La villa de Konoha parecía en calma.
Naruto recorría con la mirada sus alrededores, eran casi las siete y él recién llegaba de una misión, ahora como ANBU, le agradaba mucho la idea de ser parte de la elite que tiene el honor de servir directamente al Hokage, aunque más que orgullo por la posición, era por el mero hecho de ser reconocido como un buen ninja.
Unos pasos atrás estaba su compañero de misión, su eterno compañero desde que habían estado en el equipo 7, Sasuke Uchiha.
El Uchiha había vuelto a la aldea 2 años atrás, una vez enterado de los motivos de Itachi para acabar con todo el clan, de unirse a Akatsuki y de proteger Konoha por fuera. Akatsuki estaba eliminado del mapa, y sin venganza por cumplir, sus lazos habían sido más fuertes que cualquier otra cosa.
No hacía mucho que Sasuke se sentía atraído por el rubio. Bastante atraído, para ser honestos, sólo estaba esperando el momento perfecto para confesarle lo que estaba sintiendo.
"¿Esperando? Y por qué no crear el momento perfecto"- Se dijo Sasuke: estaba decidido, se le declararía una vez que llegasen a su casa.
- Eh, Sasuke, has estado muy callado, ¿pasa algo, teme?-
- N..no, no es nada dobe, nada realmente- Sasuke estaba más que nervioso, su compañero lo estaba notando y eso lo inquietaba.
- Tsssk! Está bien, Sasuke- Podía percibir cierto rubor del Uchiha.
Llegaron, pues, a casa de Sasuke, ambos estaban viviendo juntos desde hacía un tiempo. En parte por que ambos se sentían solos (aunque eso no lo admitiesen) y, ya que al ser compañeros de ANBU, les era más fácil organizarse.
- Naruto, ¿quieres algo de comer?- Pero si hasta la pregunta era necia! El rubio seguía comportándose como un chiquillo en algunos aspectos, y sin duda, la comida era su debilidad.
- Hai, Sasuke!-
Sasuke se dirigió a la cocina, a preparar ramen (¿El rubio comía otra cosa? No lo sabía, pero tenía que crear la atmósfera perfecta para decirle que le amaba) mientras Naruto jugueteaba en la mesa. Miraba de vez en cuando hacía la cocina, preguntándose por qué tardaba tanto Sasuke.
La plática no era la gran cosa, de por sí el azabache no era muy adepto a las palabras, ahora con sentimientos confusos sobre su cabeza, la cosa iba para peor.
- Eh... Sasuke, estás muy callado...-
- Ya te dije que pasa nada, dobe, sigue comiendo
- Tssk!- hizo un puchero y agregó, bajito: Ni parece que volviste a la villa
- ¿Qué dijiste, usuratonkachi?
- Dije que tu actitud es molesta...
- Baaaah! No es nada, yo sólo... Yo sólo...- No sabía por qué, el hombre inmutable que era desaparecía, flaqueaba peligrosamente y si no hacía nada ahora, el rubio se daría cuenta de todo.
- Tú sólo... qué?- Inquirió, con una mirada más que curiosa...
- Yo, Naruto... Tú a mí... - sonrojado a más no poder, era difícil para alguien como él (algo problemático, diría Shikamaru) expresarse. Sentir algo por Naruto no era algo que tuviese contemplado, pero las cosas estaban así, no había marcha atrás.
- Uh? Qué te pasa, Sasuke baka?
- M...me, a mí me atraes, dobe...
Se separó, como si Sasuke representase algún peligro ¿Qué le gustaba? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Cuándo? Un montón de preguntas y una confusión al no saber responder ni una sola...
- Si, Naruto... Me gustas, no sé cómo pero me atraes... Esto... esto se dio sin yo poder darme cuenta, sinceramente me gustas, mucho...
- Yo... yo...- Ahora quién tartamudeaba, nervioso, era el rubio.
Tenía que admitir que también tenía atracción por Sasuke, pero no sabía definir si la atracción era mera empatía, curiosidad por el moreno, o algo más...
¡Maldición! Se decía Sasuke, sentía que lo había echado a perder todo... Quiso remediarlo...
- E-Está bien, sólo quería que lo supieras... y-yo, yo básicamente no tengo esperanzas de nada... co-contigo... yo...-
¡Sasuke estaba siendo tan sincero! Le gustaba esa sinceridad del Uchiha, y el hecho de que se confesará significaba que le interesaba, realmente. A Sasuke le ganaba el confesarse por encima de todo orgullo que pudiese tener. Le gustó, simplemente, esa sinceridad... Lo decidió, entonces, si Sasuke estaba siendo tan honesto, lo menos que podía hacer es devolver dicha honestidad...
- S-Sasuke, yo...- bajó la cabeza, sin saber bien qué decir aún -Tú, tú me atraes... Y yo, creo... creo que podríamos, no sé...
Un sonrojo se bosquejo en el moreno, un atisbo de esperanza le iluminaba, tenía la oportunidad, le atraía al rubio. No quería forzarlo a nada...
- Sí... esto, podríamos... intentar algo- una franca sonrisa hizo aparición.
¡Vaya! Le había dicho que se podría intentar... ¿Qué seguía? Era obvio que dichos sentimientos eran nuevos para Sasuke, así que no sabía muy bien el qué decir o hacer, es decir, eran amigos-rivales y de pronto confesaron sentir algo más... El Uchiha decidió entonces que las cosas debían darse paulatinamente.