Capítulo 2 - Estableciéndose en Moscú y La Varita
Kreancher usó su mágica élfica para aparecerlos en Black Manor, en el Moscú mágico, antes de apresuradamente regresar a Grimmauld Place, con su amada señora.
Sirius aún no sabía como Orión había logrado hacer que Kreancher le obedeciera. El asqueroso elfo ahora parecía responder al chico, y cuando él había tratado de ordenarle que desempacara, la inmunda criatura solo murmuró algo por lo bajo, regalándole una repugnante mirada. Cuanto había deseado concederle al elfo su más profundo deseo y colgar su cabeza en Grimmauld Place. Pero Orión le había tomado cariño a la arisca criatura y le reprendió por tratar con tan poca consideración al elfo. Cuando Sirius indignado protesto que el elfo no lo trataba mejor, pero se reprimió por la mirada que Orión le dio. A veces sentía que no sabía quien era el padre en su relación.
Sirius y Orión estaban parados en medio del gran salón de Black Manor, mientras el chico inspeccionaba todo con grandes ojos.
Tenía que admitir que la casa principal era sumamente impresionante. Afortunadamente, la casa principal tenía su propio staff de elfos domésticos que tenían una disposición mucho mejor que la de Kreacher. Habían sido recibidos calurosamente por tres elfos, que llevaron sus pertenencias al cuarto principal, para Sirius, y la segunda habitación más grande, para Orión. Los elfos eran criaturas calladas y obedientes que habían estado en su familia por mucho tiempo y siempre permanecieron en casa principal.
Por lo tanto, la casa ya tenía todo lo que necesitaban para vivir en ella, aunque nadie hubiera vivido en ella por más de veinte años. Afortunadamente, el lado de la familia del padre de Sirius era de una rama más moderada de los Black y por lo que no estaba decorada tan oscura y horrible como Grimmauld Place.
Sacudió a Orión de su estupor y le dio un tour por el lugar.
Por fuera, la casa era blanca, tamaño mediano, como un palacio Eslavo, con torreones y muchas pequeñas cúpulas doradas. Era una basta propiedad con un bosque y un lago. Anteriormente había caballos en los establos, incluso pegasos, pero ahora estaban vacíos. Antes de que Sirius huyera, su padre solía llevarle a él y Regulus, cada invierno, a la Casa Principal.
Recordaba esos días con cariño. Esas habían sido las únicas memorias felices de su infancia. Su padre era mucho más relajado cuando estaba lejos de la esfera de influencia de su esposa y se permitía dejar caer su fachada de hombre frío cuando llevaba a los chicos a esas cortas vacaciones de invierno.
Con una maliciosa sonrisa, Sirius narraba algunas las travesuras infantiles de él y Regulus, mientras le mostraba los alrededores a su hijo. Orión había estado extremadamente emocionado cuando le contó de la carrera de pegasos que habían tenido y decidió que tal vez para el cumpleaños del chico podría comprar uno.
También quería enseñarle como volar en una escoba. Nunca había sido tan talentoso como James, pero sentía que su hijo se perdería de una importante parte de su niñez si no aprendía como jugar Quidditch.
Regresaron a la casa y Sirius le mostró muchos cuartos. Dentro el suelo era de mármol blanco y columnas, cada habitación estaba decorada en diferentes tipos de colores. El cuarto principal estaba en tonos azules oscuros y el de Orión era llamado la Habitación Esmeralda, la cual estaba decorada en verdes oscuros con toques de suaves azules.
Sin sorprenderse, aunque con algo de diversión y resignación de Sirius, Orión rápidamente preguntó por la biblioteca. Llevó a su hijo a una gran habitación oval, que tenía unos paneles de caoba oscura, techos altos y varios pisos cubiertos de arriba abajo con incontables libros. Era mucho más grande que la biblioteca de Grimmauld Place y el mayor sospechaba que no vería mucho al chico por un tiempo.
