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¿cuànto pagarias por mi? por shadow_holly

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Capitulo 10

Chico guapo, con excelente cuerpo, complaciente e iniciado

No importa la preferencia sexual

¿Cuánto pagarías por mí?

Llamar: 771 11 5609

Décima noche

Mi estomago sonó, que paradojito; tenía hambre. Y no podía mover ni un dedo. Me dolía cada pequeño milímetro de mi cuerpo, poco faltaba para decir que el cabello me dolía. No sabía que era peor, el dolor en el pecho por causa de Ren, el dolor en mi cuerpo… o que me moría de hambre. Bueno eso último no cuenta pero al menos me divierto burlándome de mí. Si no lo hago acabaría por suicidarme.

No quiero eso. Al menos no ahora que estoy bajo este techo, solo sería más problemático. Quiero llorar pero mis ojos están secos. Solo me queda obedecer. Tomar el maldito teléfono y llamar.

¿Por qué no lo he hecho? Simple, porque cuando lo haga todo empezará, me separaré de él, tal vez nunca más lo vea y llevaré por siempre el peso en mi mente y en mi cuerpo de que Ren... por mi culpa, se entregará a alguien más. Se tiene que entregar a Hao.

Suspiré hondo con el dolor de las costillas, rodé por la cama, creyendo que dolería menos, grave error.

Me encogí por el dolor, hasta que retrocedió levemente y al fin tomé el teléfono. Dio dos quizá tres tonos monótonos hasta que escuché una voz cálida, me sentí seguro. Solo con escuchar esa dulce voz. Ese niño solo lo había visto una vez pero lo conocía muy bien por Yoh.

-Hola ¿me podrías comunicar con Yoh?- le dije avergonzado, después de todo no era bueno que alguien como yo le hablara a un niño "bien" como él. Hanna Asakura era el prototipo de niño perfecto, así como Yoh y Anna… eran la familia perfecta, se amaban no había duda.

-¿De parte de quién?- preguntó curioso, pues supongo mi voz sonaba un tanto extraña, no quería que se enterara, no quería corromper a ese niño con mi sola presencia, aun así me resigne a decirle quien era, mentirle a él no era un bueno.

-de Horokeu Usui- le dije para luego escuchar un grito.

-waaa, ¿enserio? mi papá siempre me habla de ti, me dijo que eres buenísimo en el snow board y que ganaste muchos trofeos – dijo animado entonces sonreí, nunca me imagine que el supiera algo de mí, de mi pasado, de cuando yo era feliz. Escuché un gran grito "Yoh, es el tío Horo-Horo"-ya viene mi papá, espero conocerlo pronto.- luego de eso escuché la voz de Yoh- "ve a tu cuarto, es importante"

-¿Horo, estas bien?- escuche su voz totalmente preocupada, después de todo. Esta era la segunda vez en toda mi vida que le llamaba a su casa.

-No lo sé… sabes muero de hambre- le dije enseguida, no lo quería preocupar soné lo más divertido que pude, sin duda era un mentiroso.

-¿Dónde estás?- su voz se relajó, aunque supongo que él sabe que miento, es un juego tonto. Yo finjo que no tengo nada y el finge que me cree.

-¿Recuerdas los edificios de la quinta avenida?, pues en el tercero o el cuarto, no lo sé hay una maceta rara con un pino en forma de venado es el quinto piso, está abierto- volví a bromear, pero al parecer no le pareció divertido, ya no podía seguir consiente, el dolor me estaba matando así que terminaría la plática ahí mismo.

-yo la buscaré… Horo… - luego de eso colgué, llegué a la cama e intente dormir…

Soñar, me gustaría… en ella su voz dulce y su sonrisa.

Ella era del tipo alegre. La primera vez que la vi, lo debo de admitir, no me agrado. Me llamaba a cada momento en el salón de clases y gritaba ¡Horo-Horo!, odiaba que hiciera eso. Todos se burlaban de mí

Huía de ella hasta el día que un grupo de bravucones me buscó pelea, todo porque mi familia era rara. Pretextos infantiles para buscar pelea.

Me tiraron al piso de un solo empujón, yo solo los miré con ira e iba a pelear hasta que ella llegó. Se puso frente a ellos y les dijo que ellos eran más raros y para colmo, poco hombres por pelear cuatro contra uno.

