En wammy’s House, era otro día igual a cualquiera. Los niños corrían, risas radiantes y llenas de inocencia llenaban cada pasillo. El sol brillaba intensamente, arriba en el cielo totalmente puro. Incluso los adultos estaban de buen humor, algunos hasta jugando con los niños de los que tenían que cuidar.
Todo era perfecto, excepto por un rubio, de jeans negros y camiseta del mismo color, que incluso había dejado su chocolate para cumplir su mayor objetivo: ser primero.
En unas semanas, se acercaban los exámenes finales, y Mello, se encontraba encerrado en su habitación, preguntándose el porqué estaban tan alegres, cuando algo tan importante como un examen se acerca. Incluso Matt, jugando a sus videojuegos como siempre, lo desesperaba.
Near... perfecto, blanco, educado, odioso Near. Estarás estudiando tanto como yo, seguramente. Pero esta vez, después de todo el esfuerzo que hago, seré primero. Es lo justo, tengo que ganarte esta vez.
Suspiro, y vuelvo a empezar a leer, dejando pasar las horas, sin darme cuenta de que el día ahora es noche, y estuve todo el día sentado estudiando.
Falté el almuerzo y la merienda…es hora de la cena, pero no puedo detenerme ahora, no tengo tiempo.
Tanto como disfruto leyendo mi libro, que toquen la puerta me pone nervioso, obligándome a levantarme de mi silla y abrir la puerta para ver dos ojos cubiertos por unos goggles, en mi opinión totalmente ridículos.
-¡Hey, Mello! ¿Sigues estudiando?-
-Es obvio que sí, idiota. ¿Porqué mierda estás aquí?-
-Vine a ver como estabas. Faltaste al almuerzo y la merienda, ¿no tienes hambre?-
Eres un idiota, Matt. ¡¿Realmente crees que estoy desesperado por comer?!¡No soy como vos, que te la pasas comiendo todo el día!
-Un poco, pero no tengo tiempo, tengo que estudiar para ser primero-
-Si no comes algo puedes desmayarte-
-MATT. ¡¿Acaso eres mi maldita madre?!-
Matt parece asustarse un poco de mi volatibilidad de hoy.
-¡Si no comes, todo lo que leas será para nada, Mello! -
-…-
Lo miro fijamente.
Eres tercero, no deberías ser un sabelotodo.
-está bien, iremos a comer esa maldita comida”-
Salgo de mi habitación y me dirijo hacia el comedor.
-¡Mello, no sabes lo que me pasó mientras estudiabas! Estaba jugando al Call of duty 2, cuando me dio sed y decidí ir a buscar un vaso de agua a la cocina y vi-
¡Dios, Matt parece haber perdido la habilidad de callarse por un rato! ¡¿Dónde está ese maldito videojuego suyo?!
-…molestando a Near! ¡Y no lo molestaban de cualquier manera, parecía ser que intentaban violarlo o algo! ¿Era realmente perturbador, no crees?-
-Matt. ¡No me importa lo que le hagan a Near, no es mi problema! ¡No soy una maldita niña de secundaria!-
-bueno, la apariencia la tienes…-
Parece que hoy Matt tiene ganas de recibir un golpe.
-¡MATT! ¡QUE MI PELO SEA MÁS LINDO QUE EL TUYO, NO ME HACE UNA NIÑA!-
-Eso sonó demasiado homosexual de tu parte, Mello- Y el BASTARDO se ríe de mí en mi cara.
-¡Matt, voy a matarte!-
Empiezo a correr detrás de él.
-¡Gallina, no corras de tu destino!-
Y entra al comedor. Entro también, y lo sigo corriendo, sin fijarme por donde corro. Y en estos momentos, maldigo al destino, por hacerme tropezar y caer en puré de papas.
Escupo un poco del puré que tenía en la boca, y levanto la cara, para encontrarme con la mirada fija de Near, mientras todos ríen como idiotas.
-…-
-…Mello, tienes mi comida por toda tu cara.-
-¡¿…ACASO CREES QUE SOY IDIOTA?!-
-lo siento-
Lo miro con odio, y limpio la comida de mi cara, con mis manos.
-¡¿Feliz?!-
-tienes comida allí- Agarra una servilleta y me limpia con mucho cuidado la cara.
Creo que jamás terminaré de entenderte, Near…
Lo miro, con total sorpresa, mientras sus ojos no dejan de mirar los míos.
-sería más romántico si no estuvieras haciendo el ridículo, Mello- dice Matt, en burla.
-MATT!-
Me levanto y lo miro correr, para luego dirigirme a la salida, pretendiendo seguir estudiando.
-esto es ilógico…- Escucho a Near susurrar.
Lo miro de reojo por un instante y me voy.
Ilógico… típico de vos el pensar así.
