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El circo de la luna por Krad_Elric

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Notas del capitulo: He regresado¡¡ con el segundo capi, no tengo más que decir solo que espero les guste y tmb espero reviews.
Capitulo 2: Tras bambalinas
Edward le ofreció a Roy su camerino, uno de los más lujosos del circo, con una gran cama cubierta por sabanas de seda y almohadas de plumas, muebles de madera fina así como tapetes de 17 hilos. Largas telas cayendo desde el techo cubriendo las paredes le daban elegancia, además de los diversos cuadros que se encontraban colgados en el mismo lugar, era un camerino muy serio para un chico, no había colores vivos, todo en su mayoría blanco y negro, sin embargo era un lugar acogedor.
Roy se había quitado el saco y estaba sentado sobre la cama, solo se podía escuchar el sonido del viento rosando las telas, lentamente se puso de pié, no podía evitar tener esa curiosidad de mirar al chico castaño que había visto antes en la función, por lo que salió del camerino en busca de él. Caminaba lentamente sin zapatos por un pasillo lleno de puertas, en los que destacaba el nombre de los actores, repentinamente una luz se encendió al final del pasillo, Mustang entró en una de las habitaciones para evitar ser visto, dejando un poco entre abierta la puerta para mirar. Una silueta se formaba entre la luz, era Edward o “el chico rubio para Roy” caminando por el pasillo hacia donde se encontraba el camerino que le había dejado, debía regresar, si no está donde el rubio lo dejó, podría correrlo del circo por husmear a tan altas horas de la madrugada, pero algo llamó su atención, el rubio se dirigía a otro camerino, entrando de una manera muy sigilosa, miraba como Edward tomaba la perilla y una mano desde dentro lo jalaba para que después la puerta fuera nuevamente cerrada, estaba por salir otra vez hacia el pasillo cuando una mano se posó en su cuello empuñando una especie de daga, un escalofrió lo recorrió por la espalda, ¿estaba siendo atacado?, podía sentir el filo en su piel, un brazo lo atrajo hacia adentro del camerino y la puerta se cerró.

-¿Quién eres tú?- sonó la dulce pero fuerte voz de una chica justo en el oído de Roy

-S-soy Roy Mustang…- se limitó a responder a la pregunta

-¿Quién te envía?, ¿lujuria?, ¿avaricia? o espera…!envidia¡- decía presionando cada vez más el filo de la daga contra la piel del cuello de Roy, seguía tras ella, después de tanto seguía detrás de ella.
-No se dé que hablas, solo buscaba el baño- mentía Roy mientras lentamente levantaba las manos hasta el brazo de la chica que empuñaba la daga, para que en un rápido movimiento sus posiciones quedaran invertidas, él detrás de ella inmovilizándola con un brazo y lanzando lejos la daga – ¡¿Qué demonios sucede contigo?!, casi me cortas el cuello- decía Roy aflojando su agarre, sin embargo un fuerte golpe en las costillas lo hizo retroceder, inmediatamente la chica jalo hacia ella una soga y algunas telas cayeron y dejaron al pelinegro enredado entre ellas, la chica inmediatamente salió por la puerta. Roy mientras tanto, dejaba de forcejear para liberarse, esa chica definitivamente estaba loca, esperaría a que alguien llegara a sacarlo de ahí. Algunos minutos pasaron cuando pasos rápidos comenzaron a ser escuchados, las mantas se removieron y después de algunos tirones Roy se levanto acomodando su cabello y encaró a su agresora que estaba acompañada por Edward y Alphonse.

-Winry, el no es ningún asesino, al tonto le robaron el auto y tuvo que quedarse aquí- le explicaba Edward a la rubia quién se abrazaba a su torso.

- Y tu, que haces en el camerino de Winry?- Cuestionó el rubio con cierta molestia.

Roy por su parte miraba con atención al Cataño, era muy lindo verdaderamente, tenía la mitad del cuerpo desnudo, al igual que Edward por lo que se podía ver su bien marcado cuerpo, el chico verdaderamente le gustaba.

-Te estoy haciendo una pregunta- replicó Edward mirando la forma en que veía a su hermano.

