Capitulo 1: Un loco deseo
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Soy una estudiante de colegio, mis calificaciones bueno sin presumir son cien sobre cien, Soy palida, cabello negro y largo que peino con dos coletas o una coleta alta, mis ojos son azules y tengo dieciseis años. Me llamo Namida Kaori, soy desquiciada por el anime y no solo por el anime normal sino tambien por el yaoi.
Mis padres son dueños de una de las empresas mas importantes del pais, no tengo amigos y mis padres no estan la mayor parte del tiempo, no tengo hermanos y apesar de eso creeran que me siento triste pues no, me gusta la soledad así he sido desde siempre.
La razón de no tener amigos es que los del salón son... Como decirlo... Se extrañan de que me la pase sola todo el tiempo.
La mayoria de las mujeres me odian, bien sean envidia o recelo y no lo entiendo yo solo estoy sentada en mi escritorio sin hablar con nadie y ellas me tachan como egolatra, ya no me importa.
Digamos que mi mayor deseo no es que seamos una familia normal, así estoy bien o tener amigas, me tratarian mal o estariamos en pleito la mayor parte del tiempo, mi deseo es uno raro seria que nos cambiaramos de casa, conocer a otras personas desconocidas y hacer parejitas yaoi, claro para grabar cualquier cosa que hagan tengo mini camaras y microfonos todo eso de espias, escondido.
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Despues de el fin de semana tan corto, por que me la pase leyendo anime, antes de dormirme voy hacia la ventana y veo las estrellas y vuelvo a pensar en mi deseo, quizas las caprichosas estrellas desidan concederme mi loco deseo.
Me levanto tan temprano como siempre me levanto sin ganas, por la misma rutina, me dirijo al baño cuando salgo ahí estaba mi uniforme, que consiste en un vestido hasta las rodillas ajustado a la cintura blanco con un moño morado en el cuello del vestido estilo marinero, con unas botas, no me encanta pero es obligatorio usarlo, me lo pongo y me dirijo al comedor donde distingo tres figuras, mis padres y una sirvienta.
Me dirijo hacia ellos y los saludo con una gran sonrisa que solo me animo a darles a las personas importantes para mi y me corresponden.
*/*/*/*/*/*/*/Pov normal*-*-*-*-*-*-
"Ohaiyo, a todos... padres no crei que fueran a estar aqui en la casa"
"Ohaiyo, cariño... lo que pasa es que tu padre y yo... te queriamos decir una noticia que no sabemos como la vallas a tomar" - la mamá de la chica hablo seriamente lo cual su hija tambien respondio igual.
"Si no me la dicen pues nunca lo sabran... cuentenme"
"Kaori, calma te queriamos decir que nos vamos a cambiar de casa y este es tu ultimo dia de clases... ¿que te parece?" - Le dijo el padre con una gran sonrisa, por que sabia que su hija no se opondria ya que apenas habia comensado el siclo escolar.
"Por mi igual, papá... Pero en el colegio que me van a meter espero que el uniforme no este tan feo como este... un poco mas largo y ya soy monja" - les dijo con una gran sonrisa, haciendo que su mamá tomara una expresion identica a la de su hija.
"Claro cariño"
"Hay Kaori, hija quieres ir casi en calzones al colegio... y tu mi vida tambien la apoyas y la consientes mucho" - les decia el padre sobre actuando y lloriqueando como casi siempre lo hacia cuando estaba con su familia, a lo que su esposa lo consolo dandole palmaditas en la espalda.
"pues lo que dice tu hija es verdad"
"Kaori ya es tarde y no has desayunado apurate"
Cuando la morena termino de desayunar, los adultos le dieron un beso en la mejilla, se subieron a diferente limosina con destino opuesto.
Cuando llego al colegio, las multiples miradas no se hicieron de esperar, unas de odio otras de ilusion entre muchas mas, se dirijio al salón correspondiente con sus "guardianes", puesto que algunos chicos hicieron su club de admiradores y se la pasaban cuidandola a todas horas, la jovencita solo optaban por dejarlos que las cuidara, con la condicion de que no la molestara ellos y eso hacian.
Cuando se sento en su mesa para dos, que se encotraba al lado de la ventana y se le acerco una castaña, con mirada llena de colera, que lo sabia disimular a la perfeccion.
"Ohaiyo Kaori, ¿como estas?"
"Ohaiyo azumi, bien gracias, espero que tu estes igual"
Le respondio la morena, con mucha educacion y elegancia sin perder la seriedad, la verdad era que no le importaba mucho socializar con esas personas tan egolatras, como lo era en especial esa chica dueña de la voz mas desesperante y volteo hacia la ventana viendo el hermoso paisaje.
"Pues no me puedo quejar... Y que te pareceria si te invito a ir de compras al centro comercial"
"Lo siento de verdad... Pero no voy a poder ir"
"uhmm... Y ¿por que, kaori?
"Nos vamos de la ciudad"
"ahh... ¿cuando vuelves?"
"No me entiendes nos cambiamos de casa"
"Uhmm... Que lastima"
Cuando para alivio de la chica, la castaña se retiro a su lugar hechando humo, por que habia planeado dejarla plantada en el centro comercial y sus planes habian sido arruinados, la pelinegra sin dejar de ver el paisaje.
"Mhp... Que bueno que ya nos vamos de esta escuela"
En ese mismo momento llego el maestro y les ordeno que sacaran sus utiles. Así paso su ultimo dia en ese colegio, con la misma rutina aburrida.
Cuando ya era hora de salir se dirijio a sus loker para vaciarlo, cuando lo abrio calleron un montón de cartas donde algunas eran amenazas y las demas pues se les declaraban. La pelinegra solo suspiro de cansancio al ver las cartas, aunque no le gustaran, no se atrevia a tirarlas y se ponia a leerlas antes de dormir, recogio una y se puso a leerla y por el contenido supo que la castaña le habia dicho a todos que mañana ya no volveria al colegio, la doblo y se dispuso a recoger todo el tiradero.
En la salida se percato de que la mayoria de los chicos estaban esperandola, solo le recorria una gotita en la nuca de asombro y miedo, distingio su limosina y se dispuso a ir para allá, cuando estaba en la mitad del camino se percataro de que la mitad de los chicos derramaban lagrimas de tristeza y que alguno le daba ramos de flores enomes, cuando por fin llego a su limosina el conductor tuvo que ayudarla a subir todos los regalos que los chicos hace unos momentos le habian dado.
Cuando por fin llego a la mansion, se dispuso a ir a su habitacion con regalos y sus cosas correspondientes, para empacar e irse a dormir despues de todo el tiempo en ese colegio el dia mas ajetreado que pudiera tener.
Ya en su habitacion la morena se puso a pensar un poco y se fue hacia la venta pensando en su deseo que se le empezaba a cumplir y empezo a brincotear por toda su habitacion, se puso a empacar, cuando termino se avento a su cama y quedo profundamente dormida con esos pensamientos de hacer parejas yaoi y otros morbosos.
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