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¿Un error? por Kaiya

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[Naruto pertenece a Masashi Kishimoto]

 

2. Un paso más.

 

 

 

 

 

 

 

Era el primer día de clase y Naruto debía admitir que se encontraba algo nervioso.

Nunca había sido un chico difícil para entablar amistades, pero en su antigua ciudad jamás había sido aceptado del todo. Siempre rechazado por los mayores, que le hacían pagar por los errores de sus padres.

 

Naruto nunca conoció a su madre, ésta murió nada más darlo a luz. Y su padrastro se encargó de recordárselo desde que nació. Ese hombre lo odiaba. Bebía demasiado y las palizas se habían dado desde que podía recordar. Cada día le hacía saber lo mierda que era y lo poco que se merecía estar en el mundo, y nunca pudo llegar a odiar a ese hombre, aunque se alegró cuando decidió irse y no volver a dar señales de vida. Unos meses de debate en asuntos sociales y le asignaron un nuevo tutor, Jiraiya, que resultó ser un antiguo conocido de su madre y su padrino. Las cosas cambiaron para él desde ese momento, pero aun así no conseguía quitarse la fama de su padrastro, que era un ladrón conocido en Konoha, y le seguían culpando por todas sus malas acciones, intentando evitar que los demás niños se relacionaran con él.

 

Por ese motivo en la escuela había sido ignorado. Aun así, él siempre había sido un niño muy optimista y no se dejaba vencer por nada.

Pero no había conseguido entablar amistad con ningún niño. Éstos podían ser muy crueles si se lo proponían y se lo habían demostrado a Naruto día a día desde que nació.

 

Hasta que llegó Sasuke. Él era diferente a todos los niños. Demasiado tranquilo, demasiado maduro para tener sólo ocho años. Pero la vida le había dado un duro golpe, al igual que a él.

Y eso extrañamente los unió. Haciéndolos inseparables.

Sasuke fue su primer amigo. Y su lazo más profundo.

 

 

Entró al aula con la mezcla de emoción y temor de los primeros días de clase.

Estaba ya completa de gente y ninguno se había percatado aún de su presencia. Observó los pupitres pensando en cuál sentarse y cogió uno al azar, al lado de una chica morena de extraños ojos claros que miraba al frente algo distraída.

 

-¿Puedo sentarme aquí? -preguntó con una sonrisa zorruna y su habitual entusiasmo.

-C... claro -sonrío con timidez la chica-. ¿Eres nuevo?

-Sí. Soy Naruto Uzumaki -se presentó señalándose con el dedo pulgar.

-H... Hinata Hyuuga -dijo chocando sus dedos mientras miraba al suelo algo sonrojada.

Naruto pensó que era una chica bastante tímida, pero la impresión fue buena.

Charlaron un poco de todo, mientras llegaba el profesor.

Le explicó de dónde venía y que se había trasladado con su mejor amigo.

-¿Sasuke Uchiha? -preguntó algo nerviosa.

-¿Le conoces? -Naruto se sorprendió. A ver si era verdad que el teme era famoso en todas partes.

-B... bueno, él antes iba a nuestra escuela aquí en Tokio.

-¡Ah, claro! -lógico. Sasuke había nacido en Tokio y había estado viviendo allí hasta los ocho años, además que su familia tenía una importante empresa conocida en todo Japón y de la que se encargaba Itachi. Así que supuso que era bastante conocido por allí.

 

-¿Y él está en esta clase también? -preguntó con una curiosidad extrañamente ansiosa.

-No. Él estudia comunicaciones. Así que no lo veremos mucho por esta facultad.

-Ah... entiendo -suspiró algo afligida. No pudo evitar el sentirse intrigado por el gesto.

-¡Chicos! -exclamó una voz reclamando la atención de todos los de la sala-. Siento el retraso, pero es que una anciana se ha perdido y he tenido que guiarla en el camino.

 

Una enorme gota cayó en la frente de todos los presentes. Naruto miró con escepticismo a su nueva compañera.

 

-¿Y éste quién es? -preguntó en un susurro señalando a la persona que acababa de llegar.

-Es Kakashi-sensei, el profesor de literatura -sonrío Hinata-. Siempre llega tarde, pero es uno de los mejores profesores que hay.

 

Naruto lo observó con curiosidad. Era un hombre de mediana edad. Con el pelo extrañamente plateado y vestido de una forma demasiado informal. Se sorprendió al ver que llevaba parte de la cara tapada.

