<<Son cerca de las 5:00am y no he podido dormir...me parece tan extraño lo que sucedió a mi alrededor que siento que la vida me dio la espalda completamente, ya son casi dos semanas desde que perdí a mi novia Amber en ese accidente y que te perdí a ti o mas bien, perdí el concepto que tenía de ti. Ahora lo que hago es estar en casa de esta mujer que apagó mis últimas esperanzas de una relación a estas alturas de mi vida. Murió...y con ella morí yo...a nadie le agradaba ella pero para mí fue como un respiro de vida, no puede nadie si quiera imaginar cómo me siento...
Me levanto de la cama sin ganas de seguir intentando conciliar el sueño en este colchón por el que tanto pelee esa vez y que al final se quedó, toda esa oleada de recuerdos me ataca más cuando la luna hace su aparición, por que no hay nada mas en que pensar y por que a estas horas podría estar contigo en cualquier otro lugar que no fuera este. Camino al espejo del baño mirando mi rostro, luce demacrado, pálido y aun tiene marcado el rastro de esas lágrimas saladas que caen solas por la tarde al solo ver su closet o mi traje que planchó y no me he atrevido a poner, todo esta tal y como lo dejó cuando... sucedió todo esto y sigo preguntándome cuando llamarás ...¿No creerás que me olvidare de ti así de fácil, verdad?... en fin, hay veces que por extraño que suene no se que duele mas entre el dolor de mi perdida y tu indiferencia a lo que me pasa. Mojé mi rostro con agua y me limite a sentarme junto a la tina sin reconocer mi reflejo en el mármol. >>
Creí tener la sensación de hambre, algo raro en mi organismo desde el incidente, la comida ya no era algo cotidiano en mi vida, de vez en cuando ingería algo para sobrevivir pero era tanto mi pesar que mi cuerpo solía devolver la comida así como entraba por lo que no me podía dar el lujo de alimentarme, cada que sentía que mi estomago se encontraba en condiciones de cooperar era como comía cualquier cosa pequeña para no morir, pero eso no me hacía nada bien. Me sentía débil, muy cansado y terriblemente abatido. La comida perdió el sabor, todo era igual a comer papel, supongo que por eso la devolvía...
Todo lo que conocía de mi se había ido, mi aspecto ahora yacía perdido, incluso la noción del tiempo y los días que pasaran igual podían ser minutos o podían ser horas ¡Que mas daba!
Lo que amaba se fue de tajo dejándome en la nada, abandonándome. Mientras estaba prácticamente tirado frente a la bañera el teléfono sonó, intente moverme con normalidad pero no pude solo logre desplazarme a trompicones hasta la bocina
-... ¿Diga?...- Mi voz sonó apagada, realmente muy cambiada y puedo apostar que quien fuera que estuviera al otro lado de la bocina se asusto por que escuche un jadeo -... ¿Quién es?...- Pregunte en otro intento con una sensación que parecía curiosidad en mi vacío yo. Nuevamente la persona del otro lado de la bocina no contesto, estaba por rendirme y colgar pero algo me lo impedía, una sensación estúpida que me decía que quizás podría ser House pero no escuche nada, colgué desilusionado, algunas lagrimas se deslizaban por mis mejillas desilusionado y sintiendo que ya era algo normal en aquella depresión que me había sumido en el vacío.
