Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Un error? por Kaiya

[Reviews - 214]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Esta vez he tardado un poco más en actualizar por ciertos problemillas... pero ya está aquí el nuevo capi ^^

 

Nos leemos abajo!

[Naruto pertenece a Masashi Kishimoto]

 

 

 

12. No te vayas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¿Sasuke?- Naruto quedó petrificado ante la puerta a medio abrir, aquel no era el momento de encontrarse con él.- “Mierda...” renegó. No había preparado nada que decirle a su amigo, se iba a ir sin cruzar una palabra, sabía que Sasuke no comprendería sus motivos y eso era lo que más le asustaba. “Maldito imbécil inoportuno”-pensó mirando fijamente a su amigo de infancia.

 

 

 

-¿Me vas a dejar pasar o te vas a quedar ahí quieto? -preguntó casi con burla, abriendo la puerta y entrando sin ser invitado-. ¿Qué es todo esto? -su mirada fue a recaer al montón de cajas que había amontonadas en el salón-. ¿Naruto?

 

 

 

El rubio pudo percibir el enfado en su voz y se asustó un poco. Realmente no sabía qué decir, no se había preparado para ello.

 

-Esto...

 

-¿A dónde vas?

 

-Me voy -sonrió nervioso-. Me ha surgido un cambio de planes sin importancia.

 

-¿Que te vas? -se acercó hasta él haciendo que retrocediera un par de pasos-. ¿Dónde?

 

-Vuelvo a casa.

 

-¿Por qué? -preguntó empezando a sentir un dolor de cabeza espantoso.

 

-Por ningún motivo en especial... -su voz no era más que un susurro y Sasuke se dio cuenta de ello.

 

-¿Y eso qué quiere decir, Naruto? -gritó enfadado. Cortando el espacio que le separaba del rubio, agarró su brazo hasta que el otro se quejó por el daño-. ¿Cuándo pensabas decírmelo?

 

-Sasuke, para... -sentía de nuevo las malditas lágrimas en sus ojos, así que respiró hondo tratando de evitarlas-. Me voy porque no puedo soportarte más.

 

-¿Qué? -preguntó sorprendido aflojando el agarre.

 

-Que estoy cansado, Sasuke, harto de que te creas que puedes hacer siempre lo que te dé la gana con los demás. Estoy enamorado de ti -un nudo se hizo en su garganta-. Y aún así me jodes cuanto puedes y más.

 

 

 

Sasuke quedó un segundo callado sin saber qué decir. Todo lo que decía el dobe era cierto, y el ser consciente del sufrimiento de su amigo le hacía sentirse más miserable aún.

 

 

 

-Lo sé... -dijo finalmente-. La he cagado, Naruto.

 

-Sasuke... -suspiró viendo el nerviosismo que invadía a su amigo.

 

-Vale, está bien, lárgate si es lo que quieres, el momento iba a llegar tarde o temprano, ¿no? -sacó el paquete de tabaco del bolsillo de sus tejanos y se encendió un cigarro con cierta ansiedad-. No voy a pedirte que te quedes si tantas ganas tienes de irte.

 

-No entiendes nada... -susurró dolido-. Eres un imbécil.

 

-¿Soy imbécil, eh? -rió acercándose de nuevo al rubio-. ¿Y tú, Naruto? -le dirigió una mirada enfadada, haciendo que volviera a retroceder -. ¿Es así como solucionas tus problemas, largándote?

 

-¡Pues sí! -gritó-. Al menos así no tengo que verte cada día, no tengo que salir contigo y ver a cuántos te tiras por aburrimiento.

 

-Dobe...

 

-Estoy cansado, Sasuke -los nervios lo estaban haciendo gritar y moverse por la estancia-. Harto de ti y tus tonterías. Nunca me vas a dar lo que quiero y no puedo seguir dependiendo de ti...

 

-¡Naruto! -le cortó cogiéndole por los hombros y haciendo que le mirara-. Cállate.

