Capítulo 3: Tarde en movimiento
(Narra Draco)
Aparca frente a la puerta del museo y yo respiro aliviado, cuando bajo a la acera me tiemblan las piernas, éste hombre da un miedo tremendo cuando conduce. Se quita el casco y yo le paso el mío para que lo guarde.
-Pareces a punto de desmayarte Malfoy ¿estás bien?
-Un Malfoy nunca se desmaya, serán imaginaciones tuyas, Potter.
-Tal vez debería haberte avisado de que me gusta volar, claro que nunca llevo a nadie conmigo y no me doy cuenta- me aclara con una sonrisa.- Pero bueno, si estás bien podemos ir entrando.
Se da la vuelta y empieza a subir las escaleras de la entrada, yo lo sigo enseguida fulminándolo con la mirada mientras intento que dejen de temblarme las piernas. Al llegar al hall consigo alcanzarlo porque está dándole su cazadora a la recepcionista. Lo imito y nos adentramos en el edificio de camino al piso en el que están mis cuadros, poco a poco me doy cuenta de que no hay nadie más que nosotros.
-¿La academia ha cogido todo el museo para nosotros solos?
-Más o menos, es hora de comer por lo que estará cerrado durante dos horas, si hubieran tenido que pasarse una hora con el museo cerrado dentro del horario no nos habrían dejado. Además, habría sido incómodo que la gente te reconociera y estuviera molestándonos todo el tiempo.
-¿Entonces, es por mí?
-Más que nada- responde con una sonrisa.- Bien ya hemos llegado, ¿por dónde empezamos?
-¿Te parece bien por la derecha?
-Perfecto- nos acercamos al primer cuadro, uno de los primero que pinté. Un precioso campo lleno de flores de todos los colores, al fondo la puesta de sol de color rojizo anaranjado y algunas hojas flotando que dan la sensación de que hay una agradable brisa .- No está mal, ¿qué me puedes decir de él?
-Es uno de los primero que hice, es un campo que teníamos al lado de casa cuando era pequeño, iba a pasear por él con mis padres y le hacía un ramo de flores a mi madre con las que me parecían más bonitas. Está hecho a acuarelas, dicen que da la sensación de que la brisa sopla de verdad y las flores se mueven con ella.
-Tienen razón, da esa sensación- responde él. Seguimos mirando hasta que se queda parado en un retrato de mi madre.
-¿Te gusta éste? Es un retrato de mi madre, lo pinté por su cumpleaños, lo hice a carboncillo y ceras, creo que es el que más me gusta de todos los que he hecho. Los ángulos del rostro son perfectos, la iluminación, la expresión, el conjunto de colores, sin duda alguna puedo decirte que me siento orgulloso a más no poder de éste cuadro.
-Tienes todo el derecho a estarlo, ¿cómo acabó en un museo si era personal?
-Éste es el cuadro que me llevó a donde estoy ahora, un crítico lo vio y nos pidió que lo dejáramos exponer mi colección, mi madre dijo que sí y aquí está.
Nos sentamos en el reservado que nos han preparado y pedimos lo que queremos comer. Suspiro, desde el cuadro de mi madre Potter ha estado muy callado y por lo que he visto hasta ahora eso es raro en él.
-¿Qué te han parecido los cuadros?
-Me gustan, los críticos tienen razón al decir que tienen un toque de magia.
-¿Ya has escogido uno para la crítica?
-Sí.
-¿Cuál? ¿Qué piensas poner de él?
-Eso lo sabrás cuando haga la crítica- responde él volviendo a sonreír como antes.
-Venga, dímelo, adelántame algo.
-No hagas eso, no es típico de ti parecer un crío- dice volviendo a perder la sonrisa.- No me gusta la gente que oculta su forma de ser, respóndeme con sinceridad, por favor: ¿tú eres, frío, calculador y arrogante, verdad? Tú te consideras perfecto ¿a que sí?
-¿Qué clase de pregunta es ésa Potter?
-Responde con sinceridad.
