Capitulo dos: viviendo después de saber los secretos oscuros…
Después de algunos golpes, hechizos y varias taza de café, Harry pudo procesar toda la información, primero Remus salía con Lucius Malfoy, segundo se iban a casar y lo último y más importante estaba embarazado, EMBARAZADO, no podía creerlo, ¿es que nadie podía decirle las cosas que en el mundo mágico eran posibles los embarazos masculinos? Como mier… se les podía olvidar que él vivió once años como un muggle…
Cuando estaba saliendo de su ducha - ya que después de todo aquel asunto de Remus y su embarazado, necesitaba calmarse y relajarse - se topo con el espejo de cuerpo entero que se encontraba en la habitación, se miro un momento y su reflejo cambio un segundo por un niño parecido a él, tenia los mimos ojos suyos, aquellos ojos de absoluta soledad, tristeza y dolor, pero aquel cuerpo era de otra persona, de Tom Riddle y una punzada en su corazón, una opresión en el pecho al tener ese pensamiento en su cabeza le hiso apoyar su mano en el espejo, mientras sus ojos mostraban miedo, terror, a lo que su mente había pensado…
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Ya no había podido aguantar con la incertidumbre, debía averiguar qué era lo que realmente había pasado.
Sin que nadie se diera cuenta había salido de Grimmauld Place, llevaba una capa gruesa negra con capucha para que nadie le viera el rostro, tomando el autobús noctambulo se dirigió al único lugar en donde creyó encontrar alguna respuesta.
Vio con tristeza aquella casa, su casa, enfrente suyo estaba un construcción antigua, la casa mostraba los embate de aquella batalla, algunas paredes caídas, ventanas rotas, quemaduras, era desolador, con dolor pero seguro de sí, abrió lentamente la reja de la entrada, camino por el largo y descuidado pasto que estaba alrededor de la solitaria construcción, respiro hondo al quedar frente a la puerta, tratando inútilmente de quitar aquel dolor que sentía al estar en el lugar en donde sus padres murieron, en donde podría haber formado una feliz familia junto a aquellos que le amaban…
El sonido que provoco al abrir la puerta daba clara señal de lo deshabitada que estuvo, cuando por fin entro completamente en la casa cerrando la puerta tras de sí, se quedo observando el lugar, algunas partes en que no fueron dañadas por los hechizos, era como si nada hubiera pasado, solo el polvo daba testimonio inequívoco de que los años habían pasado.
Fue hacia el comedor, la pared estaba destrozada completamente, algunos vidrios y maderas estaban esparcidos por el lugar, sintió una opresión en el pecho al ver el sillón, en el suelo al lado de este, podía jugar ver el cuerpo de su padre, respiro hondamente con los ojos cerrados, tratando de controlar las ganas de llorar, consiguió que ninguna lagrima escapara de sus hermosos ojos verdes y dio media vuelta sin volver a mirar hacia atrás.
Vio las escaleras y sin pensárselo dos veces subió por ellas, lentamente asegurándose de no pisar mal y caerse en algún escalón, hasta que al fin pudo llegar al segundo piso.
Camino entre las desoladas paredes en donde las puertas estaban entre abiertas o rotas dejándole a la vista algunas habitaciones, pero no era la que buscaba, hasta que al final pudo hallar lo que tanto deseaba encontrar.
La puerta ya no existía las bisagras estaban arrancadas, entro despacio examinando cada detalle, cada espacio roto como si le estuviera contando lo que paso por allí, hasta que en el centro del cuarto había un cuna casi intacta, tenia polvo y algunas pocas quemaduras pero nada más, mientras caminaba hacia la cuna vio en el suelo un peluche, era un ciervo bebe, lo tomo entre sus manso temblorosas, apretando aquel peluche contra su cuerpo, suspiro tristemente para luego seguir su camino, aun con el peluche entre sus manso, se acerco a la cuna, su cuna, vio con nostalgia un cuento de hadas al lado de la almohada junto a una manta celeste, con su otra mano libre roso el colchón, sintiendo algo duro, curioso al sentir como una figura de algún material duro bajo el colchón, dejo el peluche sobre la cama, levanto el colchón para ver lo que había debajo, encontrándose con un collar en forma de serpiente y un sobre…
Se sentó en el suelo colocando su espalda apoyada en las barandas de la cuna, observo detenidamente el medallón debía de ser de plata, era una serpiente plateada enroscada en una varita los ojos de la serpiente eran esmeraldas, lo dejo a un lado en el suelo y vio el sobre, no tenía nada escrito lo abrió y saco una hoja ya gastada por el tiempo, y comenzó a leer aquella carta y mientras sus ojos iban avanzando en la lectura, sus manos tiritaban nerviosamente, sus ojos se agrandaban por las sorpresa y derramaban incontrolables lagrimas…
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Lord Voldemort se encontraba en su despacho de la mansión revisando algunos papeles importantes para su causa, mientras que Nagini descansaba en sus hombros, por casualidad su mano toco una orilla de la madera de la mesa en que descansaba los papales, su mirada se concentro en unas líneas en la oscura madera que forman un rectángulo, como en un transe puso su mano en aquel rectángulo y una luz brillo comenzó a salir del lugar, saco despacio su mano, hace tiempo que no habría ese compartimiento, la luz seso y aquel rectángulo que en un principio eran solo líneas se abrió dejando al descubierto una antigua foto, estaba arrugada y de la orilla derecha quemada, con sus dedos acaricio reverentemente la cara de uno de los jóvenes que estaba retratado en la foto…
En la foto se podía apreciar a un chico de pelo negro y ojos verdes y el otro era de cabellos negros desordenados y ojos café.
