Capitulo 01
Barbatos... es un nombre fuerte, es el nombre del nuevo lugar donde viviré desde ahora.
Vaya ponerle ese nombre a este lugar, no deja de darme miedo, Barbatos era un demonio perteneciente a la Orden de las Virtudes, entiende el canto de la aves y el lenguaje de los animales, un gran Conde y Duque de los infiernos. No creo que el nombre fuera al azar.
-¡Hmmm!- un largo suspiro sale de mi boca.
El lugar es como un fuerte medieval, altas bardas lo separan del resto del mundo, al ingresar el auto fue escaneado completamente, incluidos nosotros... este lugar es una verdadera fortaleza. Tiemblo de solo imaginar lo que me espera aquí. Pero ya no hay nada que hacer, no puedo dar marcha atrás. Solo aprieto mis puños y miro hacia adelante. De la parte delantera de la camioneta en la que nos transportan a otros 9 chicos y a mi se escucha una voz que nos ordena tomar nuestras escasas posesiones y salir al estacionarse el auto.
-¡Bajen del auto mocosos!, !Apúrense que no tengo su tiempo¡- Se escucha la voz del enorme y aterrador sujeto que nos saca a todos jalándonos del brazo con rudeza.
Hasta ahora no lo había podido observar bien, ahora me entretengo mirándolo para no pensar en lo que nos espera. Es un tipo que por lo menos debe medir dos metros, o eso me parece a mí, es de piel casi negra, rapado totalmente, no se de que color serán sus ojos pues trae unos lentes de sol, viste todo de negro, desde la camiseta sin ningun estampado, pasando por sus jeans y unas enormes botas militares del mismo color. Sus brazos están cubiertos de un sinfín de tatuajes, de todos tipos, desde rostros hasta animales y le abarcan hasta la manos, no se ve una sola parte limpia.
Al notar mi mirada en él, me observa detrás de sus lentes y siento un frío recorrer mi cuerpo, prefiero voltear para otro lado. La verdad he intentado no mirar a los otros chicos que llegaron conmigo, creo que todos estamos igual de aterrados
- Matt, ya traje al nuevo ganado, apurate y ven por ellos.- grito el enorme moreno a un igualmente enorme castaño que al parecer se llamaba Matt.
- Sonit, ¿por qué tienes que ser tan desagradable? Por lo menos saluda primero estúpido bastardo.- contesto el otro sujeto
Todos nos estremecimos cuando el otro insultó al tipo q nos trajo, que ahora sabíamos se llama Sonit, pensando por la mueca de su rostro que correría sangre justo frente nuestro. Pero justos en ese momento el tal Sonit solo lo miro por un instante y contestó:
- ¡Ah, bastardo, aun estas vivo!, y yo que ya me imaginaba bailando en tu lápida. Jajajajajaja - dijo Sonit
- ¡Ooh, pues que pena!, yo aun sigo aquí. Bueno pásame a los novatos y ya lárgate que afeas el panorama, jejeje. Ya nos veremos después. Saludos a todos en Andras cuando regreses - dijo Matt
- Bueno pollitos ustedes se quedan aquí, bye, bye Matt saluda a todos de mi parte - concluyó Sonit subiéndose a la camioneta y se marcho, dejadlos solos de pie frente al otros sujeto.
Todos volteamos a mirarlo y él nos miró fijamente durante lo que me pareció una eternidad, y luego sonrió y nos dijo:
- Bueno chicos, bienvenidos a su nuevo hogar - y abrió la enorme puerta de entrada.
Entonces pudimos ver nuestra nueva casa, al entrar sentía como si mi destino fuera sellado y una enorme inquietud se adueño de mi corazón. Luego comenzó a recitar nuestros nombres y números... pero yo estaba tan impresionado por la entrada de la mansión dentro de las murallas de la fortaleza que me tarde en responder, hasta que una chica a mi lado me dio un codazo.
- ¡Oye! Creo que te están nombrando.- murmuro la chica a mi lado, y entonces preste atención; si en definitiva me estaba nombrando.
- Número 13,789, Yuuen Stefano Maccaro- dijo Matt casi gritando.
- ¡Aquí! - grite apenado, sonrojándome hasta la punta de mis orejas - Sumimasen… etto… Lo siento. – concluí más rojo aun.
- Vaya chico comenzaba a pensar que Sonit te había tirado por el río antes de llegar - dijo Matt - Oye que tu nombre es muy curioso una mezcla rara - Luego volteo para otro lado y continuo con la lista.
Cuando pasado un corto tiempo termino nos indico que podíamos pasar y cerró la puerta tras nosotros. Otro escalofrío recorrió mi espalda. Bueno ya nada se podía hacer ahora tendría que seguir adelante, pensaba con profunda tristeza intentado encontrar aceptación. Fuimos conducidos a través de un enorme pasillo laberíntico y confuso, hasta el área de las habitaciones para los novatos. Se nos informó que la cena sería a la 7 de la noche y nos indico como llegar. Después nos asigno habitaciones y nos dijo que descansáramos.
Yo no me fije en mi compañero de habitación y me fui directo a la cama libre dejándome caer en ella. Luego me dormí.
- ¡Ah! Como necesito dormir- dije antes de caer inconsciente.
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