Capítulo 5: Día de Halloween (Parte 1)
(Narra Draco)
Su cabreo es tangible, también su decepción, yo diría que está más decepcionado que conmigo cuando llegué, ¿tanto admiraba a ése tío?
-¿Harry?
-¿Sí?
-Estás decepcionado ¿verdad?
-¿Tanto se nota?- me encojo de hombros, él suspira y sonríe tristemente.- ¿Te gustan las historias largas, Draco?
-Tanto como los retos difíciles- respondo yo y su rostro se alegra un poco.- Hoy iremos a mi habitación ¿te parece? Todavía no la has visto.
-Buena idea.
Pasamos por la sala común, los niños se acercan a agradecerle el regalo de los bombones, él responde con una sonrisa dulce ocultando lo que de verdad siente de una forma que ningún Malfoy sería capaz de igualar está claro que todavía me falta mucho por ver de él. Abro la puerta y lo dejo pasar primero, se queda en mitad de la habitación con una verdadera sonrisa de felicidad.
-¿Te gusta?
-Es realmente bonita, parece el cielo.
-Lo es, por la noche es aún más impresionante pero eso te lo enseñaré otro día.
-De acuerdo, ¿dónde me siento?
-En la cama mismo- le digo, él obedece y se sienta en el borde, yo me tumbo a su lado preparado para escuchar la historia que me tiene que contar. Se gira para mirarme y empezar a contar.
----------------------------------------- Flash-back (narra Harry) --------------------------------
Como ya sabes Orión era el rey entonces, Chris el príncipe de Slytherin, Max de Hufflepuf y Dorian de Gryffindor. La historia de los problemas tiene más cosas de las que te he contado, anterior a eso estuve liado con Chris pero entonces era todavía un poco niño y pensé que sería serio, me lo encontré con otro. Imaginarás que lo pasé mal y cuando Dorian me tomó bajo su tutela pude tranquilizarme un poco pero al proponerme que fuera Chris quien me enseñara a defenderme me negué en rotundo, no quería tener más contacto del necesario con él, pero Dorian insistió y no pude negarme. Cuando ya supe defenderme Dorian me pidió que fuera su amante, por supuesto para entonces ya tenía claro que ninguna de mis relaciones volverían a ser serias y acepté.
Chris no se lo tomó muy bien, aún así las cosas entre él y yo se arreglaron y acabamos siendo amigos, él me protegía y me cuidaba como Dorian. Me impresionaba la forma en que controlaba a los Slytherin de tal forma que eran como tu padre me contaba de pequeño. Sus notas perfectas, toda su casa bajo control, orgulloso y atractivo, el Slytherin perfecto. Cuando se fueron ese año pensé que todo seguiría como entonces, pero con nuevas personas en el puesto. Me esforcé para ser príncipe y acabé siendo Rey por votación de los cuatro, luego cada uno eligió a su sucesor.
El sucesor de Chris se llamaba Michele Mclear, apuesto, arrogante, pero sin una pizca de cerebro dentro de su enorme cabeza. Hizo creer a los Slytherin que ellos estaban por encima de todo y todos y eso desmadró las cosas. Todos los días teníamos bronca con él, tenía que controlar a los de su casa no hacer que se creyeran los amos del universo. Se colaban en nuestras casas sin permiso, abusaban de nuestros cachorros, los utilizaban para cualquiera de sus fines hasta que todo fue demasiado lejos.
Era un día demasiado tranquilo, Michele no había aparecido en toda la mañana y uno de mis cachorros más pequeños tampoco había salido de su habitación. Los Slytherin se mantenían en silencio, como si no supieran nada pero eso dejaba más a las claras que algo raro pasaba aquél día. Tuvimos suerte de que se me ocurriera ir a ver cómo estaba Colin y llevarle algo de comer, cuando abrí la puerta me encontré con el más atroz espectáculo que me habían presentado ante los ojos en años. Atado a la cama, con cortes por los brazos y una mordaza en la boca, para mi alivio no le hicieron nada más.
