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¿ ACASO LOS DEMONIOS SUEÑAN? por yaoiana

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Notas del fanfic:

Este fic ya estaba publicado, solo que decidi darle un pequeño toque y unas cuantas modificaciones  ^^

¿ACASO LOS DEMONIOS SUEÑAN?

 

- Amo, aquí le traigo los papeles que tiene que firmar.  *Entrando al despacho de Ciel*

- Ya atiendo ese asunto.

Cuánto más largo quiere  este camino

Mis teclados sangrientos para que todos vean

¿Está esto a la bendición o mi maldición peor?

 

-Boochan, le molesta que espere aquí a que firme los documentos?

- No, puedes sentarte en el sillón al lado de la ventana – sin mirarlo-

- De acuerdo Boochan  *sonriendo*

 

Para sentirse demasiado profundamente, cuidar demasiado de

Usted era siempre mi defecto fatal

 

Sebastian se sentó en el sillón, mirando por la ventana fijamente; después de reposar su vista varios minutos decidió levantarse posándose frente a Ciel

 

El apego más oscuro de todos, pero su

Corazón negro matará siempre

Con violencia  mi voluntad

 

-Que sucede Sebastian?  *Firmando los documentos*

-Usted es lo que me sucede Boochan  *tomando la menor del rostro para que lo mirase*

- Que crees que haces?  *mirándolo fríamente*

-Lo que todos quieren, ver a Ciel Phantomhive vencido a sus pies   *sonriendo*

- Que interesante; y crees que tu puedes lograr eso?  *sonriendo retadoramente*

- Usted es como un demonio, alguien de corazón negro, que juega con las vidas de las personas para su propio beneficio,  alguien tan sucio y vil que puede compararse conmigo.

- Dime algo que no sepa

- Eso es lo que me interesa de usted joven amo; por eso es mi valiosa alma, y por eso pienso marcarla.

- Marcarla?

- Si, no puedo luchar mas contra mis instintos de demonio;  he aguantado mucho por eso Boochan; los instintos de un demonio son como una cualidad innata que alguien siempre poseerá.

 

Cuántos ensayos debo yo luchar

Cuántos más hasta que sea libre

Pero es todo mejor que toda esta monotonía

De toda su cólera, en su corazón negro

Tan vacío y frío

 

-Sebastian, esto ha ido muy lejos; retírate y tal vez no piense en darte un castigo

- Tenerlo y no poseerlo es mi peor castigo.  *Con su mirada demoniaca*

- Sebastian, nunca dejaras aun lado tu esencia, los demonios solo existen para tomar cosas que no les pertenecen y con tu actitud lo estoy afirmando  *con mirada frívola*

- Pronto todo su orgullo y magnificencia lo hare desaparecer  *tomándolo bruscamente del mentón*

- No te será tan fácil Sebastian, recuerda que estas tratando con Ciel Phantomhive

- Veo que aun no se da cuenta en la situación que se encuentra; usted es un humano y yo soy un demonio; que puede hacer usted contra mi joven amo?  * sonriendo malvadamente *

- Hacer que me desees y que no puedas evitarlo  *sonriendo de igual manera*

 

Usted jugó con uno,

Usted jugó con todo,

Mientras que usted  intenta,

Jugar con una hazaña más profunda

Usted oculta cólera en todo lo que usted  hace,

¿Cuantas más víctimas debe usted elegir?

 

Sebastian tomo el cuerpo del joven y  sin medir su fuerza, lo aventó contra su escritorio; haciendo que todas las cosas en este se derrumbaran por el suelo.

 

- Usted no posee nada; ni familia, ni amigos, ni dinero y mucho menos dignidad; porque sigue aferrado a su maldito orgullo.

- Aun estoy vivo; ese es mi mayor orgullo.

- Nunca lograré entender el motivo de sus acciones  *lamiendo el cuello del menor*

- Es natural, si los demonios entendieran a los humanos y estos viceversa no estaríamos destinados a ser enemigos.

- Soy su enemigo bochan?

- Eres una ficha de mi juego llamado venganza; solo eso eres para mi.

-Si yo no le sirviera me botaría a la basura; como lo hace siempre con algo que ya no es de su uso. *Mordiéndole el cuello al menor*

 

Del joven cuello, brotaron  pequeñas gotas de sangre;  el demonio-mayordomo lamio con gula aquella rojiza sustancia… era casi adictiva.

 

- No sabe cuanto deseo que grite y suplique por que no lo torturen; me hubiese gustado ver su cara de sufrimiento cuando se encontraba aprisionado.

- Sebastian, te prohíbo hablar de ese tema; te recuerdo que si eso no hubiese sucedido no estarías aquí presente; así que cállate *mirándolo con furia*

- Lo siento amo; solo que siento envidia de no haber sido yo el causante de tan gran sufrimiento. Pero no se preocupe;  hoy voy hacer el causante de todo lo que sienta.

 

El mayor beso a Ciel intensamente;  poco a poco trato de inmiscuir su lengua, pero recibió un mordisco del menor.

 

- Te dije que no te seria tan fácil Sebastian *escupiendo la sangre de su boca*

-Vaya, esto me hará tomar otras medidas con usted

 

El sirviente sin delicadeza alguna, tomo el cuerpo del menor  y lo sentó en una silla; ato sus manos a la parte superior de la silla, dejándolo inmovilizado.