Saco rápidamente su mano de la foto y esta inmediatamente volvió a desaparecer tras la madera, Lord Voldemort se levanto de su mesa, maldiciendo al ser débil y abrir nuevamente aquel lugar secreto, aun no podía olvidar lo que había pasado con él, nunca lo podría olvidar, se preguntaba por que todo había terminado así, porque le había tenido que mentir tan descaradamente…
Por la ventana se podía apreciar un hermoso atardecer, los colores cálidos, la tranquilidad y la suavidad en que se movía el viento, daban una preciosa escena.
Aun recordaba como si fuera ayer como había terminado todo, cuando se entero de la profecía, el dolor, la rabia, la angustia que sintió, sus mortífagos querían ir con el pero él no lo permito... Cuando llego a la casa de Jam… de Potter iba con la decisión de acabar con él, ser como el demonio como le había llamado, pero al tenerlo al frente suyo, ver su miedo, dolor, tristeza, decepción en sus hermosos ojos, supo que no podría hacerle daño, no podría matarlo, así que solamente lo desmayo, lo tomo en brazos antes de que su cuerpo callera al piso y lo dejo cómodamente en el sillón, acariciando su apacible rostro, para luego besarle en la frente y subir rápidamente por las escaleras. Cuando vio a la maldita pelirroja que le había quitado a su James su cólera aumento, sus ojos eran de un rojo sangre, de pura rabia y odio, no dejo que la maldita sangre-sucia hablara solo la mato con el Adava kedavra sin ningún remordimiento, paso de ella sin inmutarse ante el cuerpo inerte en el suelo, coloco sus manos en el barandal de la cuna, miro como aquel bebe de tan solo un año le miraba asustado con rastro de lagrimas en los ojos, unos hermosos ojos verdes, en ese momento olvido todo, solo podía ver al ser que acabaría con su vida y que era fruto del engaño de James con esa maldita pelirroja, cuando vio esos ojos verdes mirándolos con curiosidad y con rastros de lagrimas en su rosada cara dudo, un momento dudo, pero solo fue un segundo que no basto para lo que pasaría después, retrocedió unos pasos y levanto su varita hacia aquel niño indefenso, pero que le había destrozado su corazón por completo, no lo pensó mas y lanzo la misma maldición que a su “madre”, aunque esta nunca llego a matar aquel bebe…
Cerró los ojos fuertemente, dejando todo atrás, escondiendo su dolor en el fondo de su corazón que ya no sabía si existía.
