Alguien una vez menciono que los chicos solo tenían la posibilidad de enamorarse una o quizás 2 veces a lo mucho en toda su vida, al contrario de las chicas que se enamoraban varias veces. Y lo cierto era que esto era verdad. Yo solo me pude enamorar una vez en toda mi vida. El era todo para mí, lo ame desde que mis ojos se toparon por primera vez con los suyos, pero yo no tenía la fortuna de ser uno de sus únicos amores. Había una mujer en su vida. Era hermosa, poderosa y con un carácter casi tan fuerte como el de el. Yo no era competencia para ella. Después de todo, quien era yo? Un ingenuo y tímido muchacho de 15 años que se había enamorado de su sensei y protector.
El solo me miraba como un arma, y nunca sintió algo realmente fuerte por mi o alguna especia de sentimiento romántico o de cariño.
Mi corazón se rompía por primera vez ante el romance que mantenía Zabuza-san con aquella mujer. Yo mantenia mi distancia, por mi propio bien, de no lastimarme a mi mismo al tener que aceptar la realidad. Pero parecía que nada era perfecto en su relación. Ella era muy conflictiva, realmente no sabía si amaba a Zabuza con sinceridad. Más de una vez mire a mi sensei sufrir por ella. Me rompía el corazón aun mas verlo lastimado, inseguro y frustrado.
Solo quiero que sea feliz. Yo esperaba en mi cuarto que la historia diera un giro inesperado y que Zabuza entrara y me digiera que amaba, que construiríamos una vida juntos, yo como su alma gemela, siempre a su lado. Pero eran sueños rotos nada más. Rotos como mis esperanzas, como mis ilusiones, como mis metas. Rotos como mi corazón.
Sin embargo, una noche paso lo inesperado. Aquella mujer se haba ido. No hubo rastro de ella por la aldea. Zabuza tomo esa noche en su despecho. Cuando estuvo a punto de caerse yo lo ayude, ayude a mí tan amado Zabuza en su desesperación.
-Se ha ido-me menciono. Su cuerpo era demasiado pesado para mí, me cayó enzima. Sus labios buscaron los míos, me besaban, sentía el alcohol en su boca.
-Debí…-divago-debí quedarme contigo. Al menos se que eres solamente mío. Eres tan hermoso Haku…-
Sus manos pasaban por debajo de mis prendas, el quería tenerme. Pero, mi cuerpo seria lo suficiente para hacerlo olvidar? Nunca lo supe. Deje que me usara para reconfortarse. Sus manos eran vivaces, pasaban por todas partes. Apretaban mis caderas a medida que Zabuza se adentraba en mí. Era doloroso, pero todo lo que yo hacia era por amor. No hubo experiencia más intensa ni sentimiento más fuerte.
El termino dentro de mí mientras yo me sonrojaba entre sus brazos. Pasamos toda esa noche juntos. Yo no podía separarme de el aunque quisiera, y realmente no quería. Por desgracia mi felicidad duro muy poco. A los 2 días volvió a aparecer ella. Anko, la mujer que mantenía una relación con Zabuza. Zabuza no dudo mucho en aceptarla y mis esperanzas volvieron a perderse. Yo estaba en mi cuarto con una gran tristeza, hasta que Anko entro repentinamente.
-Ya me entere de lo que paso, entre tu y Zabuza…-se burlaba de mi con su mirada y tono de voz-como pudiste pensar que Zabuza se fijaría en alguien como tu? Eres muy poca cosa niño, mas bien no eres nada, solo te dio otro uso como el arma que eres en mi ausencia. Acéptalo, no le interesas!-
Cuando cerro la puerta mis ojos se llenaron de amargas lagrimas que no dejaban de brotar. Todo eso era verdad. Termine con los ojos hinchados y con mis ilusiones aun mas destruidas. Fue la semana más difícil de mi vida. Pensaba en alejarme, marcharme y jamás volver, pero yo no podía hacer eso. El hecho de no volver a ver a Zabuza me mataría. Mejor permanecí apartado, callado y sumiso, como siempre. Más de una vez la escuche mencionar a Zabuza que se deshiciera de mí. Yo solo esperaba el día que eso pasara.