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¿cuànto pagarias por mi? por shadow_holly

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¿Cuánto pagarías por mí?

Capitulo 8

Chico guapo, con excelente cuerpo, complaciente e iniciado

No importa la preferencia sexual

¿Cuánto pagarías por mí?

Llamar: 771 11 5609

Octava noche

Aun ahora no me arrepiento, y me es imposible no dejar de sonreír. Creo que fui demasiado estúpido. En verdad no creí que fuera una persona tan transparente y que Hao pudiera notar, que mi taciturno carácter había cambiado últimamente. Creí que él pensaría que todo era gracias a Yoh. No tengo nada más que una estúpida sonrisa que adorna mi cara desde que salgo con Ren. Si es que, se le puede decir que salgo.

Ese tipo es único; desde que lo vi en esa portada de revista me impresiono, con apenas 15 años ya se había hecho dueño de la compañía. Recuerdo las palabras de Damuko, cuando lo vi; con su dulce voz dijo: "oye Horo-Horo, si tanto te gusta ese niño de la revista me voy a poner celosa". Solo enrojecí, en ese entonces para mí y mi mundo solo estaba ella. Aun así no pude negar que me gustó desde entonces. Si ella aun viviera se burlaría de mí.

Si ella aun viviera nada de esto estaría pasando y tal vez… la vida será más feliz para todos. Aun así yo tuve la culpa y este es el precio que debo pagar por haber hecho algo tan cruel. Ella murió por mi culpa y ahora pagaré las consecuencias, sin embargo nunca creí que el chico de la revista, Ren Tao tuviera que verse envuelto en esto.

-Horo, Mejor dile a Hao con quien sales; esta muy molesto y no te dejara de golpear…- que considerada, me sorprende en Matty, supongo que les debo de dar lastima. Para que ella diga algo como eso me debo de ver muy mal. Y bueno es considerable tomando en cuera que desde en la mañana me tienen encadenado y azotando. Hao me descubrió mandándole "ese mensaje" a Ren". Solo dijo, -"así que a esto se debe tu felicidad"- luego tomo el teléfono y me llevo al lugar favorito de Hao. Su sitio de "confesiones".

- No lo hare- le respondí a la chica Rubia mientras levanté un poco mi rostro para verla, después de todo estar con la cara en el piso no es tan desagradable. Comer tierra no esta tan mal, prefiero eso a que follen en mi trasero sin haberme preparado siquiera.

-Déjalo, ya sé como obtendré información- Hao reía… aun así pueden golpearme todo lo que quieran, quitarme la vida si quieren, a decir verdad se lo agradecería, así terminaría con este sufrimiento. Más nunca les diré quién es la persona con la que estoy. Ese sería un gran problema para él, yo jamás le haría daño.

-Primero muerto- vociferé, mientras su pie descanso sobre mi rostro, pude sentir la presión al ser literalmente pisoteado por él. Entonces escuché su risa de nuevo.

-¿Eres idiota o iluso? pero si no recuerdas tengo el número, tan fácil es marcar a ese número, si te tengo aquí es para probar que tan importante es esa persona y si vale la pena llamar- entonces entendí su juego, solo era eso; ver el sufrimiento de los demás… mi estomago se revolvió mientras sentía ganas de llorar, al fin la sonrisa que tenia desapareció y sentí miedo. Hao retaría directamente a Ren… debí haber evitado a Ren a toda costa, nunca debí acercarme a él. Por más que mis deseos, mis pensamientos y sobre todo mi corazón me llevaran a él… yo nunca debí ir a su lado.

-¡No Hao! haré lo que quieras- le grité mientras me intenté levantar del piso… ya era demasiado tarde vi como llamaba a Ren… entonces sentí como las húmedas lagrimas salían por mis ojos, lo había arruinado y no solo me había acabado a mí, sino también a la persona que mas quería, me golpearon de nuevo pero mis lamentos iban mas allá del sufrimiento físico. Era por Ren.

Después de eso no aguate más... todo obscureció. Me hubiera gustado que ese fuera el fin. Al menos mis recuerdos nunca serán borrados.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Esa cama era tan suave, tenía tanto tiempo que no estaba en un lugar tan cómodo. No pude evitar notarlo, era gracioso en lo que pensaba mientras tenía los ojos cerrados y mi respiración agitada.

