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Tentación Plateada por hanasaki aiko

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Notas del fanfic:

Draco X Lucius

Esto es una especie de reto personal. Me tarde muchísimo en terminaarlo e incluso tengo como 3 versiones de la misma. Aún siento que algo le falta, mas no logro dar con qué.

Espero que les guste.

Dejen rw!!

Notas del capitulo:

Oh adoro a Lucius Malfoy, no pude evitar hacer un fic así ¿Saben lo dificil que fue? Dios...

Dejen rw!!

 

Todas las luces estaban apagadas, eran más de las 2 de la madrugada y pese a que las mazmorras siempre permanecían silenciosas, esa noche un gran alboroto reinaba su cabeza. Toda esa bola de malditos sueños que no lo dejaban descansar como Merlín manda, colmaban su paciencia. Qué más decir que hacía semanas que no dormía más de 3 horas seguidas.

Estaba harto.

Suspiro demasiado molesto consigo mismo. Lo único que tenía que hacer era tomar una de esas benditas pociones para dormir sin soñar, ya después se preocuparía por los estragos matutinos. Se levantó de su cama suavemente y dejó que la brisa nocturna acariciara su rostro con delicadeza. Miraba el cielo nocturno en su ventana mientras se desnudaba lentamente, su traicionera mente revivía una y otra vez el fuerte recuerdo de una piel similar acariciándolo.

Besando sus brazos.

Acariciando su cintura.

Incluso la resignación era demasiado molesta, rayaba en lo patético su comportamiento taciturno y silencioso más allá de las horas que se tenía permitidas para ello. Sin embargo, no podía evitarlo. Despertar una mañana con la inexplicable sensación eléctrica de un beso apasionado, anhelando fuertemente unos brazos familiares y desconocidos, toda aquella excitación que recorrió su cuerpo vigoroso tras despertar agitado y confuso, fue el aliciente para secretamente desear más, para rechazarlo y al mismo tiempo sentirse abrumado.

Al principio no era consciente de quien se trataba. No quería saberlo.

Casi un mes después de eso, supo que de no haberlo averiguado nunca, la curiosidad no lo hubiera dejado vivir en paz.

Y sinceramente no supo que era peor.

A su cabeza regresaron los apasionados ojos que parecían fundir su coraza, que traspasaban su alma, su cuerpo, su corazón. No podía negar que tenía miedo, así como tampoco podía desmentir que el morbo de lo prohibido lo llenaba de expectación.

Involucrarse sexualmente con uno de sus pares, era algo que jamás se le habría ocurrido. Sus preceptos eran demasiado rígidos y el peso del apellido pesaba exorbitantemente como para ponerse a pensar en algo que seguramente terminaría con la excelente reputación que se habían formado a lo largo de los años. No podía ni imaginar las consecuencias.

Las vacaciones de fin de año todavía no comenzaban y un funesto presentimiento ya estaba instalado en su cuerpo, algo dentro le decía que este mes no iba a ser igual a los demás, el hecho de que sus sueños estaban plagados de fantasías sexuales no ayudaba sinceramente demasiado, así como tampoco lo llenaba de emoción el tener que pasar las vacaciones enteras con el objeto de sus más sucios y oscuros deseos. Le hubiera gustado tener un plan de reserva, más con el tiempo tan corto sencillamente era imposible, Blaise iba con su madre a Suiza, Theo a Escocia y la siempre molesta Pansy a París. De nuevo. Así que la posibilidad de escabullirse elegantemente quedó absolutamente descartada.

-Supongo que tendré que resignarme

Una excesivamente apresurada mañana lo despertó de golpe, excitado y molesto. Aventó las cobijas al suelo mientras delicadamente se desesperezaba. Ese día terminaba otro curso escolar y comenzaba esa ya conocida farsa en donde sus padres hacían como que estaban juntos aún y él como que les creía. Incluso aunque pasara toda su vida negándoselo, aquellos labios que muchas veces eran firmes y autoritarios, en sus sueños, realmente besaban bien.

Dos dedos acariciaron casi distraídamente sus labios, las imágenes y el calor extraño que no abandonaba su cuerpo, las ansias por no saber el desenlace y al mismo tiempo la desesperación de saber que había vuelto a caer en lo mismo. Se estaba volviendo loco. Literalmente no tendría cara para ver a su padre a los ojos si la situación continuaba de  esa manera. No podría explicarle ni aunque se lo pidiera, una sola de sus fantasías.

