-¡Bocchan!¡Bocchan!-.Maylene entró abriendo violentamente la puerta. Ciel, sentado en su escritorio como todos los días, la miró alzando una ceja y dejando una pluma con cuidado. Suspiró, enlazó las manos y apoyó los codos en la mesa y apoyó la cabeza mirando a la sirvienta:
-¿Sí, Maylene?
-El...Bocchan...tiene visita...-decía cogiendo aire con las manos en las rodillas.
-¿No será Lizzy? Porque le dije...
-Shinigami.
-¿Cuál de todos?
-Hakushaku, ya tengo la información...¡Grell, vete a molestar a Sebastian!-gruñó esquivándole. Ciel se levantó y vio a Undertaker en el pasillo cargando con varios papeles en la mano, sujetándose el sombrero y esquivando a Grell por enésima vez, de modo que cayó escaleras abajo gritando insultos.
-Konnichiwa, Hakushaku.-saludó entrando al despacho y dejó los papeles en la mesa antes de echar a Maylene "educadamente".-Neh, Maylene-san...Yo que tú iría a vigilar a Sebas-chan.-dijo antes de empujarla al pasillo y cerrar la puerta. Se giró hacia Ciel e hizo una mueca de disgusto:
-¡Es jueves! Dijo que se pasaría el miércoles por la funeraria...
-Tuve varias reuniones de la aristocracia.-dijo apartando los documentos y cogiendo la pluma y los expedientes mientras se sentaba con gesto serio.
Undertaker rodeó el escritorio ágilmente y abrazó a Ciel apoyando la cabeza en el respaldo. Al rato, Ciel le miró de reojo:
-¿No trabajas por la tarde?
-Ya sé que en verano muere mucha gente, así que he conseguido que William se quede en la funeraria.
-Entonces, ¿quién cuida la Biblioteca?
-¿Qué Biblioteca? Hakushaku, la gente nunca entraría a robar allí.-fijó la vista en los documentos y se dedicó a seguir la pluma durante un rato, hasta que se la arrebató y se puso a escribir con una letra idéntica.
-¡Se...!
-Tarda demasiado, sólo tiene que rellenar los espacios y firmar.-dijo soltando la pluma. Antes de que le replicase, lo levantó del sillón, se sentó con Ciel en el regazo y cogió otro par de notas.
-¡Bájame!
-Deje de quejarse, no querrá que alguno de los documentos oficiales acabe con un bonito borrón de tinta, ¿verdad?-masculló con la pluma entre los dientes leyendo otro documento. Ciel miró la pluma, planteándose si pedirle a Sebastian que le consiguiese una nueva.
Los amarillentos ojos del shinigami recorrían velozmente las parrafadas, cogía la pluma y firmaba, y así durante un rato. Fue a mojar nuevamente la pluma para firmar una invitación cuando se fijó en Ciel, que miraba la pluma con algo parecido a la repulsión y miraba la pila de hojas firmadas de la mesa sin evitar asombro.
-¿Ocurre algo? Sólo falta esta hoja y luego revisaremos la información del caso.-dijo mientras la firmaba.
-Creo que al final sí le pediré a Sebastian que consiga una nueva pluma.-susurró mientras Undertaker dejaba la hoja y la pluma encima de la mesa junto al tintero.-¿Tenías que mordisquearla?
-Me ayuda a evitar el estrés, Conde.-dijo soltando una risita. El niño se levantó y se sentó en el alféizar de una de las ventanas.
-¿Quieres té o algo?-.Undertaker asintió mientras cogía uno de los documentos del caso. En un descuido, estuvo a punto de tirar el tintero abierto, pero consiguió evitar que cayese soltando un suspiro y haciendo que Ciel mirase al techo, aunque luego volvió a fijarse en la puerta, esperando a que diesen las cinco.
Sebastian entró, bandeja en mano y Grell colgando del brazo, sirvió el té y estaba a punto de irse cuando Ciel le preguntó:
-Sebastian, ¿puedes conseguir una pluma nueva? Y un tintero, de paso.
-Sí, Bocchan.-contestó servicial antes de salir tan callado como había entrado.
-Sepulturero...¿Por qué cuando vienes siempre te acompaña Grell?
-¿La versión larga o la corta?
-La corta.-respondió sentándose de nuevo en la ventana, taza en mano.