-Solo buscaba el baño- respondió rápidamente en su defensa, la tensión subía poco a poco, Edward y Mustang se miraban cada uno en una forma diferente, Roy indiferente por completo, mientras que Edward intentaba escudriñar en el algo, pero no sabía bien que buscar.

-Yo te diré como llegar, esta hasta el otro lado del escenario, ven- habló Alphonse con cortesía saliendo del camerino- Roy inmediatamente salió justo detrás de él, un poco tonto al verse tan interesado, pero era una buena oportunidad para acercarse al chico.

Edward y Winry comenzaron a levantar el telar, lo sucedió no había sido un simple acto de desconfianza, lo que pasa es que ya antes han habido ataques hacia los actores, por lo que estar a la defensiva era la mejor opción hasta ahora.

-Winry tienes que tranquilizarte, hay vigilantes y los guardaespaldas siempre se quedan fuera del área de camerinos, no tienen forma de volver a entrar sin que alguien se dé cuenta- trataba de tranquilizar Edward a la rubia, pero el problema es que después de aquel día, Winry había caído en un estado paranoico. A todos los lugares a los que iba, cargaba consigo un arma blanca, generalmente dagas o navajas, raramente salía del circo o interactuaba con las personas fuera del escenario, no la culpan, pero estos incidentes han traído algunos problemas con los demás miembros del elenco.

- Sí, tienes razón, debo estar calmada y tranquila, no pasa nada. Por cierto, deberías ver si no lastimé a tu amigo, le di un golpe fuerte- decía un poco apenada y conteniendo el pánico que sintió, a decir verdad lo antes sucedido, realmente había movido algo en la cordura de su ser, sin embargo, pronto regresaría a su pueblo y quizá ahí estaría segura.

-Edward, gracias por siempre venir a mi rescate-

Edward asintió enterneciendo la mirada, tomó la perilla y salió rumbo al baño, el sabia como dolían los golpes de Winry, no en vano era 9 dan.


-Nuevamente agradezco tu ayuda- hablaba el pelinegro mientras enjuagaba sus manos, no estaba nervioso porque estaba a punto de hacer, sin embargo jamás había invitado a un chico a salir, es decir aún ni siquiera el mismo sabía si el castaño le diría que sí o si simplemente le daría un golpe, todo era confuso, sin embargo Roy Mustang era muy directo.

-No es nada- respondió el chico con una linda sonrisa

-Por cierto, no se tu nombre, yo soy Roy Mustang…- iba a continuar su explicación en cuanto a quien era, pero fue interrumpido.

-Sé quién eres, tu foto sale todo el tiempo en el periódico- dijo Alphonse mirando siempre el suelo, normal en su timidez, de alguna forma Roy Mustang era de una clase social muy alta, por lo que Alphonse sentía respeto hacia él –Yo soy Alphonse Elric, hermano de Edward-

-¿Te refieres al chico rubio?, claro ahora veo…- es por eso que lo había visto entrar en esa habitación, es solo su hermano, además de que ambos en su parecido, están…muy bien.

-¿Qué quieres decir?- Alphonse levantó la mirada y por primera vez miró el rostro de Roy tan cerca, verdaderamente era muy guapo como ya había leído y escuchado, pero su mente estaba ocupada por Edward, es su hermano pero, lo que había pasado esos últimos años, aunque por su mente había pasado que quizá el solo era la descarga de su hermano, con el cual…desahogarse, pero de cualquier forma el ayudar a su hermano era algo gratificante, aun que eso significara que Alphonse se estaba enamorando.

-Nada, nada. Está bien, debo preguntarte algunas cosas que inquietan mi mente- dijo Roy mientras secaba sus manos y se acercaba hacia él. – Muchas chicas deben estar locas por ti, ¿verdad?- encajó la mirada en su rostro, esperando encontrar sus ojos.

-No, generalmente mi hermano es el que llama más la atención- respondía Alphonse con cierta pena por la incómoda cercanía.

