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¿Un error? por Kaiya

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Notas del capitulo:

Buenaas^^

Sé que he tardado un poco, pero aquí está el nuevo capi, lo acabó de terminar hace unos minutillos :P

Nos leemos abajo!

 

[Naruto pertenece a Masashi Kishimoto]

14. Pasado.

 

 

 

 

 

 

Se paró algo indeciso unos segundos antes de decidirse a tocar el timbre, se fijó en la puerta, que estaba ya algo desgastada por el paso de los años.

 

Deidara vivía en un edificio bastante antiguo. Sus fondos daban para mucho más, pero el chico estaba empeñado en vivir una vida bohemia, basada en el arte y los sitios destartalados.

 

Itachi no acababa de comprender el estilo de vida del rubio, tan diferente al que él llevaba. Tampoco comprendía las aspiraciones que tenía. Deidara estaba convencido de que sería famoso por su arte.

Así que el apartamento era un caos de esculturas y cuadros desperdigados por todas partes.

Un camello con aspiraciones a Picasso, así lo había denominado Itachi el día que lo conoció.

 

 

 

Esperó unos segundos a que la puerta se abriera, se frotó de nuevo la sien por cuarta vez en aquel día. Había amanecido con un dolor de cabeza espantoso y aunque ya estaba acostumbrado, el dolor no hacía más que aumentar su mal humor.

 

-¿De nuevo aquí? -preguntó el rubio echando una mirada rápida a quien tenía en frente-. Ya te he dicho que avises antes de venir, tengo una vida ocupada, ¿sabes?

-Sí, sí -dijo ignorando por completo el comentario y entrando a la estancia.

-Tú como en tu casa, eh -replicó con ironía mirando mal al moreno.

-No estoy de humor, Deidara -Itachi se sentó sobre el sofá de forma descuidada y se frotó de nuevo la sien con una mano-. Me duele la cabeza...

-¿Qué quieres? -preguntó sabiendo a lo que había ido su compañero-. No ando muy bien de material.

-¿Y eso?

-El imbécil de Tobi... lo pillaron anoche con todo el tema encima, así que no estará por aquí en una larga temporada... -suspiró resignado-. Si ya me lo decía mi madre, para que el trabajo salga bien debes encargarte tú mismo de las cosas.

-Muy sabia tu madre -dijo con ironía y una sonrisa burlona en los labios.

 

Deidara pasó del comentario y se dirigió a la habitación, volvió minutos después con una bolsita entre sus dedos.

-Intenta no pasarte, ¿vale? -le advirtió pasándosela al moreno-. Últimamente vienes demasiado.

-Sí... -dijo de forma cansada-. No soy un niño, Deidara.

-Por eso te lo digo -su expresión era seria y eso le agradó a Itachi que lo miró de forma divertida.

-Te preocupas demasiado por los clientes.

-No seas idiota -suspiró mirando hacia otro lado.

 

Itachi se introdujo en la boca una de las pequeñas pastillas del interior de la bolsa, ofreciendo con la mirada a su acompañante.

-Paso -se negó éste sentándose a su lado en el sofá.

 

El silencio les meció durante un buen rato, Deidara era consciente de que Itachi estaba esperando que le hiciera efecto la droga, así que lo dejó en paz. Conocía demasiado bien al moreno para saber cuándo había que guardar silencio.

 

Lo miró un segundo con algo de compasión y deseo. Estaba enamorado de él y sabía que jamás podría estar con esa persona por mucho que lo amara. Las cosas eran así. Deidara no era más que un consuelo para ese hombre.

 

Como cada vez que le hacía una visita, Itachi se giró hasta estar frente a él, cogió su barbilla entre sus manos y le besó.

 

-¿Jugamos? -susurró en su oreja, causando un escalofrío de satisfacción en el rubio.

 

Las cosas eran así.

 

 

 

***************************

 

 

 

-¿Cuánto tiempo piensas trabajar con ese profesor tuyo? -preguntó Sasuke aún tumbado en la cama, cansado después de la sesión matutina entre él y el revoltoso rubio.

-Pues hasta que no me necesite.

-¿Para qué tienes que trabajar? -preguntó-. ¿No tenías lo del seguro de tu madre para el tiempo que estuvieras aquí?