 

-¿Qué? -preguntó algo confundido.

 

-¿No podemos hablar como adultos que somos? -lo miró un segundo-. Bueno, intento -suspiró finalmente con ironía.

 

-Está bien... -se dirigió al sofá intentando con todas sus fuerzas calmarse.

 

-Bien.

 

 

 

Ambos se sentaron uno al lado del otro, sin pronunciar palabra.

 

 

 

Naruto estaba concentrado en el cuadro de la pared que estaba allí desde que alquiló el apartamento. Intentaba centrarse en sus colores y formas, dándose cuenta que en realidad era un cuadro espantoso. No quería centrarse en Sasuke, su determinación estaba empezando a flaquear y no podía fallar en ese momento.

 

 

 

-Sé que la he cagado... -empezó a decir Sasuke, que acababa de acercarse a la mesa para apagar el cigarrillo sobre el cenicero-. Y sólo sé que no quiero perderte.

 

-¿Cómo...?

 

-Joder, dobe -suspiró-. Que eres muy importante para mí, aunque lo dudes tanto.

 

-Yo... yo no sé... -las palabras se atascaron en su garganta y se sintió ridículo.

 

-¿Qué quieres de mí?

 

-Sasuke... -se le hacía muy difícil decir aquello-. Lo que quiero eres incapaz de dármelo.

 

-No estés siempre tan seguro de todo, dobe -sonrió con prepotencia.

 

 

 

Naruto soltó un pequeño grito de asombro al sentir los labios de Sasuke sobre los suyos, incapaz de corresponder por la sorpresa. Sasuke agarró sus mejillas haciendo el beso más intenso.

 

 

 

El moreno le regaló una sonrisa de medio lado cuando separó el contacto, creando aún más confusión en su amigo.

 

 

 

-Quédate, aquí, conmigo -susurró en su oído causando un escalofrío de sorpresa en Naruto.

 

-¿Q... qué? -se sentía aturdido, incapaz de saber si aquello era real o no.

 

-Que si quieres tenerme, me tienes, dobe.

 

 

 

Naruto sintió de nuevo los labios del moreno pegados a los suyos, y entonces entendió lo que el otro  trataba de decirle y un nuevo escalofrío le invadió por completo.

 

¿Él y Sasuke juntos?

 

 

 

-Um... frena un momento, teme -dijo separando el contacto y mirando algo temeroso a sus ojos-. ¿Qué mosca te ha picado?

 

-Ninguna.

 

-Habla en serio -se quejó con un puchero en los labios.

 

-Está bien... -suspiró-. Sabes que eres la persona más especial para mí y también sabes que soy la peor persona que conoces...

 

-Eso no es cierto -le cortó.

 

-Espera... -le pidió-. No sé qué es lo que quieres, pero esto es lo que quiero yo, que te quedes a mi lado, y si te hace feliz que estemos juntos pues lo estamos.

 

-¿Te has drogado, Sasuke? -preguntó serio haciendo reír a su compañero.

 

-Dobe...- volvió a capturar los labios del rubio entre los suyos, besándole con intensidad.

 

 

 

 

 

************************

 

 

 

Abrió los ojos con pereza, pestañeando un par de veces. Su consciencia aún no asimilaba del todo dónde se encontraba, así que pestañeó una vez más.

 

La claridad le llegó haciendo que los ojos le escocieran un poco, así que los frotó con una mano.

 

-Hm... -suspiró estirándose como un gato y mirando a su alrededor.

 

-Buenos días, dormilón -la voz de Sai le llegó serena y una sonrisa involuntaria salió de sus labios.

 

-Buenas... ¿Qué hora es? -se desperezó sentándose en la cama y viendo al fin en qué estaba concentrado su compañero-. ¿Puedes parar de dibujarme mientras duermo? -se quejó frunciendo el ceño y mirando con mala cara al moreno que tenía en frente.

 

-Es que se te quita esa cara de mal humor que llevas todo el día... -un gracioso puchero salió de sus labios-. Sabes que me gusta dibujarte.