-Para que entretenga a Sebastian-.Ciel le miró sin comprender. Undertaker dejó la taza intacta en la mesa y se levantó hasta llegar a la altura de Ciel.-Qué ingenuo es a veces, Hakushaku.
Ciel hizo un gesto para quitárselo de encima y se levantó, cogió los papeles de la mesa y se puso a pasear por la sala leyéndolos y comentando en voz alta:
-Toda prueba apunta a la condesa de York...¿No era la chica de treinta años que se ha quedado viuda hace cinco meses?-.Undertaker asintió bebiendo té, y Ciel prosiguió.-Entonces, ¿has encontrado algún patrón?
-Lo mío son las defunciones, no las desapariciones. Aunque sólo han desaparecido chicas de su edad, de clase media y baja. En intervalos de una semana por cada desaparición.-añadió dejando la taza vacía en la mesa.-¿Se va a beber el té?
-No.-contestó cogiendo varios expedientes.-Todas tienen hermanos, pareja estable y son de clase baja, excepto las dos últimas, de clase media y de Londres...Esperemos que no haya defunciones.
-¡Pero si son lo más divertido de los casos!-exclamó poniéndose en pié, sonriente.-Plantéatelo así: si no hubiese defunciones, yo no tendría un negocio y no podría aportar información que, en la mitad de los casos, suele ser de vital importancia...Y por cierto, he ampliado notoriamente los informes en tan sólo dos días, pido una compensación.-dijo haciendo un mohín y ladeando la cabeza teatralmente.
-¿Compensación cómica o económica?-.Undertaker acentuó, más si era posible, su sonrisa y le miró con los ojos entornados.-Ve cómo es demasiado ingenuo...
Ciel fue a contestarle de mala manera cuando le inmovilizó las manos a la espalda y le besó, sorprendiéndole de nuevo como hacía dos días. En un acto reflejo, trató de alejarse, pero el shinigami le sujetó con la mano libre por el mentón y le soltó las muñecas inclinándose más sobre él. Ciel cerró los ojos correspondiéndole. Té y galletas...¿¡Té y galletas!? Bueno, era normal, Undertaker se pasaba todo el día tomando té y galletas...
Undertaker se separó de Ciel con una pequeña sonrisa.
-Qué raro que no ponga objeciones con la nueva tarifa...-comentó pasando una uña por los labios de Ciel y levantándose a su estatura normal.-Mírelo así, por lo menos no debe quebrarse la cabeza buscando nuevos chistes.-hizo una pausa por si el chico le soltaba lagún comentario.-Y deje de ocultar el Contrato y estar enfadado todo el rato.-añadió desatándole el parche y revolviéndole el pelo, haciendo que Ciel esbozase una mueca de disgusto y Undertaker chasquease la lengua desaprobadoramente.-Podías sonreír de vez en cuando, Ciel-chan.
-¡Eso si que no! ¿¡Ciel-chan!?
-Vale, entonces Ciel-kun o Hakushaku...O siempre puedo seguir tratándole de usted, Conde.-dijo sonriendo de nuevo y con un tono que pretendía ser indiferente. Ciel se sentó en la ventana y se apoyó en Undertaker.-Ciel solamente...
-Bien.-contestó abrazándole.-Por cierto, sobre el caso de York...Envíe...Envía un par de patrullas de Scotland Yard a la residencia de la condesa-.El niño asintió y miró por la ventana esbozando una sonrisa y reclinándose más contra el sepulturero, que le abrazó de nuevo apoyando la cabeza en el hombro de Ciel.
La sonrisa de Ciel se apagó cuando Grell, Maylene, Sebastian, Finnian y Bard entraron corriendo en tropel. Frenaron en seco y les miraron a cuadros, pero Finnian soltó una frase atropelladamente en la que sólo se entendió "Elizabeth-san", y fue cuando el resto empezaron a hablar a la vez:
-¡Elizabeth-san está en el recibidor!
-¿La echamos?
-¿Le prendemos fuego?
-¿Atrancamos la puerta?
-Y bien, ¿Bocchan, qué hacemos con la señorita Elizabeth?-preguntó Sebastian callando al resto.
Ciel volvió a sonreír, jugueteando con la trenza de Undertaker mientras éste se reclinaba de nuevo contra la pared, y haciendo un ademán restándole importancia:
-Que pase.