·· Capítulo 1 ··;
Solo quedaba una semana para que las clases del instituto de Konoha finalizaran definitivamente. La gente ya comenzaba ha hacer planes para las vacaciones de verano, y eso hacía que el aula fuese más ruidosa de lo normal entre clases.
Sasuke bufó molesto, haciendo notar su enfado a la pelirrosa que tenía al lado que no paraba de hablar.
- "¿Cómo diablos acabé sentándome al lado de esta plasta?"-pensó mientras se tapaba los oídos. Y ni así la chica se dio cuenta de cuánto molestaba. Continuó hablando.
- Sakura-la llamó una voz, haciéndola callar al fin. El pelinegro suspiró aliviado al ver a la pelirrosa levantarse.
- Emm... Sasuke, después termino de contarte, ¿si?
- "No. Después me habré ido corriendo".
Pero, ah. No podían dejarlo tranquilo ni dos segundos, ya que al irse la chica, otro se sentó en su lugar.
- Ey, Sasuke, ¿qué piensas hacer estas vacaciones?-preguntó un chico de pelo castaño con dos marcas rojas a ambos lados de la cara.
- Ni lo se, ni te importa-refunfuñó mirando al frente.
- Ajá... Oye, ¿te gustan las acampadas?
- Obvio que no.
- Venga, va. Si no tienen nada de malo...
- Kiba, déjate de rodeos y ve al grano-ordenó Sasuke con voz firme.
- Realmente trataba de prepararte para la noticia... Y preguntarte antes que nadie si me prestarías tu cámara de video.
- ¿Por qué debería hacer eso?
- Es que la mía está vieja, y dudo todavía funcione...
- Te la prestaré... Si te callas y me dejas tranquilo.
- Hecho-dijo mientras se levantaba y se dirigía a un grupo de chicos para hablar con ellos.
- "Espera... ¿De qué noticia hablaba?"
Al momento, la puerta de clase se abrió para dar paso a un hombre de pelo castaño recogido en una coleta y con una cicatriz en la cara.
Todos se sentaron corriendo en sus lugares y sacaron sus libros de matemáticas.
- Chicos, antes de empezar la clase, quería comentaros una cosa, que por cierto, estoy seguro que algunos de vosotros ya sabéis-dijo mientras dejaba su libro en la mesa.
Y otra vez a hablar. Ahora no se cortan ni teniendo al profesor delante.
- Silencio, por favor. Si me dejáis, os lo explico...
- Profesor Iruka-dijo Kiba levantando la mano-. Es sobre la acampada, ¿cierto?
- Emm... Si, Kiba. Pero era yo quien quería dar la noticia...
Y por tercera vez, la gente a hablar de nuevo. Sasuke suspiró irritado, con unas ganas terribles de dar un golpe en la mesa con su estuche de hierro para que se callasen de una vez.
- No me obliguéis a ponerme serio. Silencio-dijo Iruka, consiguiendo su propósito. Se levantó de su mesa y comenzó a entregar un papel a cada alumno. Esto conllevó pequeñas charlas a un bajo volumen entre la mayoría.
-"A los jóvenes de hoy en día les cuesta tener la boca cerrada"-se quejó mentalmente Sasuke.
- Ey, Sasuke. ¿Has leído el papel?-susurró la pelirrosa.
- "¿En serio tengo que responderle?"
- No lo he mirado, porque no pienso ir.
- Ah, p-pero es obligatorio...
El pelinegro tardó un poco en reaccionar. Cogió el papel que había sobre su mesa y, lentamente, lo empezó a leer.
- "Nos complace anunciaros......acampada de fin de curso......cinco días...... obligatoria...... Un momento... ¡¿obligatoria?!"
- ¡¿Cómo que obligatoria?!-gritó Sasuke de pronto. Todos los cuchicheos pararon al instante, y en un momento tenía la mirada de cada alumno clavada en él.
