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"ESCAPE" por giovanetta

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Notas del capitulo: HOLA, AHORA COMIENZA LA ACTUALIZACIÓN DE FICS!!!!!!, LOS PERSONAJES NO ME PERTENECEN ^^

CAPÍTULO II       “DANZA DE ROSAS”...  

Nuestro mayor enemigo acababa de morir, y yo, ¿debería estar feliz?, al menos podría volver a comenzar. 

Cuando era niño, creía que la música lo era todo. Ir al Conservatorio de música, fue mi salvación. Conseguí ser uno de los alumnos más destacados, por mi talento y misteriosas composiciones. 

Sí, así es, soy yo otra vez, el que intentó matarse hace un tiempo atrás, aquel que enloquece con sus dedos a quiénes les oye tocar ese instrumento que se hace uno conmigo. Es como mi amante, mi amigo y mi fiel compañero, pero también mi perdición. 

Cuando crees que no tienes más salida, que hasta escapar te resulta difícil, las paredes se vienen encima y el techo te termina por hundir. Sí, había tocado fondo, hace mucho. 

La muerte de mis padres, fue un trauma tremendo, el intento de violación por el tipo que se hizo cargo de mí, me convirtió en un asesino y para rematar, terminé siendo alumno del único chico que me ha besado desde la niñez. 

Descubrí que su padre mató a los míos, aunque no tenía pruebas para inculparle, tampoco sé el motivo de tal ataque contra ellos. Ahora ese maldito, ha muerto. 

¿Cómo debería sentirme?,  ¿cómo debería actuar frente a su hijo?... a decir verdad, Draco me ha salvado de todas las formas en que puede hacerse. Me ha amado, sin decírmelo, sólo tocándome, recuerdo que sigo siendo humano y que para alguien, le es útil mi existencia. 

No tengo nada, no tengo a nadie que pregunte por mí, a nadie más le importo.  

Ni siquiera tengo a mi amante piano. Le he dejado para no mancharle con mis impuros deseos de venganza y muerte que eran mis sentimientos más fuertes... 

Una parte de mí, está agradecida, otra parte, está triste... 

Si alguna vez pudiese ser ese niño que regresaba feliz a los brazos de su madre después de cada clase, haría lo que fuese imposible para retroceder el tiempo. 

No podemos vivir del pasado. 

Tampoco vivimos un futuro. 

Sólo nos resta el presente, el que tengo junto a Draco. 

Pero aún así, tengo miedo... 

DEPARTAMENTO DE DRACO... 

-¿Te vas?- pregunto al notar que Draco estaba arreglado y con su chaqueta negra de cuero en mano. 

-Voy al funeral de mi padre- responde secamente. 

Sé que en el fondo me culpa por su muerte, lo siento y presiento.

No puedes mentirme, lo sé. 

Tampoco puedo ignorarlo, lo has dejado todo por un moribundo, y a la vez, yo no te he dado nada que pueda satisfacer esa pérdida, la balanza del equilibrio, se ha roto. 

-Quédate recostado, todavía estás convaleciente- saca las llaves del departamento- regreso en unas horas más. 

Y se ha marchado, sin despedirse de mí. 

Siento que esto no es lo que Draco quería para él. 

Como era de esperarse, ha sacado todo objeto con filo de mi alcance... 

¿Tendrá salida este laberinto de incertidumbres? 

Me levanto de mi lecho, sin muchas ganas. 

Llego hasta el baño y me miro frente al espejo. Mi aspecto era deplorable. Ojeras y la horrible venda en mi cuello que delataba mi intento de suicidio. Manchas de sangre la hacían ver peor de lo que yo quería y era lo menos que mis ojos necesitaban visualizar. 

Abrí la llave del agua caliente, necesitaba un baño urgente. 

El sonido del agua chocar contra el suelo, las gotitas que salpicaban cuando yo interrumpía con mi mano su avance. 

Entré a la tina y me senté con las piernas contra mi pecho.

Esperé hasta que tuviera el agua necesaria para dejar de sentir escalofríos. Saqué el jabón de la repisa, la cual estaba detrás de mi espalda y eché un poco en el agua, haciendo pequeñas burbujas. 