Lo desate con rapidez y me aseguré de que los cortes sólo eran superficiales, al verme a su lado y sin cuerdas el pobre se echó a llorar. Intenté hacer que me dijera quién había sido pero se negó diciendo que si abría la boca lo mataría. Lo cogí en brazos con la mala hostia corroyéndome por dentro y me lo llevé al comedor. Abrí las puertas de una patada y me planté en medio con el niño en mis brazos, todos se quedaron callados al verme con los dientes apretados y la cara blanca de ira.
-¡¿Quién ha sido?! ¡¿Quién ha hecho esto?!- pregunté enseñando un brazo de Colin a todos los presentes.
Fue entonces cuando conocí a Theo y Blaise también, fueron los únicos de Slytherin se que levantaron y se pusieron a mi lado. No tocaron a Colin, pero con una mirada evaluaron la gravedad del asunto y se giraron para mirar a los de su mesa.
-¡Responded a Potter! ¡¿Quién lo ha hecho?!- les gritó Blaise. Por supuesto nadie respondió y eso aumentaba mi rabia, tanto que empecé a temblar. Mis amigos al verme se levantaron y cogieron a Colin en brazos.
-Lo llevaremos a enfermería- les dijo Theo, Fred, que era quien tenía a Colin, asintió y se fue con ellos dos mientras los demás intentaban que me tranquilizara.
El problema es que había llegado a un punto de no retorno, hasta que no le soltara una somanta de hostias al culpable no volvería a tranquilizarme y pensar con claridad. Creo que fui arrastrando conmigo a todos mis amigos, que se habían cogido a mí para impedirme que me acercara a la mesa de Slytherin. Recuerdo que llegué y cogí al primero medianamente mayor para que me respondiera, ni siquiera volví a formular la pregunta, mi mirada fue suficiente para que toda la mesa extendiera en brazo en dirección a su príncipe.
Cuando solté al chico y miré a Michele incluso los profesores se tensaron y se acercaron para pararme los pies. Yo en cambio ya tenía al culpable y mi mente se empezaba a despejar, me solté de todos los que me sujetaban y me acerqué a él que al verme ir hacia él se salió de la mesa y empezó a retroceder buscando una salida. Cayó al suelo y lo recogí al llegar a su lado, empezó a rogarme cuando lo cogí del cuello de la camisa y lo elevé tanto como podía. Me plante ante la mesa de los profesores mientras Dumbledore me taladraba con la mirada, lo solté sin ningún cuidado dejando que su cabeza diera contra el suelo.
-Aquí la jerarquía está por algo, quedas revelado de tu puesto, ya te encontraremos sustituto. Profesor, siento el pleito, no volverá a ocurrir- me disculpé ante el director y me di la vuelta.
El comedor se llenó de murmullos y quejas, los Slytherin sonreían aliviados, no les iba a tocar pagar los platos rotos, pero el resto no estaba de acuerdo.
-¡Potter! ¡¿No vas a hacer nada?!
-¡Sangre por sangre, Potter!
-¡SILENCIO!- les grité, todos obedecieron.- ¡Un rey no toca lo que puede manchar sus manos! ¡Yo no voy a manchar mi historial con escoria como ésta! ¡Si queréis venganza tomárosla por vuestra cuenta pero sólo digo que no merece la pena! ¡A los Slytherin os digo que me habéis decepcionado, todos y cada uno de vuestros príncipes os enseñó bien y por primero que llega y os dice que os descontroléis dejáis a parte toda una saga de generaciones de las que se puede estar orgulloso para pasar a ser una panda de animales! ¡Sois una mierda! ¡Sólo se libran dos y están en la enfermería avergonzándose de la casa en la que están! Tened cuidado de tocar lo que no es vuestro porque si lo hacéis ahí estaré yo para cobrármelo- dejé la amenaza en el aire mientras salía de allí en dirección a la enfermería.
--------------------------------------------Fin flash-back---------------------------------------------
Se tumba a mi lado y mirando al techo suelta un suspiro, las imágenes que mi imaginación ha ido formando todavía me dan vueltas cuando vuelve a hablar.