- Sasuke, ¿hay algún problema?-preguntó Iruka, al ver el extraño comportamiento del mejor de sus alumnos.
- No lo entiendo. Las excursiones nunca han sido obligatorias.
- Pero esta si. Si me permites, ahora mismo iba a explicarlo- se dirigió a su mesa para que todos lo vieran y prestaran atención-. A ver chicos, mientras estéis en la acampada, haréis un trabajo escrito que tendréis que presentarme el último día de clase. Y hará media con vuestras notas.
Esta vez, solo se oyeron quejas. Sasuke había cerrado el puño fuertemente con el papel dentro mientras le rechinaban los dientes de la rabia.
- Por cierto, el autocar vendrá a recogernos mañana en las puertas del instituto. La hora aparece en el papel. Y ahora, empecemos la clase.
.·::·..·::·..·::·. .·::·. Al día siguiente .·::·..·::·. .·::·..·::·.
Sasuke se levantó más pronto de lo normal. Todavía quedaban dos horas para la salida del autocar, y las cosas las había preparado el día anterior.
Intentó disfrutar de la ducha, ya que dudaba que al lugar donde iban tuviesen agua caliente. Y lo mismo hizo con el desayuno.
- Si ahora comes tanto, te marearás en el autocar-le advirtió su madre, con la taza de café en la mano.
- Intento aprovechar al máximo esto antes de ir a ese lugar incivilizado.
- Sasuke, no es tal cosa. Lo único que allí no tendrás, será conexión a Internet, cobertura para el móvil, y electricidad en general.
- " Esa es mi definición de lugar incivilizado"
- Venga, va. Te lo pasarás muy bien.
- Mmm... Lo dudo...
- Ya verás como si.
- ¿De qué estáis hablando?-dijo una voz tras ellos.
- Itachi, hoy tu hermano se va de acampada-dijo Mikoto feliz.
- ¿De acampada?
- "Ese tono... Está tramando algo..."
El mayor pasó un brazo por los hombros de su hermano y se acercó a su oído. La madre los miraba extrañada, y más aun cuando de pronto, vio a Sasuke sonrojarse exageradamente.
- ¡Idiota! ¡No me confundas contigo!-gritó mientras lo apartaba de un manotazo.
- ¡Ja, ja, ja! Que fácil es hacerte sonrojar...- sonrió divertido y se fue a la cocina.
- Sasuke, que sea la última vez que insultas a tu hermano-lo regañó la pelinegra.
- P-pero se lo ha buscado...
- ¿A si? ¿Y que te ha dicho?
El pelinegro volvió a sonrojarse.
- No importa. Déjalo-dijo desviando la mirada.
....·•·..·•·..·•·..·•·....
Al final, y sin darse cuenta, Sasuke acabó llegando el primero, como siempre pasaba al ir a clase.
El autocar estaba aparcado, como dijo Iruka, justo delante del instituto. Lo malo es que, además de que estaba cerrado, el conductor no se encontraba dentro.
- "Maldito incompetente... ¿Dónde demonios se ha metido ahora?"
Justo en ese momento, un tipo vestido con uniforme azul salió del instituto con Iruka detrás, el cual saludó con la mano al pelinegro al reparar en él.
- "Lo lleva claro si piensa que voy ha hacer el payaso en medio de la calle".
- Hola, Sasuke. Que pronto has llegado-dijo al llegar a su altura.
- ¿Por qué está cerrado?-preguntó rudamente al conductor.
- Lo siento, chico. Hoy no me dio tiempo a desayunar y tú profesor me llevó al comedor de la escuela.
- Eso no responde a mí pregunta-dijo fríamente.
- Emm... Ya abro...
- Sasuke, es de mala educación hablar así a la gente mayor que tú-le susurró Iruka al oído.
- Tsk...-sin hacerle caso, guardó su maleta en el portaequipajes y entró en el autocar. Antes de sentarse, le pareció oír un "no tiene remedio" por parte de su profesor.
