...

  

-¡NO TE ATREVAS A TOCARLE NI UN SOLO PELO!-gritó Ace, con una cara que daba miedo.

  

-¡Ace!-exclamó contento el sombrero de paja, el estado de embriaguez se le fue de golpe en cuanto vio esas garras.

  

-¡ACE!-lloriqueó Usopp.

  

-¿O si no que me harás?-preguntó el rubio burlón.

  

-Te mataré. ¡Chicos! ¡¡Ir a casa!!

  

-Pero ¿y tú?-preguntó Luffy.

  

-¡Marcharos!

  

Los dos chicos no se movieron del lugar y observaron con tristeza al pecoso.

  

-¡Marcharos!... ¡AHORA!-gritó con la esperanza de que esta vez si le hicieran caso.

  

Los dos chicos no tardaron en hacerle caso e intentar huir.

  

-No, no, no... ¿Qué seria del banquete sin vosotros?-preguntó fría y burlona la vampiresa de cabello negro.

  

-Lo siento, pero ellos se van.-dijo el pecoso con el rostro serio y interponiéndose entre ellos cuatro. -¡Corred!

  

Los chicos lograron huir y los vampiros lo miraron con furia.

  

-¡Por tu culpa!-gritó con furia el rubiales.

  

-Nos quedamos sin banquete-siguió la pelirroja.

  

-Esta nos la pagarás... con tu vida.-sentenció la pelinegra.

  

-¡Ni lo sueñes, monstruo!-dijo el pecoso intentándole dar un puñetazo, pero el rubio se interpuso entre ellos.

  

-Nunca ganaras a un vampiro por la fuerza, humano de pacotilla-dijo antes de lanzarlo varios metros de una sola patada y estrellarlo contra una pared. Dejándolo inconciente.

  

Adrián se acerco al cuerpo de Ace, para saborearlo primero, pero cuando estaba a pocos centímetros de él, noto algo extraño en su cuerpo.

  

-Oni… Giri-sentenció una voz y poco después el sonido de unas katanas al enfundarse.

  

El cadáver del peliazul se convirtió en ceniza antes de tocar el suelo.

  

-Éste humano es de mi propiedad.-dijo un peliverde con una voz escalofriante.

  

-Mierda de alga andante, ese humano nos dió muchos problemas.-dijo Sanji molesto.

  

-Lo sé. Los estuve viendo. Anda que dejar que se fueran los otros dos, que débiles que son los vampiros-dijo de forma burlona.

  

-¡Cállate maldito lobo!

  

-Zoro, ¿Y Yosaku y Jonny? ¿Que nos tienen miedo? Y por eso no vienen a vernos, que pena-dijo la pelirroja fingiendo pena.

  

-No quieren ver a unos seres tan despreciables como vosotros.-dijo con tono de rabia-

  

-Quién fue a hablar, quien se come a sus presas vivas. Nosotros solo les quitamos su valiosa sangre-dijo con una sonrisa diabólica.

  

-Bueno, no quiero continuar con esta charla sin sentido. Así que si me disculpáis, me voy a comer-dijo cogiendo el cuerpo del pecoso y marchándose.

  

-¿Nami? ¿No harás nada?-preguntó extrañado el rubio.

  

-No, hay algo que no encaja en ese lobo.-dijo pensativa.

  

 

El moreno comenzó a despertarse, le dolía todo el cuerpo ¿Estaría muerto? No, si fuera así no sentiría dolor ¿no es así? Abrió lentamente los ojos para darse cuenta que aún era de noche.

  

-¿Dónde...-dijo intentado se incorporar.

  

-Descansa-le dijo una voz desconocida para él.

  

Ace le hizo caso. Estaba realmente cansado. Le dolía todo el cuerpo. Se encontraba en una especie de terrado, no era el suyo, de eso estaba seguro.

  

-¿Quién...-preguntó girando la cabeza ligeramente.

  

Paro de pronunciar la frase al ver de quien se trataba. El moreno se reincorporó de golpe, cogiéndose el estomago por el dolor y observando a esa persona con los ojos bien abiertos.