Todo era tan cálido, nada se parecía a las formas en que me habían hecho esto. Nunca me imagine que Ren fuera tan dulce. Al parecer esa cara y su forma de ser tan fría esconde una persona tan cálida y amable que tiene miedo a que se den cuenta como es en realidad… y como es tan débil prefiere dañar a las personas antes de que lo dañen a él. Por eso la posición en que hacemos el amor. Después de los besos calurosos y húmedos en donde nuestros labios y lenguas peleaban por tomar el control, después de haberle quitado toda la ropa y que ambos viéramos nuestros cuerpo desnudos, de las confesiones y las caricias… de aquellos besos que contorneaban mi piel y la suya con un ligero velo de sudor, vehemencia y excitación, justo después de que descendí de su abdomen y me encontré con su hombría a punto de estallar y la recorrí con mi lengua, que vi su sonrojo y los puños apretados entendí que para él sería demasiado pronto para estar por debajo de otro hombre.

Sin más, lo seduje para que se dirigiera a mi entrada… tenía un poco de miedo, no quería que me lastimaran de nuevo, para mi sorpresa me acarició dulcemente mientras abrió mis piernas con una caricia pasando sus finos dedos por mis muslos haciendo que mi respiración diera un giro inesperado, Sus manos eran frías. Lamió mi entrada haciéndome estremecer y gemir de placer.

Nunca antes había disfrutado el proceso tanto como ahora, él se encargaba de lamerme y acariciar mientras dilataba mi entrada haciendo que el dolor que pudiera haber sentido se fuera a un camino del cual no tiene retorno. Sentí lagrimas salir de mis ojos, solo por placer. Me encontraba tendido en su cama con las piernas abiertas y los puños cerrados, y el sobre de mí abriéndose paso por aquel lugar del cual luego se hizo poseedor. Pues en cuanto el noto que mi respiración era ya completamente discontinua y aquel lugar estaba listo se introdujo en el haciendo que ambos soltáramos un gemido reprimido que adorno el ambiente de aquel cuarto donde la temperatura había subido a niveles inalcanzables.

Pude ver su expresión excitada al tiempo que lamías sus dedos de una forma cautivadora, sentí la necesidad de que me hiciera suyo, la respiración se había convertido en jadeos llenos de deseo, solo por él, por verlo, sentirlo, probarlo…

Sentí la humedad goteando de mi parte delantera que fue atendida por sus manos. A pesar de que él no había estado con otro hombre, me hacia disfrutar tanto, pues sus manos me masturbaban rítmicamente al tiempo que, su hombría penetro en mi ser, arquee mi espalda en un impulso de placer desenfrenado. El ya estaba dentro de mi… entonces sentí su mirada sobre mi rostro, en ese instante me di cuenta que todo el tiempo estuvo al tanto de mi expresión, quería saber cómo me sentía. Subió su mano y acaricio mi rostro, deslizando su dedo índice por mi mejilla quitando una lágrima que aun tenía en mi rostro. Entonces sonreí… desde entonces no podía dejar de sonreír… él se preocupaba por mí.

El vaivén era ligero y a pesar de eso las estocadas profundas y excitantes; placenteras a pesar de la velocidad tan lenta que lleva penetración tras penetración. El me cuidaba, pero tenía miedo de que él no se sintiera tanto placer como él me estaba haciendo sentir a mí, iba lento solo por mí. Poco a poco me levante aun con él sobre mi abrazándolo haciendo esa penetración más profunda, entonces lo escuche gemir aun más fuerte y me sentí feliz. Di la vuelta y poco a poco El quedo tendido en la cama y yo sobre de él guiando el ritmo, entonces me apresuré, subía y bajaba sobre su hombría a un ritmo enloquecedor, ahora quería que el disfrutara tanto como lo hacía. Y lo logré en el momento preciso; pues sentí como tocamos el punto de placer dentro de mi haciendo que mi interior se contrajera de necesidad al llegar al clímax me corrí sobre su abdomen y el dentro mi.

