Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Un error? por Kaiya

[Reviews - 214]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Buenas... he tardado bastante esta vez pero aquí esta... de momento no esta corregido pero me apetecía subirlo ^^

 

Nos vemos abajo!

<!-- @page { margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } -->

 

[Naruto pertenece a Masashi Kishimoto]

 

16. Inseguridad.

 

 

 

 

 

Ruido, intensidad, calor sofocante, pausa, silencio, llegar a casa, pensar, intentar dormir, dolor de cabeza, recuerdos, tristeza.

 

Así eran las noches de Itachi Uchiha.

 

Intentaba recordar dónde había estado la noche anterior cuando despertó, pero se le hizo imposible.

 

Sólo recordaba la sensación de sentirse realmente bien, de dejar todo de lado y fundirse en el ruido de la noche.

 

Se levantó perezoso y se dirigió a la cocina, sacó una pequeña pastilla de su bolsillo y después una cerveza del refrigerador. Estaba cansado de intentar portarse bien y fracasar en el intento, así que en un segundo decidió dejar la hipocresía a un lado y hacer lo que realmente quería, nada.

 

El teléfono le anunció que esa idea era imposible. Que nunca podría ser libre realmente, siempre atado a una vida de mierda, llena de todo aquello que todo el mundo deseaba pero que él odiaba.

 

Contestó sin ganas, dando malas respuestas a su amigo y mano derecha, Kisame.

 

-Deja de llamar a todas horas -suspiró dando un sorbo a la cerveza que tenía en la mano.

-Sabes que es mi obligación -contestó con una risita burlona-. Si no te comportaras como un crío no necesitarías una niñera.

-Me importa una mierda.

-Itachi, déjalo ya, sabes que lo hago por tu bien, te estás pasando.

-No me digas lo que debo hacer, estoy cansado de esto... -susurró mirando al vacío de aquella sala.

-No digas tonterías y ven a la oficina, hay mucho trabajo por delante...

-Está bien, joder.

 

Colgó el teléfono con frustración. Sabía que Kisame tenía razón pero aún así le molestaba muchísimo aceptar esa realidad.

 

Suspiró resignado mientras salía de casa con mal humor, la jaqueca había comenzado.

 

 

*****************************

 

Sasuke salió de clase bastante aburrido, realmente se le hacía pesado ir a la universidad, pero si quería deshacer finalmente el vínculo que le unía a su familia, debía estudiar e irse lejos cuando llegara el momento.

 

Se dirigió al comedor, dispuesto a molestar un rato a Naruto. En realidad aunque odiara admitirlo le apetecía verlo. En esos meses que habían estado juntos, el dobe se había vuelto casi necesario para él. Sasuke realmente había mejorado bastante, no salía tanto y el alcohol había pasado a un segundo plano, y sabía que era gracias a Naruto. Aun así eso era algo que se guardaría para él mismo. El orgullo le impedía reconocer todo eso.

 

Cuando localizó al fin al dobe, al ver quién le acompañaba sintió como la jaqueca aparecía de repente y sus celos, sí, eso que tanto le costaba admitir, salían a flote.

 

 

Vio como este se mostraba cercano con Naruto, como se acercaba al hablar, tan cerca de su rostro...

 

Sasuke cerró los ojos y suspiró varias veces tratando de calmarse, sus puños se habían cerrado y notaba como sus uñas se clavaban en la palma de la mano.

 

¿Por qué sentía tantos celos? Nunca se había sentido así, sabía que Naruto estaba loco por él y que nunca se iría con otro, por muchas veces que le jodiera la vida el dobe estaba a su lado.

 

Aquel profesor le fastidiaba.

 

 

Llevaba demasiado tiempo observando, pensando si debía saltar a escena o no, cuando había decidido ir a interrumpir, vio como el hombre extraño de la máscara iba en su dirección, mirando fijamente, una mirada que no le gustó.

 

-Buenos días, Sasuke -dijo sin más, pasando a su lado sin esperar respuesta.

 

El moreno quedó estático donde estaba, mirando fijamente al punto donde se había cruzado con ese hombre.

 

-¡Teme! -oyó como Naruto lo llamaba desde la mesa, el rubio levantó el brazo y lo zarandeó de un lado a otro pensando que Sasuke no le oía-. ¿Estás sordo o qué?

 

Sasuke miró en su dirección furioso, inseguro... no le había gustado que Naruto viera esa clase de expresión en él. Se fijó en que la sonrisa del rubio se iba desvaneciendo poco a poco mientras se daba cuenta del tipo de expresión que tenía el moreno.

 

Este se dio la vuelta sin más, lo que menos le apetecía ahora era ver a Naruto.

