Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Historias de ascensor por PukitChan

[Reviews - 275]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

-.-U ¿Qué les puedo decir? Tengo clases y estoy comiendo en lugar donde hay internet... y pues... bueno, se me vino esto a la cabeza y lo escribí.. y cuando abrí mi cuenta em amor Yaoi... >.< no sé se mi hizo fácil castigar al mundo con esto xD

Notas del capitulo: Los personajes no me pertencen, son de Maki Murakami
Miro el reloj. Son las tres de la tarde y estoy corriendo lo más rápido que puedo a una de las mejores zonas de Tokio para vivir, famosa por alojar a gente rica en sus exclusivos lugares y hoteles...
… entonces… ¿Qué hace un chico de cabello rosa, no muy listo, para nada millonario caminado en esa dirección?

Mi historia comenzó cuando entré a la universidad; por supuesto, todo por mi genial idea de ser independiente e irme de mi natal Kyoto para ir al centro… y justo cuando por fin había conseguido un empleo acabaron despidiéndome por... en realidad fue porque soy bastante torpe.
Buscando un nuevo trabajo, localicé un anuncio discreto en el periódico pidiendo a un chico de mi edad (19) para trabajar en un elegante lugar… ¿Porqué no?
Me dirigí a la dirección, suplicando que nadie hubiera adquirido ya el trabajo y mi estrella de la buena suerte se hizo presente al ver que aún lo solicitaban… una amable señorita me pidió referencias y al ver mi experiencia (he trabajado hasta en los lugares más inimaginables) y notar que soy una persona con la que se puede relacionar fácilmente… me aceptaron en el trabajo…

… el empleo más extraño… de ascensorista… de cuatro a diez de la noche… llevando de un apartamento a otro… a gente lo suficientemente rica como para pagarle a alguien para que apriete botones por ellos…

-Buenas tardes, Shuichi- me saluda sonriendo un chico de veinte años, de cabello rojo y un poco más alto que yo, cuando entro al cuarto para que los empleados del lugar pudieran cambiarse.
-Ah, hola Hiro- le contesto al chico que trabaja en el turno de la mañana -¿Cómo estuvo tu día?- quitándome la playera rosa que traigo para ponerme mi uniforme que consiste en un pantalón negro, una camisa blanca y chaleco negro.
-No pasa nada realmente- Hiro colocó su mochila en el hombro- los mismos señores ricos, el mismo día aburrido- el rió lo que logró que yo también sonriera- pero… alguien se acaba de mudar.
-¿Hay un nuevo inquilino?- pregunté sorprendido pues es raro, me refiero a que no cualquiera se mudaría a un lugar como este.
-Ajá- se miró al espejo acomodándose su cabello- pero realmente no lo vi, porqué subió por las escaleras...
-Ah- dije aún más extrañado.
-Quizás te toque a ti verlo, bueno, me tengo que ir… ¡Nos vemos mañana Shuichi!
-Sí, nos vemos- acabando de vestirme.

Salgo de lugar arreglándome el traje y me acercó al recibidor, donde el nervioso señor Sakano me saluda.

-Ho… hola Shindou- tartamudeó cual era su costumbre o manía.
-Hola- le miro divertido- ¿Escuche que hay un nuevo inquilino?
-Sí- Sakano se acomodo sus lentes tocando su corbata nerviosamente- pero tiene mal carácter… hasta me da la impresión que ni siquiera tú podrías llevarte bien con él.
-Bueno, tengo que ir a hacer mi súper trabajo- me despido con un ademan- si me encuentro con él, ya veremos que sucede.

Sonrío mientras me adentro en el amplio ascensor, pues hay inclusive un pequeño asiento para los pasajeros. Miró mi reflejo que muestran los espejos cuando el ascensor comienza a subir hasta el piso 25 del edificio donde se encuentra un penthouse vacio.
Después de un pequeño rato este vuelve a bajar, y al abrir las puertas por fin entra alguien.

-Buenas tardes- trato de sonar lo más educado que puedo, sonriéndole al hombre que acaba de entrar. Era nada más ni menos que el famoso presidente de la prestigiosa empresa NG Records, la casa de producción de música más importante del país. Muchas veces he tenido el sueño de arriesgarme en el mundo de la música y pedirle a este señor su apoyo… por supuesto, esas son solo mis fantasías.
-Buenas tardes Shindou- me saluda, pese a todo y a las apariencias, la mayoría de la gente aquí es muy amable- ya sabes a que número- dibujo una sonrisa y yo apretaba el botón 22.

