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Vida peligrosa por ShindouKaro

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Notas del fanfic:

El unico personaje inventado es el hermano de Shuichi, se llama Shindou Taoro tiene 18 años y su fisico es parecido al de Tatsuha pero con ojos azul zafiro.

Notas del capitulo: Que tal les va chicas!! haha me tome la molestia de hacer este One Shott por qee se me ocurrio mientras segun yo estudiaba pero bueno espero qe les gustee : )

-Si, aun lo recuerdo como si... como si hubiera sido ayer y fue hace 5 años.

-Y, Digame señor Shindou, ¿Qué es lo que ronda en su mente que no lo deja en paz?

-No lo se... Siempre que vengo con usted es la misma historia, algun trauma que tengo que no puedo superar...

-Si, claro. Bueno, comenzemos con la terapia, cuenteme desde aquel día en los suburbios...

-Claro que si, yo apenas tenía 15 años cuando...

 

 

_-_-_-_-_-_-_-_-_-_--Vida Peligrosa--_-_-_-_-_-_-_-_-_

 

 

-Anda, Taoro, apurate o Aizawa nos va a alcanzar!!- Un joven pelirrosa de figura delgada y de estatura baja se encontraba corriendo por los suburbios de Nueva York y detras de el iba su hermano mayor, Taoro.

 

-Shuichi, date la vuelta. En ese edificio es mas seguro.

 

 

Ambos dieron vuelta y subieron los escalones de un antiguo edificio de apartamentos. Ya desde hace 4 años estaba abandonado, se rumoraba que en el mas alto de los pisos, habían matado a alguien pues todo el suelo estaba lleno de sangre y una botella de licor. Los hermanos Shindou jadeaban por aire al saber que ya habían perdido a aquel bandido llamado Aizawa, era el ladrón mas peligroso de aquellos alrededores asi que cuando alguien se metía con el, no se salvaba. Y ellos por poco y no se salvan.

 

 

Shuichi cayó rendido sobre sus rodillas mientras que Taoro estaba recargado en la pared. Cansados, esperaron una hora para poder salir y estar a salvo. El moreno asomó la cabeza por una pequeña ventana de su lado izquierdo, solo habían 2 mujeres platicando y subiendose a un auto. No había señales de Aizawa.

 

 

-Vamonos a la casa, Shu. Algo me dice que es demasiado peligroso estar aqui dentro.- Sonó un ruido, como si alguien estubiera subiendo aquellos escalones de metal rechinantes y oxidados.

 

-Shh, Taoro. Alguien viene. Ven escondamonos dentro de ese cuarto.- Abrieron la puerta del supuesto cuarto donde vivía un prestigioso profesor particular pero le gustaba la vida sencilla, se rumoraba que era alcoholico. Al entrar, la habitación se encontraba con el tapiz rasgado y un sillón con algunos resortes de fuera. Shuichi tomó la mano de su hermano y se escondieron detrás del sillón.

 

 

Los pasos cada vez se oían mas y mas cerca y ambos hermanos sudaban frio por el nerviosismo. Se detuvieron por un segundo, la perilla giraba y lentamente se oía que alguien caminaba hacía la ventana que estaba de lado derecho del sillón donde se encontraban escondidos los Shindou. Tragaron saliva y a Taoro se le había hecho un nudo en la garganta. El unico pensamiento que pasaba por su mente era que nunca debió arriesgar la vida de Shuichi trabajando para Aizawa.

 

 

Los pasos cesaron, y una voz quebrada y melancolica, con un tono grave y algo ronco se oía que susurraba unas palabras.

 

 

-Yuki... tu no debiste morir. El que debió morir fui yo.- Un alivio se sintió en ambos y lentamente se asomaban a ver al hombre que había entrado sigilosamente. No lo alcazaban a ver de frente, pues el sillon estaba de cierto angulo que solo le permitian verle el perfil. Era perfecto. Su nariz, sus ojos, su cabello y su figura.

