Capítulo 5 – El Motivo de los Magos Oscuros.
Sirius estaba sentado junto a un grupo de magos oscuros que lo habían hecho estremecer en asco en su vida anterior. L
ucius había terminado de presentarle a Romulus Rosier, Venerian Vlonski, Neron Nott, Theobald Kormegov, Richard Parkinson, Xander Fornax, Arthemius Arlov, Konstantin Kavsir, Algernon Wilkes, Jeremy Goyle, Alexander Crabbe, Theodore Travers y Thorfinn Rowle. De aquellos a quienes reconoció recordó que Nott, Wilkes, Travers y Rowle habían sido juzgados por actividades como Mortífagos pero que fueron liberados por falta de evidencia, agregando a su alegato que habían estado bajo la Maldición Impirius. Y sospechaba que el resto había sido partidarios de Voldemort.
“Así que, ¿la venda se ha caído de tus ojos, Black?” dijo Travers groseramente. “¿Ya no eres una pequeña mascota de Dumbledore?”
Sirius volteó a verlo y se refrenó de golpear a aquel odioso mago. Sabía lo que venía y estaba preparado. “Pase muchos años meditando mi opinión sobre Dumbledore. Y el hecho de que no levantara un dedo para sacarme de Azkaban sella el trato. No lo apoyaré esta vez.”
“¿Y por qué lo apoyabas antes?” Cuestionó Kavsir con interés. “Tú eres un Black. ¿Por qué le diste la espalda a tu familia y a tu herencia?”
Sirius simplemente sonrió. “Era joven. Muchos de mis amigos eran partidarios de la Luz y yo caí con las manipulaciones de Dumbledore. Debo confesar que no me agradaba mucho mi familia, y cuando me ofrecieron una oportunidad para distanciarme de ellos, la tomé. Aún si eso significaba ir contra todo aquello con lo que había sido educado.”
“Eras un Auror,” continuó Nott, bufando constantemente. “Mataste muchos magos oscuros y ayudaste a su captura. ¿Y ahora que regresaste quieres ser uno de nosotros?”
“Nunca maté a nadie” aseguró Sirius con molestia. “Era un Auror y peleé en las batallas, pero no fui responsable de ninguna de las muertes. En una batalla no te detienes a considerar como lastimar al otro bando, ¡continuas luchando!”
“Pero eso no explica tu repentino interés en el cambio de bando,” interpuso Rosier calmadamente.
“Mientras estaba en Azkaban me decepcioné del lado de la Luz,” continuó Sirius. “Vi y escuché muchas cosas que me hicieron reconsiderar lo que yo creía anteriormente.”
No estaba torciendo tanto la verdad. Sí había escuchado muchas cosas de los prisioneros cuando eran castigados por los magos guardias y sospechaba que también le habían hecho cosas horribles a Bellatrix, puesto que se había vuelto muy silenciosa después del primer mes de encarcelamiento. Pero en ese tiempo, no se había detenido a pensar en ello. Creía que se merecían lo que les estaban haciendo. Ahora, no estaba tan seguro. Aún pensaba que merecían estar en Azkaban, eran asesinos después de todo, pero el no estaba de acuerdo con la tortura a los prisioneros.
Prosiguió con lo que estaba diciendo, “Y ahora que tengo un hijo quiero que sepa de su familia y sus raíces. Quiero que tenga la oportunidad de tomar sus propias decisiones.”
“¿Viste a alguno de los Mortífagos mientras estabas encarcelado? ¿Sabes cómo están?” Preguntó Wilkes. Tenía muchos amigos que habían ido a Azkaban y siempre sentía una punzada de culpa puesto que ellos estaban sufriendo mientras que él había continuado con su vida.
“Vi a algunos de ellos cuando recién llegaron,” explicó, “y escuché sus voces después. Recuerdo haber visto a los guardias arrastrando a Antonin Dolohov, Augustus Rookwood, los Lestranges, Bellatrix, Barty Crounch Jr., Alecto y Amycus Carrow, Marcus Mulciber, Ian Yaxley, Gerard Jugson y Antoine Avery. Me temo que muchos de ellos ya no están muy cuerdos. Los Dementores toman un particular interés en los magos oscuros y se alimentan de ti por mucho tiempo cuando recién llegas.”