 

 

*********************************

 

 

No entendía nada. Por muchas vueltas que le diera no sabía qué conclusión sacar. Había estado observando a Sai detenidamente, tratando de encontrar en sus gestos alguna respuesta, pero el moreno había vuelto a su falsa sonrisa, aunque sus ojos nublados le delataban.

Había pasado algo grande allí dentro, algo grande y triste para el moreno.

 

Desde que habían salido de prisión Sai se mostraba esquivo, contestaba a sus preguntas con monosílabos, evitando cualquier contacto directo con él.

Cuando habían llegado a casa del moreno, este le pidió que se marchara, que necesitaba digerir todo y pensar.

Gaara era incapaz de oponerse, conocía ese sentimiento demasiado bien, y sabía que Sai necesitaba estar solo.

 

Así que ahí estaba plantado, en el Déjà vu, tratando de encontrar consuelo en una botella de whisky.

Sonrió de manera lastimosa pensando en lo poco que podía ayudar a Sai. Era incapaz de plantarse en su casa y decirle que por mucho que le pidiera no lo iba a dejar solo, que quería estar con él en un momento así, y que si hacía falta podía refugiarse en él todo lo que quisiera. Pero su orgullo le hacía ser incapaz de decir tales cosas, sólo de pensarlo un nudo se hacía en su garganta.

 

Así que no podía hacer más que eso, sentarse en la barra de un bar y beber.

 

-¿Una mala noche? -reconoció al segundo la voz y sonrió al recién llegado, que se había sentado en un taburete junto a él.

-Bastante mala la verdad.

 

-Un vodka -pidió este al camarero-. Ya veo los ánimos, es raro verte a estas horas bebiendo. ¿Qué ha pasado? -preguntó finalmente, dejando de lado los juegos que mantenían siempre, sabía que Gaara necesitaba hablar, y Sasuke le había cogido cierto aprecio a ese pelirrojo malhumorado.

 

-Me siento inútil al no poder ayudar a una persona, es como si mi presencia no sirviera de nada.

 

-¿Hablas de Sai?

 

Gaara no contestó y Sasuke supo que se trataba de él. Lo miró un segundo con algo de curiosidad y esperó pacientemente a que el pelirrojo se desahogara.

 

-Sai está envuelto en el pasado y tengo miedo de que se quede atrapado en él. Nunca le había visto una expresión así, se muestra esquivo y se ha encerrado en sí mismo...

 

Sasuke sintió un escalofrío cuando oyó a Gaara decir eso, se sentía identificado con sus palabras, si alguien entendía de sentirse atrapado en el pasado ese era él.

 

-Quiero que confíe en mí, que sepa que puede contar conmigo.

 

-¿Te has pillado, verdad? -dijo algo sorprendido al ver esa actitud en su amigo.

-Creo que estoy borracho... -suspiró mirando su vaso y agarrándolo después para terminarse el contenido de un sorbo.

-Si te preocupa tanto no sé qué haces perdiendo el tiempo en el bar -suspiró el moreno-. Si quieres que sepa que estás con él, ve y díselo.

 

Gaara lo observó en silencio, tratando de descifrar la expresión del moreno, saber si se estaba riendo de él, o de verdad le estaba aconsejando.

 

-¿Qué? -dijo al ver su expresión-. Deja de lamentarte en las esquinas y actúa. Aquí plantado no le demuestras nada. Si quieres decir algo, dilo.

 

Gaara se levantó sin pensar, sus acciones eran precipitadas y sabía que estaba dejando de lado su orgullo y su entereza, ¿pero qué importaba? Sai era especial para él, debía dejar de esconderse y darle a entender que estaba a su lado.

 

-Gracias... -susurró antes de salir, colocando una de sus manos en el hombro del Uchiha, este le sonrió de medio lado.

 

-El amor es para idiotas... -suspiró viendo salir al pelirrojo con rapidez de allí.

 

Dio un nuevo sorbo a su copa, pensando en que Gaara y Sai habían avanzado mucho en su relación. El pelirrojo siempre había sido huraño y agresivo y desde que estaba con la reina, como se había acostumbrado a llamarle, se mostraba mucho más dócil y tranquilo.

 

El teléfono empezó a sonar impaciente en su bolsillo, sacándolo de sus cavilaciones. Al ver que era Naruto su rostro se ensombreció.

 

-¿Qué? -preguntó con mal humor.

-¿Teme?

-¿Qué quieres?

-¿Por qué te has ido hoy... ? -interrumpió la conversación-. Kakashi-sensei... espera un momento, sí, estoy haciendo una llamada...

Sasuke sintió de nuevo la llamada de los celos y su mal humor a flor de piel.

