Hoy es un día muy triste, hoy te recuerdo y te extraño más que nunca, es normal en mi vida extrañarte cada vez que veo a alguna pareja de la mano, besándose y diciéndose cuanto se aman, pero este día todo lo que vivimos se viene a mi cabeza como una avalancha de nieve enfriando mi corazón y haciéndome derramar lagrimas de escarcha al recordar que nuestro amor nunca pudo ser, y la rabia y el odio empiezan a adueñarse de mi ser, porque fue por culpa de otros que lo nuestro no tuvo un final feliz , ellos nunca nos dejaron, todo el tiempo que estuvimos juntos tuvo que ser a escondidas y con las horas contadas, jamás pudimos hacer nuestro sueño realidad...estar juntos para siempre...cierro mis ojos y comienzo a recordar.
Flashback
-Vamonos de aquí, de esta cuidad, de este país...lejos de todos los que no nos dejan ser felices mi amor...
-Sabes que no podemos hacer eso...no podemos irnos así como así.
-Pero ellos nunca aceptarán que nos amamos Bill, es nuestra única salida, o tus padres nos separaran para siempre...vamos, larguémonos para poder ser libres.
-Jamás podremos ser libres, mis padres nos buscarían por cielo, mar y tierra hasta encontrarnos, ya no puedo más Tom...te amo, pero no podemos seguir así, viéndonos a escondidas todo el tiempo y encerrándonos en este maldito café.
-Seguiremos así si no nos vamos, se que tus padres sufrirán pero es lo único que podemos hacer.
-¿Y de qué viviríamos? -preguntaste mirándome fijamente a los ojos, tú estabas a acostumbrado a vivir cómodamente, el dinero era algo que te sobraba y a mi no, y esa era la causa principal del disgusto de tus padres por nuestra relación, incluso les importaba más que el hecho de que fuéramos hombres.
Tomé tus manos y no dejé de mirarte ni un solo momento, luego te sonreí -viviríamos del amor, comeríamos dulces besos, nos bañaríamos con suaves caricias y...
-¡Esto no es un juego Tom¡, ¿no lo entiendes?, esto no es posible... ¡jamás podremos ser felices!, ¡ ya no soporto más esto, vivir con el miedo de que puedan descubrirnos y separarnos, me hace mucho daño!-gritaste en aquel café de siempre esa noche de lluvia torrencial y corriste hacia la salida, dejándome sin palabras y con el corazón latiendo a mil por hora, te dejé ir sabiendo en el fondo que me llamarías más tarde, cuando sólo en tu habitación pensaras en mi y me extrañaras. Y así sucedió, me llamaste y me dijiste que lo que habías dicho no era verdad, que simplemente no podrías vivir sin mí.
Hablamos mucho rato, tú susurrándome todo el tiempo, pues tus padres podrían oírte y yo al otro lado de la línea gritándote a todo pulmón cuanto te amaba.
Fin del flashback
Un ruido me hace abrir los ojos, es el cuidador que retira las flores secas, me mira, me sonríe levemente y me dice algo muy extraño -el amor verdadero es eterno...pronto dejarás de sufrir...muy pronto- le saludo con una seña de mi mano y le sonrío falsamente, ese hombre me da escalofríos, en fin, paso lo que me dijo por alto y vuelvo a cerrar mis ojos, para seguir recordando.
Flashback
Aun escucho tus susurros a través del teléfono diciéndome que darías cualquier cosa por estar en esos momentos junto a mí y precisamente eso te motivó para pedirme que al día siguiente te llevara a un lugar diferente, muy diferente. Al principio creía que me hablabas de la playa o de algún lugar al aire libre, pero con la lluvia incesable, lo descarté.
-¿Por qué te quedaste callado?- preguntaste sacándome de mis pensamientos.
-Pensaba a que lugar llevarte, pero con esta lluvia...