Vuelvo a mi habitación, sin comer nada. La vergüenza y molestia de lo que acaba de pasar es mucha. Por suerte tengo unas barras de chocolate entre mis cosas…
Dos semanas más tarde, sigo sin hablarle a Matt. El muy infeliz ni siquiera se acercó a hablarme. Tal vez es más astuto de lo que creí, ni bien se acerque pienso hacerle pasar el resto del día en la enfermería.
Aburrido de mirar el techo, salgo de mi habitación, sin siquiera saber a donde voy. En el camino me miran como si fuera alguien ajeno a wammy, cosa que me desespera.
Y ahí te veo. Otra vez sentado, con la mirada inexpresiva que te caracteriza, armando otro de tus preciados rompecabezas. Esa actitud de superado… nunca levantando la vista…y cuando me miras, es con una actitud de superioridad ante el mundo. ¿Si te lastimara, me mirarías sin superioridad por una maldita vez?
Qué ganas de cortar tu piel, sentir tu sangre tibia resbalar por mis manos, ver una señal de humanidad en tu blanca persona…dejar marcas irreparables en tu piel nívea y monótona, igual que toda tu maldita existencia…
Me acerco más, con una mirada cargada en odio, los deseos de lastimarte son tan fuertes…
Pero como siempre pasa en los mejores momentos, algo interrumpe. Un par de orbes grisáceos, sin vida, me reciben con otro tan inexpresivo y familiar gesto de desinterés.
-Mello, ¿qué se te ofrece?-
Si supieras lo que realmente quiero, esa maldita cara tuya sería tan diferente… pero algo me impide dañarte, algo que no entiendo y no estoy dispuesto a entender por ahora…
-¡¿Qué te hace creer que vengo por vos?! TE CREES EL MALDITO CENTRO DEL UNIVERSO, NEAR?!-
-Mello, eso es ilógico. Y mis conclusiones se basan en que te quedaste un tiempo observándome, y soy el único presente en la habitación-
-Venía a buscar ALGO-
-Entiendo…-
Algo no me convence. ¡¿Por qué me siento culpable por gritarte?! ¡¿NUNCA sentí compasión por vos, y ahora me siento así?! Esto… tiene que ser una broma. Necesito un chocolate.
Agarro lo primero que encuentro disponible, que resulta ser un rompecabezas, y salgo de ahí.
Recorro todo el orfanato, buscando a Matt. Lo encuentro en su habitación jugando uno de esos juegos que tanto le gustan, pero el idiota se sobresalta cuando abro la puerta de un portazo.
-Matt, necesito chocolate-
-Anda a buscarlo vos, no soy tu maldito perro-
Como te encanta hacerme enojar… ¿sos masoquista, Matt?
Me acerco y lo agarro del cuello, haciéndole notar mi paciencia NULA a estas alturas.
-Olvidaste decir las palabras mágicas, Mello- Sonríe.
-O me traes chocolate o empezas a ahorrar para una consola nueva-
Me mira con algo de susto y levanta las manos.
-Bien, ya entendí, ¡voy por el chocolate!- exaltado, empieza a buscar entre sus cosas y me da una barra de chocolate.
Automáticamente mi cara cambia, y suspiro relajado, sentándome en su cama.
-¿Otra vez te cruzaste a Near?- pregunta, encendiendo un cigarrillo.
-Matt, no fumes en la habitación-
-Es mi habitación-
-No fumes mientras estoy presente, Matt- Aprieto los dientes.
-Hey mels, estás de mal humor estos días. ¿Tiene que ver con Near?- Apagando el cigarrillo.
-…-
-Voy a tomarlo como que sí-
Odio que seas así conmigo.
-Mello, ya hasta para mí es molesto. Decile lo que sentís o deja de hacer dramas sobre el tema-
-¡YO NO HAGO DRAMAS!-
-Pero te gusta Near- Sonríe de manera pícara.
-¡NO!-
-Claaaaaro-
Le tiro una almohada en la cara, y se ríe.
A mi no me gusta Near…no me puede gustar… ¡yo lo odio!
Me levanto y abro la puerta, yéndome y cerrándola nuevamente de un portazo.
Camino muy enojado, a estas horas no cruzándome con nadie más en el pasillo, por suerte. Deben estar todos cenando…
Abro la puerta de mi habitación y prendo la luz, con un ceño. Me tiro a la cama, mirando el techo mientras dejo el rompecabezas a mi lado.