Me pasé la esponja por mi torso y lo que podía de mi espalda, la refregué una y otra vez. Me sentía tan sucio y despreciable.  

Cerré los ojos y mi cabeza la apoyé en el respaldo de la tina. Necesitaba tanto relajarme por un instante y recordar aquellos momentos en los que podía reír despreocupadamente. 

Visualicé a mi madre, cocinando galletas, la primera porción se quemó y estaba llena de masa en el rostro, las manos y un poco en su delantal. 

Yo la veía desde la puerta de la cocina. Ella salió a buscarme y me pidió ayuda. 

Ambos preparamos la masa para las galletas y los restos, nos los tiramos, actuamos como dos niños pequeños. Reí mucho cuando le vi su cabello con manchas y el mío estaba igual. Mamá rió y encendió el horno.  

Luego papá llegó y vio que la cocina era un perfecto desastre, aunque sus palabras fueron: ¿por qué no me esperaron?, me pareció que era un niño que fue excluido de un juego breve.

Creo que mi momento más feliz, el que guardo como un tesoro, es, cuando Draco me besó por primera vez. 

Sólo recordarlo, me pareció un sueño de hadas. Estaba tan nervioso que mi estómago estaba apretado y mis manos ligeramente temblaban en las olvidadas teclas del piano.   

No me había imaginado que en esos labios de los cuales sólo salían gemidos reprimidos por los golpes infligidos, y de las arduas lecciones de reclamos, fuesen tan suaves como un terciopelo. 

Había descubierto que existía algo igual o más emocionante que tocar el piano.  

Aunque el otro día me evitó a toda costa y me siguió mirando con odio, en esos segundos donde le vi sufrir y ocultar el dolor de sus manos, deseé convertirme en un bálsamo para esas heridas. 

Un día estaba sentado al lado de una ventana. La maestra le había golpeado con la regla reiteradas veces, era demasiado notorio ya que las improvisadas vendas eran incapaces de ocultar la sangre que las teñían. 

Me acerqué y él se levantó para irse. Le detuve por el brazo.  

En sus ojos grises tan impenetrables, había tanto odio, que me entristeció. 

Eso no me detuvo. Quería que sonriera, que disfrutara la música tanto como yo. 

Tomé sus manos. Él desvió su mirada hacia un punto vacío.

Debía ser tremendamente doloroso, y él, continuaba imperturbable ante el contacto de mis manos. Acerqué mis labios a sus manos y las besé. Mis labios quedaron ligeramente manchados de sangre; sin embargo, ese rostro de porcelana, se ablandó y posó su cabeza en mi torso. 

No se si habrá llorado entonces, sólo deseé que algún día dejara de negar su talento y lo dejara fluir a través de esas manos maltratadas. 

Sin percatarme de que Draco había llegado, abrí mis ojos de improviso. 

-No es tu culpa- dijo y me sacó de la tina que ahora estaba fría. 

-Lo es- respondo, luego de recuperarme un poco del frío. 

-Tú no le mataste, Harry- me abraza a pesar de que mi cuerpo está empapado 

-Draco, ¿esto es lo que quieres?, ¿soy lo que tú deseas?- le miro a esos ojos que me perdía y temía. 

-Estúpido, no preguntes tonterías- respondes y me pegas un pequeño coscorrón. 

Tomas una toalla seca y me envuelves con ella. 

-Tus labios están muy fríos- dices al tocarlos con tus dedos. 

Siento como el rubor acude a mis mejillas. De improviso, me besas entregándome una vez más tu calor. 

Besas mi cuello con delicadeza. 

Me recordó a ese episodio. 

-Con ese beso me salvaste aquella vez, Harry- dices y tus ojos tenían un extraño brillo- ese día tuve el peor de los castigos- dices y te sientas a mi lado- esa vieja me golpeó hasta que se cansó y yo no era capaz de llorar, sólo de mirarla con todo mi odio y rencor.  

Eso la enloqueció, dijo que yo no iba a graduarme, que iba a decirles a mis padres que era un fracaso como pianista.

Después de eso, se fue. Yo me senté al lado de la ventana, no para mirar a la gente pasar, sino que yo iba a saltar; sin embargo, no lo hice. 