-Sí, lo soy. Vengo de una familia que apenas muestra sentimientos, arrogantes a más no poder por pertenecer a una familia de duques y nos consideramos perfectos en todos los aspectos, gracias a nuestra inteligencia y nuestra belleza siempre conseguimos lo que queremos.
-"Un Malfoy siempre consigue lo que quiere", "un Malfoy nunca muestra sus debilidades", "un Malfoy es ante todo pura elegancia".
-¿Cómo lo sabes?
-Mi padrino, Sirius, es primo de tu madre y marido de tu padrino, conocí a tu padre cuando era pequeño porque hacía negocios con el mío y a tu madre porque ella y la mía eran íntimas amigas. A ti en cambio nunca te vi, hasta que te hiciste famoso no supe ni cómo eras. Pensé que serías como tu padre y tu madre, un perfecto Slytherin, noble, elegante y siempre con un aire de "se mira pero no se toca", te habrás dado cuenta de que estoy un poco decepcionado tanto con los Slytherin como contigo, aunque en menos medida.
-¿A qué se debe la decepción?
-Tu padre y el mío eran viejos compañeros y contrincantes en Hogwarts, cuando era pequeño los veía discutir sobre negocios hasta casi acabar gritándose pero cuando parecía que se iban a dar de golpes se echaban a reír. Me gustaba cómo se lo pasaban y veía que por muy antagonistas que fueran uno no podía hacer nada sin el otro. Tu padrino se pasaba todos los domingos por casa y me contaba cosas sobre Slytherin, que allí todos eran como tu padre, altaneros, fríos, calculadores y atractivos. Tenía la ilusión de encontrar a mi antagonista ahí y que fueras tú, imaginarás, después de haber visto a los de tu casa, por qué estoy decepcionado con ellos.
-Cojo la idea, los Slytherin de ahora no son como mi padre, una panda de dejados, que se dejan llevar por cualquier monada que pasa por su lado y sin una pizca de elegancia. ¿Ahora, qué es lo que te decepcionó de mí?
-Más o menos lo mismo, esperaba que cuando vieras que yo mandaba, que yo era amo y señor de todos los que nos rodean como mínimo intentaras demostrar que estás a mi nivel o a uno superior, aún así te quedaste embobado mirándome cuando entré, te encantó el truco de magia y te sigue sorprendiendo que estés aquí sentado hablando conmigo. Yo quería un antagonista, me ilusioné cuando supe que vendrías y lo que me he encontrado es a otro al que le sube la temperatura nada más verme. Cuando te pedí que vinieras te dije que ya sabía que me estaba equivocando contigo y era porque me estabas decepcionando al aceptar mi oferta tan rápidamente, el Slytherin que yo esperaba habría preguntado una y otra vez hasta cerciorarse de que no había trampa, aún así conseguiste mejorarlo al aceptar el reto, tal vez puedas estar a mi altura.
-Di que mi familia es orgullosa, pero tú, Potter, está más que claro que no tienes abuela- respondo sonriendo y pinchando uno de los tortelini para empezar a comer.- Que si me quedo embobado mirándote, que si eres amo y señor de todo... no te creas tan importante y no hieras mi orgullo, soy un Malfoy y seré tu contrincante perfecto y no acepto un no por respuesta.
-Ése es el Malfoy que yo esperaba ver, si bien, no te ilusiones que hasta que no se publique o nos corrijan la crítica no sabrás qué cuadro he elegido y qué he opinado de él, lo que ponga será secreto de sumario hasta entonces.
-Eso quiere decir que no tendrás ni idea de qué vas a escribir.
-Nada más lejos de la verdad, mientras hablamos estoy redactando mentalmente los posibles candidatos a ser la crítica que voy a presentar.
-Si tú lo dices, tal vez deba creerte, ¿a propósito, por qué os habéis dejado de ver con mis padres?
-Porque los míos murieron cuando tenía seis años, justo el año en que empezaba en Hogwarts, yo me quedé con mis padrinos mientras tus padres se encargaban de sus negocios. Los he podido ver de vez en cuando cuándo venían a casa de Remus y Sirius para tomarse algo y recordar viejos tiempos, normalmente es en la misma fecha, treinta de agosto, el día de la muerte de mis padres.