Y yo voy y hablo con Matt. Nunca me ayuda hablar con él, en ves de ayudarme a despejar la mente y pensar claro, me provoca así exploto. Tengo que recordar que no es bueno pedirle ayuda. Y si no fuera por esa pequeña, blanca, inexpresiva y aburrida pelusa, no me estaría enojando tanto, ni necesitando ayuda en primer lugar. Maldito. Voy a hacerte sufrir todo el daño que yo sufrí estos últimos años. Vas a ver lo que se siente el ser segundo, el ser menospreciado, ignorado y humillado hasta el cansancio. Vas a rogarme por compasión, y yo me voy a reír en tu cara. Pero ahora que lo pienso, ¿sentirás algo? Sos como un robot. O como un rompecabezas…
Miro el rompecabezas a mi lado, exasperado. El diseño de la caja mostraba que era un rompecabezas de 500 piezas, y cada pieza tenía diferentes letras, que formaban un texto al terminarlo.
Como si fuera a armarlo. Los rompecabezas no hacen más que recordarme a ese algodón, y lo que menos necesito es recordarlo ahora.
Intento mirar al techo, pero la voluntad me gana y miro el rompecabezas de reojo.
¿Por qué no puedo dejar de pensar en vos, Near...?
Unos golpes en la puerta interrumpen mis pensamientos. No tengo ganas de ver a nadie…
-NO ESTOY-
-Mello, puedo escucharte perfectamente…-
-¡NEAR, ANDATE DE MI HABITACIÓN!-
-Técnicamente, estoy fuera de tu habitación, Mello-
-¡¿QUÉ QUERÉS?!-
- Roger me pidió que te llame para cenar, ya que el atendía una llamada muy importante y estaba preocupado de tu ausencia-
-¡No voy a cenar, andate!-
-La cena es necesaria a nuestra edad, Mello-
-¡NEAR, déjame en paz antes de que me asegure de que no necesites cenar nunca más!-
-Mello…-
Agarro lo primero que puedo y lo tiro contra la puerta. Resultó ser el rompecabezas, que se abrió y dispersó por toda la habitación.
Espero un rato a que te vallas, y cuando estoy seguro de estar solo, me acerco a juntar las piezas que tiré.
Me agacho distraído, y agarro la caja, metiendo las piezas en su lugar.
Esto es tan molesto…no me dejan en paz un solo segundo, por culpa de Near estoy de mal humor, me molesta pensar en ese idiota como lo hago ahora…
Algo me detiene. Estaba por agarrar unas piezas, situadas algo apartadas de las demás, cuando veo sus letras. N y M. Esto tiene que ser una maldita broma del destino.
Por alguna razón mi mano tiembla, y escucho mi corazón latir en mis oídos.
No… no puede gustarme Near. ¡Matt no puede tener la razón, MALDICIÓN! ¡El es tercero, y es mi amigo porque NO es mejor que yo!
Aprieto los dientes, enojado. Enojado con Matt, conmigo mismo…y en especial con Near.
¡¿Por qué tiene que atraerme su actitud de pendejo arrogante, monótono y frío?! ¡Me voy a volver totalmente loco, voy a terminar matándolo y suicidándome después, como en esas películas estúpidas de las que tanto habla Linda! ¡Y ahora pienso en esa idiota también!
Grito tu nombre, y abro la puerta de un tirón, dispuesto a correr para matarte, pero tu presencia impide que siga con mi camino, y caiga encima de ti.
-Mello…- murmuras sonrojado. Espera. ¡¿SONROJADO?!
-Near… ¿qué hacías en mi puerta todavía?-
-Esperaba a que vengas a cenar-
-¡Te dije que no iba a ir!-
-…-
Miro tus labios fijamente, dejándome hipnotizar por su color, textura…
Me pregunto si serán suaves…
Me sorprendo de mis propios pensamientos, sintiendo un leve calor en la cara, sabiendo del sonrojo de mis mejillas.
-Near…-
-¿Sí, Mello?-
-Estás sonrojado-
-…-
-…-
-Tu también- Intentando hacerme enojar, pero sin conseguirlo.
Simplemente suspiro, sintiéndome más acalorado.
-Mello…-
-¿Qué?-
-Aún estás encima de mí-
-Lo se…-
-…- me mira fijamente.
-…-
-Mello-
-¿Mm?-
-¿No piensas levantarte?-
-No-
-…-
-…-
-Mello-
-Near, cállate-
Y antes de darme cuenta, lo beso. Cómo, cuándo o por qué, siguen siendo misterios para mí, pero sin seguir pensando, me fundo en el beso al sentirte poner tus manos alrededor de mi cuello, correspondiendo.
…
-Mello-
-¿Qué, Near?-
-Aún estás encima de mí-
Suspiro, rodando los ojos. Ahora me vuelvo a preguntar, porque me atrae el que seas así. Creo que eres una adicción más que tengo que agregar a mi lista.
Sin más, me levanto, agarrando tu mano y empujándote a mi habitación.
-Mello, seguramente hay una razón lógica a que le pongas traba a la puerta, ¿te importaría explicármela?-
Me doy vuelta, con una sonrisa astuta.
-Near, cállate de una vez-