 

-Taoro, ¿quién es el?- Shuichi preguntó con una serie de señales que ellos habían inventado para comunicarse en momentos asi.

 

-No lo se, pero habla de una muerte. No vayas a salir.

 

 

Se oía como prendían un encendedor y los pasos para acercarse en la pared y sentarse. Un suspiro y seguido de sollozos se alcanzaban a oir. En la mirada de Shuichi había melancolía, algo le decía que ese chico no era muy felíz y que alguien muy querido a el fue asesinado tratando de salvarlo. Mas pasos se oían, y otra voz masculina.

 

 

-Con que aqui estabas, Eiri. Escuchame bien, tu no tuviste la culpa por la muerte de Kitazawa, el quiso abusar de ti, tu solo te defendiste.

 

-¿Tohma? ¿Que haces aqui? ¿Como me encontraste?

 

-Era muy obvio, tu cara y tu mirada tienen un aire de melancolía, no eres el mismo niño pequeño que solía amarme y admirarme.

 

-No seas prepotente. Yo nunca te ame.

 

-Eiri... Mirate, eres un desastre. Persigues tu pasado inclusive cuando tratas de mostrarte como una persona fria y te pones de una manera de que ya haz olvidado todo. Mika y yo...

 

-No me importa, Tohma.

 

-Eiri, hazme caso. Deja de venir.

 

-Callate. Yo debí morir no el.

 

-Escuchame bien, eres mi cuñado y como si fueras mi hermano pequeño. Te voy a proteger a como de lugar. Te amo.

 

-No digas estupideces Tohma.

 

-No son estupideces. Ven. Abrazame.

 

-Alejate de mi. No me toques.

 

-Bien. Pero con la condición de que regreses conmigo a Japón.

 

-Ya te lo dije. Aqui haré mi carrera de escritor. Odio Japón, ni parezco japonés. ¿Sabes que complicaciones he tenido que pasar por mi aspecto?!! Todos decían que yo era una persona diferente, nadie me trataba como a Tatsuha. Mis ojos, mi cabello, mi estatura no son de un oriental.

 

-Eiri...

 

-¡¡Deja de decir mi nombre, carajo!!

 

 

Se oyeron pasos mas fuertes como si alguien se hubiese echado a correr.  Un suspiro y los pasos de la otra persona gritando "Eiri". Taoro estaba relajado de saber que no era su enemigo, si no unos japoneses, pero a diferencia de Shuichi. El estaba consternado, su corazón latía a mil por hora, su respiración era jadeante y sus ojos llenos de lágrimas, sentían lastima por aquel joven que se hacía llamar Eiri.

 

 

-Shu! ¿Estas bien? ¿Por qué lloras?!

 

-¿Qué no los oiste?! El pobre fue abusado... y para terminarlo... creo que mató a esa persona. Parece como una infancia muy trágica.

 

-Shuichi... Anda vamonos ya.

 

-Si.- respondió secandose las lágrimas de los ojos con su antebrazo.

 

 

 

Salieron con cuidado del edificio y corrieron hacía su pequeña e humilde hogar. Entraron, al tratar de encender las luces, no se veía nada pues alguien quitó los focos.

 

 

-Taoro!!!

 

-Shuichi!! ¿Donde estas?!

 

-¡¡¡Taoro ayudame!!!

 

-¡¡Shuichi!!- Por fin logró ver como alguien arrastraba a una habitación al pobre menor.

 

 

Entró y vio a Aizawa ahi parado, tenía cubriendole la boca a Shuichi con su mano. Taoro, enojado, sacó un cuchillo y se acercó a aquel amenazante enemigo.

 

 

-No cometas ese error, Taoro. Si te acercas, mato a tu hermano. Tu decides.

 

-¿Qué es lo que quieres con el?

 

-Yo se que es tu unica familia, y por lo consecuente lo amas y cuidas demasiado.

 

-¿Y eso que?

 

-Me pagarás con su cuerpo.