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Estaban descansado en sillones afelpados en el salón principal, bebiendo el té que los elfos domésticos les habían llevado.
"¡Este lugar es genial! Nunca esperé que fuera tan grande. ¿Por qué tú familia vivía en Grimmauld Place teniendo esto?" Cuestionó Orión con curiosidad. Estaba encantado con todo lo que había visto hasta ese momento.
Sirius sonrió, "Tienes que recordar que el mundo mágico ha estado plagado de guerras desde 1940. Desde entonces, los Black decidieron residir en Inglaterra, porque era más seguro y solamente veníamos en invierno y por cortos periodos de tiempo. La guerra contra Lord Grindelwald fue brutal, duró mucho años, pero afortunadamente, la casa principal no puede ser destruida por fuerzas externas, así que permaneció indemne."
"Grindelwald," musitó el chico en voz alta. "Cuéntame más acerca de él."
"Bueno, nunca presté mucha atención en Historia de la Magia," comentó el mayor con una amplia sonrisa, "pero puedo decirte que Gellert Grindelwald era un mago oscuro que estudió en Durmstrang. Reclutó a la mayoría de sus seguidores ahí. Los rusos fueron sus aliados por un tiempo, así que aún encontrarás algunos de sus partidarios, aún ahora. Grindelwald fue considerado un niño prodigio. Creo que fue uno de los magos más poderosos de los tiempos modernos. Comenzó formando su pequeño grupo de seguidores en Durmstrang, y cuando se graduó pasó un tiempo en Inglaterra y en otros países de Europa. Él es quien comenzó todo el movimiento anti-hijos de muggle. Grindelwald creía que los magos eran superiores a los muggles y a los hijos de estos, y que era nuestro derecho gobernarles, con el fin de crear un mundo mejor. ‘Por el Bien Mayor' era su slogan. Fue considerado como un gran líder y un habilidoso orador, y convenció a muchos con sus apasionados discursos."
Hizo una pausa y preguntó, "¿Sabes acerca de las Guerras Muggles?"
El menor asintió. Había leído muchos libros acerca de la Primera y Segunda Guerra Mundial, y sabía bastante.
Continuó, "Bien, al principio, Grindelwald hizo una alianza con el lider muggle Hitler, Creo que así se llamaba. Yo pienso que manipuló al muggle para que destruyera a su propia gente. Millones fueron asesinados, y uso aquello para probar el punto de que los eran peligrosos y violentos, que los magos debían tomar el control con el fin de crear un mundo pacífico. Tenía el apoyo del ejército de Hitler y su propio ejercitó mágico era grande. Las comunidades inglesas y francesas se unieron contra él, pero eran superados en número. Después el ejército muggle fue derrotado por los muggles de Gran Bretaña y Estados Unidos, Grindelwald comenzó a perder apoyo.
Se detuvo para determinar si su hijo le estaba siguiendo, y con un brillo de orgullo en sus ojos debido a su mente ágil, continuó, "La guerra había durado cuatro años, y muchas comunidades mágicas estaban diezmadas, y los magos estaban cansados de pelear. Había un rumor de que Grindelwald era invencible en un duelo y que pocos podrían igualar su poder. Albus Dumbledore era conocido en Inglaterra como un poderoso mago, y puesto que era relativamente joven, los ingleses le rogaron que se enfrentara en un duelo contra él. Creían que él era el único que podría igualarle en poder. No sé las particularidades, pero Dumbledore y Grindelwald lucharon solos, mientras los ejércitos se quedaron de lado, y era un acuerdo que el ganador del combate sería el ganador de la guerra. Escuché que el duelo duró más de doce horas. Finalmente, Dumbledore venció a Grindelwald, y fue hecho prisionero. Creo que aún está con vida."
"Eso es increíble," dijo Orión sin aliento. "¡Que un solo mago pudiera controlar tanto y tuviera tanto poder! Y Dumbledore lo derrotó. Él debe ser el mago más poderoso de nuestro tiempo, ¿verdad?"