Poco a poco, la gente empezó a llegar, llenando así la mayoría de asientos del autocar. Una cabellara rosa entró y se dirigió rápidamente al asiento del pelinegro.
- Sasuke-dijo medio sonrojada-, ¿puedo sentarme contigo?
…ste lo único que hizo fue mandarle una mirada fría y rencorosa, pero la chica no se achantó, y al ver que no respondía, se sentó a su lado.
- "Fantástico. ¿Desde cuándo he dejado de dar miedo? Ha hecho lo mismo que el primer día de clase..."
Iruka se puso a pasar lista, y al ver que no faltaba nadie, dio la orden al conductor de irse ya. Después de arrancar el motor, la chica no dudó en empezar ha hablar de nuevo. Importándole o no que lo viera, Sasuke se puso los auriculares y encendió su Mp4.
Los edificios de la ciudad desaparecieron del paisaje, dando lugar a un frondoso bosque lleno de árboles, los cuales algunos no dejaban pasar el sol.
Desde que habían salido, pasó una hora y media aproximadamente; y al fin, habían llegado.
- Bajad todos sin prisas y ordenadamente-advirtió Iruka.
Ninguno, excepto Sasuke, le hizo caso. Todos empezaron a empujarse por el pasillo, intentando salir lo antes posible. El pelinegro esperó sentado hasta que el autocar se vació por completo. Al salir, cogió su maleta y se dirigió al grupo.
- Está bien, ahora cada uno montaréis vuestra cabaña. No quiero que os coloquéis lejos de esta zona. ¿Entendido?
Todos asintieron y se separaron. Tres chicos y dos chicas se acercaron a Sasuke. …ste intentó ignorarlos yéndose a un lugar alejado, pero acabó rodeado por ellos.
- "Estos idiotas no pillan la indirecta..."
- Ey, Sasuke, ¿me ayudas a montar la tienda?-pregunta Shikamaru.
- No lo hagas, Sasuke. Acabarías montándola tú solo-le advirtió Kiba.
- Que problemático eres, Kiba...
Hizo como que no los escuchaba mientras comenzaba a montar su propia cabaña.
- Emm... Sasuke, ¿me puedes ayudar a mí?-preguntó la pelirrosa mientras lo miraba fijamente.
- No. Ayúdame a mí-saltó una rubia de ojos azules.
- ¡Ino-cerda! ¡Yo se lo he pedido primero!-replico la chica.
- ¡No me importa! ¡De seguro que tiene más ganas de ayudarme a mí! Sakura-frentuda...
- ¡¿Cómo?! Creo que el aire de la montaña te hace desvariar...
- Permíteme que lo dude... Creo que eres tú, la que se ha mareado en el autocar. ¿Por qué no te vuelves a casa?
Continuaron su pequeña charla, aunque acabaron siendo ignoradas por todos.
Sasuke acabó en un momento, después, guardó todas sus cosas dentro y salió para ver qué podía hacer para matar el tiempo, ya que todavía había gente que ni siquiera había empezado.
- ¡Ey, Sasuke! ¿Ya has acabado?-preguntó Iruka al verlo sentado en el suelo apoyado en un árbol.
- "Oh, venga. ¿Acaso no lo ves?"
- Mientras tanto, podrías ayudar a los otros-sugirió.
- Paso...
- ¡Si, Sasuke! ¡Ayúdame!-gritó la pelirrosa volviendo a la carga.
- ¡No, no! ¡Yo necesito que me ayudes!-contraatacó Ino.
- Emm... Mira, creo que ellas necesitan que les eches una mano-dijo el castaño.
- Dudo que necesiten ayuda, profe-dijo Kiba mientras se ocupaba de su tienda.
- Que lo olviden. No pienso ayudar a nadie-dio por acabada la conversación cruzando los brazos.