-Lo siento mucho, no debería haber tocado el tema.
-No importa, tú no lo sabías, pero prefiero que en el futuro no lo volvamos a tocar.
-No hay problema.
(Narra Harry)
Volvemos a la academia en silencio, cuando baja de la moto veo que sus piernas tiemblan, al parecer le da miedo cómo conduzco. En cuanto aparecemos en la entrada, después de haber aparcado la moto en el garaje, la mitad de Slytherin se nos tira encima para rogarme que sea su modelo. Los voy esquivando a todos con tranquilidad hasta salir del lío disimuladamente mientras que Malfoy sigue dentro.
-¡BASTA!- grito, todos se quedan quietos y me miran.- Dejad salir a Malfoy, vaya manera de tratar a vuestro príncipe.
-¡¿Cómo?!
-Lo que oís, él es el nuevo príncipe de Slytherin.
-¡¿Por qué él?!
-Porque lo digo yo y porque tiene más cualidades de Slytherin que todos vosotros juntos, parecéis una panda de borricos. Elegancia, orgullo y autocontrol, ninguno de vosotros cumple esas cualidades, bueno, Theo y Blaise sí pero no son lo mejor para mandar. Draco Malfoy es el nuevo príncipe de Slytherin, y no hay discusión, desde que se fue Chris habéis bajado el nivel, ¿por qué creéis que no mojáis? Respetadlo, hacedle caso y seguid su ejemplo, tal vez así conseguiréis parecer humanos en vez de animales.
-Pero...
-¡Chitón! Ahora dejadlo salir y arreglaros la ropa, a propósito el reto empieza dentro de media hora, no vale adelantarse, Malfoy, vamos- le ordeno, él poniendo mala cara me sigue.
-No me des ordenes Potter, no tienes ningún derecho.
-Lo tengo, otra cosa es que tú también tengas el derecho de desobedecer.
Me dirijo hacia las cuadras para ver a Salazar, hace un par de días que no lo visito, y aunque estemos en silencio Malfoy se está guardando las ganas de preguntar. Al final suspiro y sonrío.
-¿No sabías que cada casa tiene un príncipe? ¿No te lo han explicado?
-Es obvio que no, hasta ahora pensaba que eras tú el mandamás.
-Y lo soy- mantiene la cara como antes pero se lee la incomprensión en sus ojos.- Es una larga tradición, cada casa tiene un príncipe, de entre los cuatro el que tiene más poder se convierte en el rey y él puede elegir a los príncipes sucesores cuando el que estaba se ha ido, que es el caso de Slytherin. Tú te encargarás de ponerlos en cintura y de devolverlos a su estado natural, te obedecerán en todo como los Gryffindor a mí pero yo siempre estaré por encima de ti.
-Eso ya lo veremos.
-Céntrate primero en controlarlos, luego si quieres intenta superarme, es una recomendación de alguien que ha estado mucho tiempo de príncipe y rey, los novatos son difíciles de controlar.
-De acuerdo, acepto la recomendación, ¿dónde vamos?
-A ver a Salazar- respondo. Abro la puerta de las cuadras y me dirijo a la última de ellas, donde un semental castrado de color negro azabache, porte elegante y constitución fuerte come heno con tranquilidad.- Hola Salazar, siento haber tardado tanto en venir a verte- el caballo sacude la cabeza como si negara. En una esquina oigo un maullido y veo a Athem detrás de él.- ¿Athem? Te había dicho que te quedaras en casa, ¿de qué forma cuidan los gemelos de lo que tienen que cuidar?
-¿De dónde han salido el gato y el caballo?
-Ambos son míos, Salazar es mi semental de hípica, me gusta dar paseos con él por el bosque, y Athem es mi gato, suele estar dando vueltas por la academia pero está muy bien adiestrado y nunca me ha dado problemas. De no ser un gato lo habría elegido a él como príncipe de Slytherin.
-¿También reúne las cualidades?
-Mejor que tú.
-¿Me estás diciendo que un gato puede pasarme por encima?
-De momento sí, pero poco a poco lo superarás.
-Eso es una patada para mi ego.