Sirius reprimió el estremecimiento. Aún podía escuchar los gritos de los prisioneros mientras los Dementores se alimentaban de sus almas. No creía que alguna vez pudiera olvidarse de ello. Sus noches estaban plagadas de pesadillas de su estancia en Azkaban.
Muchos se estremecieron ante la mención de los Dementores. Ellos eran unas de las más temidas criaturas oscuras y el mero pensamiento de ser su presa los hacía contraerse en aprehensión.
Lucius lo miró con los ojos estrechados. “¿Entonces cómo sobreviviste? Estuviste en Azkaban por diez años y aún así pareces intacto.”
“Y ¿cómo te las ingeniaste para escapar?” inquirió Kormegov, con un marcado acento ruso. “Nadie nunca ha escapado de allí.”
El interpelado les sonrió. “Ahora, chicos, eso sería toda una revelación. No esperan que yo les revele todos mis secretos ¿o sí?”
“No creía que lo harías,” dijo Lucius, dándole una fría sonrisa. “Pero aún es bastante sospechoso que escaparas y los otros magos oscuros, quienes sabemos son más poderosos mágicamente que tú, no pudieron.”
Sirius dio una estruendosa carcajada. “¿Cuál es tú teoría? ¿Qué Dumbledore me ayudó a escapar? ¡…l creía que fui yo quien traicionó a los Potter!”
“¿No fuiste tú?” Cuestionó Parkinson, con una ceja arqueada. “Tenía la impresión que fuiste culpado y encarcelado por ello.”
Sirius miró a Lucius sonreírle peligrosamente. Debía decir la verdad en este punto puesto que Lucius sabía que él no había traicionado a los Potter y tal vez los otros cuatro Mortífagos también. Sí mentía ahora sería perjudicial para él en el futuro.
“No, no lo hice. Era amigo de los Potter. Como ya les dije, era un partidario de la Luz. Fui encarcelado porque creyeron que maté a Peter Pettigrew. …l fue quien traicionó a los Potter entregándolos a Voldemort.”
“No digas su nombre,” siseó Lucius, mirándolo con un fuerte fulgor en sus ojos grises. “Si eres sincero en tu deseo de estar de nuestro lado tienes que aprender a respetarlo y llamarlo Señor Oscuro, por lo menos en nuestra presencia.”
“Me disculpo. No estoy acostumbrado a llamarlo así,” dijo. Tendría que ser más cuidadoso en su elección de palabras e interpretar mejor su papel. Lucius no había parado de escudriñar cada palabra que decía y el mago era bastante astuto.
“¿Y estas dispuesto a apoyar al Lord aún cuando este mató a tus queridos amigos?” Cuestionó Travers con un tono sarcástico y ácido.
Lo ignoró y respondió para beneficio de los demás. “Estoy dispuesto a aceptar mi linaje y convertirme en un mago oscuro. No apoyaré a la Luz, pero aún no creo que pueda ser un partidario activo del Señor Oscuro. No sé mucho acerca de él y antes de volverme uno de sus seguidores necesito estar convencido acerca sus ideales y sus métodos.”
“Esa es una forma delicada de decirnos que permanecerás neutral,” señaló Rosier. “El Lord representa nuestros mejores intereses. Era el único mago oscuro lo suficientemente poderoso para ser nuestro líder y enfrentarse a Dumbledore y sus lacayos. Pero aún así, no estás convencido. ¿Qué se necesitaría para convencerte?”
“Comprendo lo que dices, pero vi a muchos de mis amigos morir en la guerra. No puedo darle la espalda,” dijo Sirius honestamente. “Tal vez esté con el Señor Oscuro en algunos de sus ideales pero particularmente no me gustan sus métodos. Necesitaría ver por mí mismo cuales son sus planes. Pero no puedo perdonar su derramamiento de sangre sin sentido.”
Sí decía que apoyaba a Voldemort al cien por ciento desde el inicio nadie le creería y sospecharían de sus motivos reales. Tenía que hacerlo lucir como sí pasara por un proceso gradual antes de convertirse en uno de sus seguidores. Aún no quería volverse uno de ello, pero pensaba que en el futuro sería una ventaja para el ser un Mortífago, con el fin de darle a su hijo mejor información y mejores oportunidades en la guerra. Solamente necesitaba superar sus escrúpulos.