....·•·..·•·..·•·..·•·....
El sol desapareció por completo detrás de las montañas, e inmediatamente todos se abrigaron y se reunieron alrededor de una pequeña hoguera que habían conseguido encender.
- Está bien, chicos. Prestadme atención un momento-dijo Iruka. Aunque tardó en llegar, el silencio se hizo en el bosque. Solo se oía el ruido de los grillos del bosque y el crepitar de la hoguera-. Ahora, después de cenar, empezaremos con los juegos nocturnos. Pero antes, quería explicaros sobre el trabajo que tenéis que hacer.
Un chico levantó la mano.
- ¿Si? ¿Qué pasa?
- ¿Q-qué tipo de juegos haremos? No tendremos que ir por el bosque, ¿verdad?-se notaba el pánico en su voz.
- No seas cobarde. Pues claro que iremos al bosque-replicó otro.
- Si, será divertido.
- Pero iremos en grupo, ¿no?
Entre todos, comenzaron a hablar sobre esto. Los chicos haciéndose los valientes, y algunas de las chicas aclarando que no pensaban participar.
- Por favor, silencio-pidió Iruka-. Primeo quiero hablar sobre el trabajo-al ver que era totalmente ignorado, se cruzó de bazos-. Está bien. Cuando acabe esta frase y haya alguien hablando, se anularán los juegos nocturnos.
Silencio.
- "Debería usar más a menudo esta técnica"-pensó Sasuke aburrido pero agradecido por el silencio.
- El trabajo será de tema libre pero relacionado con esta excursión. Os recuerdo que tenéis cinco días para hacerlo.
- ¡Ey! ¿Por qué no empezamos con la cena?-se quejó Chouji.
- Está bien. Levantaos todos y venid a ayudar. He traído algo de comida para la primera noche.
- ¿Y el resto de días?
- La buscaréis vosotros.
Antes de que las quejas se hiciesen de nuevo presentes, Iruka alcanzó dos cajas llenas de hortalizas y algo de carne. Entre todos, hicieron la comida y fregaron los platos gracias al agua de un río que había cerca, la cual ya habían ido a coger con antelación.
....·•·..·•·..·•·..·•·....
- Puede que algunos o la mayoría no lo sepáis-dijo Iruka con una libreta y una linterna en la mano-, pero cerca de aquí, hay un cementerio.
Inevitablemente, la gente empezó a hablar sobre ello, algunos improvisando pequeñas historias para asustar a las chicas.
- No es un juego, pero será divertido-continuó el profesor-. Os pondréis en parejas e iréis a dar una vuelta por allí.
Sakura e Ino miraron a Sasuke inmediatamente, con los ojos brillantes de la emoción.
- Haber... Yo haré las parejas...
- No profe, ¿por qué no lo hacemos al azar?-preguntó Kiba.
- Emm... ¿Al...azar?
- Si, pones el nombre de cada uno en distintas papeletas y los vas sacando de dos en dos...
- Buena idea.
....·•·..·•·..·•·..·•·....
Al final, Kiba acabó con Hinata, una chica peliazul de ojos color perla; Chouji con Ino, a la cual le salía fuego por las orejas (emm... figuradamente); a Shikamaru con Shino; a Lee con Tenten; a Sai con Negi, y a Sasuke con Sakura, la cual ya estaba montándose una escena paseando con el pelinegro cogida a su brazo y bla, bla, bla... Sin contar el resto de parejas que formaban entre toda la clase.
Iruka les señaló el camino que debían tomar para llegar.
Los primeros en salir fueron Lee y Tenten, que al parecer no tenían miedo. Al minuto salió otra pareja, y así sucesivamente.
El nombrado cementerio no estaba realmente muy lejos, y al poco rato, comenzaron a oírse gritos de pánico.
Algunos de los que todavía no habían salido, comenzaron a temblar del miedo; excepto Sasuke, el cual permanecía impasible. Al fin, le tocó salir junto con la pelirrosa, la cual, en un intento fallido, intentó cogerlo del brazo.
