Capítulo 2. A veces, solo sucede.
No es que me sienta herido. Tampoco es que ese hombre con su maldito juego me halla dejado una marca… es solo… que no puedo sacarlo de mis pensamientos.
Y esos ojos en lo que me perdí, sintiendo como mis piernas temblaban, me faltaba aire e inclusive estuve a punto de desmayarme…. Ese hombre del cual ni siquiera conozco su nombre…
-Shindou… ¿Shindou? ¡Shindou!- dejé de soñar despierto al oír que me llamaban con más fuerza de la habitual.
-¿Qué sucede señor Sakano?- acercándose al que es mi jefe.
-¿Te preocupa algo? No es muy común que tú…
-Solo una tarea de la escuela- le sonrió tocando mi cabello nerviosamente- es un poco difícil.
-Ya veo… bueno, como sea, uno de los inquilinos dejó anotado el nombre de una señorita que vendrá a verlo, así que no te incomodes cuando venga ¿Sí?
-Esta bien.
Creo que lo dijo porque algunas veces, sus invitados son realmente raros…
¿Una mujer? Me preguntó si será la hermana de alguien…
-Buenas tardes Mr. K- saludo a un hombre americano que ha entrado.
-Hi pink!- él se ríe- ¿Cómo has estado?
-Bien gracias, ¿Y usted?
-No me quejo.
Según Sakuma, este hombre alguna vez fue su manager; de hecho, él fue quien le regaló a Kumagoro.
-¿Es cierto que tenemos un nuevo vecino?
-Sí, pero…- recordé lo que había pasado el día anterior y me sonrojé.
-¿Pero…?- el americano parece que esta más interesado en el porque de mi reacción que en sí, por el nuevo habitante.
-Es arrogante- le respondo enfadado.
-Well, si tú lo dices es porque así debe ser.
-Así es- digo con más énfasis esta vez.
-Ok, ok- la campanilla suena y Mr. K pasa a mi lado revolviendo mi cabellera- no te enojes tanto.
No estoy enojado. No es que su recuerdo me agobie.
Tampoco es que me la pase pensando en él y en como sentí su rostro tan cerca del mío…
-Hola- me sonríe una hermosa mujer de cabello corto.
-Buenas tardes- saludo- ¿A que piso?- le pregunto a la desconocida.
-Al PentHouse.
Siento como si un cuchillo se clavara directo en mi corazón. Esta mujer… ¿Es la invitada que uno de los huéspedes mencionó? ¿Tenía que ser él…?
-Como usted diga- logro decir- ¿Es amiga del señor que se acaba de mudar?- no sé porque lo menciono cuando en realidad no tendría que importarme; pero a ella al parecer no le incomodo que me metiera en donde no debía. Después de un suspiro, solo sonriendo me dijo:
-Se podría decir que soy una especie de amiga… en realidad es muy difícil poder mantener una relación con él, pero… mientras haga lo que debe, todo esta bien.
“Una relación” ¿Por qué de repente me siento triste? No me importa. Además es común de que alguien como él tenga pareja.
¿Por qué habría de tener deseos de llorar?
-Llegamos- trató de forzar una sonrisa para mirar a la mujer, pero al abrir las puertas desaparece por ver a quien estaba frente a el ascensor. Por supuesto que era él. Estaba fumando, que raro.
-Hola sensei- la mujer sale, pero él me esta mirando mientras yo muerdo mi labio sin apartar la vista. Ella se da cuenta y simplemente se ríe.
-Mizuki, te estaba esperando. Vamos, todo ya esta listo.
-De acuerdo.
Se llama Mizuki. A él le dicen “sensei”. Las puertas se cierran.
No me molesta, ¡Ni siquiera me importa!
Recargó mi espalda y me dejó caer al suelo. No me interesa… que más da que él tenga a alguien. Además él es nada más otro de los inquilinos, solo otro más… me da igual su vida y jamás me dañará el hecho de que ella venga a verlo todos los días para abrazarlo y besarlo y…
… ¿Estoy llorando?...
-Shuichi… ¿Qué sucede?- sin darme cuenta, las puertas se abren dando paso a Ryuichi.
-Sakuma- poniéndome de pie y limpiándome los ojos- no me pasa nada.
-Shu...- me miró sin creerme lo que decía. Por supuesto que nadie me iba a creer.
-No importa- le sonrió.
-¿Quieres jugar con Kumagoro un rato?- ofreciéndome su peluche.
-Gracias- tomándolo, tal vez si no lo hago siga preguntándome que ocurre y es mejor decirle que sí.