“Si, ustedes los partidarios de la luz siempre nos señalan con el dedo diciendo que somos asesinos sin sentido y torturadores,” dijo Kavsir sagazmente. “Aún así ustedes no admiten cuando hacen lo mismo. En una guerra la violencia siempre va en aumento y en ambos lados tienden a volverse inmunes a los horrores y se vuelven más crueles y barbáricos. Pero nosotros siempre somos acusados de ser quienes cometen crímenes maliciosos cuando en realidad simplemente contraatacamos. A duras penas y podemos esperar a defendernos a nosotros mismos cuando el otro lado mata a muchos de nuestras tropas. ¡Claro que responderemos con igual o mayor fuerza!”
“Comprendo tu razonamiento,” dijo Sirius, mientras satisfactoriamente trataba de permanecer calmado y en control de su temperamento e imprudencia, “pero la Luz nunca uso los horribles hechizos que los Oscuros usaron en la guerra. Ellos no usaron hechizos para torturar y matar a otros.”
Rosiser rió cruelmente. “¿De verdad eres así de inocente, Black? La Luz tal vez no uso esos horribles hechizos, como tú los llamas, pero eso no evitó que mataran a los nuestros inescrupulosamente. Y ellos no usaron esos hechizos porque no podían conjurarlos satisfactoriamente y estaban asustados del poder detrás de ellos. No tienen el tipo de sangre mágica para que sea posible controlar las maldiciones oscuras sin ser consumidos por ellos. Le temen a las Artes Oscuras porque son demasiado débiles y mágicamente para ser expertos en ellas. Te aseguro que usan muchas de sus llamadas maldiciones Ligeras que tiene el mismo resultado que nuestros hechizos. Y no olvidemos que siempre nos han superado en número por mucho, así que solo es justo que utilicemos la magia oscura contra ellos. ¡Seríamos como patos en temporada de caza si solo usáramos hechizos Ligeros para defendernos contra su gran cantidad!”
“¿Así que estas diciendo que el fin justifica los medios?” contraatacó Sirius, moviendo su cabeza. “No puedo aceptar eso fácilmente.”
“¿Por qué no si el otro bando hace lo mismo?” dijo Lucius, penetrándolo con sus fríos y claros ojos grises. “Dumbledore manipuló a todos para alcanzar sus metas, sin reparar quienes sufrían por ellas. Tú eres un buen ejemplo de ello. Nunca te dio el beneficio de la duda. Te utilizó y cuando tu utilidad expiró, fuiste desechado como una vieja herramienta. Envió al mocoso Potter a vivir con unos muggles quienes seguramente atormentaron al chico lo suficiente para hacerlo huir. Sí realmente se preocupara por el chico lo habría dejado con una familia de magos de Luz.”
Hizo una pausa, evaluando como era mejor continuar. Podía ver que Black tenía el potencial de convertirse en un gran aliado. Black era un gran mago de un muy antiguo y poderoso linaje, pero necesitaba deshacerse de su ingenuidad sobre la guerra y el bando de la Luz. Tal vez ya no apoyara a Dumbledore pero aún mantenía una visión parcializada.
Lucius decidió continuar, sabiendo que Black se preocupaba algo por el hijo de sus viejos amigos, así pues, podría usarlo para hacerlo ver su punto de vista.
“Todos saben que los niños mágicos sufren cuando no son criados en un hogar con magia. La magia interna de los niños necesita alimentarse de la magia que esta a su alrededor para su desarrollo. Sí dejas a un niño mágico en un lugar sin magia la misma no se desarrollara apropiadamente; se volverá inestable y el niño se volvería mágicamente débil. Es claro que el viejo solo quiere un ignorante y dócil niño para él moldearlo y fácilmente manipularlo. ¿Me dices qué no te das cuenta de eso? ¿Qué el lado de la Luz con todo su superioridad moral no es tan cruel como ellos nos describen a nosotros?”
“Sí, sé a lo que te refieres,” comentó Sirius, con el ceño fruncido. “Reconozco que el lado la Luz hizo muchas cosas reprochables durante la guerra y que compartieron la culpa por todas las muertes que tuvieron lugar. Ya sabía que Dumbledore no es de confianza y no lo apoyaré después de lo que le hizo a Harry y a mí. Sus motivos son dudosamente para lo mejor. Pero no quiere decir que sino apoyo a Dumbledore debo de apoyar al Señor Oscuro. Como ya dije antes, todos sus argumentos son válidos pero no puedo concientemente seguir a alguien sin saber cuales son sus verdaderos planes. Y ustedes no me han informado sobre eso tampoco. Más aún, algo que están perdiendo de vista es que fue el Lord Oscuro quien comenzó la guerra en primer lugar. …l fue quien inició la violencia.”