Al inicio, no podía evitar mi impresión por estar tan cerca de gente tan conocida, pero para no perder mi empleo tan necesitado, tuve que acostumbrarme a que en este ascensor realmente puede pasar de todo.

Mi día pasa rápidamente, llevando de arriba abajo a todos los inquilinos. Justamente mi turno esta por acabar, cuando un hombre esta esperando que las puertas se abran. ¿Será el nuevo habitante?

-Buenas noches- digo cuando él accede al elevador, sorpresivamente el no me saluda- ¿A que piso?- le pregunto nerviosamente.
-Al PentHouse- trago un poco de saliva y después de apretar el botón, trató de ver su reflejo.

Es un hombre rubio, su voz es grave pero aun así bella, elegante, alto… este hombre es realmente apuesto. No puedo ver sus ojos porque, aún cuando es de noche, él trae gafas oscuras. Sus manos están ocultas en los bolsillos de su pantalón… ¿Qué hago mirándolo tanto?
Los minutos que tarda en subir se me hacen eternos, la presencia de este hombre me intimida. Bajó mi mirada avergonzado, sintiendo que mis mejillas se sonrojaban.

Las puertas indican que por fin hemos llegado, y él pasa a mi lado caminado lentamente. A mi nariz llega una parte de su aroma penetrante; inconscientemente cierro mis ojos aspirándolo.
Sacudo mi cabeza, reaccionado ante lo que acaba de hacer. Lo miró salir durante unos segundos, en los que trató de moverme, de hacer algo…

-Que descanse- fue lo que mi suave voz logró decir. Por algún motivo me sentí un verdadero idiota.
Pero él se detiene y me voltea a ver, para después seguir con su camino.
Suelto un suspiro y la entrada me impide verlo…


Camino al tiempo que aprieto mi pecho con fuerza. ¿Qué me sucede? ¿Por qué me siento así? No tiene que ponerme así una sola persona… menos alguien como él… ¿Verdad?

Mi rostro recargado en mi mano izquierda. Es así como distraídamente mis clases pasan. Por alguna razón mi cabeza no puede dejar de recordar a esa persona… y por primera vez en mucho tiempo, tengo un enorme deseo de llegar a trabajar.

-Shuichi, hoy te ves diferente- me comenta Hiro antes de irse- que tengas un buen día.
-Gracias- a penas y logré responder. Mis pensamientos nadan viajando por todos lados.

Muerdo mi labio mientras una plegaría interna suplica que hoy me lo encuentre… pero parece que últimamente nadie me escucha.

-¡Shu!- un grito un tanto infantil llama mi atención y le sonrió alegremente al que entra.
-Buenas tardes.
-¡Cuánto tiempo sin vernos!- me dice. …l trae una camisa abierta negra, que muestra su esbelto cuerpo, un pantalón de mezclilla, una gorra y lentes semitransparente.
-Solo fue un fin de semana- le digo a Sakuma Ryuichi. El cantante más talentoso del mundo entero, o al menos eso creo yo.
-¡Mucho, mucho tiempo!- entre sus manos trae un peluche rosa llamada Kumagoro. Cuando lo vi por primera vez fue una gran impresión. Jamás imaginé que alguien de treinta años (qué debo decir, no se le notan) pasará su vida con un muñeco en brazos.
-¿Le fue bien?- Sakuma se recuesta en el asiento del elevador.
-Sí, ¡me fue genial! ¡Shu-chan, debes ir a uno de mis conciertos!
-Pero estoy trabajando y estudiando…
-¿Pero vas ir a uno alguna vez?- me mira haciendo puchero.
-Seguro- le sonrió.
-Shu… ¿Sabes? Conocí a alguien…- mira el suelo.
-¡Valla! ¿Y como es?
-Es un chico muy atractivo- saliendo de aquí porque ya habíamos llegado.
-¿Chico?
-Pronto lo conocerás- me mira divertido- ¡Hasta luego, Shu!