  

-Tranquilo, estas a salvo...

  

-¿¡COMO QUIERES QUE ESTÉ TRANQUILO!? ¡SI ERES UNO DE ELLOS!-grito el pelinegro.

  

El peliverde se acercó con furia a él, sentándose encima de él, haciendo se que tumbara de nuevo y acercando mucho, mucho... demasiado su rostro.

  

-¡No vuelvas a tratarme como si fuera igual que esos hijos de puta de los vampiros!-exclamo furioso.

  

Ace estaba sonrojado por la cercanía del otro, no sabía por que se había puesto tan rojo.

  

-Perdón...-es lo único que pudo pronunciar.

  

El pelinegro se pateó mentalmente por ello. Zoro se levantó de encima suyo sin mucha prisa.

  

-No pasa nada... ¿Estas bien?

  

-Si, gracias por salvarme. ¿Cuál es tu nombre?

  

-Mi nombre es Roronoa Zoro

  

-Portgas D. Ace, encantado de conocerte Zoro ¿Y por qué me has salvado?-esto último lo dudó un instante el de preguntarlo o no.

  

-No importa el motivo, lo que importa es que sigas con vida ¿no?

  

-Tu eres un hombre lobo ¿verdad? Hace tiempo que veo que rondas cerca de mi ventana y a otros muchos que van saltando por los terrados.

  

-Si, soy un hombre lobo-dijo con los ojos entre cerrados.

  

-¿Tenéis mujeres lobas? "haaayyy ¿por que pregunte eso?"

  

El peliverde lo miro extrañado, pero aun así contesto.

  

-No-dijo simplemente.

  

-¿No? ¿Y cómo tenéis descendencia? "¿Por qué hace que desee preguntar sobre eso?”-pensó arrepentido de abrir la boca.

  

Zoro cerró los ojos completamente como meditando la respuesta.

  

-No hace falta que respondas si no quie...

  

-Hay varias formas-empezó a explicar, interrumpiéndolo así- una es mordiéndole a alguien, pasándole la sangre de lobos, la segunda es ajuntando se con una humana, vampiresa, o algún otro ser... o simplemente no haces nada. Pero ten claro una cosa… los vampiros y los hombres lobos nunca nos hemos llevado bien. Somos incompatibles socialmente, solo algunas parejas han logrado ser felices.

  -Bueno creo que me voy ya-esa charla le incomodaba y no sabía por qué.  

Se intentó levantar, pero en cuanto puso las piernas rectas le vino un calambre que hizo que se sentara de nuevo. Al moreno le pasó la pelea con el rubio por la mente como si un rayo se tratara y se recordó de una cosa súper importante. ¿Cómo se podía haber olvidado de ello?

  

- ¡LUFFY! ¿Dónde está? ¡Mi hermano! ¡El del sombrero de paja!-gritó al darse cuenta de su descuido.

  

-Lograron escapar los dos.

  

Ace suspiró tranquilo.

  

-Tengo que verle-dijo intentando levantándose otra vez, y como la vez anterior se volvió a caer.

  

Zoro se agacho delante de él y lo miró a los ojos. Al pelinegro le recorrió un escalofrió por todo el cuerpo al ver esa mirada intensa.

  

-¿En verdad estoy seguro?-se dijo mas para si mismo que para el otro.

  

-Lo estas

  

-¿Puedo fiarme de ti?-preguntó no muy seguro de quererlo saber.

  

-eso lo tendrás que descubrir tú mismo-dijo el peliverde con una media sonrisa- ¡sube!-dijo poniéndose de espaldas.

  

-¿Eh?-el pelinegro estaba mas que confundido.

  

-Te llevaré a casa.

  

-Pero...

  

-Tú solo no llegarás-le aclaró el peliverde- y además aún es de noche-le sentenció sin mirarlo siquiera.

  

El moreno aceptó la ayuda y se subió a su espalda.

  

-Coge te fuerte-pronunció antes de echarse a correr y...

  

-¡NO!-exclamó el pecoso con los ojos abiertos de par en par.