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Habían pasado dos semanas desde que había “escapado” de la casa de su padrino, aun recordaba la reprimenda que recibió por parte de todos al escapar sin decir donde iba, no le pudieron sacar nada, donde fue, con quien se encontró, que hiso, él no dijo nada y todos pudieron notar su cambio, ahora no reía como antes, no hablaba mucho y estaba siempre solo encerrado en su habitación de Grimmauld Place y perdido en sus pensamientos. La verdad es que Harry no pensaba en nada realmente, estaba completamente perdido en sus pensamientos, en lo que había descubierto hace poco tiempo. En estos momentos se encontraba nuevamente en su cuarto, sentando en el barandal de la ventana mirando como la noche caía lentamente sobre la ciudad, entre sus manso tenia aquel medallón que había encontrado en la casa de sus “padres”, suspiro débilmente sin saber realmente que hacer, a quien de verdad poder pedir ayuda, ya no confiaba en nadie, en nada, aferro fuertemente el medallón contra su pecho, cerrando fuertemente sus ojos y lagrimas que él no quiera salieron sin su permiso, tratando inútilmente de apaciguar su dolor…
Escucho unos golpes a la puerta, pensando que podría ser Sirius nuevamente para arrastrarlo a comer, se limpio sus lágrimas aunque los ojos rojos e hinchados no se podían borrar fácilmente, los golpes se sintieron nuevamente así que se apuro en abrir la puerta, iba a recriminar a Sirius por no dejarle en paz, pero se quedo mudo al ver a quien estaba en frente de su puerta, su boca y ojos se abrieron en sorpresa…
- cierra la boca Potter te pueden entrar moscas – dijo un rubio con el tono seco y altanero, entrando al cuarto del moreno como Pedro por su casa, sentándose elegantemente en la cama y apoyando su espalda en el respaldo de esta…
- Malfoy – dijo serio, azotando la puerta y caminando fieramente hacia donde se encontraba el rubio – que haces aquí! Quien te crees que eres para venir y entrar a mi cuarto! – cruzándose de brazos enfrente del rubio
- y así recibes a tus visitas, que mal educado Potter deberías aprender modales - dijo sin más, algo demasiado suave para los acostumbrados comentarios mordaces
- no digas estupideces y lárgate – dijo corriendo las piernas del rubio para sentarse en la cama
- hey no seas tan bruto
- que quieres – dijo impacientándose-
yo… nada – le dijo desinteresadamente tomando una revista de Quidditch que Harry tenía en la cómoda al lado de su cama
Harry ya se estaba enfureciendo al ver como el rubio estaba completamente relajado, en su cuarto, en su cama de esa forma demasiado descarada y sexy… ¿sexy? El había pensado eso, Nah seguro que había sido alguna neurona desviada, si seguro era eso.
- hey Potter puedes dejar de ver mi cuerpo como si quisieras comértelo – dijo con burla logrando que Harry se ruborizara completamente
- que… yo… no se dé que.. ha... hablas – dijo al fin Harry aun con las mejillas encendidas
- si lo que digas – para volver a poner su “atención” en la revista
- ya párala, dime qué haces aquí
- acaso tan ciego estas Potter, no ves acaso, estoy leyendo
Harry se enojo aun más - ese maldito rubio, engreído, maldito, mimado, condenadamente atractivo… ¿atractivo?
Draco suspiro y dejo la revista a un lado sin saber que Harry se había quedado en un bloqueo mental – como sea, sabes que mi padre se casara con Remus y este tendrá un hijo de el… - Draco se sentó y miro a los ojos de Harry que ahora le prestaba toda la atención del mundo – pues, mi padre venia a ver a Remus y me quiso traer, me aburría abajo con la comadreja y come-libros, así que subí a molestarte un rato – le dijo con una sonrisa abarrotadora
Harry esquivo su mirada de la intensa del oji-gris y miro hacia la ventana que hace poco había estado sentado…
- que ocurre Potter tú no eres así – le dijo sin ninguna burla, “preocupado” de ver que el moreno no saltase y le gritara por llamar así a sus amiguitos
Harry le miro algo curioso – que te pico Malfoy – le dijo algo dudoso de seguir teniendo esa platica con el rubio, podría estar tramando algo
Draco bufo, no podría con se maldito Gryffindor, sin pensarlo dos veces, no siempre uno tiene la oportunidad de estar completamente solo en una habitación y enzima de la cama con el mismísimo Harry Potter, sobre todo él. Poso su mano en la mejilla derecha del moreno y lo acerco a su rostro, Harry estaba tan asombrado por el movimiento que se dejo hacer como si se tratara de un muñeco. Draco unió los pocos centímetros que los separaban, al principio fue un roce entre labios…
Quien llevaba las riendas era el rubio ya que Harry aun estaba en shock, pero cuando la lengua del rubio delineo sus labios los entre abrió dejando al otro entrar en su boca. Fue un beso lento, saboreando el sabor del otro, jugando con sus lenguas sin apuros…
Draco aun sin romper el beso empujo despacio y suave al moreno para que quedara recostado en la cama, el rubio se coloco sobre el azabache, colocando sus piernas a cada lado del cuerpo de Harry sin llegar a recostarse completamente sobre el cuerpo del moreno…
Lentamente se separan, Draco fue el primero en abrir los ojos y vio con placer a Harry con los ojos cerrados, las mejillas sonrojadas y la respiración agitada, sonrió con superioridad al ver lo que había conseguido aquella imagen del Gran Potter, se acerco nuevamente y le dio un casto beso en los labios para luego ponerse de pie y alejarse hacia la salida, antes de salir por la puerta se dio media vuelta y vio que Harry aun estaba en la cama, este tenía los ojos abiertos mirando distraído el techo de su habitación…
- buen beso Potter, espero que el próximo sea más largo – lamiéndose los labios y saliendo sin apuros del lugar
Harry se quedo viendo la puerta con asombro – el próximo…- y una sonrisa por fin salió de sus labios que desde hace tiempo no se dibujaban…
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Continuara…