Si bien ambos habían decidido probar si eso que sentían era algo más que amistad, se sentía un poco la tensión. No era fácil, después de todo, ver de una forma diferente al que fuera rival-compañero por mucho tiempo. Querían que todo avance fuera correcto para el otro (cuidaban las palabras y los gestos, pues, a fin de no causar reacciones incómodas para el otro) Sonaba a un romance algo cursi, pero sincero. Así les gustaba.
Por obvias razones, cada quién habitaba su propia casa... No era tan fácil el contacto diario con esto descubierto... Una pausa, pues, no estaría mal... Tiempo para pensar sobre lo que se sentía del otro era lo que necesitaban
Día de Navidad, Sasuke le había invitado a salir... Naruto estaba nervioso, ya que era la primera vez que saldrían en plan de ‘algo más'
- ¿Qué no sabes patinar, dobe? Eso no me lo puedo creer! - exclamaba asombrado Sasuke...
- Uresei! Mi equilibrio es terrible, Sasuke-baka! No te burles!
Después de intentos de patinar, platicar en la terraza de un café y vagar sin sentido, se hizo de noche, ambos se despidieron, sonriendo por que habían disfrutado el día juntos. Llegaron a casa de Naruto, dónde, al despedirse, se sentía cierta tensión del cómo es que deberían de despedirse...
- Yo... Feliz Navidad, Naruto...
- Gracias, Sasuke, Feliz Navidad.
- D-descansa...
Pasó, entonces: Sasuke besó a Naruto, suavemente, para en seguida partir a su casa. Naruto pasó un prolongado tiempo en el porche de la entrada, sonrojado por el beso...
El beso, el beso... Naruto se sonrojó los siguientes días recordándolo, Sasuke le estaba gustando bastante, mucho.
¿Se habría precipitado demasiado? Si bien se moría de ganas de ese beso, ¿cómo se lo habría tomado Naruto? A él le gustaba, y estaba más que dicho y declarado. Un sobre se asomaba por debajo de la rendija de la puerta, extrañado por ello (rara vez le llegaba correspondencia, eso si que era una novedad) lo recogió... Necesitaba que lo pellizcaran: Una carta de Naruto, más que carta, una invitación a comer ramen...
La verdad es que, sí ambos se ponían a pensar, si era algo como "cursi" este intento de algo, pero les gustaba... Es decir, la sinceridad con que se estaba dando la situación, era lento, pero de manera segura.
Así pasó el tiempo, salían, platicaban. Siempre como amigos, pero con un par de gestos y ademanes que les hacían entender al otro que la cosa iba en serio. De un apretón de manos, pasaron a abrazos verdaderamente efusivos, besos intensos y usar un "ai shiteru" sincero, ambos ya se habían declarado, pues.
Si bien, había un ‘algo' mal en la relación: Sasuke quería pasar a la acción -si, ¿para qué mentir?- y Naruto pensaba que aún no era el momento...
- Como me sigas intentando meter mano sabrás lo que es una buena paliza, teme!- Decía por enésima vez el rubio, bufando.
- Pero Naruto! Ay, que esto es normal- Le guiñó un ojo
- Nada de normal, yo sólo quiero que...
- ¿Qué?- Preguntó Sasuke, atento a lo que su koi diría.
- N-no, yo no estoy preparado, no es tiempo aún
- ¿Tiempo? ¡Vamos! Llevamos meses en esto
- No me refiero a eso, teme, yo quiero ser tuyo en la noche de bodas
- ¡!
¿Noche de Bodas? Sí, sí amaba a ese rubio, pero no consideraba que el matrimonio fuera lo máximo (la honestidad ante todo) Es decir, si deseaba estar por siempre con Naruto, pero algo así como formalizarlo...
- Esto... ¿Tú quieres que nos casemos?
- ¿Qué tú no?- Un dejo de molestia en su voz le indicó que debía ser honesto con el Uzumaki
- Yo, sabes que te amo, dobe... Pero eso de "bajo las leyes" sabes que no me va... ¿No te basta sólo mi palabra de Uchiha que te amaré por siempre y estaremos juntos?- Lo había dicho tan pronto, sin meditarlo bien, provocando que el ojiazul se sonrojara fuertemente...
