Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Adiós para siempre, mi amor por LudraJenova

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: NO HAY, SEAN FELICES!!!!! XDDD

Riku se encontraba nuevamente perdido a la sensación y pedía por no ser despertado si fuera un sueño. Una gota diminuta golpeó su cara, despertándolo de su apacible sueño, estaba lloviendo pero a Riku no le importó, lo único que quería era quedarse ahí con Sora para siempre. Riku abrazó fuertemente a Sora hasta que sintió que se desvanecía, fue espantado al ver que había arena en el lugar del otro chico y levantándose nuevamente observó a su alrededor buscando por él, sin encontrar nada más que arena.

La tristeza y confusión se apoderaron de él, no entendía nada y en desesperación corrió con todas sus fuerzas, tenía la esperanza de al hacer esto lograría regresar a la realidad con sus amigos, sus padres y la verdadera playa que siempre lo aburría.

Corrió a lo largo de la blanca arena, oscurecida por la tormenta que se mantenía azotándola, pero al parecer se mantenía a una distancia lejana sin mover. El joven plateado continuó su recorrido, pero por más que avanzaba, la misma vista y lugar seguían ahí. Prosiguió hasta agotar sus fuerzas y rendido otra vez cayó en la suave arena. Su cara derramaba lágrimas de desesperación, algo que jamás le habían pasado, pero ahí estaba rendido, confuso, entristecido, perdido y quizás… con miedo… aunque no supiera bien de que.

Riku pasó un largo tiempo tendido en la arena derramando diminutas lágrimas, perdiendo toda esperanza de encontrar a sus amigos y de regresar a casa. Era algo irónico para él, siempre había deseado dejar su hogar y buscar aventuras en otros mundos, pero ahora, todas esas ilusiones fueron olvidadas, tenía miedo de jamás ver a Sora y a los demás, que su inquietud por acción y peligro, dejaron de ser su deseo, no quería nada de ello si no estuviera su mejor amigo con él, para verlo. Riku meditó acerca de por qué deseaba con tanto afán al chico castaño a su lado, ‘Sora’ el joven pálido se encontraba confuso a los sentimientos que sentía cada vez que pensaba en él, no los comprendía y lo hacían sentirse confuso, esta sensación era diferente aunque le agradaba sin saber por qué, lo único que sabía es que, no era amor de amistad.

El pequeño muchacho blanco se incorporó lentamente, su vista cambió al cielo que estaba nublado, de repente la lluvia escaseó y en lugar de ella caían pequeñas bolas centellantes. La vista de esas maravillas luminosas adornaron la isla oscurecida, parecían copos de nieves pero aún más hermosos. Caían como si danzaran con el viento a un compás de música sin igual y al llegar al suelo una llamarada blanca salía con un sonido melodioso.

La tristeza de Riku menguó al ver semejante maravilla, sin darse cuenta de que bailaba al mismo tiempo que las luces lo hacían. Bailó sin parar, sus sentidos se perdieron en la armonía y el suave toque de las bolas centellantes; de repente sus manos fuero sujetadas por delicadas manos que lo incitaban a bailar con él. Riku enmudeció al ver a su querido amigo Sora junto a él, él moreno se encontraba muy feliz, disfrutaba esta música tanto como el otro chico.

Todo su cuerpo se encontraba iluminado de color amarillo lustroso, dándole un toque angelical, lo que disfrutó mucho su plateado amigo. El otro chico castaño agarró una mano de la otra juventud y su otro brazo fue a dar su cintura. Sus miradas fueron perdidas por un momento, mientras bailaban; Riku sentía que la felicidad regresaba a él y colocó su cabeza en los hombros de su amigo con lindo amor caluroso.

“Bailas hermosamente mi lindura” Sora habló tan delicadamente llamando a su otro compañero con cariñosos apodos que traían un pequeño rubor rosa a la blancas mejillas del otro chico, que simplemente oía con gran atención. “No te preocupes, siempre estaré a tu lado, jamás me apartaré de ti dulzura”

El baile siguió durante horas, pero ninguno de ellos parecía estar cansados, más bien lucían como dos enamorados que se aman profundamente y se negaban a separarse por temor a perderse mutuamente.

“Sora” fue lo único que pudo decir la criatura plateada en su regazo, como si al hablar toda la magia se perdería.

“Si lindura” Sora respondió en su atavió de amor profundo por él. Da una mirada alegre a su amigo y sonríe como siempre lo hacía. Riku no pudo decir nada más, y un gran rubor rojo subió a su mejillas al verlo con esa mirada y sonrisa que él simplemente podía hacer y que sólo él lo podía paralizar. Su corazón parecía tomar control de su cuerpo y golpeando duro en su pecho, le decía «díselo». El blanco chico dejó que su corazón lo tomara y que expresara lo que realmente sentía por su mejor amigo, esos sentimientos que ardían en un dolor insoportable, deseosos de salir y darse a saber.