-Si, bueno... -suspiró-. Ahora me apetece distraerme un poco y ganar dinero, nada más.

-¿Y de qué es el trabajo?

-Soy su asistente, Kakashi-sensei está escribiendo un libro, así que necesitaba ayuda.

-¿Y de qué va el libro? -preguntó casi sin interés, acercándose hasta el rubio y mordisqueando su oreja después. Él gemido que salió de los labios de Naruto le hizo sonreír.

-Es una novela erótica -dijo de pasada, concentrado en el placer que le daban las caricias de su chico.

-¿Novela erótica? -rió-. ¿Con qué clase de pervertido trabajas?

-No digas eso, Kakashi-sensei es buena gente.

-Ya... -dijo sin más, concentrándose en los labios de su amante.

-S... Sasuke, hay clase...

-Shh... -murmuró acabando de tumbar al rubio sobre la cama-. No seas aguafiestas.

-Idiota -se abrazó siguiéndole el juego al moreno.

 

 

**************************

 

 

 

Las manos alrededor de su cuello le asfixiaban, el aire no llegaba a sus pulmones y sentía cómo poco a poco la respiración se tornaba irregular.

Sus lágrimas yacían sobre sus mejillas, recordándole su efímera existencia.

-Para... -susurró a media voz-. No me hagas esto.

La sonrisa que le devolvió la otra persona le revolvió el estómago.

 

Y despertó.

 

Sentía las lágrimas pegadas en sus mejillas y la respiración agitada, giró hacia ambos lados para asegurarse de dónde estaba, y suspiró de alivio al comprobar que seguía en casa, en su cama y a su lado, descansaba Gaara.

 

-¿Estás bien? -murmuró el pelirrojo con voz de dormido.

-Sí, duerme -dijo, tratando de no preocupar a su compañero. Se acurrucó en su pecho, buscando el calor de la persona a la que amaba.

-Sai, en serio, debes hacer algo con las pesadillas.

-Lo sé, no te preocupes.

 

Gaara lo miró de nuevo de forma preocupada, sabiendo que Sai mentía. No había que ser muy listo para saber que el moreno tenía algún problema y, aunque se empeñara en esconderlo, tarde o temprano descubriría de qué se trataba.

 

Sai intentó dormir de nuevo, pero el miedo se instaló en su interior. No deseaba volver a soñar. Cada vez las pesadillas eran más nítidas y eso le asustaba de una forma que jamás había sentido. Estaba seguro de que aquello estaba relacionado con su pasado, pero de cierta forma su cuerpo se negaba a recordar.

 

Suspiró una vez más acurrucándose en el pecho de su chico, que lo meció hasta que pudo descansar de nuevo.

 

 

**********************************

 

 

 

-Terminado -exclamó Naruto acabando la última hoja que tenía pendiente aquella tarde.

-Vas ganando rapidez -sonrió Kakashi bajo la máscara-. Solo has tardado tres horas.

-Sé que soy lento, tampoco hace falta que te rías de mi... -un puchero se instaló en sus labios haciendo sonreír al mayor.

-No te deprimas, Naruto. ¿Un café?

-No, gracias... -suspiró-. Debo irme a casa, si no cierto moreno psicópata me asesinará...

-¿El novio? -preguntó de manera natural.

-Em... esto, ¿sí?

-No te preocupes, no me voy a asustar porque seas gay, ¿qué clase de persona crees que soy?

-Ya... -sonrió de manera zorruna, arrepentido por haber juzgado a su sensei.

Kakashi alargó su mano hasta la cabeza del rubio, revolviendo sus cabellos con cariño.

-Eres un buen chico, Naruto.

 

Este sonrió de manera tímida ante el gesto.

 

-Mañana será un día peor, así que mejor que no hagas planes.

 

Naruto suspiró con resignación, tener trabajo era horrible.

 

*****************************

 

 

 

 

Llegó antes de lo habitual del trabajo, así que se dedicó a entretenerse mientras llegaba Sai .

-Una noche que tengo libre y a saber dónde está este... -suspiró mientras se sentaba en el sofá dispuesto a relajarse.