-Lo sé, pero me encanta ver qué cara pones cada vez que recibes una- respondo riéndome con suavidad.
-Ya verás, dentro de poco sabrás lo que es bueno- me encojo de hombros.- ¿Qué has puesto en las reglas?
-Que hay que dar el nombre del que participa en la entrada de Gryffindor y antes de las dos de la tarde, que no se puede hacer juego sucio, y después de eso hay una larga lista de lo que se considera juego sucio, que puedo ir eliminando a los que yo quiera siempre y que dé un motivo válido y que veinte "por favor" se considera ruego.
-¿Había que dar el nombre en la entrada? ¿Por qué no me lo has dicho?
-Porque el tuyo es el primero de la lista, volvamos al edificio, tengo que ver cuantos candidatos hay- le pido saliendo del cubículo de Salazar con Athem detrás.
-¿Pusiste mi nombre el primero de la lista?
-Por supuesto, ¿pretendías que te propusiera un reto y que vinieras conmigo para que no pusiera tu nombre? Si la única razón del reto es que quiero darte una oportunidad, yo no soy una serpiente, Malfoy, soy un león y no hago trampas ni aunque lleve las de perder.
-De acuerdo, te agradezco el detalle.
-No ha sido nada.
Volvemos en silencio al edificio de Gryffindor, en la entrada Oliver me pasa una carpeta con una larga lista de nombres. Hago pasar a Malfoy a la sala común y nada más traspasar la entrada todo se queda callado y las miradas se dirigen hacia él. Eleva el mentón y se sienta a mi lado mientras sigo revisando la lista de nombres y saco una pelota, que suena como un cascabel, para dársela a Athem. Cuando leo el último nombre asiento conforme y me levanto para mirar a sus compañeros, el silencio vuelve a reinar y las miradas se centran en mí.
-Mis cachorros, tengo una noticia para daros, hay un nuevo Príncipe de Slytherin.
-¿Se parece a Chris?
-Se acerca, desde hoy Draco Malfoy será el nuevo príncipe.
-No está mal, pero necesitará mucha ayuda, están desbocados, ¿ya lo saben Cedric y Roger?
-Lo sabrán dentro de poco- desde fuera se oye a alguien discutiendo con Oliver.- Ya están aquí- me asomo a la entrada- Oliver, déjalos pasar- le digo. Él asiente y deja pasar a Cedric Diggory y Roger Davis.
-¡¿Cómo no nos has avisado, Harry?!
-¡¿Cuándo pretendías decírnoslo?!
-¡Eh! Recordad que estáis en nuestro territorio, no se os ocurra gritarle a Harry- los avisa Nev poniéndose a mi lado.
-No hace falta que nos pongamos tensos, ha sido una decisión espontánea y ciertamente es la mejor elección visto lo que se ve, Malfoy puede hacerlo perfectamente y no tendrá mucho problema. No os he avisado porque no he tenido tiempo y pretendía que os enterarais de esta manera, ahora si no os importa quiero que os relajéis, no quiero hostilidades en mi casa.
-Lo sentimos, no volverá a pasar- se giran hacia Malfoy.- Más te vale mantener a los tuyos a raya, tú tienes que encargarte de todo lo que pasa en Slytherin y seguramente tengas mucho trabajo.
-Como por ejemplo parar a la manada que viene corriendo como si su vida dependiera de ello, realmente las cosas no son lo que eran- le dice Roger a Cedric dándose la vuelta y saliendo del edificio.
Salimos a la entrada para ver a la panda de Slytherin que se acerca corriendo desesperados. Miro a Malfoy significativamente y él asiente poniéndose delante de mí con los brazos cruzados y cara de aburrimiento. Toda la tropa frena en seco al verlo ahí esperándolos y con una ceja alzada al más puro estilo de su familia dejando claro que no es así como deberían comportarse. Carpeta en mano me acerco al grupo, que se pone tenso al verme con cara de póquer.
-Los quiero a todos en fila- le digo a Malfoy, éste sólo los mira y con un gesto de mano les indica que obedezcan.- Gracias, Malfoy. Bien, ¿nombre?