Comenzaron a caminar, uno aburrido, y la otra muerta de miedo, mirando a todas partes, intentando saber de donde salía el ruido que hacían los animales.
- "...no... Iruka me castigaría si se me ocurriera abandonarla... Pero podría intentar perderla de vista..."
Sasuke dobló la velocidad de sus pasos, y Sakura, al intentar seguirlo, cayó al suelo. Momento perfecto para dejarla atrás. Pero para mala suerte, ella comenzó a gritar de pánico, haciendo retroceder a un Sasuke irritado.
- Levántate rápido si no quieres que te deje aquí sola-le ordenó. …sta le hizo caso al instante y continuaron la caminata.
Esta vez, el grito de otro u otra alumna se oyó, pero más cerca. De pronto, alguien se acercó a ellos corriendo. Sasuke lo apuntó con la linterna que llevaba.
- ¡Quita eso de mi cara, tío!
- ¿Ki-Kiba?-preguntó la pelirrosa muerta de miedo.
- ¡Sasuke! ¡Ha habido un problema!
- ¿Problema?-dijo entrecerrando los ojos y suponiendo que alguien se habría desmayado.
- ¡Todos los que han pasado ya por el cementerio dicen que han visto un fantasma!
Silencio por parte de los tres.
- Kiba, ¿no eres mayorcito para creer en esas cosas?-preguntó Sasuke con cara de aburrimiento.
- ¡Yo no lo he visto, pero todos los que han ido si!
- ¿Si? Y dime, ¿Qué han visto?
- Todos dicen haber visto a un chico rondando por las tumbas...
Sasuke bufó impaciente.
- Obvio, idiota. Ahora el cementerio debe de estar lleno de alumnos de clase.
- No. El chico que dicen haber visto no es de nuestra clase. Nadie lo conoce.
- ¿Y no te has parado a pensar que intentan tomarte el pelo?
Kiba sonrió.
- Por eso. Quiero ir a comprobarlo.
El pelinegro se temió lo peor.
- Y quiero que tú me acompañes.
- Ni en broma.
- Cobarde...
- ¿Cómo?
- Gallina.
- Retira eso.
- ¿Vendrás?
- No voy a perder el tiempo.
- Lo sabía... Los Uchiha solo tienen la boca muy grande, pero después...
- Ya vale, está bien. Iré.
- Perfecto, vamos.
- Esperad, ¿y yo que?-dijo la pelirrosa con una nota de pánico.
- Emm... Las chicas se han quedado en la entrada del cementerio...
....·•·..·•·..·•·..·•·....
- ¿Es aquí?-preguntó el azabache, observando una gran puerta de hierro oxidado.
- Exacto. ¿Entramos?
Asintió mientras empezaba a avanzar hacia dicha puerta.
Al entrar en el cementerio, Sasuke y Kiba empezaron a recorrer las lápidas más cercanas con las linternas.
- ¿Asustado, Uchiha?
- No me confundas contigo.
Continuaron todo recto hasta llegar a una bifurcación.
- Vale. Yo iré todo recto, y tú irás hacia la derecha.
- ¿Por dónde han visto a ese supuesto fantasma?
- No lo se... Por eso nos separaremos. Aquí en quince minutos.
- No habrá tiempo.
- Vale, media hora.
- Está bien...
Cada uno continuó por su camino, con la linterna apuntando a todos los lugares por si veían algo "inusual".
Pasaron diez minutos, y Sasuke todavía no había visto otra cosa que no fuesen lápidas. Realmente, el lugar daba algo de miedo, pero eso era algo que jamás diría a nadie. De pronto, se encontró en un lugar en el que el camino volvía a partirse en dos. Optó por continuar por la derecha. Aunque ya le empezaba a cansar el jueguecito.