 

-¡¡¿Qué?!! ¡¡Eso jamás, ¿Me escuchaste?!!

 

-Bueno entonces me vere en la penosa necesidad de matarlo.

 

-¡¡Aizawa no!! Detente!!

 

-De acuerdo, vete de aqui y dejare vivir a tu hermano. Esta belleza no puede ser desperdiciada solo contigo.

 

-Eres un depravado.

 

-Y por lo cual tengo necesidades. Dame el cuerpo de tu hermano y perdono tus deudas y esa traición.

 

-Jamás...

 

-Taoro... Por favor... Ayudame...

 

-Shuichi!! Sueltalo, sabandija!!

 

-No, ya te lo dije. Dejame tomarlo y te prometo que los dejo.

 

-No te creo.

 

-Si no lo hago. Matame. Se que siempre cargas un arma.

 

 

Taoro se encontraba en un dilema, ¿En verdad dejaría que su unico hermano y menor que el fuera abusado por la persona que mas odiaba? Aizawa tenía amenzado a ambos por una navaja, a Shuichi pues a el apuntaba aquel objeto y a Taoro por matar al pelirrosa. ¿Qué es lo que haría en ese momento?

 

 

....

 

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-Señor Shindou, podría ser que eso es lo que lo atormenta, jamás me contó esa parte de la historia.

 

-¿Ah no? Juraría que si.

 

-Talvez ya encontramos la fuente de su problema y del por que se encuentra aqui.

 

-No... el por que me encuentro aqui es por otra cosa...

 

-Pero digame, su hermano lo dejo que abusaran de usted o hizo algo para salvarlo?

 

-No podía hacer nada asi que yo...

 

-Asi que abusaron de usted.

 

-Asi es...

 

-Por favor continue.

 

 

-__-__-__-__-__-__-__-______________________

 

 

-Decide ya Taoro o me vere en la penosa necesidad de....

 

-Hazlo.

 

-¡¡Taoro!!- La mirada de aquel joven pelirrosa estaba perdida completamente. No podía creer lo que estaba escuchando. Su hermano. Su unico hermano había dejado que abusaran de el, creyendo que después lo dejaría ir sin problemas. No pudo mas y estalló en llanto, sus lágrimas eran frías como el corazón de su hermano.

 

-Asi se habla, sabia decisión. Salte. Salte y cierra la puerta. Es mas, tengo una idea mejor. Te obligaré a ver. Veras como tu hermano menor sufre.

 

-Bastardo...

 

-Lo se, y si haces algo lo mato.- Taoro sabía que Aizawa decía la verdad pues lo miraba fijamente a los ojos. Simplemente tiró el cuchillo y comenzó a mirar la cara de sufrimiento de su hermano.

 

 

Aizawa tomó del cabello a Shuichi y se lo tiró muy fuerte. Bajó sus pantalones y los del menor y comenzó a tocarse a si mismo, esto hizo que se excitara y poder penetrar al menor. Shuichi no paraba de llorar sin clemencia y pedía a gritos la ayuda de su hermano. De golpe, Aizawa lo penetró y comenzó con movimientos bruscos. Un escalofrio recorrió la espina de Taoro y se tiro sobre sus rodillas, igual que su hermano, comenzó a llorar desconsoladamente.

 

 

-¡¡Taoro ayudame!!!!! ¡¡Me duele!!! ¡¡Aaah!!!- Aizawa solo reía con malicia y seguía embistiendo como bestia salvaje al pobre Shuichi. Por fin terminó y llegó a su climax. Sacó su miembro del cuerpo del menor y lo dejo ahi tirado. Se limpió con una camisa tirada al lado de el y subió sus pantalones. Volvió a reir y caminó hacia donde Taoro estaba, el rostro del mayor estaba mirando al suelo y tenía las manos en las sienes. Temblaba, temblaba de culpa.

 

 

-Eres patético, Taoro. Permitiste que violara a tu hermano menor. Confiaste en que lo dejaría ir aun sabiendo que soy un delincuente. Eres alguien sin alma. Pero... un trato es un trato. Ahi te ves.

