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Break Me More por crimsonShadow

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Notas del fanfic:

Espero no les aburra.

Notas del capitulo:

Este one shot lo escribí por el cumple de Aome el 27 de enero.

Como todas las cosas empalagosas se las dije en un mail, en vez de usar este espacio para una dedicatoria tardía, lo uso para decirles que si nunca leyeron algo de ella, se pierden de MUCHÍSIMO (http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewuser.php?uid=2746)y que si algún día tienen la posibilidad de conocerla más que por la página -entiéndase el msn o algo así-, no se van a arrepentir porque es una persona genial que te acompaña en tus flasheadas madrugadoras (?) y que no te grita si le decís que vas a caer en la casa de la nada (?)

No hagan caso... bah, sí, pero no presten atención a lo último nwn

Eeeen fin, vos ya lo leíste así que no sé si vas a volver a pasar, pero tenía que subir algo y bueno...

 

A leer se ha dicho!

(?)

 Break Me More

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Con la respiración agitada y el corazón latiéndole rápidamente, Matt siguió subiendo las gastadas escaleras de a dos escalones, descargando así algo de toda la adrenalina que sentía desde hacía horas. Por ser ese día tan especial para él, su jefe le había adelantado parte de su sueldo permitiéndole salir algún tiempo antes.

¡No podía estar más feliz! Había estado pensando toda una semana en cómo sorprender a Mitch y había resuelto por una cena romántica de esas que tan pocas habían tenido, luego, aprovechando que era sábado y al día siguiente no trabajaba, lo llevaría a bailar como tanto le gustaba al otro y para finalizar le pediría que se mudara con él definitivamente… Nada sería más lindo que despertar junto a él todas las mañanas y…

Ni bien abrió la puerta del apartamento del cual tenía las llaves hacía casi tres meses, sintió como todos sus planes se venían abajo. No podía hacerle eso, no ese día…

La tranquilidad nocturna se veía rota por los constantes jadeos y gemidos que provenían del interior del piso. Sin tener nada que ver con todas las escaleras que acababa de subir casi corriendo, su respiración se agitó más de lo que estaba y sintiendo los ojos aguados, cerró la puerta sin preocuparse por el ruido ya que sabía que no se detendría, y caminó algo ausente hacia la habitación. Debía ser algo masoquista, porque se sentía morir cada vez que eso pasaba, pero aún así necesitaba verlo por sí mismo, quizás para comprobar que su mente no estaba jugándole malas pasadas, pero no.

La puerta abierta de par en par dejaba ver claramente a Mitch moviéndose rítmicamente sobre el cuerpo de otro hombre, arrodillado sobre él con las manos sobre su pecho. Si no fuera imposible, hasta diría que su corazón se había roto nuevamente.

-A… aguarda –trató de detenerlo el extraño sujetando sus caderas, mirando nervioso a Matt, que observaba la escena como perdido, aunque algunas lágrimas caían por sus mejillas.

Mitch borró su sonrisa al oírlo decir eso y sin voltear a ver Matt –sabía que él era la causa de la tensión del chico bajo él- se concentró en lo que estaba, moviéndose más rápido sobre sus rodillas.

-No te detengas… -Clavando significativamente sus ojos grisáceos en los verdes de Matt, volvió su vista al chico del cual no recordaba el nombre en ese momento, sin perder el ritmo.

El mayor entendió que por más que se pusiera a patalear ahí mismo no conseguiría nada, por lo que volvió sobre sus pasos, saliendo del apartamento, sentándose apoyado sobre una de las oscuras y enmohecidas paredes que enmarcaban un largo pasillo, esperando a que terminaran.

Si pasaron cinco minutos, quince o una hora, Matthew no lo supo ya que el tiempo se detenía para él cada vez que algo así sucedía, por lo que no se sobresaltó al oír la puerta abrirse y volver a cerrarse, y menos al sentir a Mitch sentarse a su lado.

Se hicieron unos segundos de silencio hasta que Matt se volvió a verlo, notando en su rostro una sonrisita expectante.

-¿No se te olvida algo, Matty? –preguntó con la emoción propia de un niño, arrodillándose sobre su sitio, colocando las manos sobre sus piernas. Sin embargo, Matthew lo siguió observando con expresión vacía-. Hoy es mi cumpleaños. Diecinueve ¿recuerdas? –preguntó bajito, haciendo que el mayor soltara una sonrisa ladeada, herida.

-Claro que recuerdo… es por eso que salí más temprano hoy –explicó susurrante-. Iba a llevarte a ese restaurante italiano al que me dijiste que querías ir y hasta mira, –Se sacó un juego de llaves del bolsillo, éstas con un llavero en forma de corazón amarillo que decía “te amo” en naranja- te iba a pedir que te mudaras conmigo… -Tuvo que contener un sollozo al Mitch abrazarlo fuertemente.

-¡¿De veras?!  ¡Gracias, gracias!  -La alegría brillaba en sus ojos- Cuando Dean… no, Dan se vaya me cambiaré e iremos a cenar y cuando regresemos empezaré a armar las maletas y después…

-¿Por qué me haces esto? ¡¿Por qué me lastimas así si sabes que te amo?! –El decirlo fue lo suficientemente doloroso como para desatar su llanto, a lo que Mitch reaccionó abrazándose más fuerte a él, enterrando el rostro en su cuello, depositando ahí un casto beso.

-También yo y como no te das una idea –dijo por fin, en un tono de voz tan bajo que casi podía perderse entre los sollozos del otro.

-Tienes razón, no me doy una idea, porque si me amaras como dices, no me harías tanto daño… -No era un tono de reproche y bien lo sabían ambos, era más bien dolido, resignado; y casi sin que le extrañase esa reacción, Mitch se separó de él observándolo seriamente.

-Quizás seas tú el que deba plantearse si realmente me ama, Matthew. Desde el principio supiste cómo era y me aceptaste ¡pero aún así trato de cambiar por ti y nunca es suficiente!

¿Que no era suficiente? Si con sólo verlo derramar una lágrima por su culpa lo hacía pedazos. Realmente lo amaba pese a todo y no podía tolerar el sentir que le hacía daño.

-Perdóname… -pidió Matt volviendo a aferrarse al abrazo que el otro había terminado hacía unos segundos-. Eres lo más importante que tengo y sabes que hago lo necesario para que no te falte nada, sólo… sólo no me lastimes tanto…

El menor le devolvió el abrazo con fuerza, tratando de no quebrarse y también de recordar que hasta hacía unos meses se habría reído de quien llorara por él.

-Ven –dijo Mitch levantándose por fin y ofreciéndole una mano mientras se pasaba la otra por sus ojos-. Acompáñame a decirle a ese tonto que se largue, que tengo una cita con el novio más lindo de todo el mundo y que no querría perdérmela por nada.

Matt sonrió de lado pero sinceramente ante esto. Quizás fuese un ingenuo, pero él elegía creerle, pensar que de verdad trataba de cambiar por él y que su amor, algún día, iba a ser correspondido totalmente. Y mientras tanto… era un hombre fuerte y pensar que todo ese amor que entregaba podía ser devuelto si se esforzaba, lo hacía sentir invencible.

-Te quiero, Matty.

Sí, invencible.

 


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