“Sora” habló tan suave como podía, mientras el otro muchacho lo observaba con dicha, “Sora yo… yo…”

“No hay necesidad de hablar” contestó el claro oscuro muchacho y sin darle oportunidad cerró sus bocas en un apasionado beso.

‘Pero yo… tengo que decírtelo…’ pensó Riku, el beso ahorró mil palabras, pero este sentimiento que lo consumía, tenía que ser liberado de su pesado corazón, tenía que ser gritado, ya no podía más cargar con el, ya no podía ser negado ni escondido por más tiempo, brotaba como una planta y cada día que pasaba se fortalecía más exigiendo una salida de inmediato.

En un instante, los ojos de Riku se empezaron a cerrar aunque luchara por mantenerse despierto, su vista se empañaba y no se podía ver, pronto volvería al mar de oscuridad y desesperanza; la linda blancura plateada lucho por mantenerse, rompió el beso y antes de caer vio la imagen de su Sora enfrente de él y con una verdadera sonrisa en sus pálidos labios Riku cayó de nuevo en la oscuridad no sin antes decir:

“Yo te amo Sora”


********************************


“¿Él realmente está bien?”

“¡Claro!, él es Riku después de todo”

“¿Entonces por qué no despierta?”

“…………….”

Unas diminutas voces se oían, no las podía reconocer, pero sabía que correspondían a una mujer y un hombre.

“¡Oye, mira esta reaccionando!”

Los ojos de Riku abrieron y dos siluetas se formaron en su vista borrosa, al enfocar bien, se dio cuenta de que se trataban de sus dos mejores amigos, Sora y Kairi. Ellos sonrieron al ver al otro joven despertar e incorporarse, parecía estar bien por lo que sus nervios fueron aliviados. La jovencita de cabello rojo se abalanzó contra él en un fuerte abrazo, seguido por el de Sora, el otro muchacho más grande se sintió un poco torpe ante la situación, ya que no comprendía nada.

El muchacho plateado, observó el lugar donde estaba, era un cuarto pero no el de él. Al observarlo, lo reconoció en un instante, era el cuarto de Sora, aunque no sabía bien por qué se encontraba ahí.

“Nos preocupaste mucho”

Una voz aguda lo sacó de su observación. Kairi se mostraba ante él con una hermosa sonrisa como su usual.

“Es verdad, casi nos moríamos de un infarto Riku”

La otra voz lo llamó haciendo que su vista cambiara para verlo. Sora colocó su mano en su hombro e inmediatamente hizo que un brillante rojo apareciera en sus mejillas.

“¡Oh Dios mío!, tienes fiebre” el moreno se espantó al ver las mejillas sonrojadas de su amigo y rápidamente pone su mano en la frente del otro chico. “No, no tienes fiebre, ¿pero por qué el color rojo en tus mejillas Riku?” preguntó el pequeño castaño con inocencia plena.

La juventud blanca fue sobresaltada al oírlo, al instante volteó su cara agachándola para que su cabello pudiera cubrir lo suficiente y así no pudiera verse su turbación. La cara de la jovencita estaba perpleja a la reacción de Riku, parecía comprender más que su otro amigo lo que el chico plateado cabelludo sintió, pero no comprendía del todo.

Una puerta se oyó abrir y los tres chicos miraron para ver de quién se trata la interrupción. Al ser completamente abierta, mostraba a una Selphie, un Tidus, a un Wakka y unos adultos que se encontraban atrás. Ellos al ver a Riku sentado en la cama se alegraron, sin perder tiempo entraron casi corriendo, abrazaron a la criatura pálida, unas que daban besos y otros fuertes abrazos. Todos se encontraban ahí felices de que Riku se había despertado, todas las voces fueron mezcladas en varias conversación acerca de él, pero el pequeño chico blanco sólo puso atención a una cosa, a su Sora, que se encontraba hablando con Kairi de él al parecer, su mirada fue perdida en él, haciéndolo sonrojarse cada vez más, ‘Sora, ¿realmente fue esto un sueño?’ Riku pensó en lo anterior que le causaba un dolor profundo a su corazón por no haber sido real.


Continuará :3

 

Notas finales:

Notas viejas:

Este no es el final!, aunque parece pero no, la angustia esta por venir y más extrañezas.

Oh por supuesto mi Riku tiene que sufrir más^.^ (muahahahaha)

Cualquier cosa que quisieran decirme, critica, sugerencias, dudas o cualquier cosa que venga a su mente, serán bien recibidas =^-^=

Por favor, quiero saber su opinión, REVIEW!!!


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).