-Dylan Reveré.
-Intenta convencerme Dylan- lo insto. Él se pone de rodillas y repite treinta veces, contadas, las mismas palabras: "por favor".- Suficiente, siguiente, luego diré quién sigue y quién no.
Después de una hora, a la mitad de la cual Malfoy se ha ido avergonzado, termino con todos los candidatos que había en la fila. Les ordeno que se queden ahí mientras vuelvo a la sala común para coger un matasellos y tinta. Al volver con ellos miro la lista y empiezo a recitar los nombres con una equis al lado para que se queden, a los demás les ordeno que se vayan y ellos obedecen con la cabeza gacha.
-Volveros a poner en fila por favor- obedecen sin rechistar. Nev se acerca con un montón de cintas en la mano.- Poneros todos una sobre los ojos y no os la quitéis hasta que yo os lo diga- extrañados vuelven a obedecer a medida que Nev reparte las cintas.
Una vez todos asegurados de que no pueden ver mojo el matasellos en tinta y voy poniéndoles a todos en el dorso de la mano derecha el sello de "eliminado".
-Ya podéis quitaros las cintas- todos se quitan la cinta y enseguida se miran la mano.- Lo siento, estáis todos eliminados, ya puse en las normas que decir veinte veces "por favor" se consideraba rogar, tenéis que convencerme no darme pena, eso ya lo hacéis todos los días sin que tengáis nada que ganar. Decidles a los que todavía siguen en el concurso que se esmeren un poco más, que no están eliminados porque vosotros dabais más pena que ellos. Si alguno que siga en el reto quiere intentarlo sólo tiene que venir aquí o donde esté y pedírmelo. Ah, y no intentéis quitaros el sello, no se puede, inventé esta tinta para el reto y sólo yo tengo el disolvente, así que hasta que no queden unos diez candidatos no podréis quitároslo- los aviso, con una sonrisa me doy la vuelta y vuelvo a entrar en la sala común.
Me siento junto a los demás con una sonrisa de satisfacción, Nev se empieza a reír y yo con él, enseguida todos nos estamos riendo.
-¿Visteis sus caras cuando les dije que no se lo podrían quitar?
-Fijo que intentarán quitárselo, ¿qué pasará entonces?- me pregunta Ron.
-Pues que al entrar en contacto con el agua se volverá de un color negro muy marcado y no habrá forma de disimularlo- nos volvemos a reír.- Ni siquiera se han molestado en hacer trampas, cuánto hecho de menos a Chris, con él sí que era divertido y peligroso poner retos de estos.
-Tienes razón, sólo Nott y Zabini siguen siendo como él enseñó a ser, el pobre Malfoy va a necesitar mucha suerte o un milagro porque va a tener que tratar con animales, ¿por qué lo has elegido a él?
-La razón es sencilla, Fred, porque para ser mi némesis debe estar a mi altura y para eso debe de mediar y controlar lo peor de por aquí.
-¿Qué ocurrirá si no lo consigue?
-Pues que entraré en depresión por haberme ilusionado tanto, pero de momento no es preocupante, tiene demasiado ego y su orgullo está latente, no tardará en cabrearse de verdad y ponerlos a todos como en el ejército.
-Eso habría que verlo.
-Siempre podemos ir a ver qué hace- les digo con una sonrisa divertida.- Apuesto cincuenta pavos a su favor, seguro que ahora les estará montando la bronca padre.
-Apuesto cien en contra, dentro de media hora está aquí pidiéndote ayuda- dice George, Fred asiente conforme.
-Yo voy con Harry, apuesto a favor- miro a Nev y ambos sonreímos.
-Yo no apuesto.
-Eres un rajado Ron, ¿Seamus, Dean?
-Tampoco, es perder dinero a lo tonto, así que nos quedaremos de jueces.
-Fred y George se quedarán en la sala común conmigo y Ron y vosotros iréis con Seamus a ver si les está echando la bronca.
-De acuerdo, ¿doscientos para el que gana?
-Me parece bien.
-Entonces vamos a ver qué ocurre en la sala común de las serpientes.