"Muchos lo creen," respondió el mayor. "Es muy reconocido en Inglaterra y ha hecho un buen trabajo como Director de Hogwarts. Es considerado por varios como el Lord de la Luz; sin embargo parece ser que no tiene ambiciones políticas. Sé que tiene mucha influencia en el Ministerio y Wizengamot. Todos lo respetan por ser el vencedor de Grindelwald. Pero es despreciado por muchas familias oscuras quienes creían que el mago oscuro estaba en el camino correcto. Voldemort y sus seguidores se oponían particularmente a Dumbledore. Sé que Voldemort tenía una venganza personal contra él, pero no sé por qué."
"Y ¿Qué sabes del pasado de Voldemort?" preguntó el chico con un interés entusiasta. Había leído de Grindelwald en la biblioteca de Grimmauld Place, y había mucha información sobre él, pero no mencionaba nada sobre el pasado de Voldemort, y estaba sumamente intrigado.
"Honestamente, no mucho," admitió Sirius. "Es un misterio de donde vino Voldemort. Sé que es un mago inglés, pero no sé donde obtuvo su formación mágica, y tampoco cual sea su verdadero nombre. Solamente apareció un día, esparciendo muchos de los ideales de Grindelwald. Y muchos magos oscuros insatisfechos se unieron a él. Después de la derrota Grindelwald, a las Artes Oscuras se les dio una muy mala reputación, puesto que había sido un Lord Oscuro. Así que las Artes Oscuras fueron prohibidas en muchos países, y muchos magos oscuros fueron aprisionados por usarlas, aún si no las usaban en contra de otros."
"¡Eso no es justo!" intervino Orión acaloradamente.
El azabache sonrió y acarició con sus dedos su largo cabello. "Debo admitir que había muchos prejuicios y muchos fueron condenados sin merecerlo. Los magos temían que se repitiera lo que había pasado, así que aplastaron cualquier uso de magia oscura para prevenir el surgimiento de otro Lord Oscuro. Y aplicaron demasiada represión, las familias oscuras tuvieron que esconderse sin poder ser capaces de practicar su magia libremente. Así que cuando Voldemort surgió, ganó inmediatamente su apoyo. Era joven y muy poderoso, un posible rival contra Dumbledore."
"Escuché que Voldemort era también muy encantador y guapo" agregó Sirius con un gruñido, "y se rumoraba que era el Heredero de Salazar Slytherin. Así que era el Dark Lord ideal desde la perspectiva de las familias oscuras. Afortunadamente, nunca me topé con él cara a cara en batalla, pero era sumamente temido entre nosotros, los Aurores. Y cuando peleábamos contra los Mortifagos, siempre le dejábamos a Dumbledore el enfrentar a Voldemort."
Hizo una pausa y observó en silencio a su hijo. Orión tenía un aire de fascinación a su alrededor, Sirius se dio cuenta de que estaba sumamente curioso e interesado en Voldemort. Frunció el ceño y en ese instante, recordó las palabras de su hijo sobre acerca de no saber a quien apoyar: si a Voldemort o a Dumbledore. Aún si el mago oscuro hubiera asesinado a su madre y a James, el chico aún contemplaba la posibilidad de una alianza con ese monstruo. Eso hizo que se estremeciera. Le había dicho que le seguiría, pero rezaba a Merlín que no estuviera considerando seriamente tomar el lado de Voldemort. El mago había sido cruel y sádico, y parecía no tener ninguna emoción humana.
"Y ¿Dumbledore no pudo derrotar a Voldemort? Después de haber derrotado a Grindelwald en un solo duelo, y peleó contra Voldemort muchas veces, aún así, ¿no pudo contra él?" cuestionó Orión, con un brillo de fascinación en sus verdes ojos.
