Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿cuànto pagarias por mi? por shadow_holly

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

¿Cuánto pagarías por mí? Capitulo 9 Chico guapo, con excelente cuerpo, complaciente e iniciado No importa la preferencia sexual ¿Cuánto pagarías por mí? Llamar: 771 11 5609 Novena noche Descansaba en el sofá, no podía dejar de suspirar. Fausto solo me veía molesto, después de todo eran las 4 de la madrugada y tenía que pararse temprano. Respiró hondo y luego solo se acercó a mí. Ya había pasado su coraje. Alzó mi cara sin cruzar ni una palabra conmigo, tomo antiséptico y me curó de nuevo la herida que tenía en la frente. Fruncí el ceño un poco por la molestia y el ardor punzante que se entendía en mi frente. Luego de eso recibí con su dedo incide un golpe ahí mismo. Ese era su desquite. Después de todo tiene muchas razones para estar molesto. Salí de mi casa, tomé el auto para ir directamente con el susodicho Hao; estaba cegado de furia. Si hubiera llegando así no sé qué hubiera pasado. Al menos debo agradecer a Jeanne. Ella debió de llamarle a Fausto, quien no tardó mucho para encontrarme "En la zona de tolerancia" lo vi pero no me detuve. Con su auto me orillo a detenerme pero; no lo hice, solo logre chocar contra una barda. Al fin me detuve. Tal vez perdí el conocimiento lo siguiente que recuerdo es que estaba frente a mí, me intenté levantar e ir tras el idiota de pelo azul. Fausto lo entendió. Sabía por qué estaba así, me conocía demasiado bien. Recuerdo que me dijo que no saliera, que él lo iba a arreglar, luego preguntó su nombre, y antes de salir se encargó de darme una buena dosis de sedante… para que no interviniera. Para su mala suerte, era tan precavido que me dejó una dosis tan baja que no duro lo suficiente. Apenas me pude poner en pie fui hacia aquel lugar, un poco mareado y con nauseas. Poco me importo. No podía dejar al imbécil de Horo – Horo, simplemente no podía. Cuando lo vi la furia en mi creció, por suerte estaba un bajo el efecto del sedante y no hice nada más que hablar e ir tras él. No podía moverme mucho. Aun así estaba completamente consciente de lo que hice. Genial ahora tengo una "cita" con el prostituto ese. -Ren, descasa- al fin estaba de nuevo, de buen humor el doctor. Se sentó en el sillón y tomo sus cosas. -si lo haré- le dije mientras puse mi mano en la sien, debo de admitir, me dolía bastante. Se dirigió justo a la salida y se fue, para mi sorpresa sin azotar la puerta. A ese instante no pude más que reír. ¡Era el colmo! Yo nunca me imagine caer en una situación tan paradójica como esta. Por amor a los dioses; si es que existen, yo no era el tipo de personas que sintieran compasión por otras, como para ir a salvar a un estúpido peli azul. Si quería una mujer tenía una y una muy bien dada, de eso no me quejaba, tenía un hijo, una vida, dinero. Era perfecto. ¡Por qué demonios me había tenido que revolcar con un maldito prostituto! A este punto de la vida me solo puedo reír, en definitiva nadie puede tener toda en esta puta vida. Y a mí, para colmo me toco ser bisexual. Porque si he de admitirlo. Siempre he tenido esa preferencia y al menos hasta ahora no me había incomodado. Todo sería más fácil si ese sujeto no lo hubiera conocido de una forma tan conveniente, tal vez si solo lo hubiera contratado seria una simple diversión. Pero no. Tuvimos un simple encuentro casual, en el cual quede totalmente a su merced. Estoy enamorado. Ahora solo tengo que solucionar dichoso asunto, matar a Hao, si sería buena idea. De no se por el hecho de que prometí nunca más matar a alguien. Desde aquella vez que esa chica murió prometí que nadie moriría por mi culpa. No por una imprudencia y solo por mí. Porque esto era por mí, ¡por mi orgullo!... Era el colmo, el dinero a ese hombre no le importaba realmente, era obvio, tenía todo lo necesario, el y yo teníamos mucho en común, hacíamos lo que queríamos y pasábamos por encima de quien sea para lograr nuestros objetivos. Pero igual a este punto del dichoso encuentro con el cabeza de aserrín poco importa. Entonces por ahora lo mejor que puedo hacer, es ira a su habitación a ver si sigue vivo. Mentira, solo lo quiero ver dormir y casi desnudo. Al menos el placer de ver su cuerpo debe animarme mi aplastado ego. Me lo debe después de todo. Estaba como lo suponía durmiendo, con las manos a cada lado de su cuerpo y por los quejidos que hacía, a pesar del sedante estaba pasándola bastante mal. El tiene la culpa, que clase de idiota se deja golpear, cualquier otro hubiera huido, o simplemente no me hubiera rechazado cuando le pedí que se quedara justo aquí, en esta cama. En el lugar donde yo podría tomar posesión de el cuándo y cuanto quisiera. Después de todo yo no era tan malo, le daría todo. Es una pena que rechazó