Les hizo una mueca con lo que sonreí. Era valiente hasta cierto punto. Ellos no se vieron nada felices e iban tras ella también. Grito como lo que era. Una niñita. Me tomó de la mano y corrió conmigo, corrió y corrió hasta que los dejamos atrás. Nunca antes me había reído tanto al verla caer al pasto de espalda y decir "te salve".

Desde ese día salíamos juntos, íbamos juntos a los torneos de Snow board, me animaba cuando yo competía, siempre estuvo ahí. No me di cuenta hasta que punto compartí mi vida con ella pasábamos todo el tiempo juntos, tomados de la mano. Su nombre era Kurobe Tamiko, yo le decía Damuko, la niña del dique, ya que ahí nos hicimos amigos.

Después de unos años me di cuenta que estaba totalmente enamorado de ella, quería estar toda mi vida con su dulce sonrisa, le pedí que se quedara conmigo. Teníamos apenas 17 años. Mis padres y los suyos lo prohibieron, más cuando supimos que su familia iba a comprar todo el territorio y desalojarían a mi pueblo.

Yo sabía que ella no tenía la culpa, pero no podía verla. Decidí irme y llevarla conmigo. Sin preguntarle toque su ventana en su gran casa, la cual ya la tenía medida. Pues siempre iba por ella hasta ese balcón. Toque su ventana mientras sonreí lo más que pude y le dije que llevara lo más importante. Solo suspiró. Ella sabía que no era correcto, que eso no debíamos hacerlo. Aun así no me dijo que no. Se fue conmigo y ambos huimos de casa.

Fueron los días más felices de mi vida. No teníamos mucho, y solo vivíamos con el dinero de uno que otro torneo que ganaba, no nos quejábamos. Ella daba clases a niños. Vivíamos felices. Aunque sabía que ella extrañaba a su familia. La quería. La amaba. Por mi culpa murió lejos de su familia, le arrebate la vida tal vez su felicidad por querer la mía. Por querer tenerla conmigo.

En esos tiempos conocí a Yoh y su hermano, en una pequeña competencia poco antes de ella muriera. Cuando se enteraron de lo que había pasado Hao se acerco a mí. Con una sonrisa me hizo ver lo que había pasado, me dijo de mi error. Dijo que él me iba a ayudar. Si lo hizo. Se encargo de cada uno de los gastos mientras yo me la pasé encerrado en una pequeña habitación y bajo una profunda depresión. No supe lo que paso. Solo vi su tumba y me tire a llorar ahí cinco días después del entierro.

Cuando Yoh me buscó para que no creyera en Hao y que siguiera adelante ya no me importaba, no eran nada para mí esas palabras. La verdad es que, seguí el camino de Hao para castigarme. Ese era mi merecido. Esperaba que con el dolor en mi cuerpo pudiera borrar el daño en ella. Por eso cuando me dijo que tenía pagar por cada cosa que hizo por mí. Le dije que sí. Por eso cuando me dijo que tenía que acostarme con otra mujer, le dije que si, aunque después de eso llore como un niño después por haber traicionado a Damuko. Nunca lo había hecho con ella. Nuestro amor era tan puro. Lo había hecho con una desconocida. Cuando Hao me dijo que lo hiciera con un tipo, igual lo hice… cuando Hao me dijo que yo tenía que estar debajo de otro tipo, también lo hice aunque con ello rompí el ultimo pedazo de dignidad que tenía.

-Horo, te traje algo de comida- escuche un voz que me sacó de este falso espejismo. Vi su rostro y su sonrisa. Aunque el rostro de Yoh y Hao eran iguales nunca los había confundido, sus gestos los hacían completamente diferentes.

-Yoh… gracias- le sonreí y vi una caja con un almuerzo. Reí. Sin duda hecho por él. Había probado su comida unas cuantas veces y era buena, mucho. El me miraba mientras comía con un poco de dificultad. Luego cambio su rostro. Lo vi molesto.

-No te ves bien, fue Hao de nuevo… Horo deja esto ya- me dijo mientras tomo mi cara y vio las heridas que tenia- él es mi hermano, pero sabes que nunca he estado de acuerdo con él. No sé cómo deje que él te persuadirá para seguir este camino, no es tu culpa basta, no quiero verte así- me grito, sus palabras salían de sus labios con furia resignada y sobre todo preocupación.