No se creía capaz de darle los detalles en los que aparecía él acariciando impúdicamente su cuerpo, como su mano parecía acoplarse perfectamente a la suya, cómo decirle que sus caricias lograban elevarle la libido como nadie antes y que el solo recuerdo de su rostro contorsionado por el placer de penetrarlo podía hacerlo tener un orgasmo épico.

Estaba consciente de que el hecho de pasar todas las vacaciones en compañía de sus padres podría ser una tortura, mas no tenía otra opción. De pronto la diminuta tela de seda que cubría su cuerpo parecía sobreestimular su sensible piel, sus pezones estaban duros y su pecho bajaba y subía rápidamente.

Ya ni siquiera pretendió ignorar a su cuerpo, soltó sus brazos lejos de su torso y lentamente acarició cada centímetro disponible de piel. La imagen del espejo que estaba frente a su cama únicamente hacía volar su imaginación, otras manos acariciando su vientre, el perfecto reflejo de una espalda más amplia y la sencilla imagen de sus piernas abiertas de par en par mientras suavemente acariciaba la piel en torno a su entrada logró excitarlo de tal manera que seguramente recordaría esa misma imagen mientras estuviera cenando.

Con su padre enfrente, tomaría la cuchara con elegancia y al alzar la mirada la de él chocaría con la suya. La intensidad de la mirada de Lucius Malfoy le haría pensar en cosas sucias e indecentes en esa misma mesa. En el mismo comedor con el que tantas fantasías había tenido. Abrió aún más las piernas al tiempo en que un dedo certero acariciaba su próstata y mientras se masturbaba claramente pudo ver frente a su cama el desnudo y musculoso cuerpo que inundaba sus sueños.

Lo siguiente que supo fue que llevaba 10 minutos de retraso y que si no se apresuraba no le daría tiempo a tomar el desayuno antes de partir hacia las vacaciones que muy probablemente terminarían por desquiciarlo.

Menudos amigos tenía.

Probablemente nunca estaría preparado mentalmente para enfrentarse de nueva cuenta a su mirada. La presencia poderosa de su padre se distinguía de entre las demás con asombrosa facilidad. Al salir del expreso, lo primero que vio antes de siquiera llegar a pensar en buscar a alguien, fue la rubia y sensual  figura de Lucius Malfoy ataviado con una de las túnicas que mejor se acoplaban a su cuerpo. Endureció su expresión conforme se acercaba, sus ojos ardiendo en deseo y su piel pálida como la muerte en un intento de no sonrojarse y bajar la mirada.

Su cuerpo casi dio un respingo cuando la delicada mano blanca se recargó en su hombro, quiso acercar su mejilla, mas no lo hizo. Se limitó a levantar la mirada hacia él, respondiendo a su mudo saludo con un tenue movimiento de cabeza. Nadie más entendería sus movimientos. Con la plena certeza de que más de una mirada los seguía, Draco siguió a su padre hasta el lugar correspondiente.

-¿Y Madre?-pregunto una vez lejos de la gente

-Ha salido de viaje a principios de la semana pasada, no volverá hasta dentro de dos semanas más

Aunque escueta y fría su respuesta, la calidez que le brindó su mirada casi sin sospecharlo, lo hizo temblar de anticipación, ella por lo general evitaba lo más que podía las reuniones sociales si él estaba en casa. Cosa extraña que de repente saliera justamente cuando él tenía todo un mes por delante para estar en casa.

-Seguramente han sido compromisos muy importantes-respondió desviando la mirada

Por fortuna la falsedad en sus palabras pasó desapercibida para él. Ambos se sumergieron en un cómodo mutismo a partir de ese momento. No había necesidad de palabras si su madre no estaba. La forma en que lograban entenderse con miradas y señas lo hacía sentir especial.

-Has estado demasiado callado

-Disculpe padre, he estado pensando

-Me pregunto que será lo que te tiene tan distraído

-No es nada, con su permiso me retiro a mi habitación

La verdad sobre los magos sangre pura es que realmente nunca  hay suficientes reglas y preceptos que cumplir, incluso desde antes de que Draco fuera lo suficiente mayor para atraer las miradas de las mujeres y los hombres, Lucius Malfoy sabía que de no manejar las cosas con sumo cuidado la tan preciada virginidad de su único heredero se vería perdida de la forma más patética posible.

Casi 8 años después de que a su mente llegara aquel revelador pensamiento, todavía se preguntaba como es que a sus 16 años había logrado que su hermoso hijo se mantuviera casto y puro, tenía que reconocer su mérito, mas no por eso dejaba de sorprenderse, casi nunca sabía lo que había en aquella cabeza rubia.