Miró de nuevo su reloj. Llevaba quince minutos caminando. Para la vuelta ya habría llegado a y media. Echó una última mirada al camino que tenía por delante y decidió volver ya.
Al girarse, sus ojos se abrieron como platos, y no pudo evitar que la linterna le resbalase de las manos y cayese al suelo.
-"¿Qu-qué ha sido eso?"
Su cuerpo se había paralizado, y había dejado de notar los pies. Ni siquiera tenía fuerzas para volver a tomar la linterna.
- "Sasuke, tranquilízate. Solo ha sido tú imaginación. Solo la imaginación... Tengo que dormir más..."
Sin previo aviso, la linterna se levantó sola del suelo, o al menos eso le pareció al principio, pero, fijándose bien, vio que alguien la tenía sujeta.
- Se te ha caído esto, dattebayo.
- ¿Eh?-se paralizó de nuevo. Esa voz no le sonaba en absoluto.
- Emm... Que se te ha caído la linterna-repitió la misma voz.
- ¿Qu-quién eres...?
La persona que tenía delante, encendió la linterna, la cual se había apagado al caerse, y se iluminó con ella.
Ahora lo veía claro. Delante tenía un chico de su misma edad (15 años), de cabello rubio, grandes ojos azules y tres marquitas a ambos lados de la cara que lo hacían parecer un zorrito.
- Esto... Naruto Uzumaki, encantado, dattebayo-dijo con una sonrisa. A Sasuke se le paró el corazón, y no precisamente por miedo.
- Gracias...-dijo cogiendo su linterna-. Emm... Mi nombre es Sasuke Uchiha...
- Sasuke... Me gusta ese nombre. Además eres muy lindo-dijo inocentemente-. ¿Quieres salir conmigo?-otra vez sonriendo. A Sasuke se le abrió la boca de la impresión mientras notaba como enrojecía violentamente.
- ¿Q-qué?
- ¡Ja, ja! No, no importa...Por cierto, ¿Qué haces aquí a estas horas?
- "Debería preguntar lo mismo"
- N-nada, solo paseaba...-los colores todavía no desaparecían.
- Oh, vale...
- Debo volver ya...
- ¿Te vas? ¿Puedo acompañarte?
- Claro... Si quieres...
- Si que quiero, dattebayo.
Comenzaron a caminar rumbo a la salida del cementerio.
- Por cierto...
- Naruto.
- Si, eso... Naruto. ¿Qué haces tú aquí?
- Vivo aquí.
- Oh, vives cerca...
- Bueno, si...
Pasaron otros quince minutos, y al final lograron llegar a la bifurcación. Kiba todavía no había llegado.
- ¿Por qué te paras?-preguntó el rubio.
- Tengo que esperar a un... emm... amigo.
- ¡Eso! ¿Quieres ser mi amigo?-dijo otra vez con una sonrisa en la cara.
- V-vale...-la oscuridad fue la responsable de que el sonrojo no fuese visible.
- ¿Sasuke?-dijo una voz que se acercaba. Era Kiba.
- Si, estoy aquí.
- Hasta mañana, Sasuke- le susurró el rubio en la oreja-. Porque volverás, ¿cierto?
- Cierto.
- ¿Qué dices?-preguntó Kiba, el cual, al alumbrar la cara del pelinegro, puso cara de asombro fingido-. ¡Alucinante! ¡Sasuke Uchiha sonriendo! Debes de estar enfermo...
- Ya, déjame tranquilo y volvamos-dijo mientras se daba la vuelta.
- ¿Has visto algo?
- No, nada...
- ¿Seguro?
- ¿Qu-qué? ¿Acaso lo dudas?-preguntó, dudando si Kiba había visto o no al rubio.
- Quería asegurarme... Lástima que la gente sea tan mentirosa...
- Si... Solo los idiotas creen en fantasmas-aclaró el pelinegro totalmente seguro de si mismo.