“¿Qué más esperabas que hiciera?” interpuso Fornax sagazmente. “…l vio en que se estaba convirtiendo el mundo mágico y quería cambiarlo a uno mejor. Era el único mago oscuro suficientemente poderoso para hacer una diferencia. Tal vez no lo experimentaste lo suficiente en tu juventud, puesto que huiste de tu familia, pero vivimos en una silenciosa represión que ha durado por muchos siglos.”
El mago sacudió su cabeza y agregó molesto, “La práctica de las Artes Oscuras ha sido prohibida en Inglaterra por tanto tiempo que muchos de nuestros niños han comenzado a perder sus habilidades mágicas porque no pueden practicar la clase de magia que llevan en su sangre. Pocos países Europeos lo permiten aún ahora. Rusia es casi la única excepción y eso solo porque la comunidad de magos oscuros es más grande aquí, así que la de la Luz no se atrevería a librar una guerra contra ellos. Pero lo hicieron en todos los demás países donde superaban a los magos oscuros. Seguramente tú puedes comprender que deben permitir que practiquemos nuestra magia libremente por el bien de nuestros niños y el futuro de nuestra sangre.”
“No estaba enterado que las familias oscuras estaban perdiendo sus poderes,” comentó Sirius calmadamente.
Lucius le dio una mirada fría y dura pero más nivelada. “Lo hacemos. No es algo que Dumbledore admitiría, claro. …l agita el estandarte de pelear contra el mal en su cruzada contra nosotros. Pero la verdad del asunto es que la perdida de nuestros poderes es nuestra principal preocupación. Con ellos restringiendo nuestro uso de magia oscura, los hijos de muggles entrando en nuestras líneas sanguíneas, nos hemos debilitado con cada generación que pasa. Si no hacemos nada para detenerlo, pronto tendremos la sangran tan diluida y la magia tan débil que habremos deshecho todo el duro trabajo que nuestros ancestros sufrieron para hacernos más fuertes y mejores. Nuestros llamados prejuicios contra los hijos de muggles surge de nuestro deseo de mantener nuestras costumbres, para que así nuestros hijos recuerden lo que somos; de nuestra necesidad de fortalecer nuestro debilitamiento de magia oscura; y de los peligros de que los muggles nos descubran.”
“Tú preguntabas cuales eran las metas del Señor Oscuro, y esas eran,” añadió Rosier, mirando intensamente a Sirius. “…l entendió nuestros problemas y deseaba ayudar a que las familias oscuras volvieran a ser lo que una vez fueron, antes de la era de miedo y prejuicios contra la magia oscura. Estaba al tanto del debilitamiento de nuestra sangre y nuestro poder por lo que temía nuestra extinción.”
“¿Qué hay de sus ideas de matar a todos los hijos de muggles y a los muggles?” Cuestionó, con una expresión de testarudez en su rostro. “Eso no parece necesario si lo que realmente quieres es fortalecer la sangre.”
“El Lord tenía una venganza personal contra los muggles,” aclaró Lucius calmadamente. “Nadie sabía realmente porque, además del bien sabido hecho de que son una amenaza para los magos, ya sea de luz u oscuro. Mencionó muchas veces que si los muggles descubrían nuestra existencia no dudarían en matarnos a todos, y que, sin importar nuestra magia, sería por mucho sobrepasados para prevenir la masacre. Su principal oposición contra los hijos de muggles es que ellos permiten que las familias muggles sepan de nuestra existencia, en consecuencia nos ponen en peligro. Pero no pensaba que debíamos matarlos a todos. Son demasiados. Simplemente quería una segregación de ellos, y los hijos de muggles impedían eso.”
