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Entre perros y sanguijuelas.
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Disclaimer: Los personajes de esta historia son propiedad de Stephanie Meyer y probablemente alguien más. Esto es puro entretenimiento y no me reporta beneficio económico alguno.
Sumario: Bella vino a Forks, pero Jacob Black llegó primero a la vida de Edward Cullen. Drabbles de Jakedward.
Parejas: Jacob Black/Edward Cullen (seme/uke), menciones de otras.
Aclaraciones y Advertencias: UNIVERSO COMPLETAMENTE ALTERNATIVO. Probablemente Mpreg, algo de OOC (Vamos, es un fanfic) y lemon.
Aclaraciones de lectura:
-Letra normal: dialogo, relato.
-Letra en cursiva: pensamientos de los personajes.
xXxXxXxXxXxXxXxBlack/CullenxXxXxXxXxXxXx
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Él.
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Paul sonrió y meneó en su brazo a su bebé para que se durmiera, mientras retiraba de su boca la mamadera que había tenido la mezcla extraña que Carlisle había creado para los bebés nacidos de cambiadores de formas y vampiros. Admirando la belleza de su hijo, no podía ver, pero sí podía sentir la presencia de Jasper muy cerca, de seguro estaba mirando nuevamente desde el umbral de la puerta.
-Él es tan hermoso –susurró el Quileute, sabiendo que el otro podía escucharlo fuerte y claro-. Y no es una muñeca de porcelana, Jasper. No entiendo por qué…
-Duerme mejor en tus brazos cálidos que en los míos fríos, ya te lo dije –interrumpió el vampiro, sabiendo lo que se venía. Habían tenido esta charla muchas veces ya, después de todo.
Paul se dio vuelta para mirarlo, angostando un poco sus ojos.
-Y yo ya te dije que no te creo. No puedo tener la capacidad de leer mentes como Edward, pero sé que hay otra razón por la cual no quieres sostener a nuestro hijo por más de una hora. –Negó con la cabeza y comprobó para ver que el bebé ya estaba dormido, antes de dejarlo en su cuna y luego se acercó a Jasper. -¿De qué tienes miedo?
Los ojos dorados lo miraron con aprensión.
-Él es tan puro, Paul… -susurró Jasper, inclinándose hacia adelante para agarrar la camiseta blanca apretada que usaba su amante. Si estuvieran en otras circunstancias, estaba seguro que su lujuria se estaría levantando. –Su sangre… oh, su sangre… huele tan… tan… deliciosa…
Paul lo abrazó con fuerzas, frunciendo el ceño.
-Sé que no vas a lastimarlo –afirmó, a pesar de esa alarmante revelación.
-¡No puedo! –Levantó la voz, pero cuando vio que su hijo se revolvió un poco en la cuna, largó un suspiró y apoyó su frente en el pecho amplio del lobo-. Yo… tengo tanto miedo… de no poder controlarme…
-Puedes hacerlo, por él.
-No sé… es tan complicado… -murmuró-. Y me mata, porque lo único que quiero hacer es aferrarlo a mí y no dejarlo ir nunca más.
-Jasper. –Lo alejó para poder mirarlo a los ojos, con mucha seriedad. -¿Edward pudo hacerlo no? Con esa humana, la hija del Sheriff con la que compartió clases diariamente por tres años. Si él pudo contenerse de no matar a esa mujer que era simplemente alguien con quien no compartía ningún lazo… tú puedes hacerlo por tu hijo.
Jasper sonrió de lado y apoyó su mejilla contra el pecho de Paul.
-Tienes tanta confianza en mí…
-Confío en tu amor hacia él.
Fin.