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Sensaciones Prohibidas por mon_483

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Notas del capitulo: Soy nueva en esta pagina buahahha. Fue el primer fic que escribí. Me gustaría que comentaran para ver si la idea les agradó.

La calidez de la noche abrazaba sus cuerpos distanciados por una pared, uno en cada habitación, cada uno en su propio encierro.  Como en su hogar, como en cada hotel en el que pasaban una noche después de dar un concierto. Esa decisión fue tomada por el menor de los gemelos  hacía varios años, cuando comenzó a sentir ese cosquilleo cuando miraba a su hermano, ahora ya con 18 años se podía controlar cuando su hermano rozaba su piel. Trataba, a veces, de hacerle notar a su hermano sus sentimientos, pero no solo para él era prohibido mostrárselos, también para la sociedad.

 

‘12:35’ eran los números en el reloj de su mesa de noche, el aire frío cruzó la ventana hasta secar una de las lágrimas que rodaban por su mejilla, una lágrima más, una noche más de agonía interminable, de un dolor punzante que carcomía su muy destrozado corazón. Estaba harto de resistirse las ganas de confesarle lo que sentía a su hermano, pero temía que este solo le terminará odiando. Y con esos pensamientos, su cuerpo cayó en brazos de Morfeo, descansando, aunque fuera un simple momento de esa fría realidad.

  

-Bill, por favor, son 5 minutos no media hora.- habló el rubio mientras se terminaba de sujetar las rastas con una mano y con la otra tocaba la puerta de la habitación de su hermano.

-Voy, no tardo. – contesto Bill pasándose el último rastro de sombra por el párpado y listo para salir a un día nuevo.

Cuando abrió la puerta se encontró con la silueta de Tom, impactando seriamente su autocontrol. Cerró la puerta a sus espaldas y tomaron camino hacia el elevador rumbo a su siguiente entrevista. Mientras bajaban por el elevador, Tom sujeto el brazo del menor, lo que le produjo un escalofrío que solo su hermano le podía producir, pero simplemente fue un roce, uno de esos roces que confirman el amor fraternal de hermanos, del lazo sanguíneo que mantienen.

 

Suspiró resignado mientras apoyaba su cabeza en el cristal, paso su mano por su rostro acomodando unos mechones rebeldes de cabello. Su hermano, en cambio platicaba con Georg acerca de las chicas buenas que habían visto el día anterior en el bar al que fueron.

 

-Bueno chicos, ya conocen las preguntas que normalmente les hacen, no hay ninguna novedad, me supongo saben que contestar ¿Cierto?- indicó Jost.

-Sí, David, ya sabemos que.- respondió Gustav listo para comenzar la entrevista.

-Listo, entonces, a responder.- se despidió.

El pelinegro soltó un pequeño e imperceptible bufido ante la sensación de aburrimiento que inundó su ser.

 

Una fingida sonrisa iluminó el perfecto rostro de Bill en el momento en que la rubia, bastante linda, les saludó. Los gritos de las jóvenes inundaban el estudio donde tomaba lugar la entrevista. La luz de ahí iluminó el rostro de la chica que les entrevistaba, no paraba de coquetearle al menor, y este solo le sonreía ingenuamente aun sabiendo sus intenciones.

-Y dinos Bill, a pesar de que tienes miles de chicas a tus pies. ¿Podría estar en ellas tu verdadero amor?

-No lo creo, sinceramente no.-contestó tratando de evitar que la voz se le cortará al recordar que su amor verdadero estaba sentado a su lado.

-¿Entonces? ¿Quién podría ser?- siguió la pregunta no sabiendo el dolor que causaba en su alma.

-….-  Mi hermano

-Llegará a su tiempo. ¿No es así Bill?- intervino Tom al darse cuenta de que su hermano se quedó mudo.

-Sí, creo que sí. – fingió una sonrisa a la cámara, que le acabó de convencer al público y a todos que todo iba bien, que fue un lapsus facial su anterior facción de dolor.

-Gracias por estar aquí.- terminó por decir la hartante entrevistadora.

Y ahí finalizó una parte de su día, una parte de su rutina, donde el amor por su hermano insistía en florecerle en cada mirada, en cada roce, en cada reacción que tenía el pelinegro.

 

-Buen trabajo chicos. El cielo se va a caer Bill, tú siempre hablas y te quedaste callado por primera vez en las cientos de entrevistas que les han hecho.- bromeó el manager.

-A veces pasa.- contesto con un pequeño rubor en sus mejillas.