-¿Y por qué lleva eso en la cara? -preguntó con curiosidad.

-Dicen que tiene una cicatriz que le deforma toda la parte izquierda de la cara, aunque realmente nadie lo sabe. Sólo son rumores.

 

Al momento sintió la irrefrenable curiosidad de saber lo que había bajo esa máscara.

 

 

*****************

 

 

 

-Y tenemos un profesor que es de lo más raro -explicó Naruto mirando a Sasuke con entusiasmo mientras cenaban en su apartamento-. Lleva la cara tapada, pero es genial en clase ttbayo. Nunca me había gustado tanto literatura.

-Seguro -contestó escéptico mientras se introducía un trozo de zanahoria en la boca.

Naruto lo miró fijamente. Incluso comiendo lo encontraba terriblemente sexy. Sasuke le devolvió la mirada de forma divertida.

-¡Ah! Esto... -exclamó perturbado-. Hoy en clase una chica me ha comentado que te conoce. Recordó a su compañera Hinata.

-¿Que me conoce? -preguntó algo sorprendido.

-Aham -afirmó quitándole importancia-. Se llama Hinata Hyuuga -a Naruto le sorprendió la cara del moreno-. ¿La conoces?

-Más o menos -contestó seco.

-¿De qué?

-Es una antigua conocida, nada más, dobe -contestó divertido al ver el gesto serio que mantenía el rubio-. ¿Estás celoso o qué? -insinuó con una sonrisa juguetona en los labios.

-No seas imbécil -dijo apartando la mirada algo nervioso.

 

Sasuke se levantó de la mesa dirigiéndose a él, el rubio pudo apreciar cómo los latidos de su corazón se habían acelerado de una manera exagerada.

Sasuke cogió su cara entre sus manos y le sonrío de medio lado.

 

-Voy a salir. ¿Vienes?

-Pero si es lunes, teme -dijo incómodo.

-Eso es lo de menos, nunca es un mal día para disfrutar.

Se apartó de él dirigiéndose a la puerta, dispuesto a salir.

-¿Vienes o no?

-E... está bien -contestó-, pero volvemos pronto ttbayo.

 

 

************************

 

 

 

Realmente se sentía estúpido. Sabía que pasaría lo que estaba viendo, pero aún así seguía empeñándose en acompañar al moreno.

Habían estado dando vueltas por unos cuantos bares, conociendo el ambiente de la ciudad.

Y habían acabado en aquél. Un club gay a las afueras, conocido como Arena.

 

Era uno imponente de tres salas, con enormes sillones que acompañaban al ambiente algo moderno del local. El conocido cuarto oscuro se perdía en la segunda sala. Sitio al que Naruto no tenía ninguna intención de entrar.

 

En cambio el moreno ahí estaba, en medio de la pista, atrapando a la que sería su nueva presa, mientras él esperaba como un idiota en la barra.

 

Debía reconocer que llevaba una temporada sorprendido con Sasuke. El moreno no solía ser muy abierto en sus relaciones. Y ahora casi podría decirse que se lo hacía con cualquiera. Ese cambio tan radical en él no le dejaba indiferente. Había pasado de ser un frígido a prácticamente una zorra del ambiente.

 

Él también era gay. Y sólo había estado con una persona en su vida, lo dejó cuando empezó a imaginarse a Sasuke en cada beso o cada caricia que se daban. Ahí descubrió lo evidente, se había enamorado del teme.

 

 

Vio cómo el moreno se separaba de su conquista y se dirigía en su dirección. Intentó hacerse el despistado.

 

-¿No bailas, dobe?

-No -contestó seco.

-No sé si te has dado cuenta de que más de uno te está devorando con la mirada -dijo mirándolo de forma seductora.

-Me da igual -contestó burlón sacándole la lengua de forma infantil.

-Deberías echar un polvo de vez en cuando, las neuronas se te van a quedar secas de no follar.

“Vaya... la frase más larga de Sasuke Uchiha”, pensó.

-Y tú deberías dejar de beber y follarte a todo lo que se mueve, teme.

-¿Por qué? -dijo acercándose peligrosamente al rubio-. Follar es divertido -cogió su cintura-. Es dejar de pensar, sólo meterla, embestir, sudar... -susurró despacio en su oído.