Entramos en el ascensor y meto una llave en la ranura que está al lado del botón "B", enseguida el ascensor se empieza a mover hasta pararse debajo de la sala común. Un enorme túnel iluminado por lamparitas se extiende ante nosotros, caminamos a través de él hasta llegar a otro ascensor, que está debajo de la sala común de Slytherin. En el techo hay rejillas debajo de los sillones y sofás que nos dan la oportunidad de escuchar todo lo que pasa arriba y por consiguiente la voz de Malfoy gritando a pleno pulmón.
-¡¿CÓMO SE OS OCURRE ROGAR?! ¡¿NO OS HABÉIS PARADO A PENSAR POR QUÉ HABÍA PUESTO PRECISAMENTE QUE VEINTE "POR FAVOR" SE CONSIDERABAN RUEGO?! ¡Y ENCIMA OS DICE QUE NO PODRÉIS QUITAROS EL SELLO Y LO INTENTÁIS! ¡PERO CLARO, AQUÍ ESTOY YO PARA QUE OS QUEJÉIS DE QUE ES INJUSTO Y NO TIENE DERECHO A HACER LO QUE HA HECHO! ¡PUES NO! ¡ACEPTÁSTEIS EL RETO CONOCIÉNDOLO MUCHO MEJOR QUE YO, OS ELIMINA Y PARA MÁS INRI OS QUEJÁIS! ¡ES QUE SOIS TONTOS!
-Vaya tiene buenos pulmones- comenta Nev.
-Creo que lo estará oyendo todo el colegio.
-Chitón, que quiero escuchar- les digo.
-La próxima vez pensaros mejor las cosas antes de actuar, encontrar huecos en las normas, ¡haced trampas joder!
-Pero Potter dijo...
-¡ME DA IGUAL LO QUE ÉL DIJERA! Esto no es sólo un reto, es una demostración de que los Slytherin somos lo que deberíamos ser y de momento nos estamos poniendo en ridículo. Puso normas y dejo la amenaza colgando de que podría pasarle algo malo a quien se las saltara, pero si se hace con cuidado y él no se entera estaremos ganando terreno. No nos jugamos sólo perder la oportunidad de que sea nuestro modelo sino el orgullo de ser de Slytherin. Seguramente si mi antecesor os viera se estaría cagando en todo porque sois una panda de animales. Me ha nombrado príncipe y eso voy a ser, así que de ahora en adelante mando yo, me obedecéis sin chistar y empezáis a comportaros como verdaderos Slytherin. Caminaréis como si el suelo no os mereciera, no mostraréis más de un atisbo de sentimiento, siempre andaréis con elegancia, bien vestidos y arreglados, pensaréis bien las cosas antes de hacerlas, seréis perfectos en todos los sentidos. No admitiré una mancha de pintura en la ropa a menos que sea la bata, no admitiré que vayáis como si fuerais unos abandonados, no permitiré que os arrodilléis ante nadie. Ser orgullosos, vosotros estáis por encima de las normas, pero ¡ojo! Cuidad de lo que tenéis, no descuidéis al novio, a los amigos y la familia porque todos ellos juegan un rol importante en la vida, si tú te caes ellos te ayudarán a levantarte así que no os dejéis llevar porque si perdéis el apoyo puede que no volváis a levantaros cuando hayáis caído. ¿Está claro?
-¡Sí, señor!
-Un discurso digno de un Malfoy- digo orgulloso.- Volvamos a la sala común, tenemos que cobrar doscientos dólares.
Nada más llegar a la sala común nos plantamos ante los gemelos con la mano extendida. Ellos suspiran fastidiados y nos dan cien pavos a Nev y a mí. Miro la hora y me asusto, hace media hora que teníamos que haber abierto la cafetería.
-Si queremos ganar algo de pasta de más tendremos que abrir la cafetería y llevamos medía hora de retraso, tendremos a la gente esperando fuera y todo sin preparar.
-Está preparado, Colin y unos pocos más han ido a echarnos una mano, sólo tendremos que abrir y ponernos a servir.
-Bueno, algo es algo, menos mal que los chicos se preocupan por nosotros- suspiro aliviado.