-A decir verdad, para mi tu eres igual de atractivo que tu hermano- levantó una mano y con gracia acarició una mejilla de Alphonse, el cual inmediatamente levantó la mirada y se alejó un poco – te diré lo que sucede, me gustas, y me gustas mucho, y no quiero que tu circo se vaya a Alemania contigo sin que antes…me ayudes a saber que sucede conmigo-

-¿Y yo como te ayudare a…- en ese momento Roy lo empujo contra los azulejos de un muro y comenzó a besar los labios de Alphonse de un modo pasional pero delicado cerrando los ojos en el proceso. En cada beso que daba tomaba un poco de aire para alargar el momento lo más que pudiera, continuando con un ritmo apresurado, girando el rostro de vez en vez. Por otro lado Alphonse estaba impresionado por lo que estaba sucediendo, sin embargo disfrutaba ese contacto, uno como jamás había recibido, inclusive por Edward. Alphonse entre abrió un poco sus labios para tomar un poco de aire, en ese momento el beso de Roy se detuvo, coloco sus brazos a cada extremo de la cabeza de Al y aprisionó el labio inferior del castaño entre sus dientes delineando con la punta de la lengua el labio de Alphonse – ¿esto te gusta?- preguntó el pelinegro entre dientes sin dejar de saborear a Alphonse. …l, solo se limitó a continuar respirando y a cerrar sus manos en puño, verdaderamente lo disfrutaba y por eso se odiaba.

-¿Al?, estas aquí…- Edward entraba mirando la escena, a decir verdad jamás hubiera imaginado a su hermano en esa forma, pero… no le molestaba, lo que ambos hacían estaba mal, mal por parte de Edward que solo usaba a su hermano para desahogar sus deseos, eso lo hacía sentir patético y miserable, jugar con su hermano de aquella forma. Roy se separó de Alphonse con una expresión seria, pasando el dorso de su brazo por su boca, mientras que Alphonse simplemente abrió los ojos y giró el rostro

– Edward, yo…-

-Tranquilo Al, no pasó nada…- ahora que lo pensaba mejor, una ligera punzada en su pecho le había advertido lo que temía, sería mejor así, antes de que las cosas se salieran de control y alguno saliera lastimado – vine a ver si Winry no te había herido – cuestionaba Edward mirando a Roy con una expresión indiferente.

Roy miraba atento a cada expresión que ambos hacían –no creo que no – dijo tocando su costado derecho, sin embargo una punzada y cierta humedad llamó su atención, rápidamente se levantó la playera negra y miró una leve herida justo a la altura de sus costillas.

-Yo creo que si- decía Edward caminando dentro del baño y tomando algunas toallas para humedecerlas con agua tibia y colocarlas sobre la herida – tendré que cocerte, ven conmigo-

-Yo también voy- decía Alphonse

-No, es muy tarde debes descansar- contestó Edward en un modo frio y seco

-Pero…-

-Dije que es tarde y debes descansar- habló en un tono aún más frio Edward

-Oye, tranquilo, yo creo que Alphonse tiene la suficiente edad para saber que hacer- Roy intentó defenderlo ante Edward, sin embargo el ya había salido de ahí.

-Tiene razón, quizá mañana nos veamos- finalizó Alphonse saliendo de igual forma rumbo a su camerino, no sin antes dedicarle una linda sonrisa.


Una vez que Roy llegaba al camerino de Edward, inmediatamente fue acomodado en la cama sobre su costado izquierdo, Edward ya tenía todo listo, por lo que inició limpiando la herida con una sustancia roja desinfectante.

-No piensas decir nada- comenzó Roy recostando su cabeza sobre una de sus manos y mirando a Edward.

-No tengo nada que hablar contigo- se limitó a responder el rubio tomando un poco de hilo de sutura y comenzando a coser.

-Creí que después de todo, ya éramos una especie de..Ah…amigos o algo así- dijo con molestia al ser pinchada su blanca piel.

-Te equivocas, solo eres el tonto que casi me mata y al que le robaron el carro, no confundas las situaciones- Mustang escuchaba con fastidio al chico, de alguna forma miraba algo de sí mismo en Edward, por lo que le caía bien.

-Te diré algo, tu hermano me gusta, y esto es algo nuevo para mí, y planeo invitarlo a salir y todo lo que esto conlleve, pero sería más fácil si su hermano no lo toma tan mal, pero hay algo que conjeturé, quizá me equivoco, pero ustedes...había algo entre ustedes correcto?- cuestionó Roy mirando a Edward a los ojos. Edward se tensó un poco al escuchar eso, sonaba mal, no era algo que a él le agradara.