Me levante suavemente de él haciendo que su semilla y la mía se regara por nuestros cuerpos. Me sentía cansado y feliz, satisfecho y completamente pleno. Nunca creí volverme a sentir así. Me acomode en su cama justo a un lado de él, casi pidiéndole permiso para acercarme. Para mi sorpresa el se acomodo el mí, nos abrazamos fuertemente. Una vez más busqué sus labios dándole el más tranquilo beso. Cerré los ojos y dormí al tiempo que acariciaba sus largos cabellos entreteniéndome al sentir la sedosidad entre mis dedos.

Dormí un poco y él también hasta que noté que el encanto ya no podría durar más. El cuento de hadas se había acabado… Hao me esperaba. Ojala y nunca me hubiera ido de su casa. Aun así tengo una deuda pendiente con Hao…

O_O_O_O_O_O_O_O

Sentí que alguien me tomaba por la cintura, una vez más sentí miedo, trate de alejarme huir; pero las heridas de mi cuerpo no me dejaban moverme apenas entre abrí los ojos y pude ver una cara conocida, apenas recobraba la conciencia vi unos ojos profundos y azules, un cabello rubio y una tez tan clara que casi era blanca… Fausto.

Me levantó del suelo, escuche la voz de Hao, pero no distinguí muy bien lo que decía, luego él se acerco a mi cara y escuché como, a pesar de su susurro, dijo "no hagas nada estúpido". Luego de eso sentí sus labios sobre los míos me besaba y le correspondí. Entendí lo que sucedía…él había venido por mí. Fue entonces cuando abrí los ojos completamente y note la situación. Estábamos en la "recepción".

-¿Cuánto quieres?- fue la neutra voz de Fausto. Me di cuenta que estaba sobre de él atado de manos.

-no está a la venta, si lo quieres tendrás que pagar él cada noche, cada día o cada que quieras follar con él- me sentí indignado, aplastado por la forma en que me usaban, después de todo no era más que una simple mercancía para Hao.

- te vuelvo a preguntar, ¿cuánto quieres? Quiero exclusividad.- el cruzó los brazos y me dejó de lado. Note que estaba de mal humor, la vez que lo conocí parecía ser un persona muy amable ahora parecía ser todo lo contrarío.

-humm, de eso se trata… solo una pregunta ¿la exclusividad es para ti o para alguien más?- Hao rió y Fausto solo lo miró penetrantemente. Había dado en el clavo, hasta donde yo sabía Hao le había llamado a Ren, pero ahora él que se encontraba pagando por mi era el doctor, aquel que me había dicho que me alegara de Ren… debí de haberle hecho caso en ese instante.

-seré sincero, mi afición por los chicos va más allá de esto, si no es él buscare uno… tal vez hasta encuentre uno que sea gratis- le dijo mientras el doctor me acercó a él sentí dolor, los dos muy bien sabíamos que esto lo hacía por no perjudicar a Ren así que no dije nada. Entendí que esta persona quería mucho a Ren y por él era capaz de venir hasta aquí por mí.

-Esa no fue la pregunta… pero igual tengo dos hipótesis, o hay alguien por encima de ti… que sinceramente lo dudo, no hay muchos por encima del Doctor Fausto, o realmente eres un depravado- Hao rió de nuevo mientras examinada la situación, quería que este ambiente tenso terminara lo antes posible, sea para bien o para mal.

-piensa lo que quieras, solo vine por él y no me largare de aquí sin él.- luego de eso Fausto saco una chequera, fue entonces cuando Hao habló.

Tres millones de Euros- abrí los ojos de par en par y casi podía jurar que el doctor se sorprendió. Esa era una cantidad inalcanzable entonces intervine, eso era una abuso.

-Eso no es lo que te debo… - Le grite, pero Fausto me detuvo-

-deja de jugar, dime lo que quieres- el río sarcásticamente luego Hao sacó un cigarro y escuche atentamente lo que dijo

-sé que tienes contactos con los Tao… yo solo quiero que una entrada con Ren Tao… digamos que quiero un cita con él.- entonces enfurecí ese maldito Hao sabia que la persona con la que salía era Ren desde un principio… pero no podía hacer nada

Humm eso es imposible, yo no tengo contacto con él desde hace más de tres años. El no tiene nada que ver en esto… tiene una esposa y un hijo, jamás habría un forma en que alguien como él se relacione con alguien de tu clase. – tal vez eso era todo… Hao se acerco a mí, aun no podía defenderme pues tenía las manos atadas y el dolor en mi cuerpo era insoportable.