¿Chico? Es decir… ¿Hombre? ¿A Sakuma le gustan los… hombres?
Bueno, aunque realmente no debería decir nada porque yo… he estado pensando en uno todo el día…

-Buenas tardes- mecánicamente esa frase se ha quedado impresa a mi, pero esta vez no espero respuesta porque una mujer castaña ha entrado hablando por celular. Hasta donde sé ella es la esposa del dueño de NG, Seguchi Tohma. Pero las pocas veces que los he visto juntos no parece que estuvieran casados.
-¿Qué?- parece que esta enojada por el tono de su voz- ¡No seas idiota! ¿Acaso estas ocupado? ¡Eso puede esperar!... ¡Maldita sea Ei…!... ¡Me colgó!- mirando amenazadoramente al celular, como si tuviera la culpa.
-¿Todo bien?- me atrevo a preguntarle.
-Solo entérate de que mi hermano es un idiota.
-La mayoría de odiamos a nuestra familia- traté de bromear, pero a ella no le causo gracia.
-Me la pagará.
-Piso 22- le informé- Ojalá que todo se solucione.
-Gracias- me contestó aun molesta. Cielos, que mujer tan gruñona. No conozco bien al señor Seguchi pero yo siempre lo veo sonriendo… ¿Por qué se abran casado?

Alguien más entra. Esta vez se trata de alguien menor que yo. Su nombre me parece que es Suguru Fujisaki de 16 años, no lo conozco porque no es alguien que puedas ver con una sonrisa tatuada en los labios.
Aun así, hoy se esta comportando más extrañamente que de costumbre. Por alguna razón hoy todos están raros.

-¡Subo también!- se acercó Seguchi Tohma pidiendo que no cerrara las puertas-¡Hola!
-Buenas tardes.
-Hola Seguchi- saluda Fujisaki- ¿Es cierto…? ¿Ha vuelto él?
-Así es- le contesta- pero parece que su carácter en verdad nunca volvió a ser el mismo.
-Ya veo- se toca su cuello- en realidad tarde o temprano tendremos que hacerlo.
-Así es- sonríe- oye Shindou…
-¿Eh?- lo miro- ¿Sí? Dígame señor.
-¿De casualidad sabes si mi esposa ya llegó?
-Sí- dije rápidamente- aproximadamente hace quince minutos.
-¿Cómo estaba su animo? Supongo que lo notaste.
-Eh… creo que la señora se encontraba de mal humor- solo ríe aun más.
-Era lógico… no tardaría mucho en hacerla enojar.
-Me despido, Seguchi- el menor sale- espero que no pase nada.
-Gracias, nos vemos.

Y aquí vamos de nuevo. ¿Por qué la gente no se preocupa de que las demás personas escuchen sus conversaciones? Aunque cuando pedí el empleo también acepté tener discreción… y si habló demás seguramente esta gente tiene el suficiente poder para dejarme más quebrado de lo que ya estoy y…

-¿Shindou? Se siente.
-¡Estoy bien!- respondí de repente.
-Por lo que veo todos tenemos algo en lo que pensar… ¿No crees?
-Sí…


Algo en lo que pensar… o alguien.

-¡Ahhh!- revuelvo mi cabello enojándome conmigo aprovechando que no hay nadie en elevador que continúa subiendo al PentHouse, donde él se acaba de mudar… ese hombre tan…

La campanilla suena y me pongo derecho. Las puertas se abren… y él entra. ¿Por qué trae lentes? ¿Qué caso tiene una enfermedad o que?

-Bu… buenas tardes…- titubeo sintiéndome un estúpido… ¿Porqué me altero?

Saca una caja de cigarros y escogiendo uno al azar, lo coloca en sus labios prendiéndolo.
¿Qué hago? ¡Esta prohibido fumar aquí! ¿Cómo se lo digo? Si no hago algo el olor se va a quedar impreso y pueden que me regañen…

-Disculpe-sacó de valor de no sé donde y mirándolo le digo- no puede hacer eso aquí.

Me observa sorprendido y una arrogante y burlona sonrisa aparece en su rostro. Se me acerca… ¿Por qué se me esta acercando?

Levanta mi rostro y avienta el humo del cigarrillo que había estado reteniendo en su boca directamente a mi cara.

-Yo hago lo que quiero en donde me plazca- me dice con su masculina que voz y se quita los lentes… y ahora veo fijamente esos bellos ojos dorados que tan solo con verlos provocan que me sonroje… y él se de cuenta.
-Señor… este…
-Mi mirada es irresistible, ¿Verdad?

Cierro los ojos cuando el levanta su mano pero lo único que hace es acariciar mi cabello.
La campanilla suena indicando que llegamos hasta abajo.

-Dejémoslo para después- me dice mientras sale.

Tocó mi pecho. Mi corazón está agitado. Jamás había sentido que latiera tan velozmente.
¿Quién ese hombre? ¿Por qué es así…?
¿Acaso él… solamente jugó conmigo?
Notas finales: Jajajaja n.nU ¿Qué más? Espero que les guste... y O.O pues muchas gracias por leer cuando mi imaginación le dio por actuar en cinco minutos XD

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).