-¡Es mi hermano!, no hay nada entre nosotros que sea fuera de la relación que un hermano y otro deban tener- respondió nervioso Edward sin darse cuenta que sonaba falso.

Roy esbozaba una sonrisa cómica en sus labios –el incesto no está bien, pero no juzgo a nadie, es decir mírame a mi…he hecho cosas que jamás imaginarias. Pero mi punto es este, ¿permitirías que tu hermano salga conmigo o tienes algún inconveniente?-

-Alphonse sabe cuidarse solo, y yo no soy su padre, que haga lo que quiera- decía Edward mientras cortaba el exceso de hilo quirúrgico y cubría la herida con una gasa.

-¿Cuantos años se supone que tienes?- preguntaba el pelinegro poniéndose de pié con esfuerzo

-Tengo 17 años, Alphonse es un año menor que yo, así que si algo no sale bien, yo mismo me encargo de romperte las costillas- decía Edward poniéndose de pie y guardando las cosas de curación en un maletín.

-Eres gracioso Edward, me caes bien, solo no seas tan…estirado, si sabes a lo que me refiero- decía en burla sobre su estatura

En ese momento Edward se tensó, le disgustaba la idea que siempre vieran a Alphonse como el mayor y a él como el menor, pero lo mejor eran las rabietas que hacia cuando alguien hacia burlas refiriéndose a la estatura, por lo que tomó la aguja que segundos antes había servido para cocer la piel de Mustang y con gran fuerza la lanzó directamente al pelinegro. La aguja quedó clavada justo en la costura del la entrepierna del pantalón de Roy, el cual estaba completamente impresionado por lo que Edward había hecho.

-No te dejes llevar, las apariencias engañan, estúpido- Finalizó Edward para ponerse de pié y apagar la luz – aquí desayunamos a las 6 de la mañana, así que no te despiertes tarde-

-¡¿Qué? Pero si son las 3 de la mañana ¡…- en ese momento la puerta fue cerrada y nuevamente todo quedó en silencio.



Pronto el despertador sobre el buró sonó, Edward se puso de pie para poder apagarlo, no había podido dormir en toda la noche pensando en todo lo que había pasado. De vez en vez recuerdos de Alphonse besándolo y tocándolo surcaban su mente, no podía evitar sentirse mal por todo ello. Paso una mano por su cabeza y jaló la liga que ataba en una larga cola de caballo su rubio cabello, “está bien Edward… está bien” se repetía mientras tomaba una toalla y se dirigía hacia las regaderas, no sería fácil volver a ver a su hermano como antes, pero el tiempo lo arregla todo. Por otra parte el problema de Winry también lo aquejaba, le dolía la idea de ver en ese estado a su mejor amiga, y todo por aquella pandilla.

Alguna vez el acto de los pecados fue una muestra sorprendente de talento, con bellas figuras y demás virtudes, pero aquella fijación del chico de cabello verde hacia Edward era completamente insana, muchas veces llego a acosarlo en su habitación, inclusive a amenazarlo, pero con cada rechazo que Edward le daba su enfermedad crecía más, llegando al grado de no querer que nadie se acercara a Edward.

~Flash back~
-Estoy harto de ti, entiende que tú y yo no tenemos nada que ver. Me temo que el expulsarte del circo ha sido la mejor opción que Armstrong ha tomado- decía Edward mientras caminaba hacia su camerino, cuando repentinamente un fuerte golpe en la espalda lo obligo a recargarse contra la pared.