Era increíble, pensó Orión para él mismo. ¿Qué clase de poderes tenía Voldemort si el Director no había podido derrotarle? ¡Y Voldemort era posiblemente el Heredero de Slytherin! Quién sabe que clase de magia tenía a su disposición. Había leído acerca de Salazar Slytherin y sabía que el hombre había creado hechizos que solamente él podía usar. Encantamientos en lengua parsel. Contenidos en libros, escritos en aquel idioma, que solo alguien con su sangre y la habilidad de hablar parsel podría leer.
"Sí, así es. Dumbledore nunca fue capaz de derrotarle. Solamente tú pudiste" dijo Sirius guiñándole un ojo.
Aquello lo jaló abruptamente de sus reflexiones. Se había olvidado de aquello. No tenía sentido. Él no era poderoso -no aún, se dijo así mismo-. ¡¿Cómo había podido hacerlo si no estaba ni remotamente cerca de ser tan poderoso como Dumbledore, y era solo un bebe?!
"No, en serio," contestó Orión, agitando su cabeza.
Sirius rió ante aquella frase.
‘Padre puede ser tan inmaduro a veces' pensó el chico divertidamente. Pero continuó, "Cómo es posible que tan poco se conozca sobre Voldemort, si es tan poderoso. Debió ser más poderoso que el Director si ni siquiera él pudo vencerlo. Y lo que sucedió con Voldemort y conmigo no tiene sentido. ¡Era solamente un bebe sin ningún poder!"
"No lo sé. Nos tomó a todos por sorpresa. Tal vez Lily hizo algo-"
"Sí, sí" interrumpió el menor impacientemente y agitado. "Aún si ella lo hizo, y aún si ella era una bruja tan poderosa como me dijiste, ¡no era competencia para él!"
Sirius se estremeció. A veces su hijo podía ser insensible. La forma en la que discutía la muerte de Lily, solamente analizando los hechos, sin mostrar ninguna emoción por el asesinato de madre... pero tal vez estaba siendo injusto con el chico, Orión nunca la conoció. No sabía lo amable y gentil mujer que había sido, lo aguerrida que era cuando defendía a alguien que amara, y la calidez y el amor que proyectaba a quienes le rodeaban...
Detuvo su línea de pensamientos. No podía seguir haciéndose aquello. No podía vivir, en el dolor, cada vez que alguien la mencionara. Sonrió y trajo su mente a lo que su hijo estaba diciendo.
"Sé que no era competencia para él," dijo calmadamente, "pero tal vez ella usó un hechizo de protección en ti... Sin embargo no hubiera sido suficiente contra una maldición asesina. Pero tal vez, la forma en la que sacrifico su vida para protegerte, tiene algo que ver con ello."
"Sí, lo consideré cuando me lo dijiste," replicó el chico. "Pero padre, busqué en la biblioteca de Grimmauld Place, y encontré algunos libros que explican la clase de magia basada en el sacrificio y el amor. Decían que podrían proteger a alguien, pero ¡no podrían detener la muerte! Si Voldemort me hubiera atacado con un hechizo de tortura o despellejamiento, entonces la magia que ella invocó me hubiera protegido. Pero él uso una maldición asesina, y nada, ni siquiera la magia del amor, la detiene. Ya lo verifiqué en muchos libros y son muy inflexibles en ello."
Orión gruñó. Odiaba no saber lo que realmente no había sucedido la noche Halloween. ¿Qué clase de magia estaba involucrada con el fin de salvar su vida y terminar con la de Voldemort? La mayoría de sus investigaciones habían sido sobre ello, y había terminado con las manos vacías. Por todos estaban de acuerdo, la maldición asesina era imparable, y él era un fenómeno por haber sobrevivido. Sonrió por ello. Tío Vernon se sentiría redimido.
Sirius podía ver que aquello era un gran problema para su hijo y que podría convertirse en su obsesión. Pero realmente, lo que había hecho no tenía comparación, y no había mucho que pudiera decirle sobre ello.
Decidió cambiar el tema por asuntos más prácticos. "Bueno, ¿Qué quiere hacer ahora cachorro?"
