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Sayonara Yesterday... por Bittersweet Nozomi

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Notas del capitulo:

Bonjour~

Well... Hacia tiempo que queria subir algo de Alice Nine por estos lares, mucho GazettE me esta afectando el cerebro xD, prometi reevindicarme con estos chicos,he estado escribiendo mucho con The Gazette xDD.
Ok al punto xD, este one-shot nacio un dia mientras esta escritora leia el... diario xD, y se encontro con la noticia de Eluana, la chica italiana que murio hace poco y llevaba 17 años en coma D:, weno ello mas la cancion "Jewels" dio vida a este one-shot xD que espero disfruten ;D!

Aclaracion:  Hmmm, ni Shou ni Hiroto me pertenecen, pertenecen a la PSC, familias, mutuamente, perros, gatos, y toda la cosa rara, yo solo soy una fan loca obsesionada con esta pareja y por eso hace esto ;D!

Sin mas~ Enjoy!

Una sala blanca, un gran ventanal que proveía la sala de luz necesaria. Una pureza increíble y un silencio sepulcral que se veía interrumpido por ese sonido monótono de las maquinas que median los signos vitales. Una inmóvil camilla, las enfermeras retomando su camino. Un castaño recostado, cubierto de sondas, cables y respiración… Otro a su lado, tomando su mano, mirando un punto fijo dentro de la inmensidad.

Su mirada perdida, sus manos acariciando las pálidas manos del chico dormido. De vez en cuando, sus pupilas viajaban, revisando la habitación, suspirando al ver ese mismo escenario, ese mismo sonido, ese mismo chico que pareciera, no quería despertar de su sueño casi eterno.

No entendía a ciencia cierta porque el tuvo que salir mas perjudicado de todo lo que había ocurrido. El porque solo el estaba recostado en una camilla, con asistencia para todo… con su vida dependiendo de las frías maquinas.

-Hoy cumple un año así…- El chico sintió una voz femenina recorrer ese lugar completamente puro. Su mirada se despego de ese punto muerto para encontrarse de lleno con esas pupilas claras de una mujer que no demostraba los 30 años. 

Vestía de riguroso blanco, con un delantal que dejaba ver su ropa de por si, de colores claros. Entre sus manos traía una gran ficha médica, mientras la hojeaba, mirándola por detrás de sus lentes ópticos.

Todos los días era lo mismo, todos los días veía al mismo chico con la cabeza recostada en las sabanas de su acompañante, cantándole una que otra canción inventada por el. Todos los días era la misma discusión que repercutía las salas aisladas con el mismo tema: El futuro de aquel chico.

Todos los días… era la misma historia, la misma rutina, la misma pregunta… la misma respuesta.

-Lo sé.- Salio de su ensimismamiento para mirar a aquella doctora que lo miraba con ojos maternales. Se perdió en aquellos ojos claros que tenia la doctora por ojos, para luego volver a mirar el gran ventanal, tomar entre sus manos las manos inmóviles del chico que permanecía dormido, tarareando una melodía.

Un año sin abrir sus oscuros ojos. Un año es que el tiempo se le detuvo, en que su silencio le rodeaba, en que su piel se volvió frágil y blanca, en que sus funciones dependían de las maquinas. Un año sin ver ese brillo infantil en su mirada, un año en que su color de cabello se volvió opaco y sin brillo. Un año en que no pronunciaba palabra… Un año sumido en el océano del silencio, y el… el siempre allí a su lado, esperando que a lo menos, Hiroto estrechara su mano débilmente y le dijera “Que hermosa canción haz escrito Shou…” como siempre le decía cuando aparecía con creaciones nuevas.

El tiempo de a poco se les detuvo a ambos, aquella mujer estaba acostumbrada a verlo allí, a ese castaño con lentillas de color pasearse por la habitación del Ogata. Caminando, hablándole como si de verdad el pudiera responderle, susurrándole cosas al oído, imaginándose siquiera que el le respondería algún día con una palabra de amor.

-Kohara-san…

-Me llamo Shou.- Respondió volviendo a su realidad, al notar a esa mujer revolviéndole sus mechas infantilmente. –A él le agradaba que le llamaran así.

-Lo siento, Shou-san.

-¿Por qué? ¿Por qué no soy yo el que esta en esa camilla lleno de cables? ¿Por qué yo estoy aquí mientras el vuela en quizás que atmosfera?- Las lagrimas brotaron de sus ojos provistos con unas hermosas lentillas de color violáceo. La doctora se agacho hasta quedar mas menos a la altura de su sentado cuerpo, abrazándolo para que pudiera llorar en paz.