-Hace dos años de eso, siempre pensé que Chris se moriría de la rabia al ver qué había escogido para sus serpientes pero está claro que le habría parecido bien lo que Michele hizo ya que él ha hecho lo mismo.
-Hay algo que no termino de entender, tú no perteneces a nadie, vale, lo que ha hecho está mal, pero no está tocando algo que le pertenece a otro ¿no? Y Colin tampoco pertenecía a nadie entonces ¿no?
-Estás mirándolo del lado equivocado, Draco, no somos objetos, sino personas. Todos pertenecemos a alguien, los Gryffindor me pertenecen por ser yo su guardián, los Slytherin te pertenecen por el mismo motivo. Yo pertenezco a mis amigos y mis cachorros al igual que a mis padres, igual que te pertenezco a ti y tú me perteneces a mí. En éste momento no pertenezco a Chris ni a Dorian, sino a los que estáis a mi lado, por eso al tomarme sin permiso ha sobrepasado el límite de propiedad.
-Así explicado es complicado de comprender.
-Es como si Chris te hubiera dado un juguete que ya no quería y al día siguiente te lo quitase porque tiene el capricho de jugar con él. Suena muy materialista pero sería el ejemplo que más se amolda.
-Entiendo, o sea, que si Dorian quisiera seguir siendo tu amante tendría...
-...Que pedirme permiso a mí ya que os guste o no haría lo que me diera la gana, pero no creo que vuelva, primero porque lo despedirían y segundo porque ya tengo otra cosa más interesante entre manos.
-¿Pero, si nos perteneces no deberíamos opinar?
-Opinar podéis, también hacer trampas para que no haga lo que quiera pero luego habría que aceptar las consecuencias. Vosotros cuidáis de mí como yo cuido de vosotros, si a vosotros no os gusta algo me lo decís y discutimos lo que ocurre pero siempre seré yo quien tome la última decisión, no podéis obligarme.
-Entonces según lo que dices no podíamos haber hecho lo que hicimos con Blaise y Weasley, los obligamos.
-Piensa bien en lo que has dicho Draco, nosotros no los obligamos a nada, ellos querían hacerlo y nosotros sólo les dimos el camino hecho para que lo siguieran- razona. Se queda callado un momento y enseguida se gira para mirarme.- Se me ha ocurrido una idea ¿tienes caballo?
-Sí, en las cuadras, mis padres me lo hicieron traer desde casa.
-De acuerdo, vamos, no hay tiempo que perder.
Vamos hasta las cuadras y ensillamos cada uno su caballo, mi yegua blanca, Esmeralda trota a mi alrededor unos minutos contenta de que la saque a dar una vuelta por fin. Harry se acerca ya subido en Salazar, con porte elegante y la sonrisa recuperada, mira un momento al cielo y me mete prisa. Entro en el bosque por un sendero siguiéndolo a él sorprendiéndome de que todavía haya algunas flores, ya que estamos en mitad del otoño. Todo a mi alrededor es amarillo, rojo y marrón, los colores son vivos y muy calidos, junto con el despreocupado canturreo de la voz de Harry hace el conjunto más bello que he visto nunca. El camino cubierto por árboles se abre ante un acantilado bajo el cual hay una pequeña playa teñida de rojo por el crepúsculo. Un sendero bastante ancho conduce a la playa, sin embargo Harry baja de Salazar en el pequeño trozo donde estamos.
-Nos quedaremos aquí- me informa, asiento y bajo de Esmeralda.
-¿Qué hacemos aquí?
-Éste será tu próximo cuadro- me dice haciendo un amplio movimiento del brazo señalando el paisaje.- Sé que es más difícil pero he pensado que si hicieras algo que te gustara le pondrías más ganas ¿qué te parece?
-Perfecto, ¿lo conoce alguien más?
-Nanai, sólo yo y ahora tú, será nuestro secreto ¿vale?- me dice con una sonrisa juguetona poniendo uno de sus dedos en los labios y guiñándome un ojo.