En realidad no acababa de entender lo que le ocurría con Sai. Nunca antes se había sentido tan molesto y preocupado por alguien. Ese chico era especial y aunque le costara admitirlo estaba empezando a sentir algo por él.

Sonrió un poco al pensar que a ojos de los demás podía parecer algo patética su actitud, siempre haciéndose el orgulloso sin admitir ninguna clase de sentimiento. Pero así era él, todo coraza y apariencias. Se sentía bien al pensar que Sai podía ver algo más en él, eso en cierta manera le había hecho sentir un cariño especial por ese idiota.

 

El sonido de las llaves al hacer contacto con la puerta le hizo levantar la vista.

 

-¿Gaara? -preguntó el moreno entrando en la estancia-. Siento llegar tarde, Naruto me ha pedido un favor, por eso llego tarde.

-Sí, sí -contestó de manera habitual sin cambiar su pose en el sofá.

-¿Has estado aburrido sin mí, cariñito?

-Al contrario -contestó con ironía-. Mi paz ha terminado con tu presencia.

-No me digas esas cosas -un puchero se plantó en sus labios, haciendo que Gaara sonriera.

El moreno se acercó hasta el sofá y el otro tiró de él y le dio un beso en los labios que dejó sorprendido al mayor.

-¿Estás bien? -preguntó Gaara viendo su cara de asombro.

-Sí -sonrió-. Muy bien.

 

Se acurrucó contra el cuerpo del pelirrojo, sin despegar el contacto.

 

-Sai... ¿A quién le pedías que parara en tu sueño? -dijo a media voz tratando de no incomodar a su compañero.

-No lo sé... -susurró acercándose más a su chico-. Sé que es una mujer... pero no sé quién es.

-¿Y no deberías hablar con alguien? -suspiró-. Algún familiar...

-Eso es un poco difícil, ahora estoy solo.

-¿Por qué? -Gaara tenía muchas dudas respecto a Sai, y sólo deseaba que este se abriera a él.

 

-Realmente no puedo recordar mi vida antes de estar en el orfanato -paró un segundo para ver la reacción de Gaara, que sólo lo miraba atento a su historia, eso le dio ganas de continuar-. Cuando era un niño aparecí allí, y mi tutor nunca supo decirme a qué se debía, él sólo me dijo en una ocasión que era un chico especial y que era mejor vivir sin saber la verdad.

-¿Cómo? -preguntó el pelirrojo confuso-. ¿Nunca te contó por qué acabaste en un orfanato?

-No,y yo tampoco quise saberlo. Sé que en mi infancia pasó algo realmente horrible, prueba de ello son las pesadillas, así que nunca quise saber qué me había llevado allí. Los médicos me dijeron que es una coraza que me hice para no sufrir.

» Mi tutor me sacó de allí cuando tenía doce años y me llevó a un colegio especial, los doctores le dijeron que tenia un coeficiente intelectual muy alto y que no debía perder el tiempo en escuelas normales, así que me adoptó y me llevó a su casa.

» Mis años allí fueron felices, siempre he hecho todo lo que he querido y me he dedicado con ahínco a lo único que realmente se me da bien, dibujar. Hace un año mi tutor murió debido a una enfermedad así que me mudé aquí después de aquello.

-Lo siento... -susurró Gaara intentando comprender el dolor de su compañero.

-No te preocupes, sabía que Iruka fallecería en algún momento, cuando me adoptó ya estaba enfermo y nunca me lo ocultó.

-¿Y qué te llevó a vivir aquí?

-Supongo que la universidad, dejé mis estudios de lado cuando la enfermedad de Iruka se agravó, así que cuando murió decidí retomar lo que había dejado.

-¿Y aún no quieres saber el motivo de tus pesadillas, Sai?

-No lo sé -su voz sonó angustiada y Gaara se sintió culpable. Tal vez debería dejar las cosas como estaban y no hurgar en la herida.

-Si en cualquier momento necesitas hablar, no dudes en contar conmigo.

Sai sonrió de manera amplia y se abalanzó sobre él.

-¿Estás cambiando, verdad? -musitó en su oído-. Puedo notar que te estás abriendo a mí, Gaara.

-Supongo que es algo que no puedo negar -suspiró resignado-. A veces los idiotas dejan huella.