-Si sigues diciendo estupideces voy a colgar.

-¿De qué estás hablando? ¿Sasuke, estás bien?

-Perfectamente.

-Eres un borde... ¿Por qué te has ido hoy así de la uni?

-Tenía cosas que hacer.

-¿Vale ya, no? -notó como Naruto suspiró enfadado-. ¿Me puedes decir qué te pasa?

-Nada, estoy ocupado.

 

Y sin más, colgó.

 

************************************

 

-¿Qué le pasa? -miró irritado al teléfono, tratando de descifrar qué es lo que le pasaba a su orgulloso teme por la cabeza.

-¿Problemas en el paraíso? -Kakashi se acercó hasta él, sonriendo divertido.

-No lo entiendo... -se lamentó el rubio-. No sé qué le pasa a Sasuke... Esta mañana me ha ignorado y ahora me cuelga el teléfono, no sé qué está pasando...

-Es simple -dijo el profesor divertido, Naruto lo miró con mal humor, ¿él qué sabía?-. Sasuke está celoso.

-Sí, claro -rió el rubio mirando de forma incrédula a su sensei.

-Te lo aseguro, Naruto, puedo oler a un hombre celoso a cientos de metros de distancia, y Sasuke es claramente uno de ellos, si no haz la prueba.

-¿Celoso? -contuvo la risa una vez más-. Eso es imposible sensei, Sasuke no sabe lo que es sentir celos, es demasiado orgulloso para algo así.

-Si no me crees haz la prueba, háblale de mí, dile que nos llevamos de maravilla y que soy un hombre asombroso, después vienes y me dices si no son celos...

-¿Pero... qué? -se preguntó inseguro-. De verdad que es imposible... -la sonrisa se formó sin querer en su rostro. ¿Sasuke celoso? Eso era casi un sueño para él.

 

 

***************************

 

 

 

Un minuto más y se echaba para atrás. Seguía aún parado frente a la puerta, esperando a que Sai le abriera. Aún estaba pensando en qué decir, y las palabras se quedaban cortas. Le resultaba demasiado difícil abrirse a él. Si daba el paso, lo daba de verdad.

 

Empezó a preocuparse al ver lo que tardaba en salir el moreno, pero cuando ya iba a sacar su teléfono del bolsillo para llamarle, este se apareció en su espalda.

 

-¿Gaara? -preguntó algo sorprendido-. No sabía que ibas a venir.

-Bueno, me he quedado algo preocupado esta tarde... -intentó sonar como siempre, indiferente y frío, pero su voz cedió un poco-. ¿Estás bien?

-Sí... -Sai pasó por delante de él para abrir la puerta, y cruzó el umbral sin mirarle-. Pasa si quieres...

 

Sai se sentó en el sofá afligido, Gaara al verlo frente a él sintió que el moreno llevaba un gran peso a sus espaldas, como si una gran roca se hubiera plantado sobre él. No le gustaba ese Sai, no le gustaba en absoluto.

-No tienes que preocuparte por mi, Gaara -dijo este después de un largo silencio-. No necesito compasión, sé qué tipo de relación tenemos y no quiero hacer que pierdas el tiempo...

-¿De qué estás hablando?

-Pues eso... no quiero molestarte con mis cosas.

-¿Molestar? -se acercó hasta él y alzó un poco la voz-. Si me molestaras en primer lugar no hubiera accedido a salir contigo, imbécil.

 

Sai lo miró un segundo con amor y después bajó la mirada cohibido.

 

-¿Cuántas veces tengo que decirte que eres un idiota para que me entiendas?

-¿El decir idiota es como decir te quiero? -Sai soltó una risita tímida, haciendo enfadar al pelirrojo.

-Puede ser -dijo después ruborizándose un poco.

 

Sai sonrió satisfecho, después cogió a Gaara de la cintura y lo arrastró con él al sofá.

 

-Yo también te quiero -suspiró-. Gracias por venir.

 

Gaara dejó que pasara algo de tiempo antes de preguntar por la visita a la cárcel, en ese momento Sai estaba bien, lo veía feliz y contento y no quería arruinar la atmósfera que habían creado los dos.

 

 

-Hoy he estado dando vueltas por el cementerio -dijo este abrazado a su cintura-. He encontrado lo que estaba buscando y no me siento nada bien... he hecho algo muy malo, Gaara.

-¿A qué te refieres? -preguntó con algo de temor.

-Yo maté a mi madre...

 

Gaara se quedó un segundo sin respiración, mirando al moreno fijamente, eso sí que no lo esperaba para nada.

 

 

Notas finales:

Bueno... ya queda poquito de esta historia...

 

Espero que os haya gustado! Nos leemos pronto!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).