El niño sonrió. Amaba ese sobrenombre, y su padre había comenzado a usarlo cuando quería que se sintiera más ligero de corazón.
"Quiero aprender como convertirme en animago," dijo Orión con una sonrisa interna. ‘Ahí tienes, a ver que respondes a eso Padre.'
Gruñó. Ese niño era todo estudio y nada de diversión. Hubiera esperado que un hijo suyo preguntara algún consejo sobre como hacerle una broma a alguien, o como conseguir una chica, cosas como esas. Bueno, convertirse en un animago era un proceso arduo, pero los beneficios eran ciertamente divertidos.
"Orión, estoy seguro que hay libros en la biblioteca acerca del tema, y yo puedo hablarte de mi propia experiencia," le dijo. "Pero, primero, debemos ir al pueblo y comprar algunas cosas que necesitamos. Haz estado usando las viejas ropas de Regulus, y ningún hijo mío va a andar por ahí estando mal vestido. Así que dime que necesitas comprar."
El chico se rió de corazón. Su padre era ciertamente banal y se preocupaba mucho de las apariencias.
"Muy bien, necesito ropas, y me dijiste que querías enseñarme a volar, así que necesitamos unas escobas. Y, uhm, déjame pensar, sería muy útil si yo tuviera... no lo sé... hum, tal vez, una ¿varita?" se burlaba el chico.
El azabache rió. "Okay, entonces andando. Yo necesito ropas de invierno. No puedes decir que sabes lo que es un invierno sino has experimentado un invierno ruso."
"Padre, espera, ¿qué hay de mi cicatriz? No he encontrado una forma mágica de ocultarla," interpuso Orión preocupado. Había estado investigando un poco, pero no había encontrado una solución permanente.
"Mmm, creo que tendrás que usar un sombrero puntiagudo," dijo el mayor con una sonrisa conciliadora.
El chico le miraba con incredulidad. Si su padre creía que él iba a andar por ahí penosamente con ese ridículo sombrero, tenía que pensarlo de nuevo.
Sirius se reía de la expresión horrorizada de su hijo. Y él era quien constantemente era acusado de ser banal.
"No te preocupes, cachorro, tengo un lindo y elegante sombrero de pieles que es muy común aquí, y cubrirá tu frente. Te ayudaré a encontrar una solución permanente cuando regresemos."
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Después que, estuvieron listos para su primera excursión en el Moscú mágico. Su padre lo llevó a lo largo del lado de aparición y aparecieron en un lindo café. Orión podía ver muchos magos y brujas, vestidos con gruesos abrigos de diversas pieles y a veces de colores impresionante, caminando alrededor. Algunos llevaban el mismo sombrero que él estaba usando, el cual le gustaba porque era sumamente calientito y suave. Otros llevaban el cabello realmente largo envuelto alrededor de sus cabezas varias veces o sombreros con un extraño aspecto de animales peluche. Algunos, en lugar de abrigos, usaban túnicas desiguales y un encantamiento de calor hormigueando en sus cuerpos.
Era un raro escaparate la moda mágica, y mientras caminaban, Sirius no dejaba de señalar a la gente y murmurando con humor para el beneficio de su hijo. Tenía que sofocar su risa. Estar con su padre era como tener a un hiperactivo niño pequeño, y lo adoraba.
Salieron del café y llegaron a una plaza llena de gente, la cual tenía una gran fuente en el medio. Sirius empujó al chico dentro de la fuente, y ante la mirada inquisitiva de su hijo, solamente le regalo una sonrisa maniática, y le empujaba dentro.
"¿Qué-?" comenzó a reclamar, cuando su padre lo empujó a la pileta de la fuente.