-Pareces un crío.
-Lo sé, lo cierto es que aquí me siento como tal, ¿guardarás en secreto su ubicación?
-Te lo prometo.
-¿Palabra de Malfoy?- me pregunta extendiendo su mano hacia mí.
-Palabra de Malfoy- le aseguro yo posando la mía sobre la suya. Su sonrisa dulce y deslumbrante hace que el estómago me de un vuelco y me empiece a poner rojo, él se ríe divertido.
-La luz hace que parezca que estás rojo- me dice.
-A ti también- respondo con una sonrisa divertida.- ¿No deberíamos volver?
-Sí, hoy no me he traído linternas así que no podemos quedarnos más.
-La próxima vez las traeremos- le prometo, él asiente y sube en Salazar, yo lo imito en Esmeralda y volvemos por donde hemos venido.
(Narra Harry)
Todo el colegio anda de cabeza, hoy, con el último examen, empieza la semana de corrección y preparativos del día de Halloween. Me siento en el comedor muerto de hambre por culpa de los nervios del examen de química y empiezo a comerme tantos bollos como me puedan entrar. Miro a mi alrededor para ver quién ha terminado el examen de ésta hora pero sin encontrar a nadie interesante. Una mano se posa en mi hombro y me giro para mirar al recién llegado, Dorian se sienta a mi lado con una sonrisa divertida en los labios.
-¿Puedo coger un bollo y que no me muerdas en el intento?- me pregunta, lo miro extrañado un momento y luego me doy cuenta de que me he apoderado de la bandeja de los bollos mientras comía. Le doy uno mientras me voy comiendo el octavo.- Veo que sigues teniendo esa manía de comer después de los exámenes.
-Los nervios me dan mucha hambre cuando se van, no he desayunado hoy ni tampoco ayer ni los días anteriores, y he comido y cenado porque los chicos me han obligado que si no tampoco habría tocado la comida.
-Con razón tienes tan mala pinta, estás famélico y llevas unas ojeras que dan miedo, ¿a que tampoco has dormido?
-Por supuesto que he dormido, ¿por quién me tomas?
-¿Cuánto?
-Tres horas- recibo un capón.- ¡Auch! Eso duele.
-Tienes que descansar chibi, ¿qué clase de ejemplo eres para los cachorros si no duermes ni comes?
-No es culpa mía que los exámenes me estresen, tengo que seguir manteniendo mis notas al mismo nivel, mañana dormiré hasta la hora de comer y si me dejas seguiré recuperando los desayunos perdidos a base de bollos.
-Tonto- recibo otro capón pero mucho más suave.- ¿Dime, qué tienes con el príncipe de las serpientes?
-Sólo somos amigos, nuestras familias son antiguas amigas, además soy su crítico personal y es de los pocos que todavía está en el reto.
-¿Puede que sientas algo por él?
-Puede, pero no quiero hablar de esto Dorian, por favor.
-De acuerdo, pero deja esos bollos y come otra cosa, algo de fruta no te vendría mal, necesitas estar repuesto para el baile, te recuerdo que tienes que enviar la tarjeta.
-Sí, eso es algo que no se me va a olvidar, todavía no sé a quién invitar.
-Invita a tu pintor, dudo que le moleste- me propone, me quedo un momento mirándolo mientras sopeso la posibilidad de invitar a Draco.- Ya sabes que no puedes invitar a nadie de tu casa y tampoco ningún profesor.
-No pensaba invitar a ningún profesor, queda muy asalta asilos.
-¿Me estás llamando viejo, enano?
-Es evidente que sí.
-¿Cómo te atreves?- pregunta haciéndome cosquillas.- Retíralo.
-Jajajaja No, no voy a retirarlo, jajajaja.
-O lo retiras o seguimos así hasta que anochezca.
-No jajaja, por favor, tanto no jajaja.
-Pues retíralo.
-Está bien jajajaja, lo retiro, jajaja, pero para ya- él obedece y yo por fin puedo respirar tranquilo.- De acuerdo, no sois viejos, al menos vosotros cuatro, de todas formas sigo pensando que no voy a invitaros a ninguno.