Una semana después de aquella extraña llamada; Cameron llego a mi puerta cerca de las 3:00pm preocupada de no verme en el hospital, le abrí solo por necesidad de hablar con alguien, antes de que ella pasara a la casa se me quedo mirando boquiabierta y horrorizada de mi aspecto tan descuidado, no me había rasurado en esas últimas semanas y solo traía mi sudadera gris con unos jeans que no recordaba siquiera cuanto tenia sin quitarme
-Pasa...- Le trate de insistir con un tono poco convincente y ella asintió pasando lentamente, cerré la puerta y me desvanecí en el sillón esperando a que empezara con las típicas palabras por mi perdida pero no fue así como ella empezó, trate de ponerle atención viéndole fijamente pero mi mirada perdida y sin vida no hacía más que darme una ligera noción de cómo lucia la castaña
-Wilson, vine porque me preocupaste mucho al ver que no has ido al hospital... sabes que te comprendo perfectamente y quiero que sepas que tienes todo mi apoyo... ¡enserio! cuando quieras hablar con alguien, siempre estaré allí- Me dijo amablemente la chica ojiazul claramente de todo corazón, casi lo recitaba de tanto pensar que llegaría a decirme. Después se movió algo incomoda en el sillón en respuesta a mi silencio, enseguida termino de hablar mi mirada perdida bajo al piso para congelarse un momento
-...Gracias...- Conteste con ese tono raro otra vez sin ganas de decir nada mas
-Bueno pues...- Se levantó y camino a servirse un vaso de agua con algo de nerviosismo
-¿Sabes? No te has perdido de nada nuevo en el hospital, últimamente todo parece ir como siempre, aburrido y sin ninguna novedad que sea relevante- Trato de abrir una conversación con algo sencillo y yo intentaba con todas mis fuerzas de seguirle el hilo, si lo lograba, tal vez me sentiría mejor
-¿Enserio?...Pues no me parece que sea así, algo...debió haber...cambiado ¿no?- Comente con algo más de soltura y eso me agrado, ella dio un largo trago a su vaso de agua y fue sentarse donde estaba, me miro asintiendo y rio bajito
-Bueno tienes razón, solo una cosa cambio, no sé qué pasa con House pero... ¡Oh dios lo siento!- Se detuvo horrorizada al ver mi sombría expresión
En cuanto escuche ‘House' me sumergí en la agonía de un chapuzón sin salvavidas y tuve la sensación de que me habían apuñalado dejándome una gran abertura en el pecho a través de la cual me habían extirpado el corazón. Cálidas lagrimas empezaron a correr por mis mejillas sin siquiera darme cuenta, la mire para tratar de decirle que no era su culpa pero...no pude, me quede sin habla.
Ella calló, mirándome con tanta lástima que me di pena a mí mismo, mi estado era realmente deprimente
Se hinco frente a mí en el sillón -Perdóname si dije algo que no debí...aun estas muy débil, pero en unos meses habrás superado lo peor, recuerda que después de la tormenta viene la calma- Me animo con una penetrante mirada, intentaba transmitirme confianza en mi mismo y en ella, me limpie las lagrimas y con las mínimas fuerzas que me quedaban le dije
-...si, lo sé...- Solté las palabras tan forzadas que sonaba como robot mal programado. Ella me escucho y se levanto a abrazarme, por unos segundos hubo en mi algo parecido a bienestar pero muy vano
-Creo que...debo irme, pero vendré pronto. Para que platiquemos mejor- Dijo al empezar a sonar su celular -Es que Chase se molestara si no voy a casa...pero prométeme que trataras de analizar las cosas de forma razonable- Dijo tomándome el rostro con ambas manos y nuevamente viéndome a los ojos, asentí y ella me sonrió, yo trate de hacerlo pero mis labios solo formaron una línea recta que no fue convincente ni para mí mismo. Ella se marchó rápidamente y yo me quede pensando con curiosidad ¿que tendría que contarme sobre House? pero la verdad es que no tenía la fuerza para oír más de él.
La primera semana del segundo mes me sentía morir, sin fuerzas siquiera para seguir revolcándome en mi miseria, yacía tirado en la alfombra llorando por que encontré bajo la cama un frasco de pastillas para la gripa
-Te extraño...- Musite con la voz quebrada -... ¿Por qué?...- Pregunte al viento inútilmente mientras sollozaba encogido abrazando el frasco contra mi pecho sintiendo esa herida punzar más dolorosa que nunca y recordando el rostro de Amber; casi idolatrándolo. Pero lo más terrible fue que ese frasco también me recordó a House...ese rostro destrozado cuando supo que no podía ayudarme a salvarla...cuando se disculpo conmigo por ello...no podía odiarlo, por más que me esforzaba, me arrastre a ver los informes de Amber cuando estuvo en el hospital que yacían sobre la cama, últimamente tenia la manía de repasarlos diario...una y otra vez sin poder encontrar una manera por la cual culpar a House y eso me enfurecía. Escuche el teléfono y conteste con la mano temblorosa apenas sosteniendo la bocina
-... ¿Si?...- Sonó mi voz como la de un raro zombi
-Wilson...- Dijo Cuddy al otro lado de la bocina -Ya va un mes, ¿Vas bien?...- Pregunto vacilante
-Eso creo- Respondí tratando de que no se oyeran mis sollozos, ¡Maldita sea! ¡Odiaba tanto el no ser fuerte!