mi oferta. Su rostro esta lastimado tiene una herida profunda en el pómulo derecho y el labio inferior abierto. Me compadecí, su cara nunca la había visto golpeada, y aun si no perdía el encanto. Acaricie su suave piel, me dé daba pena ajena. No era nada más que un infeliz, un cualquiera, nada a comparación de mí, pero sin duda. Él para mí valía más que cualquier cosa, tal vez solo Men le superaba. Entonces lo pensé, Men… debió de asustarse cuando salí, era un pequeño muy astuto con su apenas año y su medio, todo lo que yo era. El no se merecía tener a un padre como yo. Era tan perfecto parece que había heredado lo mejor de Jeanne y de mi. Por él y solamente por él esto no podía continuar. Cumpliría mi deuda y después de eso… Por mucho que me doliera, tenía que deshacerme del estúpido peli azul. Estas situaciones no estaban acordes con mi estilo de vida. -Ren… - susurró él, supongo que ya está un poco consiente, ya pasaron algunas horas, después de todo solo divagando en mi mente olvide el correr del tiempo. Ha amanecido. -humm- le digo casi en susurro mientras permanecí sentado en mi cama y le quité un poco de cabello de su cara. Abrió sus ojos azul profundo me miró unos segundos y en seguida desvió la mirada, tan triste como nunca antes la había visto. - - luego solo de volteó y se quejó un poco por el dolor, las palabras en estos instantes ya no valían nada, que me podía decir. - te vas a quedar aquí hasta que te recuperes, ¿tiene amigos no?… una vez me platicaste de un tal Yoh- le pronuncie mientras le di la espalda y miré hacia otro lado, no quería verlo a los ojos, después de todo ya había tomado una decisión que estaba carcomiendo por dentro, no podía verlo si lo hacía tal vez nunca me separe de él. -yo… no- escuche levemente su voz que salía, de nuevo llevando la contraria, el nunca va a aprender, nunca lo hará. Por eso siempre discutíamos, porque me lleva la contraria. Y adoro que haga eso. Nadie más se atreve. -no te estoy preguntando, vas a llamar a ese sujeto, para que cuide de ti hasta que estés mejor le daré las llaves de este lugar- le sentencie para que luego levantarme de la cama eso era todo me iba de no ser, porque me tomó del saco y me detuvo con sus pocas fuerzas - pero yo, no tienes que hacer esto… Ren... no quiero, no lo acepto. Esta vez me dijo con una voz más fuerte, no quería verlo pero imaginaba su cara, su molestia y su ira. -ya te lo dije, no te estoy preguntando tu opinión, yo ya pague por ti… eres mío y harás todo lo que pida- entonces lo hice aun lado casi quitando de su lado, no podía ser de otra manera, a este punto ya no. -pero tú no puedes, no te voy a permitir que te acuestes con Hao- él se levantó y me abrazó por la espalda… ¿por qué lo hacía?, me dolía tanto como a él, la diferencia. Yo nunca mostraba cuanto me dolía algo. El era la primera persona que yo había amado, con la única que me había acostado no solo por placer, sino por amor, por sentirlo, por querer estar a su lado. No podía mostrarme así, no quería acabar llorando a su lado explicándole que no podía estar a su lado. -eres idiota verdad, tú eres de mi propiedad, no eres más que mi perro, tú no tienes derecho a opinar- las palabras salieron de mi boca sin pensarlo demasiado, era las frases que tenia para la vida cotidiana, frías y crueles. Sentí como me soltó y de dejo caer de rodillas. -eres un maldito Ren- dijo entre dientes, tenía razón… lo era sonreí un poco y me di la vuelta, su voz quebrada era demasiado… estaba llorando. De nuevo. Solo pude ponerme de rodillas junto a él mirándolo con rabia ¡era su culpa! -si te hubieras quedado aquí esto no hubiera pasado, no te das cuenta, este dolor esta situación la causaste tu, yo jamás hubiera permitido que te hicieran daño- justo cuando termine, la frase ya estábamos uno abrazado del otro… no podía ser posible no podía alejarme de él. -Ren yo- dijo bajito al oído, pero ya no podía hacer nada. -es lo último que haré por ti- le confesé esta vez. Abrazándolo aún más. -en cuanto yo dé por hecho que estas recuperado y solo hasta entonces te quedaras, después de eso… olvídate de mi. -Ren- sus palabras ya no salieron mas su abrazo solo era limitado por las heridas que tenia y sus sollozos escondidos en mi hombro, se dio cuenta de mis palabras, hasta aquí había llegado el jueguito del amante. -iré a casa, llama a Yoh usa el teléfono de mi casa y esta tarjeta para pedir comida y lo que te haga falta- fue todo me levanté y lo dejé ahí - yo – escuche lo que dijo pero tenía razón no podía dejarlo no todavía -vendré mas tarde, no hagas nada estúpido… por favor- le dije antes de salir… por favor, esas palabras no recuerdo haberlas usado, luego de eso salí de la habitación para dirigirme a mi casa, con Men, con mi esposa. Mi familia.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).