-A veces hay cada entrevistadora tan buena…- trató Georg.- que te quitan las palabras de la boca. ¿No, Bill?

-Si…si.- le siguió la corriente a Georg escondiendo su rostro de la mirada atenta de su hermano.

-Por primera vez al niño le gusta una chica.- gritó el baterista.

-¡NO!- contestó el pelinegro, eso no estaba en sus planes de esconder el por qué de su silencio ante la pregunta, y nadie se había percatado de en que pregunta el había enmudecido.- Bueno…sí.

El de rastas sintió algo extraño invadirle el pecho, algo que seguramente también sentiría Bill, y como si sus cerebros estuvieran en sintonía, el menor puso su mano en su pecho con una cara de duda.

 

 

Había sido un largo día, y más largo porque la mirada de su hermano sobre él le ponía en una incómoda situación.

Mientras se preparaba para el concierto de ese día, había sorprendido a su hermano mirándole, y cuando subió la mirada, este no la desvió, como si hubiese estado esperando a que le dijera algo, a que una conversación comenzará, pero Bill tan solo prefirió irse de la habitación  y sonreír como un tonto porque su hermano le había estado mirando.

 

Tom se había dado cuenta de que le había molestado saber que la entrevistadora le había gustado a su hermano. Sintió una sensación extraña…como de…celos.

¿Celos yo? ¿De mi hermano? Por dios, jamás.  Se rió mentalmente Tom, quizás celos de que esta vez se la llevaba Bill, quizás por eso, no porque sintiera que la chica le estaba quitando a Bill. Esperen, eso no se lo había planteado hasta ese momento

 

Cuando llegaron al hotel, la banda decidió irse por el elevador hacia sus habitaciones, el día fue agotador y necesitaban de descanso inmediato o recurrirían a irse a una fiesta, donde el alcohol les librara del cansancio.

Por su parte el menor prefirió subir por la escalera los 4 pisos del hotel, arrastrando ligeramente sus pies, notando una presencia detrás de él, ignorándola, quizás era Tobi, quizás era Saki, no se sabía, siempre andaban detrás de él, cuidándolo como a un niño pequeño.

Los pensamientos se agolpaban violentamente en su mente, uno tras otro, preguntándose cómo serían las cosas si su hermano supiera lo que sentía, si no solo se mirarán como hermanos. Pero como siempre, decidió apartarlos durante un momento y tratar de disfrutar los recuerdos de su gemelo mirándole, eso sí que le hacía alegrarse.

 

-No me voy a perder en las escaleras ni en el hotel.- rió, su buen humor estaba formando parte de él, gracias a las sensaciones que le causaban sus recuerdos.

-Lo sé.-una voz familiar hizo que se diera la vuelta topándose con su hermano Tom, de pronto la sonrisa se desvaneció y sus ojos se abrieron por la sorpresa, no esperaba que su hermano le siguiera, eso se estaba saliendo de control, todo más bien. Decidió hacer a un lado el cosquilleo de su estomago y seguir caminando rumbo a su habitación con su hermano pisándole los talones.

Llegando a la puerta, no supo qué hacer. La llave se movía, vibrando por el temblor de las manos del pelinegro que la sostenía. Miro de reojo a su hermano que seguía ahí parado a su lado, se mordió el labio y pasó un mechón de su cabello detrás de su oído. Los 5 segundos se le hicieron eternos con el de rastas a su lado, presionándole con la mirada, como si esperará algo de su parte.

-¿Vas a abrir?- rompió el silencio Tom.

-Si, si.

-Era hora de que reaccionarás Billy.- ese nombre no lo había utilizado hace ya bastante tiempo.-Nos toca compartir habitación si no lo recordabas, si subía por el elevador tendría que esperar hasta que subieras y sería larga la espera.- le sonrió.

¿Por qué no lo recordaba? ¿Realmente me lo dijo David?  Se cuestionó el menor.

La llave entro en la cerradura, haciendo un ligero rechinido mientras se abría la puerta frente a los dos, pasaron a la habitación, donde dos camas matrimoniales les esperaban.

El mayor buscó el interruptor a tientas para poder iluminar la habitación, de manera que vieran que pisaban.

Cuando entraron, cada uno se dispuso a realizar sus actividades, Tom a mirar televisión y Bill a bañarse.

 

-Me voy a dar una ducha.- dijo Bill.

A ver si así puedo dormir esta noche… pensó.

     
Notas finales: Comentame porfas *-* Los reviews lindos me hacen feliz.

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