Agitó su mano con desdén y agregó con indiferencia, “Su solución era negarle a los hijos de muggles una educación mágica. Tal vez, no era la mejor solución, pero era la única alternativa factible en el momento. Si no les permitíamos entrar a nuestra sociedad, o por lo menos no aprender nuestra magia, los muggles permanecerían ignorantes de nuestra existencia. Pero Dumbledore previno que ese plan se llevara acabo admitiendo a todos los hijos de muggles dentro de nuestra comunidad. Así pues, el Señor Oscuro tuvo que recurrir a medidas más drásticas. Pero planeaba encontrar una mejor solución al problema una vez que ganara. Las cosas están fuera de control con ellos, así que ya era muy tarde para una solución pasiva. Incluso si la solución para la brecha de seguridad fuera encontrada, el problema aún permanecía en que no podemos mezclar nuestra sangre con la de ellos. Para que así nuestros niños puedan mantener su magia oscura, ellos necesitan derivarse de la unión de dos sangre puras de familias oscuras. Incluso si tenemos hijos con un mago de luz o una bruja, el poder de nuestros hijos sería débil. Nuestro tipo de magia no se mezcla bien con la magia de luz que corre por sus venas, menos aún con la casi no mágica sangre de los hijos de muggles.”
Sirius asintió. Sabía que los prejuicios contra los hijos de muggles tenían sus raíces en la brecha de seguridad que representaban. Y el estaba de acuerdo con que los muggles podían ser peligrosos para ellos. Pero nunca se había detenido a pensar acerca de la extinción de las familias oscuras, y por lo tanto de la magia oscura, sí se mezclaban con hijos de muggles y con magos de luz. Siempre pensó que sus padres eran unos imbéciles puristas de la sangre con un insano y sin fundamento prejuicio contra los nacido de no magos. Lo que Lucius le había explicado tenía sentido pero tenía que leer acerca de eso por él mismo para ver si era una idea bien investigada y sustentada. Pero aún así no les daba el derecho a los magos de torturarlos y matarlos.
“Tal vez concuerde con ustedes en algunos puntos,” añadió tranquilamente, “y debo confesar que nunca le preste mucha atención antes. Solamente veía sus prejuicios y no las razones para ellos. Pero ahora que tengo un hijo que lleva la sangre oscura de los Black, quiero que sus descendientes sean tan mágicamente poderosos como sea posible mientras lleven en ellos la sangre de los Black. Así que meditaré acerca de lo que hemos platicado y veré. Aunque entiendo mejor los motivos del Señor Oscuro, así como lo que ustedes defienden, si la guerra viene, yo solamente me pondré de su lado si se controlan en matar a los muggles así como a los hijos de estos. No veo ningún beneficio en ello y solo aleja a otros magos de su causa.”
“Sí, sabemos que eso fue contraproducente durante la guerra,” comentó Lucius duramente, “pero en tiempos difíciles se requieren medidas desesperadas. La situación es tan mala ahora como lo era antes. Aún peor puesto que no hemos resuelto el problema de los hijos de muggles y la oposición contra nosotros es violenta y bien dispersa. Pero si tengo algo que decir en la próxima guerra, planearemos mejor y no haremos nada que ponga a la marea en nuestra contra.”
Lucius permaneció callado mientras meditaba su discusión. Black había señalado un argumento válido: toda tortura a los muggle crea una mayor oposición contra ellos. Pero él despreciaba absolutamente a los muggles y realmente creía que eran inferiores. Había participado con impaciencia en algunas torturas. Solamente torturaba a aquellos que habían atentado contra un mago, pero había algunos Mortífagos a los que les gustaba torturarlos solo por diversión, y el Señor Oscuro lo permitía. Inclusive lo llega a encontrar entretenido algunas veces. Pero era una buena idea contenerse con el fin de obtener seguidores de los magos moderados.
La mente de Sirius era un remolino con toda aquella información que le habían proporcionado y tenía mucho que discutir con Orión, además de mucho que investigar para saber si todo lo que le habían dicho era verdad. Pero el quería saber algo que era mucho más importante, y solo esos magos podrían darle la respuesta.
Se volteó al grupo y dijo calmadamente, “Apreció que hayan compartido conmigo su punto de vista, así como también el dejar en claro porque luchan. Pero hemos estado hablando como si la próxima guerra fuera algo seguro. ¿Qué los hace pensar que va a ocurrir de nuevo?”
“Tú honestamente no crees que el gran Dark Lord fue asesinado por el mocoso llorón de Potter, ¿o sí Black?” dijo Travers con sarcástico bufido.