- ¿Qué no te va? Bien, pues a mí sí!
- .....- No supo que responderle, Naruto salió raudamente, algo alterado... No sabía que hacer, pensó que lo mejor era dejar que al rubio se le pasara la molestia.
El rubio estaba en el Ichiraku, muy alterado realmente... Tan alterado como para beber estúpidamente, no tardó en vaciar un par de botellas de sake, mismas que hacían efecto sobre él...
- Si serás teme, Sasuke! - Amaba demasiado al Uchiha, tanto como para entregarse a él, sí, pero de verdad quería la formalidad. Saber que le pertenecería sólo a él y viceversa.
Sasuke se preocupó, en serio. No tenía noticia alguna sobre el rubio, así que decidió ir a buscarlo. Lo encontró en un lamentable estado...
- Usuratonkachi, ¿qué has hecho?- dio un respingo al olerlo -Ughh, apestas a sake, dobe...
- Déjame, Sasuke... Eso de estar sobrio no me va- Dijo con tono sarcástico, imitando las palabras del pelinegro
- Si serás tonto... Ven- Lo sujetó de los hombros. Al ponerlo de pie, notó lastimosamente que el rubio no tenía equilibrio, más bien parecía que se desplomaría en cualquier momento. Bufó, molesto, y decidió llevarlo a su casa.
El pelirrubio pesaba mucho, más por que venía forcejeando, débilmente, pero igual era incómodo. Al llegar a su casa lo recostó sobre su cama, retiro toda prenda que tenía hedor a alcohol... Sonrió al ver su expresión: Si, era un dobe, pero era el dobe que él amaba.
Lo arropó cuidadosamente y con una mano retiro un par de rubios mechones que se pegaban a su piel. Contempló la escena y decidió que mañana aclararía todo con él. Una mano le sostuvo, sorprendido, volteó a ver al rubio, este lo miraba extraño...
- S-sasuke... yo...- Lo abrazó fuertemente
- Shhh, dobe, será mejor que descanses, mañana podemos platicarlo si quieres
- Uhn, Sasuke- Era obvio que estaba algo mareado y seguía con esa extraña mirada. Se acercó a sus labios y los atrajo hacía sí. Sasuke no se resistió al beso, mientras que Naruto rodeaba al pelinegro con sus brazos.
- Quiero ser tuyo teme...- Le miro a los ojos azabache
- Lo sé, y yo... Respeto tu decisión, Naruto, de verdad...
- Hazme tuyo, Sasuke, por favor...- Sus ojos estaban suplicantes. Sasuke se separó, confundido, era obvio que lo deseaba, y bien pudo hacerlo, pero no... Sabía que Naruto no estaba en condiciones de pensar claramente: decidió que el amor por el rubio era más fuerte que cualquier otro deseo. Lo esperaría, respetaría su decisión.
Las manos de Sasuke bajaron por el pecho de Naruto (ya que éste se encontraba sólo en bóxers) mientras este gemía suavemente. El deseo era tal que sentía todo su cuerpo arder, muy a pesar del frío del exterior. Sasuke besó su cuello y los gemidos aumentaron. Naruto cerró fuertemente los ojos, dejó de sentir el contacto de Sasuke, así que abrió los ojos rápidamente. Lo vio al pie de la puerta, con una sonrisa muy marcada...
- No, dobe, eso ya será para la noche de bodas, descansa...- Cerró la puerta tras de sí, no sin antes decir escuetamente "Buenas Noches"
- ¿Q-qué?- No sabía si molestarse por que el pelinegro le abandonó de esa forma, o alegrarse por la parte de "será para la noche de bodas", Sasuke había aceptado su petición... El cansancio pudo más que él y cayó rendido. Tan rendido que no notó el frío metálico del anillo que adornaba su dedo, anillo que resplandecía, aún con los débiles rayos de la luna.