¿Cuántas veces había escuchado ya esas preguntas? Mas aquella mujer siempre le decía lo mismo, siempre le decía que los accidentes jamás se planeaban y todo era obra de un destino que de por si, ya era injusto con ellos dos.

~Flash back~

El sonido del mar les calmaba, la brisa marina los hacia suspirar, ocasionando que sus frágiles cuerpos temblaran momentáneamente ante la brisa.

Era de noche, la luna iluminaba el agua del mar que lentamente se movía, formando pequeñas olas, mojando la arena.

Ese día… cumplían 3 años de ser novios. Tres años en que la familia del menor jamás aceptó esa relación furtiva que había nacido entre ambos. Pero, nadie los culpaba de quererse de esa manera, de tener por así decirlo, una relación prohibida. Ellos vivían su amor como si fuera el primer día en que se dieron un beso tierno, el primer día en que sus manos se entrelazaron y se dijeron…

-Te amo Hiroto…- El castaño de hermosas pupilas se acerco a su rostro, depositando un corto beso en esos adictivos labios. El menor le sonrío, escondiendo su cara en su pecho, buscando un poco de calor en ese lugar tan calido.

-Yo también te amo.- Una sonrisa boba se formo en sus labios, en su cara irradiaba la felicidad que sentía al estar al lado de ese chico que con sus mimos le hacia olvidar su nefasta vida al lado de lo que se hacia llamar familia. A su lado podía escapar de su realidad por un segundo y perderse por un momento.

Se mantuvieron en silencio, mirando la luna en su esplendor. Que hermosa manera tenían de celebrar un aniversario, sentados en la arena, escuchando el sonido del mar mientras la luna era testigo de su amor casi inocente.

Pero todo lo bueno… debía acabar.

-¿Qué ocurre Hiroto?

-Mi celular…- Empezó a buscar entre sus prendas hasta dar con el paradero de ese aparatejo que siempre le interrumpía en sus mejores momentos, quizás le haría caso a Shou y lo dejaría en casa para que no lo molestasen. Vio el visor de llamadas y su cara se cambio de expresión a una de fastidio. -¿Diga?

-¿Dónde se supone que estas? ¿Has visto la hora siquiera? ¡Ya deberías estar en casa!- La voz femenina de su madre le resonó por su oído, teniendo que separar ese aparato de su oreja para no oír del todo ese maldito grito. Era siempre lo mismo, ella siempre era la encargada de interrumpir. –De seguro estas con ese idiota de los ojos falsos… ¡Vente inmediatamente a casa!

-¡Pero mamá!, estoy de aniversario, ¿podrías por una vez en tu vida dejarme ser feliz por unos momentos?- Interrogo con la ceja elevada, demostrando en parte su frustración. Su novio le miraba con miedo… Esa mujer era de temer cuando le hacían enojar.

-¡No! ¡Ya basta de estupideces! Te vienes a casa, si no llegas aquí en media hora, ya sabrás lo que te pasara Ogata Hiroto, mas te vale no desobedecerme.

Colgó… el sonido monótono de la llamada finalizada sonaba en su oído.

Finas lágrimas caían de sus ojos, y en un arrebato, tomo la cara del chico de las lentillas y le beso los labios, un beso que le demostraba todo el amor que sentía a pesar de las amenazas familiares.

Se separaron lentamente, y el Ogata se levanto de su lugar para extenderle la mano a su novio.

-Debo…

-Shhh…-Callo sus labios con uno de sus largos dedos. -No te sigas haciendo daño con las palabras de esa mujer, te llevare a casa, tranquilo.- Le tomo la mano, atrayéndolo hacia el en un beso corto, para luego caminar hacia el auto que los llevaría a la casa de Hiroto.

Las nubes tenuemente taparon el reflejo de la Luna.

El trayecto de camino a casa fue silencioso. Al entrar a la autopista, el Ogata tomo la mano que mantenía el castaño sobre los cambios. Shou le sonrío, mientras el otro esbozaba una sonrisa algo triste.

Hiroto se acerco a los labios del mayor rozándolos tenuemente para susurrarle un “Te amo” y luego volver a su asiento mirando hacia la ventana.

Fue el ultimo “te amo” audible que escucho de sus labios antes de ese fatal acto.

Todo ocurrió como en un segundo, se sintió un gran estruendo, Shou jamás se imagino lo que vendría adelante. Una gran luz los cegó por completo y lo único que pudo escuchar fue un “¡Cuidado!” por parte del castaño mas bajo.