Enserio… ¿tú crees eso? ¿por qué no le preguntamos al Usui?- Puso una de sus manos sobre mi cabeza haciendo una falsa caricia, entonces me tomo del cabello y alzó mi rostro, Fausto enseguida lo empujó.

-te dije que no le vuelvas a poner una mano encima.- Hao se incorporó después de que lo empujaron pero no podía hacer nada más. Hao tenía esa mirada. Aquella con la que mataba gente… aquella mirada sin escrúpulo alguno. Me puse dócilmente de pié y me interpuse en el camino

-agradezco su esfuerzo, pero me quedare con Hao… yo cumpliré con lo que le debo- al fin quedo satisfecho Hao, solo era eso… no podía mantenerme el pie, Fausto no se veía nada feliz.

-¿donde quedo el amor que le tenias a esta persona horito?- fue su pregunta, antes de sentir como se acerco a mi rostro, sentí que dolía… era la primera vez que habían golpeado mi rostro.

-jamás involucraría a otras personas- cerré lo ojos al ver que me daría un golpe pero para mi supresa el golpe nunca llegó.

Al que quieres es a mí…- abrí los ojos al escuchar su voz, era él… Ren.

¡Ren! idiota- escuche como le dijo Fausto, al fin su parsimonia terminó.

Mira quien se apareció- Hao ensancho su mirada, por otro lado Ren ni siquiera se me acercó, podía ver la furia en sus ojos aun así le grité.

Ren ¡por qué!- me dirigí hacia él, fui directo a él antes de dar unos pasos y casi caer, el me tomo por la cintura evitando que cayera, aspire su aroma y sentí su calidez de nuevo. Sin embargo a él no parecía importarle el hecho de que yo estuviera en sus brazos.

¿Qué es lo quieres conmigo? pero te advierto, yo valgo mucho más que cualquiera de tus mujerzuelas, incluso más que este idiota.- ese era Ren, tenía la misma actitud que cuando estuvimos esa entrevista, tan altanero, pero me gustaba.

Humm, justo lo que esperaba de ti, Tao Ren- Hao se acerco a él, e intentó tocarlo pero él simplemente me soltó para evitar que Hao pasara sus manos cerca agarrándolo fuertemente de la muñeca.

¿cuánto te debe este imbécil?- preguntó con fuerza, antes de soltar a Hao.

No mucho, solo la cuenta de un hospital de su amada novia; que él mató, la cuenta del funeral y mantenerlo desde entonces…- sus palabras penetraron como hielo en mi ser, le dijo a Ren porque estaba a su servicio. Yo no era más un asesino que mató a una dulce niña.

Con esto es suficiente…- Ren ni se inmutó, parecía que no me importaba en lo mas mínimo mi pasado, solo pagó.

Claro, pero aun queda una deuda… y esa deuda la pagaras tú.- justó cuando pensé que todo había acabado… Hao lo quería a él.

Ja, ya te lo dije yo valgo mucho más que él, la equivalencia no está cubierta- Ren entendió lo que quería, y solo se rió.

-te daré mi silencio, jamás diré que tu, Ren Tao, Hijo de En anda revolcándose con un prostituto de tercera… jamás de acercaré a tu esposa, o a tú pequeño hijo- abrí los ojos de par en par, eso era una de las cosas que más me preocupaban… su vida, su esposa… y sobre todo su hijo que nada tenía que ver con esto. No se lo merecían y todo era mi culpa.

¿Qué es lo que logras con eso?- por otro lado Ren parecía estar negociando, no podía creer que hasta este asunto lo tomara como un vil negocio… en momentos como estos me hacía pensar que yo no era más que un negocio para él, aun así tenía la esperanza de que él me quisiera, después de todo había venido hasta aquí por mí.

