Bueno esta fic es sin fin de lucro Horo X Ren, yaoi, lemon, universo alterno personajes del manga Sk kzb vizinons (Ren con cabello largo y horo.. pues horo)
Así que si no eres de amplio criterio por favor no entres aquí, tampoco quiero pequeñit@s por aquí así que por favor si no eres mayor de edad no leas ya advertí así que no puedo hacer nada al respecto si algo no les agrada.
Este fic esta inspirado en unos fragmentos de Loveless del maga claro y algo que leí en periódico hace poco. Espero que los que siguen leyendo hasta aquí… les guste
¿Cuánto pagarías por mí?
Capitulo 1
Chico guapo, con excelente cuerpo y complaciente e iniciado
No importa la preferencia sexual
¿Cuánto pagarías por mí?
Llamar: 771 11 5609
Primera noche
Hacia algo frio esa noche, estaba lloviendo traía un paraguas pero no lo saqué, el verlo me ponía de mal humor, solo recordar que ella lo puso ahí diciéndome con su dulce voz va a llover no llegues tarde, si, solo el pensar en aquella mujer a la cual estaba atada me ponía de mal humor y es que, aunque yo todas los días le dirigía una sonrisa un cordial trato, en el fondo, muy en el fondo la odiaba… aunque por las noches la hacia mía y con una medida exacta de su cuerpo, una métrica exacta de los puntos que debía tocar en ella para que gimiera y el lugar exacto donde ya sabía la hacía gritar la odiaba… y porque no decirlo también me satisfacía escuchar lo bueno que era haciendo ese acto de tener sexo con ella, me gusta vanagloriarme por el hecho de saberme buen amante, buen esposo y perfecto en casi todo, casi todo por que odiaba el hecho de estar casado, de tener un hijo, y pretender tener una vida perfecta.
No odiaba a ese bebe de hecho creo que lo amo, al ser parte de mi; y no quiero que pase por lo que yo he pasado por ser parte de una familia tan prestigiosa…
Trabajar todos los días, vestirme de la mejor manera, ser perfecto… admirado por todos menos por mí mismo, era por eso que solo ver ese paraguas me ponía de mal humor…
Si, no tenía la culpa, que ahora un paraguas simbolizaba la frustración enfrascada que se depositaba en mi ser, para cualquiera le resultaría una vida perfecta, alguien que lo tenía todo y renegaba de su existencia.
Me había casado con una de las mujeres más bellas que solo corteje para subir mi ego, pero aquella, mujer la bella Jean no solo era hermosa, sino hija de una familia poderosa, tenía que ser parte de mi familia así que sin mucho pensarlo me uní a ella y debo decir que esto la hizo feliz… o al menos, como yo, pretende serlo. Si, quien no estaría feliz con esto…
Aun así sigue lloviendo y cada vez más fuerte, ¿Por qué no tomo un taxi? Simple no quiero, no quiero hablar hoy con nadie y quiero caminar por esta calle, en la cual nunca he estado, caminar en este clima lluviosa, en un suspiro ahogado de impotencia, no puedo hacer más que caminar, hasta que algo, o más bien alguien, un ser molesto se ha atrevido a chocar contra mí.
Con la mirada en piso, veía lo que parece ser comida que traía en una charola de autoservicio, un tipo alto, más que yo con cabellos azulados ropa que parecía desaliñada pues solo se veía que traía una gabardina negra… aun no he visto su rostro pero casi puedo notar su tristeza.
-demonios- es lo único que dice, sigue viendo hacia el piso mientras su cabellos cubren su rostro, es una molestia, apenas había notado que esa cosa que estaba tirada en el piso había manchado mi traje.
-ten cuidado idiota, fíjate por donde caminas – le dije molesto mientras lo mire de reojo, con un dejo de desprecio, me iba hacer a un lado ignorando el hecho pero el subió su rostro molesto, se daba cuenta como lo menospreciaba, mientras clavaba su mirada azul obscuro en mi, tenía una mirada profunda y fría, no podía hacer otra cosa más que mirarlo.
-lo lamento, no era mi intención – hablo con una voz más fría que su propia mirada, no se veía para nada bien, lo iba a dejara así pero aquel chico me miro molesto – aún así no tiene por qué ofenderme, por ser un tipo rico – luego de eso se dio la vuelta pretendía irse
-vagabundo – volvía decir cuando sentí que se había ido, pero al parecer me escucho y regresó, me tomo por el cuello de mi saco, cosa que me molesto, un perfecto idiota se había atrevido tan solo a tocarme, pero la fuerza de su agarre disminuyó, decidí no molestarme ahora por eso, pues el chico se veía mareado luego parpadeó un poco y me miro con detenimiento…
- eres un Tao… Ren Tao, hijo de En – me soltó por completo y casi podía jurar que ese rostro blanquecino se coloreaba un sonrojo, si casi todos lo que notaban quien era y de quien era hijo se alejan de mi o trataban de sacarme algún provecho y al parecer este tipo no iba a ser excepción
-¿ Algún problema con eso?- le dije, pero seguí viendo como él no estaba bien, se mvenía encima de mi… no sé por qué demonios lo estaba ayudando y lo sostenía entre mis brazos. No eras más que un tipo cualquiera.