Lucius le dio a Travers una fría y amenazante mirada, la cual tuvo efecto inmediatamente puesto que apartó la mirada de Lucius y Sirius, para permanecer callado. Mentalmente el patriarca de los Malfoy chasqueó la lengua con insatisfacción. No había razón para antagonizar con Black, lo querían de su lado después de todo. Y él no iba a discutir los planes de su Lord para la inmortalidad. Black parecía honesto en su cambio de bando pero eso no lo hacía leal a la causa por lo que no deberían andar contando sus secretos. Estaba bastante seguro que su Señor se alzaría de nuevo. El Señor Oscuro les había asegurado repetidas veces acerca de su invencibilidad y que había tomado medidas necesarias para su regreso sí algo le ocurría. Nadie sabía que medidas, puesto que el Dark Lord les silenciaba con una mirada y un buen colocado Crucio a cualquier Mortífago que fuera demasiado curioso para su propio bien. Pero sí alguien podría manejarlo, era su Señor.
Justo cuando Lucius estaba por responder en una forma en la que dijera mucho pero solo concediera poca información, vieron a una pequeña niña con cabello negro corto apresurándose hacía ellos.
Richard Parkinson se volteó hacia la niña y dijo enojado, “Pansy, ¿qué sucede? ¿No ves que estoy ocupado con asuntos importantes?”
Pansy tomó un tiempo para recobrar el aliento. Eso era demasiado excitante.
“Perdón Padre, pero ¡deben venir! Orión… él… bueno, ¡Deben venir a ver! ¡De otra forma no me van a creer!”
Sirius se levantó con el ceño preocupado adornando su rostro “¿Esta mi hijo bien? ¿Algo le sucedió?”
Pansy simplemente movió su cabeza, casi adornándose con toda la atención que estaba recibiendo de los adultos.
“Bien, ¡Habla niña!” ordenó Lucius sagazmente, levantándose también. Esperanzado de que nada le hubiera ocurrido al chico, no sería bueno cuando él estaba tratando de engatusar a Black a su lado.
Pansy estaba completamente indiferente al tono de voz que habían empleado; ella estaba disfrutando lo más posible de la atención. Pocos se interesaron por lo que ella había dicho e iba a tomar ventaja de esa oportunidad.
Después de asegurarse que todos los adultos la estaban mirando con expectación –la exasperada expresión de algunos no le molestabas en lo más mínimo- tomó a la mano de su padre, y dijo en tono rimbombante, “Deben venir conmigo. Están en la habitación de Draco. Deben verlo por ustedes mismos. Síganme.”
Lucius casi jadeo con molestia, pero puesto que los Malfoy no jadean no hacen algo tan común y con sin falta de elegancia como eso, simplemente estrechó sus mirada a la chica. ¡Es una muchachita tan inmadura! ¿Estaba Narcisa enojada cuando inició las negociaciones por su mano? …l respetaba a Richard Parkinson, era un socio de negocios inteligente, pero Pansy claramente salió como su madre, quien era una bruja sangre pura cabeza hueca que solo estaba interesada en frivolidades. Tendría una seria charla con Narcisa. …l quería alguien poderoso e inteligente para Draco. La sangre de los Malfoy necesitaba sangre mágica fuerte y esa chiquilla claramente no lo era.
Los magos cuyos hijos estaban con Draco siguieron a la emocionada chica a la habitación de Draco. Cuando entraron, encontraron a Orión Black con sus manos en la cabeza con una siseante serpiente enroscada en uno de sus brazos; Draco Malfoy le hablaba animosamente a un no responsivo Orión; y los otros chicos lo miraban con curiosidad. Era una vista para contemplar.
Sirius se acercó a su hijo, e inmediatamente preguntó con preocupación, “¿Qué sucede? ¿Estás bien?”
Orión levantó su cabeza de sus manos y miró desanimado a su padre.
¿Qué diría su padre acerca de su habilidad? ¿Lo despreciaría por ello? Sabía que los otros estarían emocionados y envidiosos. Y a él no le importaba la habilidad en si misma. Era útil y quizás el podría conseguir algunos libros en parsél, aunque son difíciles de encontrar. Pero su padre ya tenía demasiado sobre sus hombros y le desagradaban las Artes Oscuras, y esa era magia oscura en su forma más pura. Su padre trataba de ser imparcial y de permitirle estudiar las Artes Oscuras, pero eso no quería decir que le agradaría que su hijo tuviera una habilidad tan oscura.