 

Gaara suspiró resignado mirando fijamente a Sai.

 

-¿Estás mejor? -posó una mano sobre su frente tratando de asegurarse-. No tienes fiebre.

 

-Sí, estoy bien -sonrió-. Es normal que tenga pesadillas, no te preocupes.

 

-No, tus pesadillas no son para nada normales, idiota, ayer me pegué un buen susto. ¿Has ido al médico para saber qué te pasa?

 

-Que te digo que no es nada, cariño.

 

A Gaara se le puso una mueca desagradable en el rostro.

 

-No me llames así.

 

-No seas quejica -rió divertido tirándose sobre él-. Y no te preocupes, si quieres voy al médico.

 

-Es que te pasas la noche gritando, eso no debe ser sano.

 

-¿Te preocupas porque me quieres?

 

-No te pases -dijo malhumorado.

 

-Eres muy frío -un nuevo puchero se instaló en sus labios

 

 

 

Gaara los besó de manera tranquila.

 

 

 

La verdad era que estaba bastante preocupado por Sai. Habían pasado bastantes noches juntos, por no decir todas desde que el moreno se le declaró, y todas las noches el chico tenía esas horribles pesadillas. Gaara se despertaba en mitad de la noche por sus gritos, no entendía muy bien lo que decía en sueños pero estaba claro que no era nada agradable.

 

Además que entraba en un estado extraño, la fiebre le subía unas décimas y sudaba horrores.

 

Eso mantenía al pelirrojo intranquilo, siendo consciente del gran problema que asaltaba a su chico.

 

 

 

Miró el reloj de la mesilla de noche mientras cesaba el beso y se llevó las manos a la cabeza.

 

 

 

-¡Mierda! -gritó-. Son más de las dos, ¿por qué no me has despertado?

 

-Porque se te veía muy tranquilo... -suspiró con una sonrisa tierna en los labios.

 

-Joder, llego tarde al trabajo- se incorporó de un salto y salió de la cama, buscó su ropa por aquel desorden, encontrando lo que buscaba tirado de cualquier manera por el suelo.

 

Se sentía frustrado, no le daba tiempo ni de darse una maldita ducha. La verdad era que desde que dormía con Sai, eso de descansar se había vuelto una utopía. Le era imposible relajarse cuando el moreno tenía las pesadillas, y después de intentar quitar su ansiedad, no podía dormir hasta horas después. Tenía que asegurarse de que el moreno respiraba con tranquilidad para poder coger el sueño.

 

 

 

-No te vayas... -notó los brazos de Sai rodeando su cintura y suspiró resignado.

 

-No seas crío, anda.

 

-Es que... -sus mejillas se arrebolaron un poco y Gaara lo miró con curiosidad-. Bueno, es que esta mañana no hemos podido tener sexo -una gota enorme bajó por la frente del pelirrojo-. Y en mi libro pone que cuando el sexo deja de ser importante en la pareja es porque se avecinan problemas.

 

-Voy a quemar ese maldito libro, Sai -dijo de forma siniestra, odiando la idiotez crónica de su compañero-. Además, ¿quién habla de pareja?

 

-Somos novios.

 

-No, claro que no -sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al oír esa palabra.

 

-¿Y entonces qué somos?

 

-Sai, no te comportes como una quinceañera, por favor.

 

-Es que no sé por qué te empeñas en negar lo evidente, en mi libro pone que más de tres citas ya puede considerarse pareja.

 

-Como sigas hablando de tu jodido libro voy a matarte -su instinto asesino se activó una mañana más deseando asesinar lenta y dolorosamente a ese imbécil.

 

-¡Te odio! -gritó corriendo hacia el lavabo y encerrándose en él.

 

-Esto no es normal -suspiró acabándose de vestir-. Nada normal.

 

 

 

 

 

*************************

 

 

 

 

 

Las manos de Sasuke  recorrían ansiosas todo su cuerpo. Naruto podía notar la excitación en su compañero y eso le hizo estremecer de placer.