-Y se parece tanto a Cissy cuando hace eso-murmuró para sí mismo

La bata de seda negra se deslizó por sus brazos acariciando su piel, tenía el tiempo suficiente para relajarse con el aroma que a él tanto le encantaba en lo que la cena comenzaba, una vez adentro se permitió cerrar los ojos. Acarició su piel con suavidad, el exquisito jabón pasó por sus brazos mientras su cabeza reposaba en la tina. Si otra hubiera sido la ocasión tal vez podría fantasear con la idea de las burbujas y el jabón liquido, mas no en esa ocasión. Mientras enjabonaba su cabello y dejaba sus pensamientos vagar hasta los confines del infinito, un ruido le recordó que la puerta seguía abierta en lo que él se duchaba.

-Draco

La profundidad de los ojos tan similares a los suyos hizo que un escalofrió lo recorriera de pies a cabeza, su padre estaba parado justamente en la entrada del baño, gracias a que las puertas eran semitransparentes, pudo notar en su rostro que el vapor no dejaba nada a la imaginación, agradeciendo el detalle de que la vista era posible solo desde adentro es que pudo observar su alta figura. Imponente como siempre aguardaba el momento en que emitiera un sonido para acercarse.

-Dime

La etiqueta le importó un comino, si soltaba más de 3 frases su voz temblaría como estaba seguro su cuerpo lo hacía. Se enjuagó el cabello con un movimiento de su varita y jaló la espuma hacia su cuerpo ya que se encontraba desnudo, su padre lo sorprendió con el pecho fuera del agua y el rostro tapado por una toalla mojada.

Se quitó la toalla de la cara y ante la sorpresa de verlo sin la elegante túnica gris que traía al entrar solo pudo quedársele viendo fijamente, su largo cabello le caía sobre la cara y sus mejillas estaban rojas. Solo pudo morderse el labio en un intento de no alargar la mano y quitarle el cabello de la cara. Su padre no se movía, mantenía los brazos recargados en las piernas y los ojos ocultos por el cabello rubio platinado, Draco Malfoy nunca se había sentido tan tentado antes.

-¿Sucede algo?

-No es nada-susurró

-Solo cenaremos hoy nosotros dos-reconoció al tiempo en que se ponía de pie-¿Me pasas la toalla?

Disimuladamente su padre lo recorrió entero antes de dársela, sus ojos brillaron y dio media vuelta para tomar la diminuta bata que usaría para salir del baño, al notarlo puso todo su empeño en hacer cada movimiento lento e impregnarlo de sensualidad, Lucius Malfoy tragó saliva lo menos evidente que pudo y le dio la bata rozando con la punta de los dedos su mano.

-Todavía hay tiempo, pedí a los elfos que prepararan un platillo francés

-Oh, eso es grandioso

Estaba seguro de que lo que estaba sintiendo en ese momento estaba penado en más de 4 culturas, sentirse tentado por su propio hijo, por aquellas gotas traviesas que resbalaban por su largo cabello, por aquellas largas piernas y por el pecho delicado que aquella reveladora bata no llegaba a tapar por completo. Sin quitarle los ojos de encima lo vio gatear en la cama hasta sentarse justo en el medio y voltear a verlo de manera inocente. Antes de pensar en serio la posibilidad de salir corriendo abrió el bote de crema.

-¿Hoy no saldrás?-preguntó distraído

-No, no creo

-Me parece muy bien

Ni siquiera se dio cuenta del momento en que se puso los bóxers, cuando lo notó ya estaba parado delante de él sin nada mas que el cabello mojado y los bóxers negros y ceñidos revelando más de lo que le hubiera gustado. Sintió un cosquilleo recorrer su espina dorsal y cerró los ojos por un momento. Aquella figura estilizada que tanto se parecía a la suya parecía llamarlo con cada movimiento que hacía, con sus ojos plateados hipnotizantes y su belleza andrógina.

-¿Te sientes bien padre?

-Si

-¿Puedes ponerme crema en la espalda?

Al entrar en contacto con su pálida piel el calor de la habitación pareció aumentar considerablemente, ya no estaba únicamente intentando controlar su respiración si no también los casi irresistibles impulsos que lo hacían querer probar la suavidad de su piel con sus labios. Draco estaba usando casi todas sus tácticas para que él cayera, después de haber descubierto la mirada lujuriosa en su siempre fría mirada había decidido dejar a un lado su conciencia. Su padre no salía sin haber cumplido sus deseos.