-Espero que regreses pronto- Dijo Cuddy desalmada al igual que Cameron al escucharme tan mal -¿Estas asistiendo a las terapias?- Pregunto como quien no quiere la cosa
-si...espero superarlo muy...ah, muy pronto- Casi susurre aquella respuesta sintiendo que no soportaría mucho sosteniendo una conversación en ese momento
-Pues sabes que el hospital está abierto para cuando estés listo a regresar- Termino Cuddy con un amable e incluso alegre tono, quizá me escucho mejor que la última vez que llamó. Colgué después de eso, no quería hablar más y me senté en la cama limpiándome las lágrimas por instinto, después me tire en la cama quedándome inmóvil.
Al día siguiente trate de salir a comprar cualquier cosa que me mantuviera distraído antes de ir a la terapia y me detuve observando una camisa azul cielo que me recordó los ojos de House. Sacudí la cabeza como tratando desechar esa idea sin mucho éxito y adolorido recordé que aun no había llamado ni se había molestado en tratar de contactar conmigo...con su mejor amigo...cerré los ojos con fuerza ante esa idea mas molesta que la anterior ¿¡Qué demonios me torturaba tanto al pensar en un idiota como House?! ¡Se supone que debería estar triste por mi novia muerta! No por el...
Hasta ese momento había comprendido, que al perderla hubiera sido como si perdiera la única oportunidad de estar con quien siempre ame, Solo que yo ¡no te amaba!:
-¿O sí?...- Me pregunte a mi mismo asustado llevándome una mano a los labios y empecé a caminar apresurado de vuelta a casa.
Llegué y cerré la puerta con urgencia recargándome en ella y tirándome de los cabellos con aspecto desquiciado -No...- Suplique a mi corazón mientras me desvanecía quedando sentado en el piso, si amaba a House...si en verdad me había enamorado de el entonces estaba condenado a ser miserable toda mi vida, el hombre jamás me aceptaría...¡¡era una total locura!!
El sueño empezó a vencerme allí donde estaba y esta vez me deje llevar sin reproches a las necesidades fisiológicas, aunque experimentaba un pánico incontrolable al sentir la sensación de sueño por las pesadillas horribles que me atacaban haciéndome sufrir más (si eso se podía). Me venció sin darme cuenta cuando...
En mi sueño todo parecía tranquilo y por un momento pensé que experimentaría después de mucho la paz que había rogado a los cielos por tanto tiempo, empezó a nublarse y yo caminaba placenteramente por la ciudad a pesar de ello. Amber iba a mi lado sonriéndome pero de repente su expresión fue de dolor y me acaricio el rostro como lamentándose por mí, en seguida entendí que Amber no deseaba que yo sufriera tan terriblemente por ella. Todo se apago quedando oscuro, cerré los ojos encogiéndome en la nada aterrado de tanta oscuridad donde ni siquiera podía ver mis propias manos. Al abrirlos estaba en un autobús en compañía de House, de repente un vuelco en el autobús y House se encontraba gravemente herido sangrando frente a mí, yo estaba ileso, me acerque a mirarle con detenimiento notado un hueco en su pecho le moví frenético porque no mostraba señales de vida y cuando vi que le manchaba de sangre me mire y tenía el mismo hueco aterrador, sumergí la mano a mi pecho sacándome el corazón, poniéndoselo en el pecho a House para que viviera pero no hubo respuesta después de ello
-HOUSE!!!- Desperté de golpe aterrado y nuevamente las malditas lagrimas corrían por mis mejillas -dios...- Musite suspirando y cerrando los ojos ¿Qué era todo eso?...solo un loco como yo alucinaba cosas tan horribles, mi corazón latía tan rápido que sentí que en verdad se saldría como lo soñé pero siguió en su lugar después de unos segundos de regular mi ritmo cardiaco, voltee a los lados y recordé que me había dormido contra la puerta de la entrada así que levante entumido y me recosté en el sofá más cercano con miedo a volver a dormir...había que aceptarlo, extrañaba a House ¡Pero saldría adelante!, no podía quedarme con los brazos cruzados esperando a que las mareas se calmaran porque no lo harían hasta que hablara con él.
Pasaron las semanas y un segundo mes había terminado, yo me encontraba... no mejor pero al menos mas fuerte, podía estar completamente sereno en cualquier lugar sin tener un ataque de llanto o hiperventilación presionando mi pecho. Por lo que sentí que era hora de regresar al hospital.