Draco miró a Orión y vio sus dudas acerca de revelar su habilidad de hablar parsél. ¿Estaba enojado el chico? Sí el fuera un hablante de parsél lo gritaría al mundo y se regocijaría de ver a todos los magos mirándolo con envidia y respeto. Orión debería de estar orgulloso de su habilidad en lugar de esconderla. …l lo ayudaría.
“¡Muéstrales! Muéstrales lo que puedes hacer, Orión,” dijo emocionado.
Orión miró a los magos parados frente a él. Allí estaba Lucius Malfoy mirándole con impaciencia; reconoció a otros como Vlonski, Rosier, Fornax, Nott, Parkinson y Kavsir, puesto que sus hijos compartían sus facciones.
Pasó sus dedos por su cabello y suspiró.
“Deberías de essstar orgullossso de ssser un hablante de parsssél, pequeño” siseó Sylvana, levantando su cabeza para mirarlo. “Esss un honor ssser uno y tú no deberíass sssentirte avergonzzzado. Habla de tú poder.”
Orión cuadró sus hombros. Ella tenía razón. El estaba orgulloso de ello y su padre debería comprender que no era su culpa.
Miraba a los ojos de la serpiente, y siseó duramente, “Tienesss razzzón, Sssylvana essstoy orgullossso de ello. Graciasss.”
Escuchó los jadeos provenientes de los adultos. Miró hacia arriba y vio a su padre observándolo con temor… ¿era miedo lo que veía en los ojos gris oscuro de su padre? Rápidamente volteó su mirada a Lucius. No quería ver a su padre temiéndole, lo lastimaba profundamente. Cuando vio al patriarca de los Malfoy con su mandíbula completamente abierta antes de rápidamente asumir una expresión impasible, casi hasta sonrió. Su revelación había valido la pena solo para ver a Malfoy senior perder su compostura. Miró a los otros, que estaban observándole con una expresión calculadora en sus ojos, mientras le medían.
“Eres un hablante de parsél,” susurró Sirius con los ojos bien abiertos.
Orión asintió. “Lo acabo de descubrir ahora. Cuando Draco nos mostró a su familiar.”
“¿Me quieres decir, Black,” dijo Lucius, estrechando sus ojos al interpelado, “que tu hijo es un hablante de parsél y tú no lo sabías?”
Sirius asintió mientras mantenía sus ojos fijos en la cara de su hijo. ¿Cómo podía ser posible? ¡Los Black nunca tuvieron un hablante de parsél en su familia! Lo habrían anunciado al mundo sí tuvieran un ancestro hablante de parsél. Y Lily no venía de una familia de magos. ¿Qué significaba?
Lucius cambió su mirada calculadora a Orión. “Bien, eres más de lo que se ve, pequeño Black.”
Ese chico era un misterio, un heredero desconocido de una de las más poderosas y ancestrales familias oscuras; con una habilidad oscura por la que muchos matarían, incluido él; y lo suficientemente joven para ser criado y entrenado apropiadamente. Rápidamente decidió tomar al chico bajo su tutela. Ya estaba comenzado a trabajar en el padre, pero el niño se mostraba más prometedor, mucho más que el Black mayor, quien ya tenía ideas fijas. Ese muchacho podría ser moldeado y podría ser útil para su causa.
Orión casi se golpea ante el tono condescendiente en la voz de Malfoy, y él prácticamente podía ver las ruedas girando en aquella astuta mente. No iba a ser manipulado ni usado por nadie. Si Malfoy pensaba que podría usarlo tan fácilmente vería que no sería así. Pero tenía que mantenerse indiferente. Dos pueden jugar ese juego. …l podría usar a Malfoy. El mago era poderoso y podría enseñarle muchas cosas.
“Si, así parece,” dijo Orión calmadamente, regalándole al mago una pequeña sonrisa.
La mirada de Draco iba de su padre a Orión. Algo estaba pasando. Sabía que su padre saltaría por la oportunidad de tener una relación cercana con Orión. Pero él chico estaba muy calmado considerando que estaba con demasiado pánico cuando su habilidad fue revelada. ¿Qué estaba pasando por la mente de Orión?
Lucius se volteó a Sirius y comentó casualmente, “Deberías de conseguirle un tutor. Draco ya tiene uno y puedo recomendártelo. Tú hijo necesita entrenamiento, y dada su nueva habilidad, se podría beneficiar de un comienzo temprano.”