-Ya lo deje… - entonces lo entendí ya había acabado, después de todo. No tenía de que preocuparse. Gracias a Ren ya no era de Hao y ahora llevaría un peso más en mi pecho. Entonces sentí de nuevo las lágrimas de mis ojos. Ya no tenía hambre, jeje que ironía. Ya podía llorar. El solo abrió sus brazos y me reconforto. Era la primera vez que estaba en los brazos de otro chico y solo era para sentir su amistad reconfortante- lo amo Yoh, lo quiero y él me va a dejar, el va pagar la deuda que tengo con Hao… el se vendió por mí y yo lo amo y después me va a dejar- lloré, lloré como nunca antes lo había hecho. Con desesperación. De nuevo estaba haciéndole daño a alguien que amaba, y me dolía tanto. Si no me hubiera enamorado de nuevo. Todo era mi culpa.

-Horo está bien, te prometo que todo va a estar bien… veras como lo vamos a solucionar, yo estaré contigo- me abrazo tan gentilmente hasta que me canse de llorar por sentir una culpa que me carcomía. Sus palabras, de nuevo, como hace muchos años no tenían ya ningún sentido. ¿Qué podía hacer? Rogarle a Hao, evitar que Ren fuera, decir algo… no podía; ni tampoco esperar que Ren se quedara conmigo. Tenía una familia y por mi culpa se estaba alejando de ella. Yo era de lo peor.

Mientras el tiempo pasaba yo solo sollozaba un poco más o un poco menos, no había diferencia. Yoh se encargo de cambiarme las vendas, pues algunas ya empezaban a mancharse con el líquido caliente y rojo que, me sorprende, aún salía de mi cuerpo.

Es vergonzoso que tengan que verme de forma tan deplorable, yo llorando. No como en el tiempo en el cual varias personas me admiraban y me veían deslizarme por la fría y blanca nieve. Ya no era no era ni una sombra de mi. Me avergonzaban las marcas en mi piel. Me avergonzaba de mí.

-él te ama- su voz me descolocó, lo miré a los ojos con duda, no entendía por que lo decía. No era como si a mí me importara. Sabia de alguna forma que yo era algo para Ren. Sabía que al menos disfrutó conmigo en la cama… por algo me había comprado, atracción tal vez. Y orgullo para alejarme de Hao, porque así era él.

-Anna me ha dicho cosas de él, muchos me dicen que él es de lo peor, pero creo que es una buena persona. Sé que no hace nada sin saber desde un principio que saldrá ganado, también se que nunca se rinde- lo miré interesado, no sabia por que decía eso… no sabía que Yoh supiera tanto de él- también supe que no tuvo una infancia nada fácil y a pesar de eso nunca se ha rendido, dicen por ahí que por su culpa murió la esposa de un doctor. Pero a pesar de todo nunca se ha rendido. - entonces lo miré aun más interesado, ¿por qué él sabía tanto? Además Ren, no era del tipo que matara gente.

- el no de ese tipo, es arrogante un desgraciado… pero no un asesino- le dije mientras desvié mi mirada a otro lado.

-a veces la gente culpa a las personas injustificadamente, o se culpan a sí mismos… como tu Horo, la diferencia es que él no se rinde y lo más importante, esa persona te ama.- bufé un poco no entendía que tenía que ver

-el está dando todo por ti, te das cuenta… lanzo una moneda al aire sabiendo que tal vez perdería, solo por ti. El Ren Tao que conozco no hace eso, no lo haría. No está en su naturaleza- me sonrió, entonces me sentí culpable, tenía razón el estaba perdiendo, y si Yoh tenía razón y me amaba lo mejor era separarnos. No podía hacerle más daño.

… al menos esta noche podría hablar con él.

 

 

 

este fan fic ya esta terminado en otra página,  http://www.fanfiction.net/s/5166822/1/Cuanto_pagarias_por_mi

aqui solo lo dejare  hasta el cap 11, el cap 12 EL FIANL SOLO ESTARA EN FF.NET 

ESPERO DEJEN SUS REVIEWS ALLA  GRACIAS POR SU TIEMPO


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