>Floristería Yamanaka. 16:40<
Ino estaba muy nerviosa. Ya faltaba poco para su cita con aquel chico misterioso… No sabía que ponerse. Quería dar una buena impresión. Tenía curiosidad por saber quien era el chico.
-Dios mío… ¿Quién será? ¿Y si es algún chico feo y maleducado?... No… No puede ser… Cuando hablaba con él era muy educado… Y muy agradable… ¡Ino! ¡Debes tranquilizarte y prepararte! Ya queda muy poco tiempo…
-¡Ino!-Gritaba su madre desde el piso de abajo-¡Tienes correo! ¡Te lo dejo en la mesita de la entrada!
-¡Si mamá! ¡Ahora mismo lo cojo!
Ino bajo lo más rápido que sus piernas le permitían las escaleras. ¿Una carta para ella? Raramente recibía una, a no ser que fuera de alguno de los múltiples sorteos en los que participaba. Cogió la carta y miró de quién era. “S”. Solo decía eso. También estaba la dirección, pero no le sonaba la calle. Abrió la carta para ver que había dentro.
“Bella Primavera
regálame una rosa
que su fragancia sea única
y entre tantos amores
sea yo quien cultive esa flor
Bella Primavera
mi joven alma reclama
a esa rosa de pétalos suaves
y perfumes exóticos
pero sus espinos me lastiman
Bella Primavera
regálame una rosa
que desprecien los jardines
y que more solitaria en su lecho
Bella Primavera
regálame una rosa
que sueñe con la luna
y piense en mi todos los días
Bella Primavera
regálame una rosa
que en el azul y el rosado
se mezcle mi amor puro
Bella Primavera
regálame una rosa
que se marchito por el viento y la lluvia
pero conserva esa sublime hermosura
Bella Primavera
regálame una rosa
que sea hermosa y buena moza
sencilla fresca y pura
Bella Primavera
regálame una rosa
que envidien los claveles y margaritas
porque esa rosa será solamente mía.
Sus ojos se cristalizaron por las pequeñas lágrimas que soltó. Quién iba a pensar que un completo desconocido le fuese a escribir ese bonito poema. Una poco más abajo había algo escrito: “lleva la carta contigo siempre” con la firma de Ne Smile. Él. Se llevó una de las manos a la boca, tapándola para que su madre no escuchara los sollozos. Unos segundos después miró la hora.
-¡Las 5 menos 10! Tengo que irme ya.-se apresuró en coger una chaqueta y salir corriendo para no llegar tarde-¡Me voy!
En la mano llevaba la carta. La guardó en un bolsillo y siguió su camino.
>Residencia Uchiha. 16:50<
Sasuke abrió el sobre, con miedo a lo que pudiese decir. Sacó la carta y la leyó.
“Sasuke. Como bien sabrás, me preocupó mucho por ti y por la familia Uchiha en su totalidad. Como bien comprenderás, no estamos en unos momentos muy buenos. Por eso, he decidido que vendrás conmigo a Otogakure. Tendrás que cambiar de instituto, por supuesto. Pero no te preocupes, desde allí podrás llamar todos los días a tu hermano Itachi, que se quedará en Konoha. Espero que puedas comprender la situación actual de la familia, y que esto lo hago por tu bien.
Atte.: Orochimaru”
-“Hijo de puta… Se ha enterado de lo de Naruto… No voy a dejar que me arrastre a donde él quiera. Pero, ¿qué puedo hacer ahora?”
Muchas ideas le rondaron en la cabeza, pero en todas encontraba algún fallo. Necesitaba un plan. Lo necesita lo más rápido posible.
>17:00. Parque de Kohona<
Ino ya había llegado. Miró a todas partes, pero no había nadie que coincidiera con la descripción que le dijo: una camiseta azul y unos vaqueros negros. Ella le dijo que llevaría una camiseta verde y una bufanda blanca, ya que por las mañanas hacía mucho frío y no se quería resfriar.
Se acercó a un banco y se sentó, esperando a que su desconocido amigo llegara. ¿Cómo será? ¿Atractivo, guapo, feo…? Eso ya me da igual. Es la persona más amable del mundo.
Sus pensamientos hacen que se quede mirando a un punto fijo sin darse cuenta de que alguien, desde detrás de un matorral, la observa. Observa sus ojos, azules como el cielo; su cuerpo, perfecto como ella. Sus ojos la miran con dulzura. Le gustaría estar siempre así, pero debe hacer algo. Necesita hacer algo. Porque esa fue su promesa.
Ino sigue en sus pensamientos, hasta que ve como una rosa cae desde arriba hasta posarse en sus rodillas. Le encantan las rosas. La coge, y mira hacia arriba. No puede creerlo. Es él. Lleva la camiseta azul y los vaqueros negros. Se levanta, haciendo que ambos queden cara a cara. Sigue sin creerlo. No es capaz de gesticular ni una palabra.
-Me alegro de verte Ino.-Dijo el moreno, esbozando una leve sonrisa.-Mi nombre es Sai. Espero que te haya gustado la rosa. ¿Llevas la carta?
Ino solo es capaz de asentir la cabeza. Automáticamente, saca la carta y se la enseña.
-Esta carta te la envié porque… esto…-un notable sonrojo se hizo ver en la pálida cara del pelinegro.-yo…-no pudo terminar la frase cuando vio que Ino se le abalanzaba y le daba un abrazo.
-“Es perfecto.”-pensó Ino. Debía decirlo, ahora o nunca.-Te quiero.
Sai solo pudo hacer una cosa. Besarla. Había soñado tantas veces con esa imagen. Abrazados. Ella entre sus brazos. Su pelo, suave y fino, enredándose entre sus dedos. Por fin era suya. Ino. Su rosa. Su primavera.
>Otogakure. Casa de Orochimaru. 18:00<
-Orochimaru-sama, ya está todo listo.-Dijo Kabuto desde la puerta de la habitación.
-Muy bien Kabuto. Dentro de poco, Sasuke vendrá aquí. La familia Uzumaki nunca podrá tener ninguna relación con un Uchiha.