  

-¡Si!-dijo con una sonrisa el peliverde.

  

-¡OOOO NO!

  

-¡Oooo si!-dijo por fin saltando desde... ¡UN RASCACIELOS!

  

-Yuuujuuuu-exclamó divertido cayendo a una gran velocidad.

  

En cambio Ace se aferró con fuerza a su cuello. Zoro clavó unas de sus katanas en la fachada del edificio y después la segunda, parando así lentamente la caída. Cuando iba lo suficiente lento y bajo, saltó a otro edificio. Yendo así saltando de un tejado a otro. En uno se paró, y giró levemente la cabeza.

  

-Me... cuesta respirar... contigo... estrangulándome-dijo con una media sonrisa.

  

Ace se sonrojo de golpe, no se había dado cuenta que no le soltó el agarre desde la caída del rascacielos.

  

-Perdón...-susurró al tiempo que aflojaba el agarre.

  

-Esta es la segunda...-susurró al tiempo que volvía a saltar de tejado en tejado.

  

-¿Eh?-pregunto el pelinegro confundido.

  

-Esta es la segunda vez que te disculpas-aclaró el peliverde sin dejar de saltar.

  

-Ah, es verdad-respondió como si no lo hubiera notado.

  

El moreno comenzó a reconocer los edificios, estaban por su barrio. Pronto llegarían. No sabía por que, pero, el pensar que al llegar se tendrían que despedir, lo entristecía.

  

-Llegamos-dijo el peliverde captando la atención del moreno.

  

Un salto mas y llegarían a su bloque.

  

-¡Agárrate fuerte!-exclamó al tiempo que aumentaba la velocidad.

  

-¿Qué vas hacer?-preguntó temiendo otro salto.

  

-Nada-mintió lindo, saltando esta vez hasta su balcón.

  

Estaba todo bajado. No podrían entrar, pero aún así desde las rendijas se filtraba luz del interior.

  

-¡Luffy! ¿¡Estás en casa!?-gritó el pelinegro, no demasiado fuerte.

  

-¿Ace?-se escuchó la voz del sombrero de paja desde el otro lado.

  

-¡Estoy en el balcón!

  

Luffy corrió hasta la persiana del balcón, pero se detuvo de golpe por alguien.

  

-¿¡Y si es uno se esos monstruos!?-preguntó atemorizado Usopp- ¡Alo mejor pueden imitar la voz!

  

A Zoro se le resbaló una gotita por la frente. ¿Cómo que imitar la voz? ¿En qué mala película de terror vio que un vampiro hiciera eso?

  

¿Siempre es así de cagón?-preguntó el peliverde sabiendo la respuesta, intuición, y por que lo vio con los vampiros.

  

Ace asintió con un movimiento de cabeza y suspiro largamente.

  

-¡Los vampiros no pueden imitar voces por ellos mismos! ¡Abre!-exclamó el peliverde con un poco menos de paciencia.

  

-¿Y... y... tú quién eres?-preguntó Usopp temblando.

  

Ahora fue Zoro quien suspiró.

  

-¡Él es quién me salvó!-le aclaró el pecoso.

  

-¿Cómo podemos saber que eres tú?-volvió a preguntar Usopp.

  

-Usopp estas enamorado locamente de Kaya, y Luffy es mi hermano menor y ese sombrero de paja es lo mas preciado por él, se lo regaló un viejo amigo que se llamaba Shanks... ¿Contentos? ¿Eso os vale? ¿O os doy un poco de sangre? Para un análisis haber si soy yo.

  En eso se empezó a subir la persiana, dando a ver a Luffy y a Usopp... y a ajos por todos lados.  

-Exagerados-susurró el peliverde.

  

Zoro empezó a entrar a la casa, con la mirada expectante de los dos muchachos. Siguió caminando hasta cruzar el comedor y encontrarse una puerta en frente, la abrió y entro seguido de los dos muchachos que lo miraban sin decir una palabra.

  

-Esta es tu habitación ¿verdad?-preguntó el peliverde al terminar de abrir la puerta.

  

-¿Cómo lo sabías?-preguntó extrañado.