 

 

Salió caminando de una manera muy prepotente y presumida, pues era el mas temido de aquellas calles. Taoro no paraba de llorar al igual que su hermano, de rodillas se acercó a Shuichi y le tocó el hombro.

 

 

-¡¡No me toques!!

 

-Shuichi yo...

 

-Alejate de mi, monstruo!! ¡¡Me hiciste creer que me ibas a proteger desde que nuestros padres murieron!!

 

-No tenía alternativa, no me perdonaría verte morir.

 

-¡¡Y si puedes perdonarte que el peor delincuente haya abusado de tu hermano menor!!?

 

-No... asi que... espero que puedas encontrar a alguien que te proteja mejor. Alguien que no permita que un patán abuse de ti. Shu... te amo hermanito.

 

-Taoro pero que co...- Antes de terminar la frase, vio como su hermano había colocado un arma dentro de su boca y tiró del gatillo.- ¡¡¡¡NOOOOO!!! ¡¡¡¡TAORO!!!!!

 

 

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-Asi que ¿su hermano se suicido frente a usted?

 

-Si, eso fue algo perturbador. Vi como la cabeza de mi hermano estallaba con aquella bala.

 

-¿Y que sucedió con ese chico Eiri?

 

-El... creo que regresó a Japón, pero después de 3 años que se había ido, lo encontré.

 

-Cuenteme ¿Qué pasó? ¿También lo perdió a el?

 

-De cierta forma, si.

 

-Digame como fue.

 

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Shuichi se encontraba caminando por aquellas calles tan frias, llenas de horribles recuerdos, llenas de nostalgia. La voz de Taoro seguía en su mente, sin dejarlo descanzar. Con las manos en los bolsillos seguía caminando. El ya contaba con 18 años, se las había arreglado para vivir sin nadie. Por su cuenta solamente.

 

 

-¿Qué es lo que quieres?

 

-Dame lo que tengas, ricachón.

 

-Alejate.

 

-¿Ah si?

 

 

Shuichi se paró frente al callejón donde se oian esas voces, de pronto se veían siluetas que golpeaban a alguien con mucha fuerza. Patadas, golpes en la cara y en el torso.

 

 

-Hey, basta ya.- Shuichi gritó tratando de detener al agresor de aquella persona tirada en el suelo cubierto de nieve.

 

-¿Que es lo que quieres, Shindou?

 

-Alejense de esa persona, ¿que es lo que quieren con ella?

 

-Carga mucho dinero y el jefe pidió que lo asaltaramos.

 

-¿Ah si? Pues asalta esto!!- Diciendo eso ultimo le dio un golpe detras del cuello, haciendo caer al agresor inconsiente.- ¿Estas bien?

 

-S..si...

 

-Ven dame tu mano, te ayudare a pararte.

 

-Estoy bien.

 

-No seas modesto, te golpearon bastante fuerte, ven a la luz, dejame ver tus heridas.

 

-Dejame, estoy bien.

 

-Hmm, no lo creo. Si no, no hubiera tenido necesidad de salvarte la vida, ven.- Lo jaló hacía la luz y vio como su rostro tenía moretones y sangre saliendo de sus labios, pero lo que mas le impresionó fue que aquel joven era el chico que había visto en aquel departamento, al que la otra persona llamo Eiri.

 

 

-¿Que tanto me ves? ¿Acaso tengo algo grave? ¿O fuera de lugar?

 

-¿Eh? Ah no, disculpa ven conmigo. Te llevaré con un amigo para que te cure y luego te puedas ir.

 

 

Caminaron unas cuantas calles hasta llegar a una pequeña casa azul cielo, tocó la puerta y de ella salió un joven con cabello largo y rojo. Alto y delgado. Con bellos ojos grises.

 

 

-Shuichi, ¿qué haces aqui?

 

-Necesito que cures a este hombre.

