Los meses pasaron rápidamente. Los jugadores del equipo practicaban, las invitaciones para partidos con otras escuelas llovían, los torneos estatales estaban tan cerca. Incluso, muchos jugadores habían olvidado sus diferencias.
Tezuka estaba casi feliz, incluso su relación con Keigo era perfecta. Atobe era apasionado y cuidadoso, siempre estaba pendiente de sus necesidades y tenía tan poca vergüenza que era prácticamente imposible sugerir alguna cosa que Atobe no aceptase. Incluso cuando Tezuka sugirió que el locker de Sanada era particularmente amplio.
Ocasionalmente Fuji pasaba por las canchas con un montón de libros en las manos y un teléfono en el oído. A veces hasta se sentaba en una de las graderías y los observaba practicar mientras hacía su tarea. El equipo estaba casi acostumbrado a oír el teléfono de Fuji sonando en pleno entrenamiento. Fuji hablaba mucho por teléfono, o al menos así le parecía a Tezuka.
Keigo tenía siete teléfonos distintos y casi nunca los usaba por más de cinco minutos.
Tezuka tuvo que prohibirle a Fuji tener su teléfono encendido mientras los observaba, el ruido distraía a los jugadores.
Fuji dejó de aparecerse por las canchas.
Tezuka gruñó por lo bajo. Syuusuke había escogido su estúpido teléfono por sobre sus amigos.
Horio apareció semanas después, vestía una chaqueta de regular y había crecido muchísimo desde la última vez que lo habían visto. Tezuka estaba impresionado.
- Tezuka-buchou, - saludó algo sonrojado. – Echizen-buchou me manda a pedir un partido de práctica.
Simple, al punto, obviamente Echizen lo había pedido así.
Tezuka sonrió.
- Quieren que Hokku-en juegue contra Seigaku? – rió Oshitari. – Los haríamos papilla.
- Buchou y Fukku-buchou no están de acuerdo, - bufó Horio, sus mejillas sonrojadas.
Sanada y Atobe discutían entre sí, cuál de los dos sería singles 1 mientras Oshitari decidió que sería buena idea ser singles 2. Oishi y Eiji se encogieron de hombros, ellos siempre eran dobles.
Inui comenzó a buscar su cuaderno dedicado exclusivamente a Echizen mientras comentaba que sería una excelente manera de practicar.
Tezuka suspiró.
Al parecer todos habían asumido que aceptaría el partido contra Seigaku.
Y por qué no debería?
Echizen era un buen jugador, y de seguro, como capitán, pensaba que enfrentar a su equipo contra uno obviamente superior les ayudaría a madurar. Recordaba haber hecho lo mismo en su segundo año.
Aún así, no podía encontrar emoción alguna en jugar contra su antiguo equipo.
Especialmente si Echizen era el único con el que valía la pena jugar.
Finalmente, la emoción en los rostros de sus jugadores lo convenció.
- Dile a Echizen que estaremos ahí el viernes, estará bien?
Horio asintió satisfecho.
- Buchou se pondrá contento, - dijo antes de hacer una respetuosa reverencia y salir corriendo de vuelta a su escuela. Tenían mucho que planear.
Tezuka volteó hacia su equipo, la mayoría estaban discutiendo entre ellos sobre quien jugaría contra Echizen. Otros, aquellos que no habían tenido el placer de hacerlo antes, se sorprendían que Sanada, Inui, Atobe y Kaidoh se preguntaran cuál de ellos tenía las habilidades para derrotar al muchacho.
- Echizen seguramente será singles 1, - murmuró Inui, sus anteojos brillando. Tezuka frunció el ceño.
-Kaidoh, Inui, ustedes serán dobles 2, - exclamó.
Inui y Kaidoh suspiraron.
- Sí, capitán, - dijeron ambos.
- Yo tomo singles 3, - sugirió Sanada. – Luego puedo retar a Echizen a otro partido por mi cuenta.
- Buena idea, - rió Atobe. – Ore sama será singles 2!
- Hey! – reclamó Oshitari. – Yo quería singles 2!
- Keigo, sería mejor que tú tomes singles 1, prefiero observar el progreso de Seigaku. Tal vez tengan jugadores interesantes para Hokkusai, - suspiró Tezuka.
Los jugadores asintieron, todos, en cierta forma, esperaban con ansias.
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Seigaku recibió la noticia de Horio con alegres vitoreos.