Pero su boca fue rápidamente llenada con agua y luego, sintió una fuerza de succión alrededor de su cuerpo, intentando arrastrarlo hacia abajo. Sintió como si le vertían en una enorme bañera, sin piso, o el hundimiento en un pozo sin fondo. Tan pronto como comenzó, terminó, y estaba parado en una fuente muy similar. Salió, esperando quedar empapado, pero rápidamente vio que tan pronto como sus pies tocaron el suelo, se secó completamente. Se giró, y observó la cabeza de padre atravesando la superficie del agua, y su cuerpo lo siguió rápidamente. Salió elegantemente de la fuente y alcanzó a su hijo.
"Eso fue... interesante. Y me vengaré por ello," dijo Orión a su padre, quien le sonreía pícaramente.
Sirius se burlaba. Amaba a los novatos mágicos; ¡era tan fácil de embromar!
Orión miraba a su alrededor y veía que estaban al inicio de una muy amplia calle cubierta de nieve. Estaba llena de tiendas de diferentes estilos arquitectónicos, pero el más predominante era el estilo eslavo, el cual mostraba pequeñas y puntiagudas cúpulas de diferentes colores. Algunos tenían rayas, otros puntos, otros estaban hechos de cristal y tenían objetos moviéndose dentro, los cuales representaban el tipo de tienda que era. Ya había visto un domo con una lechuza aleteando dentro, otra con varias snitches volando alrededor, y otra que tenía la forma de un caldero que rotaba infinitamente... era como estar dentro de un extraño cuento de hadas y lo adoraba. Ese era su mundo y sentía que a el pertenecía.
Afortunadamente, muchas tiendas tenían sus nombres escritos en varios idiomas, y los dependientes usualmente hablaban inglés con fluidez.
Primero, fueron a comprar ropa. Sirius insistió en elegir la ropa de su hijo, argumentando que tenía un mejor gusto que él y Orión necesitaba aprender. El chico se reía con entretenimiento y permitió que su padre tuviera su diversión.
Después, compraron una lechuza para cada uno. Orión escogió una gran lechuza negro real, que tenía una faz amenazante, pero le agradó instantáneamente, y al ave parecía agradarle él también. La llamó Ares, en honor al dios griego de la guerra. Sirius, en cambio, compró una bella y elegante lechuza blanca y la llamó Aurora, como la diosa griega del amanecer, siguiendo el ejemplo de su hijo.
En la tienda de Quidditch, su padre se encargó y compró dos Nimbus 2000, túnicas de Quidditch, y un set de pelotas.
Finalmente, llegaron a Gregorovitch tienda de varitas. Sirius le explicó que Gregorovitch era uno de los mejores creadores de varitas y tenía tiendas en muchos países de Europa.
Afortunadamente para ellos, Gregorovitch gustaba de permanecer en su tienda principal, y fueron atendidos por él. Era un hombre mayor, con una larga y gris barba, y poco cabello; pero parecía tener energía ilimitada, mientras le entregaba varita tras varita a Orión. Habían estado en la tienda por una hora ya, y aún no habían encontrado la varita que satisficiera a ambos, mientras Sirius había encontrado una compatible hace horas.
"Bueno, chico. Haz pasado por casi toda mi tienda. Solo puedo decirte que esto no me había pasado antes, en todos mis años" dijo el mayor, mientras una pensativa expresión cruzaba su rostro. Atravesó al chico con sus ojos, y musitó, "Tal vez... tal vez, podríamos tratar... sí, por qué no, tal vez fue hecha para ti..."
Gregorovitch rápidamente los dejó y fue a la parte trasera de la tienda. Unos minutos después, apareció, sosteniendo cuidadosamente una larga, delgada, blanca varita en un hermoso estuche.
Orión la tomó, e instantáneamente sintió su magia cosquillear y viajar libre por su cuerpo, mientras sostenía la varita. Una sensación cálida lo envolvió y el pulso de su magia latía poderosamente en él. El latido se volvió más fuerte y sintió como si fuera llenado hasta derramar, de magia violenta. Continuó aumentando hasta sentir que iba a quemarse. Parecía como si la magia quisiera explotar en ondas desde su cuerpo. Comenzó a preocuparse e intentó controlarla. Pero el pulso y el latido continuaban incrementándose y la presión se intensificaba. Cuando estaba por dejar la varita, repentinamente se detuvo. Solamente un agradable cosquilleo quedaba, y su conciencia regresó.