-yo siempre… olvídalo, lo siento me voy – dijo caminado un poco pero lo detuve aun no sé como hice algo tan inconsciente.
-iba a cenar, ven conmigo- mentí, no tenía la intención de comer, no tenía la intención de estar con alguien hasta que ese tipo se cruzó en mi camino.
- pero- intentó reprocharme pero solo caminé y el solo me siguió entramos a una cafetería, se veía bien y el estaba un tanto nervioso de entrar ahí al parecer algo escondía pero no quise preguntar, ese tipo se había quedado sin comida, así que lo menos que podía hacer por un pobre vagabundo – no creo que sea buena idea que alguien como tú lo vean con alguien como yo.
-solo pide lo que quieras cenar- lo ignoré, después de todo esto no era nada para mi, solo me servía como un nuevo premio a mi ego, no era por ayudarlo a él, solo era por sentirme bien conmigo mismo, por hacer un acto de “caridad”.
-está bien- dijo aquel chico ocultándose en la carta que dan para pedir la cena, enseguida llego un mesero y lo miro, al parecer conocían a ese chico
-un Martini, para mí por favor- pedí mientras el chico se quedaba ahí sin decir nada
-¿que vas a pedir Horo-Horo? – le preguntaron, así que ese era su nombre, Horo… que feo nombre, igual no me importaba.
-lo mismo – contestó serio un tanto intimidado… según yo el chico no había comido ¿por que habría pedido lo mismo que yo?
-¿no tenías hambre?, no estoy aquí solo para emborracharte, entendiste – le dije una vez que se fue aquel mesero
-lo siento, es que este no es el mejor lugar para ti, en serio, si alguien te ve conmigo- sonrió tristemente, pero el mesero llegó pronto
-te sacaste el premio mayor horito – le volvieron a decir, pero esta vez el se levantó molesto
-el no tiene nada que ver, no lo molestes- luego me sorprendí un poco ya que alcance a ver qué debajo de la gabardina que traía un traje negro ajustado se expandía por su cuerpo.
-me voy- fue lo último que dije antes de salir de ese lugar, no entendía bien a bien que estaba pasando, pero no me quedaría averiguarlo, así que deje dinero sobre la mesa, suficiente para pagar y salí de ese lugar sin percatarme que el otro venía tras de mí.
-lo siento ellos me conocen, que te parece si esta vez vamos a un lugar que te propongo – me dijo mientras me tomo de la mano, tenía una piel suave, era extraño creí que era un vagabundo, aquel tipo de personas que tiene la piel aspeara del trabajo, pero el no, tenía la piel clara, las manos suaves. Aun así solo puse una de mis manos en mi sien, ya había dejado de llover.
-está bien- fue lo único que le dije y fui con él
entramos a lo que era un restaurante de hamburguesas y claro el pidió y yo pague, en toda mi vida nunca había entrado a un lugar así, no sentamos en una colorida banca y vimos la televisión, sin darme cuenta empecé a platicar con él y el conmigo, mientras comíamos ese dichoso Mac trió, no me di cuenta en qué momento, empecé a reír de las tonterías que me decía, de las tonterías de la televisión, en qué momento me la había pasado bien, hasta más de una vez le había dado un golpe en la cabeza por decir tonterías, era como si él y yo nos conocieras de mucho tiempo atrás, hasta que ambos terminamos de comer, ya había acabado mi labor social por ayudar a un pobre vagabundo, aun así no sabía por qué no me quería ir.
-gracias – me dijo tranquilo, mientras salimos del restaurante.
-si, no es nada- si eso era todo, ya era tiempo de regresar a mi podrida y perfecta vida y dejar atrás un recuerdo tonto y vano de aquel chico de cabellos azules que según escuche se llama Horo, quería que lo dejara ahí y no pidiera nada mas pero no fue así
- sabes, he escuchado mucho de ti, siempre te admire es como un sueño realidad salir contigo- me dijo a lo que me descoloque y no sé por qué sonreí, después de todo si quería sacarme provecho, solo esperaba saber que me pediría cambio, ¿trabajo dinero? Igual lo ayudaría… a este oportunista.
- ¿qué es lo que quieres?- le dije, pero él hizo algo que esta vez si me descolocó, el sin previo aviso me besó, tomo mi rostro, alzó mi cara y con esa suave manos acarició mi mejilla besó mis labios y yo me deje, deje que él me tocara, deje que un tipo más alto que yo con el cabello azul me besara; que con sus labios abriera los míos y se internara en mi boca probándome, deje que sus manos inquietas se internaran sin descaro dentro de mi pantalón tocándome las nalgas… me deje porque sentía bien,
¡Perfecto, lo que me faltaba en mi podrida y perfecta vida ahora era gay y de los de abajo!
La próxima noche también te estaré esperando…
Reviews??