Te escuche reír- tontito, quiero que mañana sea especial...quiero que nos amemos de verdad, como lo haría cualquier pareja normal...quiero que hagamos el amor -tu voz sonó quebrada y sensual a la vez, los bellitos de mi cuerpo se erizaron y tragué saliva con dificultad, nuestro amor hasta entonces había sido "inocente", casi un año amándonos solo con besos profundos y caricias temblorosas, pocas veces placenteras, pues nuestro escondite era extrañamente un lugar público y muchas veces me planteaste el miedo que tenías de dar ese gran, ese miedo te consumía y yo muriendo de deseo te decía que nada pasaría si tu no lo quisieras...aunque por dentro ardiera por hacerte mío.
Como habíamos quedado, al día siguiente te esperé en el café, cuando te vi sentí como el corazón se me aceleraba, te veías hermoso, te veías tranquilo. Tomaste mi mano y caminamos juntos por la calle, parecías no tener miedo a que alguien nos viera, y eso me llenó de paz.
Mientras caminábamos bajo la lluvia protegidos por nuestro paraguas te detuviste y me diste un beso, un beso apasionado -llévame de aquí...quiero ser tuyo.
Tus palabras llegaron hasta el fondo de mi alma, jamás me habías hablado así, pero sonabas tan seguro de lo que querías que no pude negarme, más bien no quería negarme. Apresuramos el paso hasta que llegamos a un lindo hotel y te hice detenerte frente a el, me miraste confundido, te acercaste y susurraste a mi oído- no es este el lugar que yo quiero...quiero ir a tu casa, quiero que me hagas el amor en tu cama.
Sonreí y te cogí del brazo, creo que fui un poco brusco pero el deseo ya me estaba controlando, por suerte un taxi pasó justo en ese momento y en casi media hora ya estábamos en mi casa. Nada parecido al lugar en donde tu vivías, pero aun así estabas maravillado - este es el lugar perfecto Tomy -caminaste lentamente hacia mi mientras te quitabas la chaqueta y la dejabas caer, a los pocos segundos ya te habías apoderado de mis labios, me besabas como si esa fuera la últimas vez que pudieras hacerlo y solo me soltaste cuando necesitaste recobrar el aliento -llévame a tu cama -me pediste con la respiración entrecortada, te tomé en mis brazos e hice lo que me pediste. Una vez allí, te recosté sobre ella suavemente y comencé a besarte, profunda y apasionadamente, poco a poco y sin ningún pudor comenzamos a quitarnos la ropa, me extasiaba el hecho que fueras tan inocente y temblaras a cada contacto de nuestra piel desnuda, pude ver tus mejillas sonrojadas y comprendí que debía ir más allá, lentamente me aventuré a tus pezones, rosados y suaves, deliciosos al saborearlos, los mordisqueaba haciéndote gemir bajito y al escucharte susurrar pidiéndome más, bajé mi mano seguro de saber lo que me pedías. Posé mis manos sobre tus nalgas y las acaricié, apretándolas en ciertos momentos, volví a besarte y por fin puse un dedo en tu suave entrada y comencé a jugar con ella, oyéndote gemir tomé el valor de introducir un dedo, te volví a besar y lo hice sin más, logrando arrancarte un grito, lo saqué al instante pensando que te había hecho daño, pero me miraste con tus ojos completamente velados -sigue, no te detengas -me pediste con un hilo de voz y proseguí. Cuando te sentí listo, abrí el cajón de mi mesilla y saqué un preservativo, no quería que esa hermosa vivencia nos trajera algo que no deseábamos...todavía, pero mi asombro fue tal cuando me quitaste el sobre de la mano y lo lanzaste lejos -es mi primera vez y no quiero que un plástico me impida sentir tu piel dentro de mi piel, se que este amor es para siempre, es inmortal y estoy dispuesto a afrontar las consecuencias que esto nos pueda traer... ¿tú lo estás? -no hizo falta que te respondiera, solo te dije "te amo" y te besé con pasión desenfrenada, con el deseo a flor de piel.