Un choque múltiple los saco de su trayecto, la lluvia empezó a caer cuando el Kohara se dio cuenta de su realidad.

Salio del auto como pudo, aun teniendo unas cuantas fracturas y sangre en su cara. Pudo verlo recostado en el pavimento, con sangre alrededor de su cabeza, y la lluvia mojar su carita de ardilla.

Trato en vano de acercarse a él, el hecho de salir del auto siniestrado le había cobrado las pocas fuerzas que su cuerpo tenia. Su cerebro mandaba ondas eléctricas a su cuerpo para que se moviera de ese mojado pavimento, pero este no respondía a sus estímulos.

Vio como Hiroto giraba su cabeza para mirarlo, podía ver que de sus ojos salían lágrimas rebeldes. El chico lentamente le extendía la mano, en un intento desesperado para entrelazarla con la suya, gimoteando de dolor al tener una herida en pleno cráneo.

Nunca supo como su cuerpo reacciono, como su mano termino entrelazada con la de su pequeña ardilla, y como vio cuando sus labios pronunciaban un silencioso “te quiero” para luego caer desmayado hacia la eternidad.

Grito, trato de despertarlo con todo, su cuerpo ya no respondía, sus ojos lentamente se iban cerrando, y todo se volvía oscuridad.

“Yo también te amo Hiroto…”

Todo lo demás era oscuridad para el.

~Fin flash back~

-¿Al final yo tuve…?

-No, tú no tuviste la culpa del accidente Shou, fue algo que no fue anticipado, no por tu culpa Hiroto esta así, no te sigas recriminando por algo que no es tu culpa, al final de cuentas… Tú amas a Hiroto.- La ojiclara mujer le limpio las lágrimas con el dorso de su mano, dándole un poco de tranquilidad a aquel chico que luego de tanto tiempo… se seguía culpando.

-Vaya que bonito.- La voz de esa mujer que tanto detestaba resonó por la habitación. -¿Para que le miente a este estúpido? Si al final de cuentas, por el mi hijo esta confinado en esa cama ¡Por tu culpa Hiroto no despertara jamás!

-¡Cállese!- Grito el ojilila levantándose de su lugar, acercándose a esa mujer de mediana estatura con decisión. –Aquí la culpable es usted, usted tuvo la culpa de que Hiroto no fuera feliz jamás, usted es la que le corto las alas ese día, y lo obligo a que se fuera a casa sabiendo que el tráfico a esa hora esa imperdonable, ¡así que no me venga a culpar!

-¡Como te atreves!- Su mano se levanto, golpeando duramente en la nívea mejilla del castaño oscuro, aquel golpe hizo que su cara se volteara violentamente, casi perdiendo estabilidad. –No quiero que mi hijo siga sufriendo esta agonía que este tipo se empecina en seguir.

-Señora Ogata, estamos en un hospital, le pido por favor tenga respeto.

-Y usted como buena profesional hágame caso, donde firmo para que mi hijo deje de sufrir, aquí la única opinión que vale es la mía, soy su madre y se bien lo que es bueno para mi hijo.- Hablo la mujer, desafiando a la doctora a cargo de su hijo. El ojilila lloraba calladamente, con la mirada gacha y la mejilla levemente enrojecida.

-Salga de aquí…- Hablo la medico, extendiendo su mano para que aquella arpía mujer se largara de una vez.

-¡Pero!

-¡Que se vaya! Aquí Shou también tiene opinión, ¿o debo recalcarle, señora Ogata, que el siempre ha estado aquí? El es su novio, el que lo ha acompañado en todo, y si el dice que si, lo desconectare, pero no me venga a dar ordenes, usted no es mi jefa. Le ruego por favor, se retire o llamo a seguridad.

La mujer se fue a regadientes. La doctora se acerco lentamente hacia el Kazamasa, levantándole su cabeza gacha, viendo como de sus ojos salían cantidades industriales de lágrimas, enrojeciendo sus ojos. Le abrazo una vez más, hasta que oyó que su respiración se calmaba.

-Yo… Yo, debo decidir que hacer con el…- Hablo bajito el castaño, tocando una de las inertes manos del Ogata, perdiéndose en esa imagen tan desgarradora para el.

-Te daré el tiempo que estimes necesario.- Respondió la mujer, tocándole el hombro para luego desordenarle las mechas castañas. Shou ladeo una sonrisa tímida. –Te dejare solo… cualquier cosa, no dudes en llamarme.