-Entonces quédate con el pintor.
-Sí, eso haré, espero que no me diga que no, no me apetece ir con nadie más.
-Huy, esa frase ha sonado colgada.
-Si tú dejas el tema yo no te llamo viejo.
-De acuerdo, bueno me voy yendo tengo que ponerme a corregir exámenes y trabajos, Dumbledore no ha obligado a echar una mano al resto de profesores.
-Está bien, que te sea leve- se levanta, me revuelve el pelo y desaparece por las puertas cruzándose con Draco. Levanto el brazo para que me vea y él se acerca con una sonrisa hasta sentarse a mi lado.- Buenos días, príncipe, ¿cómo te han ido los exámenes?
-Bastante bien, yo diría que los tengo todos aprobados, ¿y a ti cómo te ha ido, rey de la selva?
-Igual que a ti, aquí estoy recobrando fuerzas, llevo toda la semana sin desayunar y sin dormir apenas, en cuanto dejen de entrarme bollos en el estómago voy a pegarme una ducha y me iré a dormir un poco.
-Yo tenía otra idea en mente.
-¿Cuál?
-Irnos a la playa, todavía no he terminado el cuadro y hace una semana que ni hemos oído hablar del otro, así me cuentas cómo te ha ido y el por qué de tanto alboroto mientras te relajas y yo termino mi trabajo.
-De acuerdo, te espero en las cuadras, tráete linternas por si acaso.
-Vale, nos vemos en las cuadras dentro de diez minutos- se levanta con un bollo en la mano, me acaricia la cara con la otra y se va.
Me levanto con otros dos bollos en la mano y me dirijo a las cocinas, donde tengo enchufe, para que me preparen una cesta con comida para llevar. Enseguida me preparan unos cuantos sanwitches con vasos, una botella de Coca Cola y una manta donde nos podamos sentar. Después de darles efusivamente las gracias por la rapidez con la que me han preparado todo voy a las cuadras y preparo a Salazar y Esmeralda. Para cuado Draco llega con su material los caballos están esperando a que los montemos y nos vayamos. En poco tiempo ya estamos en la playa con los caballos atados a un poste y poniendo la manta en la arena, mientras Draco saca su material yo me tumbo y cierro los ojos escuchando el relajante sonido de las olas al romper en la orilla.
-¿Harry, estás dormido?
-Casi- gruño.- ¿Qué pasa, Draco?
-¿Por qué está todo el colegio tan animado?
-Tenemos una semana de fiesta para los preparativos de Halloween, se hacen juegos para los niños y un baile para los de secundaria, instituto y universidad. Los príncipes y el rey tenemos que pedir pareja, no pueden pedírnoslo a menos que sea otro de nosotros y tiene que ser de otra casa.
-¿Cómo se hace eso? ¿Nos plantamos delante de quien queramos y ya está?
-Nanai, les gusta complicar las cosas así que hay que enviar una tarjeta con los colores de tu casa a través de un mensajero, también de tu casa, al que quieras invitar. En la tarjeta debe constar de quién es, para quién y la hora y lugar en el que se recogerá al invitado, lo único bueno que tiene es que no tienes que pedírselo en persona.
-¿A quién piensas invitar tú?
-Es secreto de sumario, no se sabe con quién vas hasta que le llega la invitación y acepta, por eso no hay que retrasarse en enviar la invitación, no suele ser normal que un príncipe vaya sin pareja.
-¿De dónde saco la tarjeta?
-Mañana te la daré yo, los Hufflepuf se encargan de eso ya que son ellos los que están en la imprenta.
-Pues como se les vuelva a acabar el papel van a tener serios problemas.
-Ya lo creo que sí, porque ellos también se encargan de hacer los carteles del horario de todo el día- me río y él conmigo. Nos quedamos en silencio un rato, ya no vuelvo a intentar dormirme ya que Draco se ha olvidado de preguntarme sobre el disfraz y lo hará dentro de poco.