-Es por ella verdad, no entiendes maldito enano… no solo me gustas- inmovilizaba Envy a Edward entre sus brazos acorralándolo contra la pared –no puedo pensar en otra cosa más que en ti, siempre procuro darte todo lo que tengo, inclusive puedo llegar a decir que te amo- lamió la mejilla de Edward con lascividad sonriendo en una forma tétrica. Mientras, Edward escuchaba con dificultad, ese golpe lo había aturdido en verdad – pero ella…, siempre está contigo, te gusta mucho, no solo tienes con cogerte a tu hermanito, también quieres con ella verdad- su voz se alteraba cada vez más, inclusive la fuerza que usaba para apresar a Edward incrementaba – ¡por que si todos los del circo han pasado por tu cama yo no¡- en ese momento Edward se soltó del agarre y le dio un fuerte golpe en el rostro –me equivoque en salir contigo Envy, estás enfermo, y sabes algo más, me das asco- Edward nuevamente comenzó a caminar por el pasillo, había sentido miedo por un segundo, ese sujeto estaba loco, debía cuidar su espalda, pero por suerte ya lo habían corrido, a él y a su secta. –Escucha Edward, y escúchame bien, si no eres mío…no eres de nadie, recuerda que no me quieres como enemigo, porque tu hermanito y tu amiga son presas fáciles- relamía sus labios, el solo ver al chico lo excitaba, y como no hacerlo si todo en el es deseable, no está loco, simplemente lo desea, lo necesita, pero él no puede ver, los estúpidos de Alphonse y Winry siempre los separan, tendría que deshacerse de esos idiotas.
Edward no pudo contenerse más, giró y comenzó a correr en contra de Envy –¡si te atreves a acercarte a alguno de ellos juro que yo mismo te mato!- dijo mientras tomaba al peli verde por la playera, jamás dejaría que se le acercara a su hermano. Repentinamente Armstrong y otros dos sujetos llegaron a separar a ambos sujetos, Armstrong tenía que hablar con Edward por lo que ordenó que escoltaran a Envy hasta su camerino y que vigilaran que no saliera de ahí a menos que fuera necesario.

-¿Edward, que es lo que pasó allá afuera?- cuestionaba el sujeto musculoso con interés, desde ya hace muchos años el veía a Edward como un hijo propio, por lo que lo que sucedía con el chico en verdad lo desconcertaba, había escuchado que tenía una relación con el peli verde, pero también habían otras historias sobre el rubio teniendo muchas parejas al mismo tiempo, y a decir verdad a su edad es normal que…buen ya sabes, lo de las hormonas y eso, pero Edward estaba tomando decisiones que lo están llevando por un mal camino, así que Armstrong haría su parte hablando con él.

-Simplemente tuvimos que arreglar algunas diferencias, nada grave-

-Pues todo lo que se dice de ti si es grave Edward, escucha, no te traje aquí para sermonearte, solo quiero que pienses en lo que pasa en tu vida, pon en orden tus prioridades para que no arruines tu futuro, no siempre estarás en el Circo y por lo que ha estado pasando, me temo que ese día pronto llegará-

-¿A qué te refieres?- Edward no tenia adonde más ir, es decir su vida estaba en el circo, desde que tenía memoria había estado ahí, por lo que jamás le había pasado por la mente lo que sería una vida fuera del circo.

-Es algo que puedo decirte, simplemente el circo tendrá tres giras más, terminaremos en Alemania, así que me temo que tendrás que ir buscando una vida fuera de aquí- no podía ser, que sería de él y de su hermano, que sería de todos los del circo, no podía quedarse sin ninguna explicación, pero repentinamente un fuerte barullo comenzó a sonar fuera de la oficina, ambos salieron rápidamente a ver qué es lo que sucedía, un grupo de actores y algunos vigilantes se encontraban fuera de la habitación de Winry.

-¡¿Qué sucedió?!- Edward comenzó a correr con rapidez, empujando a todos en el proceso, al entrar en el camerino miró el por qué todo el barullo. Alphonse llevaba entre sus brazos a Winry, al parecer había sido brutalmente golpeada, estaba desnuda cubierta de heridas y moretones, Edward no podía creer lo que estaba mirando, Winry no podía…

-Alphonse…- clamaba una respuesta entre sus palabras ahogadas

-No se Edward…no se qué pasó, la llevaremos al hospital, pero está muy mal herida y yo no sé…- los ojos de Alphonse se tornaron acuosos, temía lo peor, Winry…
~fin flashback~