Naruto sintió un escalofrío bajar por su espalda y cómo empezaba a sudar, joder, casi gime de placer al tenerlo tan cerca.

-B... basta Sasuke -suspiró.

Notaba el calor que desprendía el moreno y cómo había empezado a mordisquear su oreja.

-Ah... -un gemido escapó de sus labios. Sasuke había empezado a dar ligeros besos en su cuello, terriblemente despacio.

-Lo ves... -susurró de nuevo en su oído, causándole un nuevo escalofrío -. Necesitas descargar.

-¡Serás imbécil! -gritó separándose de él, más rojo que un tomate.

 

Sasuke le dirigió una mirada divertida y se marchó de nuevo hacia la pista.

 

 

 

********************

 

 

 

Era muy tarde. Y le dolían los pies. Llevaban más de tres horas en ese mierda de bar. Y el moreno había desaparecido en dirección al cuarto oscuro con una pequeña loca que tiraba de su brazo sin parar. Naruto los miró con odio antes de que desaparecieran de su vista, mientras daba otro trago a su combinado.

 

Se había dado cuenta de que el moreno iba bastante borracho. Él también lo iba, pero la diferencia con su amigo era abismal. Sería un problema sacarlo de allí en aquel estado.

Sasuke tenía ciertas manías cuando bebía alcohol, y se lo llevaba demostrando todos esos meses en que se había estado comportando de forma extraña.

 

 

Divisó al moreno llegando a la pista, esta vez solo, lo miró con enfado y se dirigió a paso ligero hasta donde se encontraba su amigo de infancia.

 

-Oye, Sasuke, vámonos ya.

-Joder, dobe, qué aburrido eres.

-Mañana hay clases ttbayo -hizo un puchero lastimero.

-Está bien -suspiró.

 

Debía admitirlo, iba demasiado borracho. A penas diferenciaba a Naruto de la pared y eso era una clara señal de su cuerpo para irse directo a la cama. Intentó cogerlo de la cintura para caminar con él y se tropezó de forma disimulada, elegante, como un Uchiha lo haría.

 

Naruto lo miró con desapruebo, como una madre preocupada.

-Hoy duermes en mi casa -exigió más que pidió con aire autoritario.

-Vaya, qué lanzado -dijo con una nota de sarcasmo en su voz.

-Idiota... -infló sus mofletes.

Sasuke fue incapaz de aguantar la risa al ver su cara.

-Anda... pero si te ríes -dijo con ironía.

-Calla, usuratonkachi -contestó volviendo a su gesto habitual.

 

 

 

**************************

 

 

 

Llegar hasta el apartamento de Naruto fue toda una odisea. Entre que el moreno apenas se aguantaba de pie, y que él también se sentía algo mareado, tardaron casi dos horas en llegar al sitio.

 

La tarea de desvestir a su amigo también fue complicada. Sasuke tenía la manía de comportarse como un crío cuando bebía tanto. Motivo que usaba después para reírse de él.

 

 

Se acostaron ambos en la cama, mientras miraban el techo.

-La vida no es más que eso, dobe -miró a Naruto-, drogarse para no ver en la mierda que te estás convirtiendo.

Este le dirigió una mirada afligida mientras apretaba sutilmente su mano.

-Vas, vienes, vives, conoces a un montón de gente que no te dice nada...

-¿Pero eso no está mal, no? -interrumpió.

-Lo ves, siempre optimista, eso me gusta de ti.

Naruto tuvo que agradecer la oscuridad que reinaba en la habitación, ya que de no ser así, Sasuke se hubiera percatado del sonrojo en sus mejillas.

-Estás borracho -dijo, mientras le acariciaba el pelo.

-Sí.

-Tienes que dejar de beber tanto, Sasuke.

-Aham -suspiró sumido en un duermevela. Se sentía a gusto y tranquilo. Naruto le aportaba esa paz que no obtenía con ninguno de sus polvos. Era algo más, y por eso no podía estropearlo.

-Sasuke... -suspiró el rubio. Se acercó aún más a él, acurrucándose en su pecho. Se sentía demasiado bien.

El moreno abrazó lentamente su cuerpo, respirando en su cuello. Se había quedado dormido.

-¿Por qué te haces daño ttbayo? -susurró mirándolo con tristeza.

Después se acomodó, quedando minutos después también dormido.

 

 

Notas finales:

 

 


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