Fue sentir tu estrecha piel alrededor de mi miembro cuando te penetraba y escuchar tus gemidos para volverme loco de pasión, lentamente comencé a envestirte y cuando sentí que tus gemido ya no eran de dolor, solo de placer, comencé a envestirte con más fuerza, llagando hasta el fondo arrancándote gritos envueltos de placer, luego cambiamos de posición , te subiste sobre mi y tomaste mi miembro introduciéndolo lentamente, apoyaste tus suaves manos en mi pecho y comenzaste a moverte, que sensación la que sentí a ver tu cara sonrojada y tu boca semi abierta con tus labios rojos e hinchados por los fogosos besos, hicimos el amor casi una hora y ya se acercaba el momento, sobre mi y con movimientos de vaivén comenzaste a moverte rápidamente apretando mi cintura al tiempo que yo tomaba la tuya para ayudarte y así culminar juntos, segundos después ambos estallamos en gemidos y gritos de placer al sentir el éxtasis recorrer nuestro cuerpos.
Finalmente cansado y con la respiración entrecortada te dejaste caer sobre mi -te amo Tomy...te amaré siempre, incluso después de que muera.
-No digas eso cariño, me asustas -te dije besando tu cabello.
-No seas tontito, es una forma de decir que eres todo para mi, que no habrá día que no piense en ti y recuerde este momento...te amo - depositaste un beso en mi mejilla y te acomodaste en la cama, quedándote dormido casi enseguida, mirándote dormir, poco a poco cerré también mis ojos.
Un trueno me hizo despertar asustado, froté mis ojos que tanto me costaba abrir, hasta que la luz de un relámpago me hizo abrirlos de golpe, miré le reloj de mi mesilla y vi la hora- las 22: 42... ¡las 22:42!, ¡santo cielo!... ¡Bill cariño, ya es tarde!- grité zamarreándote suavemente, abriste los ojos de a poco y me sonreíste tiernamente -¿tarde para que cielo? -preguntaste volviéndolos a cerrar.
-Para que regreses a tu casa- abriste los ojos de golpe y me miraste asustado, tu obligación era estar en casa a las 20:00 en punto de la noche o de lo contrario tus padres pondrían el grito en el cielo, a pesar de tener diecinueve años, aun querían regir sobre ti.
-Tomy llama un taxi por favor - me pediste nervioso mientras te vestías.
Hice lo que pediste y luego me vestí también para acompañarte, pero me pediste que no te acompañara, que si tenías problemas los afrontarías de una vez por todas, esta vez tus padres no te someterían.
Luego de besarte y abrazarte con fuerza, te subiste al taxi y cerré la puerta, pidiéndote que me llamaras después. Llamaste casi a las tres de la madrugada, con la voz ronca de tanto llorar y aun sollozabas, me dijiste que tu padre te había amenazado con mandarte lejos de la ciudad y que tu madre ya había llamado a unos parientes para que te aceptaran en su casa, con el miedo de no verme nunca más me pediste que hiciera mis maletas, que las tuyas ya estaban listas para irnos lejos. Unas horas más tarde antes de que saliera el sol mis maletas ya estaban hechas, quedamos en que nos juntaríamos en el café y luego nos marcharíamos los dos y estaríamos por fin juntos para siempre.
No se como le hiciste para escapar de tu casa, y con dos pesadas maletas a cuestas, pero allí estabas, esperándome fuera de aquel café que tantas veces cobijó nuestro amor y nos permitió perdurar juntos a pesar de todo.
Aun llovía a cantaros y el asfalto estaba peligrosamente resbaladizo, te hice una seña para que me esperaras allí, pero tus ansias por irnos pronto te hicieron cruzar la calle sin mediar ninguna consecuencia.
Solo vi el auto que iba directo hacia ti, tocaba la bocina y frenaba sin tener resultado resbalando e impactando horriblemente contra tu frágil cuerpo.
Me quedé de pie unos momentos, no podía reaccionar, miraba las maletas abiertas y la ropa tirada lejos por la intensidad del impacto, mientras la gente se acercaba y se aglomeraba gritando por ayuda. Solo entonces pude dar el primer paso, tenía miedo, estaba aterrorizado y más aun al llegar a tu lado y ver un charco de sangre que se extendía debajo de tu cuerpo sin saber si era porque se mezclaba con la lluvia, me acerqué a tu cuerpo inmóvil, tu carita estaba milagrosamente casi intacta, solo algunos rasguños -Billy, cariño -te llamé para que reaccionaras -¿Billy?...abre los ojos por favor...te lo suplico mi vida, no me hagas esto...no me dejes solo, no puedo, no quiero vivir sin ti...mírame Billy...- pero al moverla y ver que de tu boca brotaba sangre ya no pude más, comencé a llorar desesperadamente aferrándome a tu cuerpo, besé tus labios que aun estaban tibios y me quedé junto a ti, cuidándote hasta que la ambulancia llegó y te llevaron, pero ya era demasiado tarde, habías muerto, me habías dejado solo.