Al buscar al culpable más obvio Edward se encontraba con que había desaparecido, Envy y los demás se habían escapado, no sin antes llevarse con ellos una fuerte cantidad de dinero que el Circo había estado guardando para la siguiente gira, por lo que simplemente tendrían que recortar una temporada. Winry estuvo un par de semanas en el hospital, sin embargo, después del ataque había generado un síndrome de estrés post-traumático, el cuál le generaba diferentes tipos de secuelas, dentro de las cuales los ataques de pánico eran muy comunes, Armstrong decidió poner más seguridad en el circo, pero lamentablemente eso no ha detenido a que algunos disturbios se presenten.
Edward abría la llave del agua, intentando relajarse con el vapor, muchas cosas aún estaban inconclusas en su mente, tendría que comenzar a pensar que es lo que haría. El agua caliente resbalaba en su cuerpo, estaba comenzando a tranquilizarse cuando escuchó la puerta abrirse, abrió los ojos y miró Alphonse y a Roy entrando por el rabillo del ojo, Alphonse sonreía y Roy simplemente caminaba, cada uno entrando en un cubículo distinto. El agua comenzó a caer y el vapor se hacía más intenso, Edward continuó enjuagando su cabello, estaba por salir, repentinamente un gemido lo distrajo.

–Edward, ¿puedo meterme a bañar verdad?- preguntaba Roy tomando uno de sus costados con una mano, al parecer el contacto con el agua caliente había hecho que su herida punzara.

-Sí, solo ten cuidado, no vayas a abrir la herida- Edward tomó una toalla y cubrió de su cintura hacia abajo, abrió la puerta de cristal y salió del cubículo, quería estar lo más alejado posible de ese sujeto, aunque lo negara, sentía celos.

-Edward, puedo hablar contigo…-pregunto Alphonse asomando la cabeza sobre la puerta de cristal

-Te espero en el camerino cuando termines- finalizó Edward amarrando su cabello en una cola de caballo y saliendo del lugar.

Alphonse sentía remordimiento y un poco de culpa, a pesar de que Roy también llamaba su atención, no podía sacarse a Edward de la cabeza, que hacía, que pensaba, incluso que sentía.

-Alphonse, si no estás de acuerdo…tendré que obligarte a salir conmigo- decía Roy mientras se recargaba contra el cristal del cubículo y miraba a Alphonse.

-No es eso, es solo que, bueno…no te conozco nada- decía con pena al ser visto desnudo por Mustang.

-¿Es por tu hermano verdad?-

Alphonse era muy transparente, por más que quisiera ocultar lo que en verdad sentía, era tan fácil poder leer lo que en verdad guardaba. Ambos se bañaron en silencio, se vistieron y se dirigieron al camerino de Edward, aún no tenían nada que ver, sin embargo Roy seguía muy de cerca a Alphonse todo el tiempo.

-Te esperare aquí afuera- decía Roy recargándose en la pared y resbalando en ella hasta quedar sentado sobre la alfombra, aún estaba cansado y ligeros bostezos salían de su boca; Alphonse aceptó y se adentró en la habitación de Edward, el cual estaba vestido con una playera de manga larga azul y un pantalón casual negro, al igual que sus zapatos.

-¿Edward?-

-¿De que quieres hablar?- cuestionó el rubio tomando asiento en la cama.

-Sobre nosotros, es solo que Roy y todo esto que ha pasado tan rápido-
-Tranquilo Alphonse…entiendo, es mejor así, Roy no se ve tan mal. Yo estoy bien Alphonse, es decir, te amo porque eres mi hermano pero solo como eso- Edward se puso de pie y camino hasta Alphonse, él sabía que era una gran mentira, pero quizá si lo negaba mucho se hiciera realidad.

En ese momento un chico de nombre Alex entró a el camerino -¡Edward, encontramos el auto, solo que tenemos un problema- Alex se acercó a hablar con Edward diciéndole algo en secreto, los ojos de Edward se abrieron y su expresión cambió, inmediatamente salió del camerino dando un portazo y despertando a Roy.

-¿Qué es lo que sucede?- preguntó Alphonse caminando tras Edward seguido de Roy.

-Detuvieron a lujuria por conducir un auto robado. El auto de Roy- finalizó Edward, los había seguido hasta Londres, después de todo los había seguido, el temor de todos no había terminado, después de todo, las cortinas del circo esconden muchas cosas.
Notas finales: Eso fue todo por hoy, esperen el siguiente capi, cada vez mejor.

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