-Padre.... He estado pensando ¿Un Malfoy también es un buen amante?

-Por supuesto-murmuró sin ocultar su sorpresa

-Lo suponía, los Malfoy's tenemos que ser buenos en todo

-Es cierto-reconoció

-Entonces un Malfoy también tiene que ser un experto en la cama

-¿Perdona?

-Padre, sabe que yo... no he estado con nadie-recibió un asentimiento como respuesta-Ser Sangre Pura trae demasiadas exigencias

-Es de conocimiento común que al iniciar sexualmente a un mago, parte de la magia de esa persona queda impregnada en la propia. En los sangre pura no es distinto, si quieres tener herederos fuertes y poderosos debes asegurarte que todo el potencial mágico esté en los genes

-Y realmente hay pocas familias que sean tan antiguas como la nuestra

-¿Qué planeas Draco?

-¿Podrías enseñarme?-Después de titubear preguntó directamente con un nudo en la garganta

-¡¿Cómo?!

-¿Quién mejor que tú, Padre? Todo lo que se es gracias a ti, quiero que tú me enseñes a disfrutar el placer de estar en brazos de otro hombre

-Draco yo...-Derrotado se dejó caer en la cama-Tu madre y yo contábamos con que encontraras a una buena persona de familia respetable que te iniciase en... eso

-¿Dejarías que alguien más me tocara?-susurró sentándose a horcadas suyo-¿Qué alguien más me acariciara? La sangre es importante

Toda la calidez de su inocencia le llegó de golpe, al tiempo en que su mente intentaba hallar una salida sus caderas se movieron inconscientemente, llevaba demasiado tiempo anhelando hacerlo, desde la primera vez que descubrió a su hijo masturbándose en su habitación supo que no descansaría hasta ver saciados sus más bajos instintos, no descansaría hasta que la virginidad de su hijo le perteneciera. Se puso un plazo de 3 meses para alcanzar su objetivo mas los remordimientos y la incertidumbre retrasaron sus planes. No podía hacerlo con su propio hijo. Hoy las cosas eran distintas.

-No, por supuesto que no-el susurro de su voz hizo que los cimientos de Draco vibraran

-Enséñame-murmuró contra sus labios

Lo siguiente que Draco supo es que la boca de Lucius realmente sabía lo que hacía, sus labios se vieron capturados al instante por un intenso beso que lo dejó sin aliento, sus manos se enredaron en los hilos de plata que por tanto quiso acariciar y su espalda se vio repentinamente en el colchón de su cama. Solo pudo soltar un gritito de sorpresa cuando unos labios levemente más duros que los suyos repartieron besos detrás de sus orejas.

-Me he preguntado... ¿Tus labios serán suaves? ¿Tu piel de verdad se siente como la seda?

-...Merlín

Sus manos acariciaron sus brazos y mientras su pecho era trabajado por aquella boca que solo arrancaba suspiros, alcanzó los primeros botones de su camisa, la palidez de los trabajados músculos únicamente lo hizo sonreír, el cuerpo con el que tantas veces había soñado aparecía igual que en sus más diversas fantasías. Un escandaloso y nada decoroso sonido escapó de su garganta cuando Lucius mordió sus tetillas y sus manos deslizaron por sus piernas la única prenda que portaba.

Desiguales en su tacto, las manos de su padre bajaron serpenteantes por su cuerpo mientras sus labios eran devorados, todo su cuerpo vibraba por las experimentadas caricias, sus dedos acariciaban la amplia espalda intentando desaparecer el pantalón. Nunca antes lo habían tocado de esa manera, con tanta pasión, con tanto cariño que en el momento en que su padre mandó un escalofrío a su punto de su placer solo pudo cerrar los ojos y apretar las cobijas.

-Merlín-La lentitud lo estaba matando, desesperado por más sus caderas se elevaban solas-Padre...

-Por Morgana-su ronca voz acarició su mandíbula- Eres demasiado perfecto

-Mas-pidió suavemente

Sin pensarlo demasiado, Draco desapareció la ropa restante con un movimiento de su mano, su cuerpo y su magia estaban al máximo y cuando el gran miembro de su padre acarició el suyo únicamente pudo aferrarse a su espalda, sus ojos lo vieron fijamente por algunos minutos en un vano intento de descifrar sus secretos. El cabello se mecía con cada movimiento que hacía y al tiempo en que las descargas inundaban su cuerpo el brillo que tantas veces había buscado lo obligó a morderse los labios con fuerza. Su cuerpo estaba al límite.