 

 

 

Sus manos le fueron desnudando lentamente, a la vez que se desprendía molesto de la ropa, le molestaba la barrera que creaba entre ellos, quería sentir a Sasuke completamente.

 

 

 

Sintió los labios de Sasuke rodear uno de sus pezones y un gemido de placer salió sin ser llamado de su boca. Podía sentir la lengua traviesa del moreno, bajando de su pecho hasta su ombligo, repartiendo pequeños besos que le hacían estremecer.

 

 

 

El moreno quitó el boxer de Naruto sonriendo de medio lado al percatarse de su erección. Conocía demasiado bien al dobe para darse cuenta de que estaba disfrutando de lo lindo.

 

Se centró en su entrepierna, lamiendo su extensión al ritmo de los jadeos de su compañero. succionaba de forma traviesa, sabiendo dónde y cómo tenía que tocar para hacerle sentir bien.

 

-Ey... -suspiró Naruto-. Para, teme, para ya.

 

Una sonrisa divertida salió de sus labios, dejando lo que estaba haciendo y subiendo de nuevo a cazar la boca del rubio.

 

-Qué poco aguante tienes.

 

-No te pases -dijo con un puchero en los labios.

 

El moreno se centró en su boca, acallando sus quejas, jugando con su lengua, mientras acariciaba su miembro con calma. Una calma tortuosa y placentera.

 

Naruto en un arrebato intercambió su posición en el sofá, situándose encima de Sasuke, que lo miraba algo extrañado.

 

Comenzó a besar su cuello, dejando restos de marcas y saliva a su paso. Intentaba controlarse y no hacerle daño, pero estaba tan desesperado por unirse a él que le costaba demasiado intentarlo.

 

-Ey, frena -susurró en su oído-. Tenemos mucho tiempo.

 

Naruto acalló sus labios, besando casi con rabia, mordiendo sus labios a la vez que se frotaba en él.   Gemía de impaciencia y Sasuke se percató de ello.

 

Empujó el trasero del rubio hacia adentro, simulando una estocada.

 

El gemido le llegó desesperado a los oídos y eso le hizo calentarse aún más.

 

Naruto miró un segundo a su compañero con intensidad, tratando de expresar lo mucho que quería estar con él, se moría de ganas por invadirlo por completo.

 

Sasuke cogió una de sus manos y lamió sus dedos de forma seductora. El rubio lo miraba con la boca abierta, fascinado, sin perderse un solo detalle.

 

Cuando al fin captó el gesto, se mordió el labio de excitación.

 

Lo que más deseaba en el mundo era darle placer a Sasuke, que se sintiera completo a su lado y así ambos complementarse. El sentimiento de estar con él en esa situación era mucho más intenso de lo que podía controlar. Sentía unas inmensas ganas de llorar, de fundirse con su cuerpo y no separarse nunca más. Amaba demasiado y temía que esos sentimientos explotaran en su pecho, haciéndole enloquecer de placer.

 

 

 

Sus dedos bajaron despacio por su pecho, centrando sus caricias en el abdomen y la entrepierna del moreno. Podía oír los pequeños jadeos que emitía Sasuke, esos gemidos que reprimía con orgullo, guardando esa deliciosa melodía sólo para él.

 

Intentó dilatar a su amigo, tocando ese punto que sabía que lo haría disfrutar, se excitaba solo de ver como se retorcía ese cuerpo bajo él.

 

Nunca había visto a Sasuke tan hermoso, húmedo y hermoso.

 

Cuando vio que su compañero se agarraba a su espalda, dando una señal para seguir, cambio sus dedos por su miembro dando una fuerte estocada.

 

-Ah... -suspiró el moreno en su oído-. Sigue.

 

Naruto besó su cuello y se abrazó con fuerza a su amigo de infancia, dando fuertes estocadas, desahogando lo que por mucho tiempo se había guardado. Sus deseos, sus celos, el amor que sentía por ese idiota orgulloso.