-Te quiero.

-Lo sé.

 

Tal vez era hora de volver atrás y conocer el pasado. Eso es lo que pensó Sai antes de fundirse con los labios de su amante una noche más.

 

 

*******************************

 

 

-¿Otra vez?

-Sí, lo siento Kisame.

-Joder, Itachi no tiene remedio.

 

Kisame suspiró una vez más entrando a la estancia del camello de turno que había elegido su amigo de infancia, tenía la manía de colocarse y después ser incapaz de levantarse de la cama.

 

-Itachi, nos vamos.

-Kisame... no quiero irme.

-Pero tienes que trabajar, sabes que eres un hombre con poder, no puedes dejarlo sin más.

-¡A la mierda todo eso! -su enfado le hizo levantarse y sentirse mareado, así que volvió a sentarse sobre la cama-. Todo eso me da igual, que le den al trabajo, que le den al dinero, que le den a las putas pastillas... Estoy cansado de esta mierda, Kisame.

-Lo sé... -este se acercó hasta su amigo y le agarró el hombro, tratando con su escaso afecto de darle a entender a Itachi que no estaba solo.

-Quiero hablar con Sasuke.

-Sabes que es un poco difícil, tu hermano está muy enfadado desde que pasó aquello en tu casa.

-Joder, ya lo sé... -sus ojos se ensombrecieron por un momento-. Pero necesito que él me escuche aunque no quiera.

-Déjalo ya... -intentó ayudar a su amigo a ponerse en pie-. A veces es mejor dejar las cosas tal y como están. Sasuke ha decidido empezar una nueva vida, no se lo hagas más difícil.

 

Itachi bajó la cabeza resignado.

 

 

 

 

-Las notas de Sasuke-kun han bajado en extremo desde hace unos meses.

-Entiendo... -suspiró Itachi mirando a la tutora de su hermano.

-Creo que tal vez un cambio de aires le vendría muy bien al niño, tal vez el estar ligado a su antiguo hogar provoca que no evolucione.

-¿Quiere decir que lo mejor es mudarse?

-Tal vez... -suspiró la mujer-. Un pueblo tranquilo donde el niño se pueda relajar.

 

Itachi entendió que no podía seguir con Sasuke en la ciudad. Sasuke había desarrollado un trastorno de personalidad bastante agotador. No aceptaba a Itachi, lo culpaba desde el primer momento de la muerte de sus padres, la única frase que le había dedicado desde entonces fue: “Tú querías que murieran y están muertos, Itachi, te odio”.

 

Sí que era cierto que no había sentido nada con la muerte de sus padres, es más, en cierta forma se sintió muy aliviado, él sabía que era una mala persona, aún así el odio de su hermano le hacía daño. Lo único realmente importante para él era Sasuke.

 

Al cabo de unos días encontró una casa bonita y tranquila en un pueblo llamado Konoha, así que decidió comprarla y llevarse a su hermano con él.

 

-Sasuke, nos vamos -dijo acercándose a la habitación del niño-. Prepara las maletas.

-¿Qué?

-Que nos vamos, he encontrado una casa genial para los dos.

-No, no quiero irme y menos contigo.

-Sasuke... Sabes que tienes que vivir conmigo, hasta que seas mayor de edad tu obligación es estar conmigo.

 

El moreno lo miró un segundo con odio, antes de ponerse a hacer las maletas ignorando por completo a su hermano.

 

-¿Llamo a Hinata-chan? -preguntó tratando de ser conciliador-. Querrá despedirse de ti.

-No, no quiero que llames a nadie, vete.

-Sasuke...

-¡Déjame en paz!

 

Itachi salió de la habitación frustrado, no soportaba el odio de su hermano, en cambio, se comportaba cada vez más frío ante él.

 

 

-¿Algún día me perdonará, Kisame? -preguntó con dolor-. ¿Algún día entenderá que no quería joderle la vida?

 

 

Notas finales:

Bueno... Realmente ahora creo que me voy a centrar un poco en el pasado de los personajes.

En el próximo habrá mas Sasuke/Naruto que se que los he dejado un poco abandonados :S

Un saludo y nos leemos pronto!


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