Después de tanto sufrimiento y esfuerzos en vano por traer a Sasuke a la aldea, finalmente fue él quien regresó por su propio pie tras cumplir con su objetivo de matar a Itachi, y haber ayudado a Konoha a derrotar a Akatsuki.
Las cosas no podían ir mejor, tras su vuelta a casa, la aldea se había mostrado compasiva, y le había otorgado su perdón, y de nuevo Sasuke volvía a estar con la gente que le quería, y eso era lo que importaba.
Por fin, el gran deseo de Naruto se había cumplido, además de otros... ya que nada más regresar, el moreno le confesó sus verdaderos sentimientos hacía él, y al poco tiempo comenzaron a salir como pareja.
Al principio fue un poco raro para los aldeanos y sus amigos, pero con el tiempo les tomaron cariño y siempre les saludaban al pasar.
Naruto ya no era aquel niño huérfano al que nadie quería, no... Ahora era el gran héroe que salvo a Konoha, y el mayor aspirante a Hokage hasta el momento. Y por eso, la gente le respetaba y se había ganado su cariño.
Así que al fin todo era perfecto, cada cosa se había puesto en su lugar con el tiempo...
Y ahora que por fin había un poco de paz en casi todas las aldeas, los ninjas disfrutaban de unas merecidas vacaciones, antes de volver a la misma rutina de siempre...
-Dobe! Te quieres estar quieto de una vez! Ya te he dicho que te iba a invitar a comer ramen para que me perdonaras lo de anoche, pero por favor, deja de hacer el ridículo, me estas abochornando... – Decía Sasuke mientras se tapaba la cara con la mano avergonzado por la actuación de su acompañante...
-Baka! No quiero! Buaaaa porqué tuviste que estropear la tele justamente ayer! Me perdí el momento en el que Yuuriko se besaba finalmente con Matsui! Y por tu culpa Kakashi-sensei ganó la apuesta y he tenido que pagarle 10 cuencos de ramen...
Estoy arruinado! Sniff... – Decía el rubio mientras se montaba una escena el mismo en plena calle tirándose en el suelo y pegando al moreno como si de un niño pequeño se tratase...
Finalmente volvió a comprobar su monedero en forma de rana, estaba vació... Y con un aura depresiva se agacho en medio de la calle farfullando quien sabe que...
tal era su aura depresiva, que la gente al pasar daba todo un rodeo para evitar tener contacto con él...
Al Uchiha se le escapó una risa tonta... por no llorar...
Llevaba toda la mañana igual... No podía más...
Y cuando finalmente se canso de las miradas bochornosas de los aldeanos, cogió al ojiazul aún deprimido en el suelo, por el cuelo, y se lo llevo arrastras hasta desaparecer entre la gran multitud que hacía unos segundos les observaba atentamente esperando un nuevo movimiento.
Al parecer, la parejita se había vuelto todo un espectáculo para los aldeanos, y divertidos, observaban siempre sus altibajos en plena calle.
El azabache por su parte seguía caminando con el kitsune arrastras, hasta que al fin se detuvo en seco dejando caer al rubio al suelo.
-Ai! Sasuke porque has hecho eso! Me has hecho daño! – Replicaba sin parar el ojiazul.
-Calla y observa detenidamente lo que tienes delante usuratonkachi! – Dijo el azabache tras un largo y profundo suspiro...
Este, hizo caso de su koi y miro en la dirección en la cual señalaba el moreno, y de repente, sus ojos comenzaron a brillar...
-No... no puede ser ttebayo!! Iba en serio!! De verdad me vas a invitar a todo el ramen que quiera? –Preguntó más feliz que nunca al contemplar el gran Ichiraku Ramen, el templo de sus fantasías de apetito.
-Toooodo el que tu quieras dobe! Ya que te has arruinado por mi culpa, lo menos que puedo hacer es arruinarme yo también para compensarte...- Y de nuevo suspiro ante la idea de mentalizarse a que tendría que pasar todo el final de mes con el agua al cuello por falta de dinero...
Y es que dejar a Naruto barra libre en el Ichiraku... Era condenarse a la miseria.
El rubio por su parte estaba la mar de feliz, yantes de tirarse a la cacería del ramen, se abalanzó sobre su koi, le dio un fuerte abrazo seguido de un cálido y fogoso beso, y al tiempo que le decía las palabras mágicas de un te quiero, tiraba de él hasta el puesto para que comieran juntos.