 

Sasuke gemía en su oído, concentrándose en su placer. Las estocadas eran fuertes y eso le excitaba aún más. Nunca imaginó un Naruto posesivo y con esa fuerza. No podía hacer más que dejarse llevar, después ya le daría un par de lecciones a ese dobe. Se agarró a su espalda casi con rabia, marcando sus uñas. Podía sentir el orgasmo invadirle poco a poco, cómo ese hormigueo subía hasta su garganta, haciéndole olvidar todo lo demás.

 

 

 

Naruto sintió cómo Sasuke se deshacía entre sus brazos. La contracción que sintió en su interior le hizo arquearse un poco, dando una fuerte estocada, y finalmente llegar a ese punto de placer absoluto que le embotaba los sentidos.

 

 

 

-Dios... -exclamó cayendo sobre él, respirando de forma acalorada sobre su cuello.

 

-No ha estado mal, dobe -dijo con una media sonrisa, acariciando sus cabellos dorados.

 

Para Sasuke estaba bien. Naruto le atraía con un magnetismo que no podía controlar y aunque no estuviera seguro de sus sentimientos, se conformaba con ver una sonrisa en esos labios. Naruto era feliz con su presencia y eso era más que suficiente para él.

 

-Idiota... -suspiró con una sonrisa en los labios, abrazando su cuerpo y resguardándose en su pecho.

 

 

 

Naruto sabía que aquello era la felicidad, caer en los brazos de la persona que amaba, sin miedo a caerse, disfrutando de sus sentimientos por completo.

 

 

 

 

 

 

 

***************

 

 

 

-Itachi, es hora de ir a casa.

 

-¿Qué? -se sentía desorientado, no sabía dónde estaba ni quién le hablaba. Intentó enfocar su vista al frente y la luz cegadora de la mañana le quemó las retinas, causándole malestar-. ¿Sasuke?

 

-No, soy Kisame -suspiró levantando a su compañero de aquel sofá destartalado-. Debes parar este ritmo, Itachi, a este paso que llevas no llegas ni al verano.

 

-Me da igual -su voz sonaba cortante-. Mi vida ya no tiene ningún sentido.

 

-Deja de decir eso, que Sasuke se haya ido no quiere decir que no te quiera.

 

-Me odia tanto...

 

-Solo tu lo has provocado, ahora no te quejes -intentó andar con su compañero cargado a la espalda, sintiendo pena por él. Se había convertido en un muñeco sin vida. Se pasaba el día en esos locales de mierda, metiéndose de todo y sin aceptar la realidad.

 

-Me odia... -intentó sonreír y una mueca de dolor se le hizo en el rostro-. Kisame, ¿has hablado con él?

 

-Hablé con Naruto -dijo serio-. Me dijo que intentaría hablar con él.

 

-Naruto... -su voz se volvió oscura por un momento-. ¿Y por qué no ha venido? Mi amenaza es seria, me voy a ir pronto, Kisame.

 

-Deja de decir eso... -abrió como pudo la puerta del apartamento de Itachi, llevándolo segundos después a su habitación. Lo tiró sobre la cama con suavidad, arropándolo en el proceso.

 

-No sé qué mierda me pasaron ayer, me duele mucho la garganta -se quejó tosiendo un poco.

 

-Deja de hablar y duérmete, mañana estarás mejor.

 

 

 

Se acercó a la mesilla de noche y sacó la medicación del moreno y un par de pastillas para dormir para dárselas después de ir a buscar un vaso de agua.

 

 

 

Itachi se durmió pensando en Sasuke. Su pequeño tesoro. Aquello que había perdido por su codicia, sin él, nada tenía sentido, sólo quería recuperar a su hermano. Volver a ser su héroe y cuidar de él.

 

 

 

Itachi sollozó un poco en sueños, haciendo que Kisame lo mirara con dolor. ¿Cuándo iba a dejar esa obsesión enfermiza por su hermano?

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).