 

-¿Mmm? Vaya Vaya pero si es Yuki Eiri.

 

-¿Mmm? ¿Lo conoces?

 

-Es un prestigioso escritor. Lo veo en las pantallas moviles.

 

-Vaya asi que eres un escritor.

 

-S..si...

 

-Pasen y sientalo en esa silla. Traere el alcohol.

 

-¿Quien era el que me golpeó? Le hablaste con mucha confianza.

 

-Era un compinche de la persona que...

 

-Listo, a ver dejame ver sus heridas. Hmm... fue Ken cierto? Son las mismas heridas que te hizo a ti el año pasado.

 

-¿Asi que tu tambien fuiste su victima?- El rubio sonrió de forma burlezca viendo directo a los ojos amatistas de Shuichi.

 

-Si, algo asi. Mi vida es dificil.

 

-Lo imagino. Ahh! Eso dolió.

 

-Disculpa. Listo.

 

-Vaya eres bueno.

 

-Si, Hiro es bastante bueno curando heridas.

 

-¿Asi que Hiro y Shindou?

 

-De hecho, Shindou es mi apellido, me llamo Shuichi.

 

-¡¿Shu-shuichi?! Crei que era una coincidencia pero creo que si eres tu.

 

-¿Mmm? ¿Yo? ¿Nos conocemos?

 

-Veras, trabajo para un sobresaliente empresario, aparte de mi carrera de novelista, y el es Shindou Yomiuri y solía decirme que había dejado a su esposa y dos hijos en su oscuro pasado en Nueva York, y una vez mencionó que los nombres de sus hijos eran Taoro y Shuichi.-La mirada de Shuichi era algo profunda y comenzó a sollozar.- Uhmm dije algo que no debía?

 

-¿No estas mintiendo?- Le preguntó Hiro con una mirada seria.

 

-No. ¿Entonces tiene un hermano llamado Taoro?

 

-Tenía... se... suicido frente a Shuichi cuando tenía 15 años.

 

-Vaya que duro. ¿Me acompañaras a ver a mi jefe?

 

-No lo se...

 

-Hmm, no tengo tiempo que perder, me voy.

 

-Bien, ire. Hiro... volvere lo prometo.

 

 

 

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-O sea que conoció a su padre por el joven Eiri?

 

-Si.

 

-Donde dice usted que en parte perdió al joven Eiri?

 

-Cuando viviamos juntos.

 

-Cuenteme.

 

-Bien, después de que el me llevo a conocer a mi padre y me reconoció, comence una vida nueva y a trabajar en esa empresa y poco a poco me fui enamorando de Eiri. Me declaré pero fue algo duro para el aceptarlo pues ninguno de los dos nos habíamos enamorado de algun hombre. Ya teníamos 2 años de relación cuando....

 

-___-___-___-___-___-___-___-____-___________

 

 

-Vaya vaya, ya tenía dos años sin verte, Shindou.

 

-¿Aizawa?!! ¿Como me encontraste?!!

 

-Preguntale a tu antes mejor amigo ahora mi aliado.

 

-Hiro... ¿Que es lo que quieres Aizawa?

 

-Se que vives con un novelista, al cual no dejaste que terminaramos el asalto. Vengo a vengarme de ti.

 

-Ni que se te ocurra acercarte Aizawa.

 

-¿Y quien me lo va a impedir? ¿Tu? Recuerda que yo te viole y tengo poder sobre ti.

 

-Eso fue hace mucho tiempo.

 

 

Aizawa caminó hacia ellos y se puso detras de Yuki amenzandolo con la misma navaja que tenía a Shuichi cuando tenía 15 años. Émbistió la navaja contra el costado derecho del rubio y corrió.

 

 

-Tu hermano no me debe nada.

 

-¡¡Pero si te pagó con mi cuerpo ademas el ya esta muerto!!

 

-Te equivocas,  Shindou. Tu verdadero hermano.... siempre estuvo de mi parte, el chico que se suicidó era solo un imitador. Te engañamos por 20 años.

