Habiase una vez...
Asícomienzan todos los cuentos de hadas, pero este no, por que el lugar del que
hablaremos es mas que solo un reino, es un espacio donde la luz del sol se haolvidado de llegar,
aun que a decir verdad la tristeza no es el pan de cada día para loshabitantes de Güindemort, un
pequeño país situado al norte del reino Shin Makoku del cual eran dueños y señores los Mazoku, pero a
diferencia de sus vecinos los habitantes del primero no conocían bien a ciencia cierta lo que era un
atardecer o el alba, solo aquellos que por suerte habían llegado avisitar lugares lejanos tenían ese
privilegio.
Elreino de Güindemort, es gobernado actualmente por el rey Raven y su esposa
la reina Cecilia.Naciendo en un principio el joven príncipe Gwendal que aun que por fuerapareciese
tan duro y frió, aquellos que lo conocían sabían a la perfección que su carácter era todo lo contrario,
poco después la pareja se lleno de jubilo cuando su segundo hijo llego. De nombre Wólfram era llamada
tan dócil criatura y es asícomo en ese momento una gran leyenda comenzó.
Frutode un verdadero amor era el feliz retoño y sus cabellos rubios como el
sol, el delirio de muchos, y mientras crecía en el palacio un gran secreto se silenciaba, detras
de aquellos muros un rumor se extinguía. Fue así que cumplidos sus 10 años aquel ángel recibió
junto a sus padres la visita de los señores. Shibuya, quienes además del gran cortejo que les
acompañara eran custodios celosos de su mayor tesoro. El joven heredero Yuuri quien contaba
con 11 años recién cumplidos.
Pues he aquí que mientras sus altezas se dedicaban a profundizar sus
relaciones políticas y diplomáticas en el jardín del palacio otra clase de afectos se celebraban.
Yuurihabía salido por una de las puertas sin demora al ver una flor caminar
entre las demás que obedeciendo a la lógica permanecían en su sitio. Pero aquella que tan furtivamente
se empeñaba en correr de un lado a otro arañaba su curiosidad. Así que decidió no quedarse con la duda,
y tras ella corrió. Primero con algo de miedo,inmensa inquietud, felicidad al verla avanzar frente a él
unos centímetros para comprobar que no había sido alucine inusual. Levanto la mano con firmeza para tomarla,
era muy extraña, su color era parecido al oro y de la misma manera brillaba,tan suave como la seda estaba
dividida en hebras que se escapaban de forma traviesa por entre los dedos. Esta pues el joven príncipe
intentando descubrir o recordar si en algún momento su maestro y niñero Günter le habría hablado de
tan enigmática planta, sus ojitos al igual que su cabello eran de un negro absoluto y ahora con ese gesto
tan serio lucia de cierto modo con mayor edad de la que gozaba, estaba por intentar cortarla cuando un
color esmeralda se asomo debajo de lo que hasta en ese momento creyó pétalos, intento observar con mayor
detenimiento, y así comprobó lo que su cerebro desde un principio imagino, unos preciosos y grandes ojos verdes
lo miraban entre molestos y curiosos, Yuuri retrocedió un poco ante tal visión, era una belleza lo que tenia
delante, una cabellera rubia agitada dulcemente, esas esmeraldas incrustadas en un rostro pálido, todo enmarcado
por un vestidito color rojo y blanco que al igual que la melena se agitaba con amabilidad.
- Soy el príncipe de Shin Makoku, Shibuya Yuuri mucho gusto - saludo como señala el
protocolo haciendo una leve reverencia sin quitar la vista del ser delante suyo.
- Del reino anfitrión, princesa Wólfram Von Bielefeld - también se inclino un poco
mientras ofrecía su mano al otro chico quien la recibió gustoso depositando un casto beso en el dorso de esta
Tal y como esperaba el rose fue tan sutil que le pareció tocar el cielo y fue que decidió que ya
había encontrado una buena forma de ayudar a sus padres
-Flash back-
- Pero querido me puedes decir como piensas plantear los acuerdos de paz entre ese reino y
el nuestro- la reina miraba con algo de preocupación a sumarido, si bien era cierto que aquella nación en
especifico era muy tenebrosa por la falta de luz también lo era que su poder tanto militar como mágico era
inigualable - la verdad es que no estoy del todo convencida de que sea una buena idea
- No te preocupes, llegado el momento estoy seguro de que ellos mismos propondrán algo, ya que
aun que no lo creas ellos han sido los de la iniciativa - le cometo feliz a su esposa para tranquilizarla
-¿Padre hay algo que pueda hacer?- pregunto el príncipe quien no gustaba de ser excluido de los
deberes reales los cuales debía ir aprendiendo para que llegado el momento subiese al trono y reinase con justicia
y rectitud.
-Tu por ahora no debes de angustiarte hijo mío, pero si de algo te puedo poner a cargo es que congenies
con los dos príncipes de el reino de Güindemort. Me parece haber escuchado que tiene un hijo y una niña - término con
una sonrisa a la cual el príncipe asintió con la cabeza en señal de estar satisfecho con su tarea - en el futuro la
amistad de ambos príncipes te ayudara a mantener este acuerdo que pronto se celebrara
- Espero poder ser buen amigo - él sabia que si bien no era una gran tarea, por lo menos no lo
estaban dejando de lado
-Fin Flash Back-
Sin importarle absolutamente el respeto que se le merece a una casa ajena penetro en el despacho
en donde se llevaba a cabo la redacción de tan valioso documento que uniría dos de las naciones de mayor importancia en el
mundo, la mayoría quedo consternado al mirara al muchachito que entraba con tal falta de respeto y justo cuando se leía:
- Launión de ambos reinos será por medio de...
Ahí fue que alzo la voz más que aquel que leía de manera ajena a su pronta intrusión
- lazos matrimoniales
La boca de su padre quedo completamente abierta, nada comparable con su madre que se desmayo de
solo oír mención a la palabra matrimonio.
- Pido la mano de la princesa y noble joven Wólfram Von Bielefeld
Continuara...