Fin del flasback
Hoy se cumplen diez años de tu muerte y aun no puedo olvidarte, te sigo amando igual que cuando estábamos juntos, igual que hace cinco años, igual que hace dos años, igual que hace unos días, igual que ayer, y te seguiré amando por siempre, hasta que muera.
Hoy estoy sereno, lloro silenciosamente sobre tu sepultura y beso tu foto -me despido por hoy mi vida, vendré a verte mañana, tal y como lo he hecho todo este tiempo, beso de nuevo tu fotografía y dejo unas azucenas blancas -te veré muy pronto mi cielo -te dije y me encaminé a la salida del cementerio, caminaba lentamente con la miraba baja, solo levantándola para despedirme del cuidador del cementerio, el mismo que veía hacia diez años, me sonrió como si estuviera feliz por mi y luego miró al cielo -"vaya la vida de cuidador le ha cobrado neuronas"- pensé burlándome de él, luego la volví a bajar sin darme cuenta de que estaba cruzando la calle con luz roja, todo lo que escuché fue el gritó despavorido de alguien, pero ya era demasiado tarde.
Creo que aun estaba conciente cuando entre todos los gritos que escuchaba una débil voz las apagó todas y se hizo cada vez más clara, un resplandor que emanaba tibieza me mantuvo cautivado, hasta que la voz por fin me habló -Tomy, te esperé por tanto tiempo.
¿Es tu voz la que escucho?...no, no puede ser, debo estar delirando... -toma mi mano -me pedías -¿cómo tomarla si no puedo verla?- pregunté a la nada, solo entonces el resplandor se desvaneció y en su lugar apareció una figura celestial, bella y pura, alada y con el cabello negro cayendo por sus hombros, eres tú...mi ángel, me sonreíste y tomaste mi mano...y yo me dejé llevar pensando que solo era un hermoso sueño, el dolor que sentía hace unos momentos había desparecido, me sentía extraño y sentí miedo al ver que flotaba en el aire, pero tú me sujetaste fuertemente de la mano, dándome valor y quitándome todos los miedos y sufrimientos de mi vida - Bill...¿es cierto todo esto?, ¿no estoy soñando?- pregunto incrédulo -si Tomy ,es cierto, y si, también estás soñando, pero de este sueño no despertarás jamás, es un sueño eterno, como lo es el mío -fue en entonces que comprendí que había muerto, que había dejado el mundo terrenal para cumplir mi sueño en la otra vida, por fin podría ser feliz...junto a Bill -esta vez nadie nos separará Billy...jamás - me sonreíste y me besaste dulcemente tomando mi cara con tus suaves manos -por fin podemos estar juntos Tomy... nada ni nadie nos podrá separar ahora, nuestro amor nunca dejó de ser fuerte y siempre nos mantuvo unidos, solo debíamos esperar...y he aquí el momento, nuestra muerte fue la misma, separada por mucho tiempo, aquí no hay razones que nos impidan amarnos libremente, no debemos escondernos de nadie -te acercas y me besas, tus labios son igual de suaves y con el mismo sabor a fresa que me hacía estremecer cada vez que te besaba en aquel café. Al final y a pesar del tiempo transcurrido compartimos el mismo destino, un destino que no tuvo oportunidad mientras estuvimos vivos, porque no nos lo permitieron, o simplemente tal vez porque no era en la tierra en donde estaba nuestro destino, si no aquí, en el cielo donde se nos han abierto las puertas de par en par y nos han dado la oportunidad de vivir nuestro amor sin ataduras...este es nuestro destino... estar juntos para toda la eternidad.
FIN