Ambos se sentaron, y al minuto el ojiazul ya se había hecho con un gran bol de su preciado vicio, mientras que Sasuke simplemente le miraba felizmente apoyado con uno de sus brazos en la barra.
Y es que le encantaba ver a su kitsune comiendo ramen, se le veía tan feliz, tan radiante... que daba gusto mirarle.
El rubio, comía rápido... y al poco tiempo ya se acumulaban a su lado media docena de cuencos vacíos uno encima del otro...
El azabache por su parte no dejaba de mirar el monedero una y otra vez esperando tener dinero suficiente para pagar todo aquello...
O de lo contrario, ya se veía fregando platos...
Finalmente, tras un par de cuencos más, el ojiazul quedó lleno dejando a su paso 12 cuencos del mejor ramen con carne de buey... y a un Uchiha más arruinado que nunca...
-Dios dobe... A veces me pregunto de donde sacaras ese apetito zorruno... Aunque en parte ya lo sé no.. pero... No logro entender donde va a parar toda esa dichosa comida...
Como no vaya a parar a la cabeza que es lo que tienes más grande... Bien mirado, eso explicaría tu tontería... porque a quien se le ocurre hacer una apuesta con Kakashi! Ese hombre no es como Tsunade! Él nunca pierde!
-Baka! Mi tontería ya viene de lejos, no tiene nada que ver con el ramen! – Y el rubio se hinchó de morros, sin caer en la cuenta de lo que había dicho...
Sasuke en cambio, soltó una leve sonrisa, y aprovechando el enfado de su koi, le apretó uno de sus hinchados mofletes con su dedo índice, haciendo que este expulsara todo el aire que había retenido.
-Aiishhh dobe! Que haría yo sin tus tonterías! – Y tiernamente se acercó hasta él, y le planto un beso en sus dulces y rosados labios, a lo que el otro respondió gustosamente.
Mucha de la gente que pasaba por allí se detenía para mirarles, y es que eran tan adorables... que parecían hechos el uno para el otro...
-Te amo Naruto! – Dijo el ojinegro a la vez que se alejaba de los labios de su koi.
-Yo también Sasuke! – Y tras haber resuelto al fin la pequeña disputa de aquel día, se cogieron de la mano dispuestos a regresar a casa.
Todo volvía a ser perfecto... Siempre era perfecto...
Pero Dios sabe, que la perfección no existe... Y que el destino... nos aguarda más de una sorpresa preparada...
OooOoOoOoOoOoOoOoOoOoO
-NARUTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!
OooOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo
Como había podido ocurrir...
Todo... Todo había cambiado en apenas décimas de segundo...
El disparo, la sangre, los gritos...
Un rubio en el suelo rodeado de un charco de sangre...
Y una inmensa oscuridad que invadía sus vidas.....
-----Flash back-----
El kitsune y el azabache seguían caminando juntos cogidos de la mano por las calles de Konoha, sin saber el peligro que les acechaba....
De pronto, el moreno soltó al rubio un momento, el tiempo justo de ir al puesto de al lado a comprar el pan... Cuando el ojiazul sintió un pequeño escalofrío que le recorrió cuerpo y alma...
Miró preocupado a su alrededor, pues había algo que no iba bien, cuando finalmente le vió...
En sus manos, se encontraba una especie de dispositivo que apuntaba a alguna parte...
Un momento... No! Estaba apuntando en la dirección de Sasuke!
En otro momento habría intentado detenerlo, pero ya era demasiado tarde... Había apretando el gatillo, y lo que quisiera que fuella aquello, se aproximaba al corazón del azabache.
Ni si quiera se lo había pensado ni un segundo, cuando se abalanzó al cuerpo del ojinegro recibiendo él el impacto, cayendo al suelo gravemente herido...
El moreno se quedó en estado de shock... Su camisa, estaba ahora manchada de sangre, frente a él en el suelo, se encontraba su koi ensangrentado, y en la otra punta, la persona que menos esperaba ver en aquel momento...
Kabuto... sin duda... había sido él quien en venganza por la muerte de Orochimaru... había intentado matarle hiriendo así a Naruto...
Desviando de nuevo la mirada a su koi... reaccionó, agachándose brutalmente para coger en brazos a su preciado kitsune...
-NARUTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!
-----Fin Flash back-----