Por fin los jugadores de la nueva generación podrían probar sus habilidades con los legendarios regulares anteriores.
- Seguramente Kikumaru-senpai y Oishi-senpai serán dobles, - musitó Kachirou con el ceño fruncido. – Horio-kun, no podemos dejarnos vencer por ellos.
- Claro que no! Le mostraremos a los senpai lo mucho que hemos crecido estos dos años!
Ryoma permanecía sentado en una de las bancas, sus brazos cruzados.
- Singles será interesante, - sonrió.
Horio volteó hacia su capitán.
- Creo que es mucho, solo para derrotar a Tezuka-buchou.
El otro muchacho lo miró por un momento, una sonrisa de superioridad en el rostro.
- Es más que derrotar a Tezuka-buchou en la cancha, - explicó. – Esto es personal.
Kachirou suspiró.
- Echizen-buchou, - dijo algo cansado. – Estás asustando a los transferidos de nuevo.
Horio levantó una ceja.
- A estas alturas deberían estar acostumbrados, - dijo. – Echizen-buchou está loco.
- Gracias por la confianza, - gruñó Ryoma. Algo orgulloso de su pequeño grupo de transferidos. Alumnos de otras escuelas que, inspirados por el juego de Seigaku, habían abandonado sus antiguas escuelas, donde estaban solos, a favor de unirse en un equipo poderoso, tal como sus senpais lo habían hecho en Hokkusai, ahora los nuevos titulares de Seigaku eran lo suficientemente fuertes para derrotar a quien se les pusiese por delante.
- Eres demasiado confiado, Ryoma-kun, - rió Dan, acercándose a sus compañeros.
- Y tú demasiado enano, Taichi, - gruñó el capitán poniéndose de pie. Jamás dejaría de enorgullecerse de que, tras esfuerzo y dedicación, había crecido lo suficiente para dejar de ser Ochibi. Mientras que uno de sus transferidos, Taichi Dan, apenas le llegaba al hombro.
- Mou! Ryoma-kun! Eres malo!
- Acostúmbrate, - suspiró pesadamente Horio. – Siempre ha sido, es y será así.
- Supongo… - respondió Dan al ver a su capitán caminar hacia los vestidores. – Pero hoy si que esta raro, es como si quisiese en serio humillar a sus senpais.
- No son todos, sólo Tezuka-buchou, - musitó Kachirou. – Siempre ha sentido mucha rivalidad.
- Idiotas, - suspiró Ryoma, entrando a los vestidores.
- Sólo están preocupados por ti, - rió el vice capitán.
- Tú no? – preguntó Ryoma.
- Debería? Sé perfectamente que estas pensando en esa enferma cabeza tuya.
Ryoma no pudo evitar sonreír.
- Apenas llevas dos años aquí y ya crees que me conoces, – comentó. – Eres un mal fuku-buchou.
- No, - respondió el otro muchacho. – Es sólo que no soy como Oishi-senpai. Nosotros somos distintos a tus senpai, y por eso tenemos la ventaja.
Ryoma asintió. Le agradaba que no tenía que adivinar con su vice-capitán. El otro muchacho decía exactamente lo que tenía en mente y nunca dejaba pasar la oportunidad de regañarlo si descuidaba sus deberes. A pesar de que había llegado en segundo año para unirse al equipo, Ryoma fácilmente aprendió a considerarlo como su mejor amigo.
- … y tal vez algún día sea más, - suspiró.
- Algo más? – preguntó el otro. Ryoma sonrió burlonamente.
- Pensaba que algún día, pronto, si todo sale como quiero, serás más que mi vice-capitán.
El otro muchacho entorno los ojos, fulminando con la mirada al capitán.
- No si yo puedo evitarlo. Ahora sécate y muévete, creo que es buena idea tener una reunión con todos los regulares y sensei, - al decir esto último el fuku-bucho rió. – Necesitaremos una estrategia para derrotar a Hokku-en.
Ryoma suspiró.
Su mejor amigo también era su mayor obstáculo.
- Mada nada danee~
- No me vengas con eso, capitán de cuarta, muévete!
Ryoma obedeció.
Tenian demasiado que hacer y planear si pretendían derrotar a Hokku-en. Especialmente ahora que el partido tan esperado de Ryoma como capitán y Tezuka, el antiguo capitán y estrella de Seigaku, se había vuelto personal.
Tan personal que Tezuka no sabría lo que había ocurrido sino hasta que fuese demasiado tarde.
Continuará.