 

-Aizawa!!!!

 

 

Miró al suelo, vio como Yuki se desangraba y rápido llamó a una ambulancia para que se lo llevaran. Era algo muy grave y el pelirrosa dudaba que Yuki viviría.

 

 

Llegaron y subieron a Yuki a una camilla, entró a emergencias y suró 2 horas. Después llegó un médico diciendole que ya estaba mas estable pero que estaba dormido.

 

 

-¿Puedo verlo? Es algo rápido...

 

-Bien, pero trate de no forzarlo mucho.

 

-Si no se preocupe.- Entró a la habitación y vio a Yuki atado a ciertos aparatos para su pronta recuperación. Shuichi no podía controlar sus lágrimas, una tras otra salían sin cesar. Se sentó de lado derecho de la cama y tomó la mano del rubio, la besó y le comenzó a acariciar el lacio y sedoso cabello que tenía.- Ay Yuki. No tienes idea de cuanto te amo, y es por eso que... Me voy de tu lado. Estaras mejor si jamás nos volvemos a ver. Tu haras tu vida y yo la mia. No soporto ver como te hizo casi morir mi pasado. Te amo tanto que me duele demasiado dejarte pero... es la manera mas segura de procurarme que estes bien y a salvo. Oh Yuki...a-a-adios...

 

 

Con eso ultimo dicho, plantó un delicado beso en los cálidos labios del rubio escritor y salió de la habitación, agradeció al doctor y le entregó un pequeño sobre rojo y le dijo que cuando este estable, se lo diera.

 

 

Asi transcurrió un día entero, el joven Eiri despertó y empezó a comer y a estar mas estable. Solo faltaba un día para darlo de alta cuando llego el médico.

 

-Señor Uesugi, que bueno que ya este mejor.

 

-Muchas gracias.

 

-No se preocupe, casi lo olvido, el joven que lo trajo me pidió darle este sobre cuando ya estubiera estable. Aqui tiene.

 

-¿Qué es?- Lo abrió y vio una pequeña hoja doblada con letras. Era una pequeña carta o un recadito.

 

Yuki:

Eres alguien admirable y lo mucho que

haz soportado a mi lado, por eso te escribo

para decirte que nunca mas te volvere a causar

problemas. Me voy, me voy y no vuelvo. Asi tu

viviras mas tranquilo. Yo ocacioné tu accidente

y no podría soportar que tu vida peligre

mas de lo que ahorita estaba.

 

Te amo

Shu... 

 

 

Una sola y fria lágrima corrió por el rostro de Yuki, dejandolo sin aire. nunca pensó que Shuichi fuera capaz de dejarlo, pero tenía razón. Era la unica forma de que ambos estubieran a salvo.

 

-_-_-_-____-___-__-____-__-______

 

-Lo dejo. Vaya que fuerte declaración. ¿Y no lo ha vuelto a ver?

 

-No. Nuestros caminos no se volvieron a cruzar asi que... talvez no estabamos destinados a estar juntos.

 

-Vaya, lo siento por usted.

 

-No hay problema. Bueno veo que la hora ya se acabó. La vere la proxima semana doctora.

 

-Si claro. Cuidese mucho señor Shindou.

 

-Gracias.

 

 

Tomó su abrigo y pagó la sesión. Después de eso salió a la calle y se puso su abrigo. Al sacar las llaves se le cayeron y cuando las iba a recoger, alguien mas se le adelantó. Levantó la mirada e hizo una mueca de extrañeza.

 

-¿Son suyas?

 

-S-si, gracias.

 

-No tienes idea de cuanto esperaba que nos vieramos de nuevo, Shuichi.

 

-¿Yuki?!!!

 

Notas finales:

qe tal les parecio?? : ) Espero qe les haya gusttado y me dejen sus comentarios. Si quieren mas capitulos vere la forma de ponerlos, pero avizen haha qe no soy adivinaa

 

cuidenzee

 

[Shindou-chan] ♥♥


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