Solo el placer y la dicha propia… vanagloriarme con el hecho de que folle con Ren Tao, dime cuantos pueden decir eso a parte de tu esposita y tu noviecito… además tal vez hasta te guste más como te la meto yo y te olvides del azulito- Ren solo rio mientras yo sentía como me carcomía por dentro, ese maldito Hao, quería acostarse con Ren, solo por molestarme a mí. Solo por orgullo… solo por el placer de hacer de sentir al todo poderoso Ren tao debajo de él…

Bastardo- Ren le contestó riendo, mientras solo apretaba los puños con fuerza, sentí como temblaba un poco… y le dije en silencio. Eso no lo iba permitir

Ren… - solté en un suspiro, lo miré dándole a entender que no lo hiciera, primero muerto a permitir que Ren hiciera eso.

-Dime la hora y el lugar… cumpliré con tu trato- me quede estático, ¿por qué hacia eso? Si él nunca antes había estado con otro hombre… ni siquiera yo me había atrevido a tocar a Ren de esa forma. ¡por qué!

-Perfecto, tenemos una cita- Hao se veía más que complacido mientras observé la cara de molestia de Fausto, ese hombre me miraba con un profundo odio y lo entendía, yo mismo me odiaba.

Ren se dio la vuelta y salió de aquel lugar, tomándome de la mano y jalándome de ahí; Fausto lo secundo, apenas podía caminar. Me sentía la peor escoria del mundo, lo que comenzó con un encuentro casual había terminado de la peor forma.

Su auto estaba estacionado frente del lugar, me llamó la atención que el reluciente auto tenía un golpe y el vidrio roto, había chocado, solo entonces me percate que Ren tenía una herida en parte derecha de la frente. Seguramente por mi culpa. Ren me abrió la puerta sin dirigirme la mirada, justo entonces el doctor se puso frente a mí y Ren. Alzó su mano de forma estrepitosa, cerré los ojos casi por inercia creí que me golpearía, sin embargo escuche el golpe, pero no sentí nada.

Al abrir los ojos me di cuenta que el doctor había propinado de reverenda bofetada Ren haciendo que un hilo de sangre resbalara por la comisura izquierda de sus labios

-Esto es lo que siempre temí…- fue lo que dijo el doctor, mientras Ren solo miraba hacia el piso, nunca en mi vida me imagine verlo así, no me imaginé que el doctor fuera tan importante como para que golpeara a Ren y una vez más, por mi culpa.

-Deja de lamentarte… -Ren alzó el rostro y se limpió la sangre con el dorso de la mano, siguió sin mirarme y solo sonrió de lado.

-ayúdalo quieres- luego literalmente le ordeno al rubio mientras me señalaba. Subimos al auto el doctor y yo atrás mientras el conducía. Me estaba matando el hecho de que Ren no me hubiera dirigido una solo palabra.

-Sabes bien porque fue eso ¿verdad?- le doctor miró a Ren quien por lo visto no tenia las más mínimas intenciones en ayudarme, y la verdad lo entendía… para mi estaba mejor así que me dejaran… morir.

-Solo ayúdalo, esta será la última vez que te lo pido – Ren casi le gritó, el doctor suspiró

Ren… ese tipo es peligroso- tenía razón, Hao era de lo peor, no podía, no quería que Ren y el se acostaran, eso jamás

-No, no te lo voy a permitir…- le dije consternado, el detuvo el auto, habíamos llegado a su apartamento. Abrió la puerta del auto donde yo me encontraba y después de mucho tiempo me vio directamente a los ojos, no pude interpretar su mirada, ya no se veía molesto. Acaricio mi rostro pasando sus dedos fríos por mi mejilla que aun dolía, hice una mueca de dolor, pude ver como negó con la cabeza. Luego paso sus manos por mi cabello y al fin pude ver cómo me diría algo… al fin me iba a dirigir la palabra.

-Descansa quieres- fue todo lo que dijo, pero con eso bastaba. No podía pedir nada más… busque su mano y me talle un poco cerré los ojos, el dolor, el cansancio físico y emocional me tenían al borde del colapso sin embargo al sentír sus manos por mi rostro pude seguir… de nuevo todo estaba oscuro… al menos ya estaba con él.

La próxima noche también te estaré esperando…


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