-A Kumagoro no le gusta ver a Shuichi llorar, así que anímate ¿de acuerdo? Cuando vuelva pasaré por él.
-Esta bien.
Durante el resto del día me la pasando suspirando con un peluche entre mis brazos. Las personas ignoraron este hecho, porque todo el mundo conocía de quien era el muñeco y como era la actitud del dueño.
-Muchas gracias por todo- la chica que hace un par de horas había llegado para visitarlo por fin sale.
-Solo lo hice- gruñó mientras yo, con la cabeza agachada simplemente escuchó esperando que ella entré al ascensor. No quiero ver alguna clase de despedida.
-Bueno, volveré luego- se despidió.
-Hey- consiente de que a esa mujer no le hablaría así, levanté mi vista. No sé que me habrá visto, pero esbozó una diminuta sonrisa y me dijo:
-Idiota.
Por alguna razón, increíblemente eso me hace sentir un poco mejor… quizás un poco consolado.
¿Por qué este hombre provoca estas emociones en mí?
-Disculpa… - escuchó la voz de la mujer llamándome.
-Dígame- la volteó a ver.
-¿Usted es algo del sensei?
-¡¿Qué?! Perdón pero… ¡¿qué quiere decir con eso?!
-¿No lo es?- dijo sorprendida- por un momento pensé que ustedes eran amantes.
-¡¡¡¿Amantes?!!!
-El sensei es suele escribir cosas muy tristes- miró el sobre que traía entre sus manos, ignorando el gran gritó con el que casi se sale mi corazón- pero por alguna razón, en esta ultima obra…
-Bueno, pero eso no tiene que ver conmigo… de hecho, ni siquiera sé su nombre.
-Ya veo. Lamento lo que le dije. Yo soy la editora de Yuki-sensei.
“Yuki” ¿Así que ese es su nombre?
Un momento… ¿Ella es su editora?
¿He estado preocupando y sufriendo en vano?
“¿Preocupándome y sufriendo?”
-¿Es usted su editora?- fue lo único que se me ocurrió decir.
-Sí, pero me llamó la atención que… está vez el trabajo de sensei fuera más “dulce”
-Ah…
-No importa- ella me sonríe- hasta luego.
-Eh, sí. Hasta luego.
De repente toda mi energía vuelve, y sé que se puede notar, porque las últimas horas había estado trabajando con el aspecto de alguien muerto o algo parecido.
-Shu- Ryuichi ha regresado de no sé donde y le entrego a Kumagoro- ¿Ya estas mejor? ¡Ahora te vez más feliz!
-Sí. Kumagoro me ha servido mucho- rió.
-Dentro de una semana y media, vendrá a quien conocí- me mira- ¡Tienes que saber quien es!
-¡De acuerdo!
Mi turno esta por acabar. Me tengo que ir. Y él no aparece. ¿Qué nunca sale de ese maldito penthouse?
Decepcionado salgo del edifico. Me detengo para mirar hacia arriba. Por supuesto, que hace altura sería imposible que yo alcanzará a mirar algo pero…
-Auch- dije instantáneamente luego de que sentí como una piedra golpeaba mi cabeza. Miró hacia abajo y nota que la piedra esta envuelta en un papel blanco.
Recogí la piedra del suelo y le quitó el papel. Lo abro.
En él, una perfecta caligrafía esta escrita y dice:
“Es imposible no verte con esa cabeza rosada que tienes. Baka.”
-¡¡¡¿Queeeeeeeeeee?!!!- gritó sin importarme donde estoy y con todas las fuerzas de mis pulmones elevó mi voz diciendo:-¡¡¡Tú eres el idiota!!!
Una nueva piedra, pero esta vez sin nota cae en mi cabeza.
-¡¡¡Deja de hacer eso maldito!!!!
Otra piedra cae en mi cabeza.
-¡¡¡Imbécil!!!! ¡¡¡Ya basta!!!!
-¿Shindou? ¿Le ocurre algo?- Sakano sale y me mira aterrado por mis gritos.
-¡Ya me voy!- digo enfadado.
-¿Shindou?
¡Esto es el colmo! No puedo estar enamorado de alguien como él… ¡No quiero!
Espera… ¿Dije enamorado?
Ahora sé que es algo que no pude evitar. También comprendo que esto me había atrapado desde que lo vi por primera vez.
En ocasiones, como la mía, solo sucede. Me enamorado de ese hombre.
El hombre al que en ese momento, solo conocía como Yuki
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