-Lu... Ahh Lucius...

Con gentileza su padre acaricio su entrada una y otra vez hasta dejarlo preparado, aunque sabía que bien podía hacerlo mágicamente. Los ojos grises que lo observaban fijamente mientras introducía su pene a su cuerpo, se volvieron plata líquida en cuestión de segundos. Era consciente de que gracias a que lo habían preparado no dolía tanto como debería, más al tenerlo dentro no pudo evitar tensarse por completo, sentía como si lo estuvieran partiendo en dos, sus ojos se llenaron de lágrimas y antes de que siquiera llegara a decir algo un ligero cambio de posición lo hizo ver las estrellas.

-Oh Dios-exclamó con la voz ahogada

-¿Es ahí?

Solo asintió ante la imposibilidad de formar un pensamiento coherente, la frente del mayor estaba perlada de sudor y los músculos de su espalda tensos al igual que sus brazos, Draco apartó el cabello que se había pegado en su frente y le sonrió con ternura ante el esfuerzo que estaba haciendo por no moverse demasiado todavía.

-Si supieras...-murmuró su padre acariciando su cuerpo mientras comenzaba a moverse con suavidad-Si supieras por cuanto tiempo... he deseado esto

-Y yo-respondió agitadamente-Y yo

-Draco-musitó entrecortadamente-Tu virginidad es mía

-Si, ah... padre más rápido

-Dilo-le susurró al oído

-Es tuya, solo tuya...

Despertó de golpe en su cama, con la pijama puesta y la sensación en el cuerpo del intenso orgasmo que lo llevó a rasguñar con fuerza el pecho de Lucius Malfoy, su padre no estaba en ningún lado ¿Acaso había sido un sueño? Sentía la pesadez en el cuerpo, mas no había dolor. Confundido se levantó de su cama dispuesto a darse una ducha y arreglar el pequeño problema en sus ropas de dormir. Esperaba ver a su padre en el desayuno para así poder averiguar si de verdad se había acostado con él o si en cambio sus sueños habían alcanzado otro nivel.

-¡Draco!-Al abrir la puerta del comedor, la voz inconfundible casi lo deja sordo

-¿Madre?-exclamó sorprendido-¿Qué haces aquí?

-Por Merlín Cissy, compórtate. Como sigas haciendo eso dejarás sordo a Draco

-Oh, eres demasiado rígido Lucius, finalicé mi viaje definitivamente, quiero pasar un poco de tiempo contigo antes de partir de nueva cuenta

Su sorprendido rostro se desvió a su padre mientras ella lo estrujaba en su abrazo, el ya conocido movimiento de cabeza le dijo que de verdad había sido un sueño, decepcionado y avergonzado por no saber diferenciar la realidad de la fantasía desvió la mirada antes de que notara su sonrojo. Más al hacer eso no notó la perversa sonrisa que se había formado en su cara. Su madre lo dejó ir segundos después para irse prácticamente sobre Lucius en su afán de reclamarle su comportamiento.

-Válgame ¿Qué te ha pasado Lucius?-exclamó en voz alta-¿Quién te ha rasguñado de esa manera?

Si al voltear a verlos su cuello no sufrió una torcedura fue todo un milagro, su rostro adquirió un fuerte tono rojizo mientras notaba como de la desabrochada y mal acomodada camisa de su padre, sobresalían los arañazos que él mismo le había hecho la noche anterior. Narcisa no dejaba de hablar sobre las marcas que eso dejaría y su poco interés por ocultarlas lo suficiente.

-Realmente un descuido de mi parte-Respondió deteniendo su mano sin apartar su mirada de Draco-He olvidado con que me las he hecho, debe haber sido el pequeño gato ruidoso que halle el otro día

-¿Gato?-La sorpresa en su rostro era igual a la de Draco

-Si, una historia interesante que te contaré un día de estos

-¿Pasamos a desayunar?-pregunto en el tono más impersonal que pudo para ocultar su nerviosismo

-Oh por supuesto cariño, solo déjame indicarle a los elfos a donde llevar cada cosa que traje

-¿Un gato?-exclamó sonrojado una vez que hubo salido

-Eso he dicho, un gato demasiado ruidoso

-Creí que odiabas los gatos-exclamó molesto por la comparación

-Bueno, siempre se pueden hacer excepciones-murmuró restándole importancia con un movimiento de su mano

-Excepciones ¿Eh?

"Porque un Malfoy también tiene que ser un experto en la cama"

Fin

Notas finales: En fin....

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