Una vez más recostó su cabeza entre las sabanas y los cables. Una vez más fijo su mirada en un punto muerto del ventanal, tarareando una canción.

Sus ojos se cerraron por unos segundos… Su cuerpo se sumió en un océano de cristalinas aguas. Los delfines nadaban junto a el, no entendía donde estaba, empezó a desesperarse… el no sabia nadar.

-Tranquilo…- Una voz conocida para el le tomo su cara. Shou no cabía de su asombro, frente a el estaba…

-¡Hiroto!- Exclamo feliz, tratando se besar sus labios, a lo cual el castaños e negó, renegando con la cabeza. Le toco la mejilla enrojecida, mirándola con detenimiento.

-Ella te golpeo ¿cierto?- Pregunto acariciándola lentamente. El Kazamasa no lo creía, frente a sus ojos estaba su ardilla, envueltos en agua cristalina y delfines danzantes ¿Qué significaba eso? ¿Su mente le jugaba una mala pasada?

-Si… ¿Dónde estamos?

-Aquí he estado durante todo este año, pero hoy, hoy debo abandonarlo. Escúchame Shou, se que no quieres hacerlo, pero si deseas mi felicidad… Desconéctame.- Su voz sonaba tenue, casi se podía asemejar a un susurro que débilmente sus oídos escuchaban. El castaño ojilila enarco la ceja renegando con la cabeza, como tratando de no creer lo que escuchaba. –Por favor… Yo no quiero que esa mujer te siga culpando por algo que no paso, tú no eres culpable de esto Shou y lo sabes.

-No quiero que te vayas…- Replico, tratando de tomar las manos de su ardilla. Tal como creía, seguían siendo tan suaves como la primera vez.

-No me iré, siempre estaré contigo, estaré aquí.- Su mano lentamente se separo de la del Kohara, apuntando su corazón, sonrío por aquello, realmente… era algo cursi. –No te sigas sintiendo culpable, lo que paso fue obra del destino. Siempre estaré cuidándote Shou, y donde quiera que este, escuchare tus canciones y podré decirte que son preciosas... Te amo.- Por un momento sintió tan reales esos labios que le besaban con delicadeza, sintió tan reales esas manos que entrelazaban las suyas.

-Yo también te amo… mi ardillita.- Susurro, cuando se dio cuenta que Hiroto había desaparecido de su vista.

Abrió sus ojos y pudo ver que estaba en la sala del hospital. El mismo lugar, el mismo sonido, el mismo chico que no quería despertar. Solo que ahora… La respuesta a la pregunta era otra.

Se acerco a los labios fríos del Ogata, rozándolos lentamente contra los suyos… El no le respondería esa muestra de cariño. Beso sus manos por ultima vez, memorizo sus facciones por ultima vez antes de salir de la habitación y pronunciar un…

“Desconéctelo… doctora”

De a poco vio como la vida de esa hiperactiva ardilla se consumía, como la llama de su vida se apagaba y la muerte abrazaba su frágil cuerpo. Una brisa fría le recorrió, sintiendo ese sonido que anunciaba que el paciente había muerto.

-Hora de defunción…

 

Caminaba por la playa, una brisa fría recorría el lugar. La luna iluminaba el agua, que tranquilamente formaba olas, mojando la arena.

El castaño se sentó en ese lugar, dejando que la brisa recorriera su cuerpo, haciéndolo temblar lentamente.

-Es algo que no me arrepentiré jamás… ¿cierto, Hiroto?- Una sonrisa se le formo en el rostro, al hablarle al aire.

-Cierto… Shou.- Le respondió un susurro tenue, haciendo que su sonrisa se ensanchara. La luna era testigo… de su amor.

“Siempre estaré contigo, para decirte siempre que tus canciones son preciosas… Siempre estaré contigo para decirte que no estas solo y que siempre te amare a pesar de no estar aquí. Gracias… por ti mi agonía ha acabado, y ahora puedo abrazarte libremente, como lo hacíamos, cuando éramos plenamente felices…”

Fin

Notas finales:

Chan, chan~~!!

Ok, si, la sufri escribiendo esto e-e, mas por que el ShouxHiroto es una de mis parejas favoritas y matar a uno de ellos me dio mucha pena ;O; pero necesitaba escribir algo con Alice Nine aprovechando el corto lapsus de inspiracion que tuve, dado que ahora me abandono y no puedo escribir nada ;D! Musa rulz xD

¿Les gusto? Espero que si *-*

Dejen reviews lindos~~ las qiero <3~

Au Revoir~*


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