Bueno, ciertamente eso nunca había sucedido con otras varitas. Aún estaba un poco preocupado y abrumado por la fuerza de la magia que había sentido, antes de disminuir.
Gregorovitch estaba mirándolo con escudriño y una mirada indescifrable. El chico le devolvió la mirada, el viejo mago aclaró su expresión, y agregó calmadamente; "Ciertamente te ha escogido. Es realmente única. La hice durante mis experimentos y nunca pensé que alguien fuera capaz de controlarla. Esa fue la razón por la que las otras no funcionaron para ti. Las varitas regulares tienen solamente un núcleo. Tú varita tiene dos, pero no solo eso. Son núcleos opuestos. Ciertamente, cuando la hice, sabía lo que estaba creando, pero nunca pensé... ejem, bueno, tiene un poderoso y temperamental núcleo doble: lágrimas de fénix y veneno de basilisco... Vida y Muerte."
El vendedor permaneció en silencio y nuevamente perforó a Orión con la mirada.
‘¿Realmente, tiene que ser el hombre tan dramático?' pensó Sirius. Todavía estaba muy conmocionado por la gran cantidad de poder que había sentido exudar de su hijo, cuando había hecho el primer contacto con la varita. Y podía ver que el pequeño también estaba preocupado.
El chico simplemente asintió y acarició su varita. Aún sentía la calidez de su poder. Su cuerpo siempre había sido perceptivo a la magia a su alrededor; la sentía en el aire, en los magos, y en cualquier objeto mágico. Pero nunca antes sintió tal marejada de poder. Le había asustado, pero también le hacía desear más. Quería sentirlo de nuevo. Había sido magnífico.
Pagaron y se marcharon, mientras los ojos del anciano seguían al chico hasta que salía de la tienda.
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Cuando llegaron a la casa, estaban exhaustos. Orión le dio las buenas noches a su padre y fue a su cuarto. Era una principesca habitación. Amaba los colores: verde y azul. Se quitó las ropas y con adoración acarició su varita.
Era increíblemente hermosa a sus ojos. Se metió a la cama y la sostuvo contra su pecho. Ahí estaba de nuevo aquella calidez...
‘Gaia...Gaia...'
Abrió sus ojos rápidamente cuando escuchó el suave murmullo llamando aquel nombre, y miró alrededor desconcertado. Nada, estaba solo. ‘¿Gaia?' ¿Se lo habría imaginado? Agudizó sus sentidos para ver si escuchaba algo. Nada. ‘Debo estar realmente cansado', se dijo así mismo. Y sin pensar más, dejó la varita en la mesita de noche.
Mientras los minutos pasaban, se giró en la cama. No podía dormir. No sabía si era por lo que había sucedido con la varita o por otra cosa.
‘¿Debería mirar? ¿Tratar de abrirlo? No, cuando lo descubrí en la habitación de Regulus, me dije a mi mismo que no lo intentaría hasta saber más acerca de ello. Era una magia muy poderosa. La sentía en el instante que la tomé en mi mano. Pero ya sé lo que es... encontré la descripción en uno de mis libros. Uhmm, sí, pero considerando al dueño original, podría ser peligroso abrirlo... Circe, ¡solo quiero sentirlo de nuevo en mi mano!'
Estiró su brazo y abrió el cajón de la mesita de noche. Allí estaba. Lo sacó y lo miró. El grabado fue realizado ingeniosamente y la delicada serpiente de plata formaba una letra que parecía como si pudiera cobrar vida. Sintió el poder contenido dentro del relicario y cerró sus ojos.
Cayó dormido con el relicario de Slytherin entrelazado en sus dedos y una sonrisa de alegría en su rostro.