Sirius, quien aún estaba un poco agitado pero lo había logrado ocultar, respondió tranquilamente, “Sí, ya estaba buscándole un tutor. Te agradecería si me pudieras dar las referencias del tutor de tu hijo.”
“Tal vez sería más divertido para los chicos si estudiaran juntos con el tutor,” agregó Lucius, quien no estaba dispuesto a renunciar a Orión. “Tú hijo podría venir a la casa para sus lecciones, y yo tengo mucho libros acerca del parsél los cuales podrían interesarle. Yo estoy muy interesado en ellos y tengo una gran colección.”
El mago volteó a ver Orión con una inquisidora ceja alzada.
…l podía ver que su padre estaba dudando en aceptar la propuesta, así que él respondió en su lugar,“Muchas gracias, Sr. Malfoy. Eso me gustaría mucho.”
“Muy bien,” exclamó el mayor con una fría sonrisa. “Yo lo arreglaré con tu padre.”
Draco se volteó hacia Orión, y dijo emocionadamente, “¡Es genial! ¡Nos divertiremos mucho juntos!” Sacando su pecho. “Mi tutor me dijo ya que estoy muy avanzado para los chicos de mi edad.”
“No alardees, Draco. Se trata de convertirse,” regañó Lucius bruscamente, dándole a su hijo una fría y dura mirada. A veces su hijo era muy extrovertido. Draco necesitaba aprender como mantener la calma y su pose todo el tiempo, sin jactarse innecesariamente. Un Malfoy debe ser siempre arrogante y orgulloso pero nunca deben mostrarlo tan visiblemente, puesto que puede abrir la oportunidad de atacar el carácter.
“Sí, Padre” agregó Draco con una pequeña voz, pero sus ojos mostraban su emoción y felicidad, y Orión le dio una calida sonrisa que hizo sonreír.
Sirius decidió tomar las riendas. Tenía mucho que discutir con Orión y la conversación con los sangre pura había alcanzado su final cuando vio que Lucius no estaba dispuesto a discutir el posible regreso de Voldemort.
“Muy bien,” le dijo a Lucius. “Te escribiré para concertar las lecciones. Creo que ya es muy tarde y debería llevar a Orión a casa.” Se giró para dirigirse a su hijo, “Orión despídete de tus amigos.”
El chico se levantó y sus nuevos amigos se reunieron. Acordaron escribirse los unos a los otros y coordinar el primer partido de Quidditch lo más pronto posible. Se estarían viendo pronto en las siguientes reuniones y cenas que serían parte de la temporada de invierno.
“Gracias por todo,” agradeció a Draco, regalándole un cálida sonrisa mientras le extendía la mano. “Disfruté mucho la velada y te agradezco por presentarme a tus amigos.”
Draco estrechó la mano y le sonrió. “Gracias por venir. Yo también me divertí mucho. Espero que nuestros padres aceleren las cosas así pues podamos tener pronto nuestra primera lección.”
“Yo también. No puedo esperar,” dijo sinceramente. El había anhelado un tutor por tanto tiempo y estudiar con Draco sería más divertido que hacerlo solo. Una amistosa competencia siempre hacía las cosas más interesantes, en su opinión.
“¿Ssse va a ir, joven amo?” siseó Sylvana con impaciencia. “Dígale al otro chico que le dé lasss cosssasss que compró para mí. Particularmente el ratón de juguete que me compró. La única cosssa que ha hecho bien.”
“Lo sssiento, Sssylvana, pero no puedesss venir conmigo. Eresss de Draco y yo no puedo llevarte. No sssería apropiado. Pero vendré a verte casssi todosss losss díasss.”
Draco lo observaba con curiosidad. “¿Qué está diciendo?”
Sylvana siseó su desacuerdo pero Orión no le prestó atención.
“Nada, solo estaba diciéndome adiós,” respondió sin darle importancia. No quería tomar a Sylvana y alejarla de Draco. El chico parecía muy feliz y orgulloso de ella y él no deseaba arruinar eso. Le entregó a una siseante Sylvana y se despidió de ellos.
Después de que Sirius y Orión terminaron de despedirse de los otros magos y brujas que habían conocido en la fiesta, se aparecieron en su casa, ambos sabiendo que tenían mucho de que hablar.