Tú apareciste y comprendí que debía escapar de allí. No podía seguir cerca de ti, cerca de la música o cerca de mi familia. 

Tú me miraste con cierto temor y me detuviste. Tomaste mis manos y a pesar de todo lo que dolía, quería permanecer firme, inalterable, no ser débil frente a mi enemigo. 

Tú las besaste, entregándome tu amabilidad, ese simple acto, fue capaz de derrotarme frente a ti. 

Quiero protegerte, a pesar de todo, de tu pasado, de la policía, del mundo entero.

Tú no mataste a tus padres. No mataste a mi padre. 

-Pero sí maté a ese tipo. 

-Fue en defensa propia, nadie te culpará por ello. 

-Yo lo hice, Draco. 

-Te protegeré, Harry, nadie te apartará de mi lado, aunque tengamos que huir toda la vida. 

-Draco, yo sólo quería hacerte feliz, de verdad- le abrazo y lloro. 

-Pronto tendremos que irnos de aquí. 

-¿Qué saben sobre el caso de tu padre? 

-Hasta el momento no hay sospechosos, sólo saben que fue un ajuste de cuentas y a ti te quieren llamar a declarar. 

-Tengo miedo Draco, las pesadillas regresan, no me dejan en paz. 

-Estoy aquí Harry, estoy aquí. 

Se quedaron abrazados por un largo tiempo. Pronto el rubio, tomó al moreno en brazos y lo dejó recostado en la cama. 

-No te acostumbres a este tipo de atenciones- dice el ojigris con falsa molestia. 

-Lo sé, Draco- Harry sonríe dulce. 

De pronto, se escucharon varios golpes en la puerta. 

-¡Abran la puerta!, ¡policía!, ¡sabemos que están aquí!- se escuchaba desde el pasillo. 

-¿Qué vas a hacer Draco?- pregunta confundido el pelinegro, notando que el rubio ataba unas sábanas. 

-Vamos a escapar, no permitiré que alguien vuelva a dañarte- le pasa unas ropas- vístete rápido, debemos buscar un nuevo refugio. 

-¿Por qué no quieres que declare? 

-Porque ellos no sólo quieren tomar tus declaraciones, ellos quieren que pagues por esos crímenes. 

-Debería entregarme, y que ellos juzguen lo que crean. 

-Si te entregas a esos tipos, jamás podrás salir con vida de allí- le tiende la mano- ven aquí, busquemos un lugar donde podamos estar tranquilos. 

-Jamás vamos a estar tranquilos. 

-Si de mí depende, nadie podrá alcanzarte- le roba un beso fugaz- confía en mí. 

Harry se vistió con premura y Draco terminó con los arreglos. 

-Bajaremos por la pared hasta llegar al subterráneo, luego, pasaremos por el estacionamiento, hasta llegar a la siguiente calle. 

-¿Qué es este disfraz?, parezco una mujer. 

-Por si no lo notas, es un vestido de mujer, y eso te salvará la vida, ahora baja por la bendita sábana y cierra el pico. 

Harry le miró con enojo y bajó por la sábana. 

Draco también se había disfrazado para disimular la apariencia. 

La policía entró al lugar y registraron todo. Los chicos caminaban disimuladamente por el subterráneo, estaba rodeado todo el perímetro. Sin permitir que los nervios lo dominasen, Harry tomó la mano de Draco, éste la estrechó y consiguieron llegar a la otra calle. 

-Esta tarjeta no nos va a servir- bota una en el tarro de la basura. 

-No tenemos dinero, ni provisiones, ¿qué vamos a hacer? 

-A ganarlo, claro está. 

-¿Cómo? 

-¿Para qué estudiaste 7 años en un Conservatorio?, no creo que fuiste a sacar la vuelta, aunque eres muy bueno para escabullirte de las clases. 

-No podemos, además tú sabes que no tenemos el diploma o licencia. 

-¿Para qué existen los falsificadores? 

-Eso no está bien. 

-Potter, por una vez en tu vida deja de ser el trágico héroe de cuentos y enfréntate a la realidad, no eres el centro del universo y nunca lo serás, nos están buscando por ser prófugos de la justicia, no es menor, y si quieres que te condenen, allá tú. 

