La lasciva mirada azulina de Fracia estremecía cada centímetro del herido cuerpo que yacía recostado en el frío suelo, la pequeña victima quería correr sin embargo la hoja de la espada del Frances lo retenía contra el suelo atravesando el pequeño hombro
-Tranquilízate de otra forma solo conseguirás hacerte mas daño- se coloco sobre el niño rubio, acariciando su maltratada mejilla, causando repulsión al niño el contacto del mayor
Con gran esfuerzo logro que su piernas se movieran a voluntad propinándole un golpe en su entrepierna con las rodillas, el Frances se dejo caer a un lado sobando la parte adolorida. Dos de los hombres que acompañaban al mayor lo levantaron sujetándolo por los hombros, el pequeño gimió por el dolor. A ellos no les importo solo lo sujetaron con mas fuerza por la ofensa a su País.
-Mal...di...to mocoso!!-exclamo entrecortado, el dolor aun presente en su voz, se levanto con ayuda de sus hombres – Necesitas aprender a respetarme – se acerco al niño caminando con dificultad – Te daré una lección de buenos modales – tomo la empuñadura de la espada mientras sonreía.
Los ojos del niño se agrandaron sabiendo lo que sucedería a continuación. Y así como fue previsto, la hoja de la espada se deslizo fuera del pequeño cuerpo, el infante grito, el dolor era abrumador. Senito si sangre descender por todo su cuerpo
-Retírense – le ordeno Francia a sus hombres, ellos le soltaron dejándole caer al suelo boca abajo
Los soldados salieron cerrando las grandes puertas del salón del trono dejándolos a ambos solos
-Mal…dito – logro articular el niño, si vista se nublaba por la perdida de sangre y el dolor –Te…destruiré – Francis comenzó a reír
-No estas en posición para decir eso niño – dijo mordaz, lo sujeto de una de sus muñecas arrastrándolo hasta el trono y tomando asiento con el iqueño cuerpo en su regazo
-Podría ser dulce si te comportases – le susurro al oído, sus manos recorrían su cuerpecito bajo las sucias y maltratadas ropas. Ya no tenia fuerzas para forcejear ni para pensar en lo asqueroso y desagradable que era el contacto del rubio
Las expertas manos descendieron por el torso del niño hasta aquella zona tan sensible, desabrocho el pantalón para así tener mas libertad de movimiento. Su miembro comenzó a reaccionar-en contra de su voluntad- a las atenciones que le brindaba el mayor
-Apuesto que nadie te a tocado como yo – le susurro, el calido aliento en su cuello no hacia mas que excitarlo – Vírgenes…son tan deliciosos, mi libido aumenta al saber que corromperé este pequeño cuerpo
-N..nooo – las lagrimas comenzaron a correr por sus mejillas. Tomando fuerzas de lo mas profundo de su ser, forcejeo con el mayor tratando de apartar la mano de Francia, sin embargo no fue suficiente el Frances lo superaba en fuerza
-Suéltame en este momento!!! – con tono seguro le exigió al rubio aun con lagrimas en el rostro – Suéltame bastardo!!
-Como lo he dicho antes, no estas en posición de exigir nada- cerró su puño en los genitales del niño quien soltó un alarido entre dolor y placer
-¿Te gusta eh? – se mofo –Lo que sigue te gustara aun mas
Bajo los pantalones del niño botándolos a un lado, abrió las pequeñas piernas , empapo dos de sus dedos con saliva dirigiéndolos a la pequeña entrada
-Dolerá un poco al principio pero después te acostumbraras- y sin mas preámbulos introdujo los dos dedos en la pequeña entrada, el pequeño rubio gimoteo ante la irrupción en su virginal entrada
-Aaahh!! Me duele!!! Sácalos, sácalos!! – golpeaba a Francia pero este ni se inmutaba solo continuaba con su exploración en aquella zona virgen
De pronto las puertas del salón se abrieron llamando la atención de Francia ç, la pequeña figura de su Jefe se acercaba hasta ellos, con paso rápido y gesto molesto ante semejante vista
-¿Qué estas haciendo? – cuestiono con el ceño fruncido
-¿No es obvio? Después de una batalla me divierto con mi presa –hundió por completo sus dedos en el pequeño que gimió ante la repentina acción
Napoleón lo miro molesto y un poco asqueado, sabia de las inclinaciones y gusto de Francis sin embargo no por ello lograba acostumbrarse
-Termina con eso, te necesito para arreglar algunos asuntos- sin decir mas se fue
El rubio frunció el ceño, acababan de arruinar su diversión, saco los dedos del interior del pequeño, el cuerpecillo se estremeció cuando fue depositado con suavidad en el trono. Como un gesto considerado lo cubrió con la chaqueta de su uniforme
Al salir le ordeno a algunos soldados que lo llevaran a una recamara y que fuera aseado y curado para cuando el regresara
Sacro Imperio Romano cerró sus ojos deseando que aquella tortura terminara.