-¿Harry?- ahí está.
-¿Mn?
-¿Hay que ir disfrazado?
-Es un baile de máscaras, tenemos toda la semana para prepararlo todo así que también tenemos permiso para ir a comprar el material. ¿Te parece bien que vayamos el sábado?
-¿Conduces tú?
-No, vamos en bus, es más cómodo llevar ahí las cosas.
-Entonces vale.
-¿Te da miedo cómo conduzco?
-¿Te sorprende? Cualquiera tendría miedo aunque fuera atado a la moto.
-Eres un exagerado- le digo sentándome.- Anda, pásame un sándwich de la cesta.
-Las cosas por favor, Potter, no soy tu sirvienta.
-Hoy estás contestón, ¿eh Draco?- él sólo se encoge de hombro.- ¿Podrías pasarme un sándwich de la cesta, por favor?
-Claro, aquí tienes- me dice dándome uno junto con un baso de Coca Cola.
-Gracias- cojo ambas cosas y me quedo mirando un rato el horizonte.- ¿Ya sabes a quién le vas a pedir que vaya contigo?
-Tal vez.
-¿Tal vez? ¿Qué clase de respuesta es esa?
-Es la misma respuesta que me has dado tú pero con otras palabras, sí lo sé, pero es secreto de sumario, hasta que acepte no se sabrá con quién voy.
-Muy bien jugada, ¿tienes alguna idea de qué vas a ir?
-No mucha, ¿y tú?
-Ninguna, cuando lleguemos a la tienda ya veré qué hago.
Salgo de la imprenta con las dos tarjetas en la mano y me dirijo directamente a la clase de arte. Creo que hoy les toca la guardia con Chris, no habrá problema en que se la de ahora si es así. Llamo un par de veces y luego abro, en efecto hoy sólo tienen con Chris, que se me queda mirando mientras abro la puerta para pasar y pedir permiso.
-Profesor, tenía que traerle algo a Malfoy, es importante, ¿podría dárselo ahora?
-De acuerdo, pero que sea rápido.
-Muchas gracias- ante la mirada de todos me acerco a Draco con una sonrisa y le doy la tarjeta que le corresponde.- Aquí la tienes, si tienes alguna duda búscame, si eso te veo más tarde para comer- le digo al oído, cuando él asiente de acuerdo lo beso en la mejilla y me voy oyendo, provocándome una sonrisa de triunfo en los labios por ello, el chasquido de un pincel al romperse, ahí está mi venganza Chris.
A la hora de cenar un chico de primaria de Slytherin se acerca a mí para darme una tarjeta que me sorprende gratamente. Los chicos se agrupan un poco a mi alrededor al verme sonreír dulcemente para leer lo que pone en ella.
De: Draco Lucius Malfoy
Para: Harry James Potter
A las: ¿a qué hora empieza el baile?
En: Mi sala común
Mi mirada se dirige automáticamente a la mesa de en frente desde donde Draco me mira con disimulo esperando mi reacción ante la invitación. Sonrío divertido y saco mi tarjeta y un bolígrafo para escribir:
De: Harry James Potter
Para: Draco Lucius Malfoy
A las: Nueve menos cinco, empieza a en punto ^.^
En: Deberías ser tú quien me recoge a mí, pero no me importa
Llamo a Colin con disimulo y le pido que le entregue la tarjeta, él asiente con una sonrisa y se dirige a la mesa de al lado. Al llegar hasta Draco le toca el hombro y le da la tarjeta para volver con nosotros. Desde su sitio Draco me mira sorprendido, yo sólo le guiño un ojo y sigo comiendo con una sonrisa tonta en los labios. Mientras, a nuestro alrededor se empiezan a oír los cuchicheos y noto a mis amigos con ganas de preguntar, y como esta noche me siento juguetón voy a dejarlos con la mosca. Me levanto de mi sitio limpiándome los labios con la servilleta y volviendo a mi habitación, una vez dentro cierro con llave y me pongo la música hasta quedarme dormido.