-Soy inocente, yo no los maté. 

-No basta con palabras bonitas y que suenen bien, necesitamos pruebas, que lo demuestren. 

-He pasado por esto ya muchas veces, por más que buscan, no hay nada. 

-Pero si existen los terceros, aquellos que torturaron a tu madre. 

-No lo menciones, Malfoy. 

-Si quieres pagar con tu vida un crimen que no cometiste, eres libre de irte, yo no te detendré, al contrario, si escapas conmigo, limpiaremos nuestros nombres, haremos pagar a esos bastardos y ni siquiera querrán haber nacido. 

-¿Tienes alguna idea de quienes son? 

-Sólo sígueme, y no te detengas. 

-Sí lo llegase a encontrar, tal vez los mate, me convertiré en algo igual o peor que ellos. 

-Eso lo veremos cuando llegue la ocasión. 

-Entonces vamos, hay que cortar las raíces de todo esto, no puedo seguir así. 

Sé que en el fondo  no podría escapar. Mi cuerpo está atado al tuyo con cadenas indestructibles. 

¿Por qué sigues a mi lado? 

Vete de una vez, no quiero verte. 

Crearé una fantasía de libertad para los dos, en la cual podamos vivir y creer que nadie puede detenernos por nuestros pecados, donde nadie entienda estos sentimientos y donde todos escuchen la melodía de la primavera, la melodía que nos condena, la misma que nos ata hoy, la estación en la cual nos conocimos...

Así siguieron su camino, sin saber a qué lugar específicamente deberían ir, sólo se dejaron llevar por la brisa nocturna, la noche del escape, no tendría fin. 

-Apenas encontremos un lugar, voy a cocinar- dice animado el moreno. 

-¿Con qué provisiones?- pregunta el rubio, interesado. 

-¿Crees que caerán desde el cielo, idiota?, primero me haces vestir como una mujer y ahora me desanimas con mi breve intento de ser feliz cocinando. 

-Olvidaba lo sensible que eras, ese vestido te salvó la vida, aunque debo decirte que es lo más horrendo que he visto en mi vida. 

-Tú no te ves mejor que digamos con ese disfraz de rockero pobre, tal parece que la tienda de disfraces estaba en plena quiebra. 

-¿Qué dijiste pedazo de idiota?, repítelo. 

-No soy ningún idiota, imbécil. 

-Cierra el pico Potter, si quieres cocinar, trabaja. 

-Eso es lo que haré, genio. 

-¿De qué si se puede saber? 

-Eso no te importa- se adelanta. 

-¿A dónde crees que vas? 

-A conseguir empleo. 

-A la medianoche, mejor será que lo hagas mañana. 

-¿Y qué vamos a desayunar? 

-Etto... mejor salgamos de aquí, nos miran extraño esos policías de pacotilla. 

-Cualquier lugar es mejor, además, estas vendas ya están pasadas. 

-Este viaje recién comienza, ¿no te arrepentirás? 

-Se arrepentirán aquellos que mataron a mis padres. 

-Si crees que la venganza va a sanar tus heridas, allá tú, lo que sea que pase, pasará. 

-No me convertiré en un asesino Draco, no soy igual que ellos, sólo quiero que les quede claro que no van a hacerle daño a nadie más, sea por dinero o por diversión. 

-Vamos este ambiente apesta a sangre.       

Crearé una fantasía, en la cual podamos vivir de toda represión, una eternidad donde no existen los finales felices ni fatales.

Donde nuestra melodía de la primavera se eleve por lo alto y todos callen para oírla. Donde no hayan culpables o inocentes, tampoco muerte que manche más nuestras manos. Recuerda que en una primavera nos conocimos, en una primavera, comenzaste a renacer el fuego en la cruz, en una primavera te entregaste a la pasión que nos domina, en una primavera, donde todo vuelve a comenzar... esta vez, con nuestro escape. 

Continuará...    

Notas finales: ESPERO OS HAYA AGRADADO ESTE CAPI, NOS LEEREMOS EN OTRA ACTUALIZACIÓN, OJALÁ SEA MUY PRONTO, BYE BYE, BESOS, *-*

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