  

- "Por qué me paso noches y noches observándote"-pensó, pero respondió otra cosa bien diferente- olfato-dijo sin más.

  

En parte no le mentía, tenia su olor gravado en su memoria.

  

-Deshaced la cama-exclamó mirando a Luffy y a Usopp.

  

Luffy obedeció, deshizo la cama de su hermano y regreso a la puerta.

  

-Os dejamos a solas-dijo con una sonrisa de oreja a oreja, y llevándose consigo a Usopp también. Cerrando la puerta a su paso.

  

 

-¡Estas loco! ¿¡Y si lo mata!?-preguntó exaltado el narizón.

  

-No lo hará-dijo el sombrero de paja simplemente con una sonrisa.

  

Usopp estaba más confundido que nunca. ¿Cómo que no lo haría? Si seguramente sería un monstruo cómo los demás. Era imposible trepar. ¡ERA UN NOVENO PISO!

  

-Me cae bien-dijo con una sonrisa de oreja a oreja- a salvado a mi hermano, no creo que sea mala persona-dijo volviendo a bajar la persiana del comedor.

  

Usopp suspiro resignado y añadió...

  

-Como tú digas...-dijo resignado.

  

 

Zoro se acercó a la cama y deposito al moreno en ella. Lo arropó y se dispuso a irse, pero se lo impidió una mano que agarraba su muñeca. La miró como si fuera la cosa mas fascinante que había visto nunca y fue subiendo por su brazo hasta dar con esos ojos negros que tanto amaba.

  

-¿Qué pasa?-pregunto curioso.

  

Ace sintió que toda su sangre se iba concentrando en su cara, eso no debía ser bueno, de eso estaba seguro.

  

-Gracias...-dijo el pecoso todo rojo.

  

-De nada-dijo girándose otra vez, pero la mano no se quito de ahí. Se volvió a voltear y escuchó una cosa que no espero que saliera de los labios del pecoso.

  

-Queda te-susurró con voz ronca, demasiado sensual.

  

Zoro aceptó sin más y se sentó en el suelo, al lado de la cama.

  

-Gracias-volvió a agradecer.

  

-Vuelve a ser la segunda-le recordó divertido.

  

Ace sonrió de oreja a oreja.

  

-Si-afirmo.

  

-¿Te encuentras mejor?-preguntó el peliverde preocupado.

  

- Si, muchos mejor... gracias-volvió a decir.

  

- Tercera-volvió a recordarle.

  

El moreno no tardó en quedarse dormido y el peliverde creyó que era el momento indicado para irse.

  

 

Zoro salió del cuarto y se encontró con los otros dos muchachos.

  

-¿Cómo esta mi hermano?-preguntó Luffy preocupado.

  

-Esta bien, sólo le hace falta dormir.

  

-Gracias... esto...

  

-Zoro... me llamó Zoro.

  

-Luffy-se presentó a sí mismo- y éste de ahí-señaló al narizón que estaba escondido en un rincón- es mi mejor amigo, Usopp-dijo con una gran sonrisa.

  

-H...hola...-saludó el narizotas desde su escondite.

  

-Tengo que irme, pronto amanecerá.-les aclaro el peliverde.

  

-Te acompaño hasta la salida-se ofreció amable el pelinegro, comenzando a caminar hasta esta.

  

El sombrero de paja abrió la puerta y dejó pasar al peliverde. Ando este estaba bajando las escaleras, el menor le soltó una simple palabra...

  

-Gracias...

  

El peliverde se volteó y volvió a repetir...

  

-Esta es la segunda...

  

-¿Eh?

  

-Esta es la segunda vez que lo dices, en verdad te pareces a tu hermano-dijo con una sonrisa de oreja a oreja, renovando la bajada de escaleras.

  

Cuando escucho que el pelinegro cerró la puerta, se lanzo por el hueco. Llegando así hasta abajo de una vez. En verdad era práctico ser un hombre lobo, pensó contento. Perdiéndose en las sombras de la ciudad.

 

 

   

Continuará…

 

 

Notas finales: Reviews, please n.n

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