 

-Desátame ahora mismo

-No lo hare; hoy no pretenderé ser su mayordomo

-Que?

-Hoy soy yo; un demonio; su demonio.  *sonriendo*

-Vaya estupidez viniendo de ti

- Pronto lo hare cambiar de idea.

 

Sebastian volvió a besar el  níveo cuello, siguió con su travesía y descendió por aquel fino pecho; aquella piel podía compararse con la más fina tela, era hermosa, suave y sin ninguna impureza.

 

-Que hermosa piel tiene usted Boochan; parece la nieve misma; me pregunto como quedaría manchada con el bello rojo de la sangre   *sonriendo*

-Eres un….  * No pudo completar su frase ya que su sirviente aruñaba profundamente su pecho*

-Que hermoso se ve así bochan  *lamiendo la sangre*

 

El azabache  lamio la sangre que recorría aquel fino pecho; después comenzó a degustar  los pequeños pero erectos pezones, su lengua se paseo sin tapujos por ellos al igual que sus dientes; era tan insana pero placentera esa acción, que los mordió con parsimonia.

 

-Mmm   *aguantando el dolor*

-Boochan; no tiene porque reprimirse, déjeme escuchar sus aullidos de dolor

-Crees que te daré ese gusto?

-Es lo que mas deseo

 

El mayor retomo su acción, succionó los pequeños botones rosas manchados por la sangre, sintió el joven cuerpo entremeterse ante su contacto y eso le agrado; luego descendió hasta su ombligo, incrusto su uña en el sacando pequeñas gotas de sangre que llevo a su boca.

 

-Que deliciosa en su sangre, el mejor elixir que he probado por varios años

-Mmm no sabía que los demonios tenían gustos refinados.

- No quiero presumir pero siempre he tenido gustos refinados; porque cree que lo he elegido Boochan?

- Pensé que me habías escogido porque me viste indefenso y confundido; porque los demonios son tan sucios que no les importa usar cualquier acto obsceno con tal de tener para comer  *sonriendo*

 

Con resentimiento por las palabras de su amo, Sebastian golpea el rostro del menor haciendo que de su pequeño labio salga sangre.  El conde sorprendido por aquella acción, levanto su rostro y pudo detallar enojo y tristeza en aquellas orbes carmines.

 

-No soporto mas este juego Boochan; cree que insultándome me hará cambiar de idea? En este momento yo tengo toda la ventaja sobre usted y no pienso desaprovecharla   *sonriendo sádicamente*

El sirviente retiraba la ropa interferir del pequeño, a pesar de que su joven amo complicase aquello, de tanto patalear, pudo lograr retirar la indumentaria; denoto aquella virilidad excitada, tan pulcra y sensible, sin duda no solo le gustaba de su Boochan su alma… también su cuerpo.

-Vaya aunque dice que no lo disfruta su cuerpo demuestra lo contrario

- Las reacciones de la razón y el cuerpo son totalmente distintas, puede que mi cuerpo lo disfrute pero yo no.   *Mirándolo con odio*

-Boochan lo tendré todo de usted, su alma, cuerpo y mente; así que ríndase

-Mi mente estará siempre atada a mi pasado; mi cuerpo ya esta marcado, así será por siempre y mi alma es el intercambio por tu ayuda. Así que estas muy equivocado si crees que alguna vez te perteneceré Sebastian.

Sebastian estaba dolido por las palabras del menor; sabia que hablaba con la verdad; el no le pertenecería nunca; había llegado muy tarde a su vida pero no se rendiría; el era un demonio que conseguía todo cuanto quería y ese pequeño para el, era algo más que un deseo; era un anhelo platónico que no se rendiría a obtener. El solo pensar en esas palabras, lo hacían exacerbar así que de de una embestida entro en Ciel.

-Mmm – apretando sus dientes-

-Sus palabras ocasionaron esto

-Ahhh  * jadeando por el dolor*

Sebastian saco su miembro cubierto de sangre, se arrepintió al principio pero sabia que no había marcha atrás; había soñado con que el menor se entregara a el sin ninguna objeción pero lo conocía perfectamente y sabia que no lo haría, por eso decidió tomarlo a la fuerza sabiendo que después de eso su relación se rastrillaría por el suelo.  Volvió a embestirlo con fuerza robando un grito de los pequeños y carmesíes labios.

-Ahhhhhhhh   *gritando  del dolor*

 

El mayor siguió embistiéndolo con mas ansias y fuerza; aun sabiendo que Ciel no se encontraba bien quiso seguir; podía sentir como la dulce sangre de su amo recorría por su falo, además, la cavidad del menor lo estrechaba con una calidez inmensa haciéndolo desear penetrarlo hasta donde fuese posible

-Ahhh Boo..chan esta increíblemente estrecho… me estoy deleitando como no se imagina

-Acaba de una maldita vez   *chasqueando los dientes*

-No pida imposibles; apenas he iniciado

Sebastian acelero las estocadas, el pecho del menor inhalaba y exhalaba con rapidez, su piel comenzaba a transpirar y su cara llegaba a hacer gestos demasiado deseables para el mayor.

 

-Amo… gima… gima para mi.

-No… lo haré Sebastian…. No te complaceré  

-Ni siquiera pidiéndole el favor?  * susurrándole al oído*

-Suplícalo Sebastian… arrodíllate y pídelo como se d

-Siempre he pensado que usted es un humano disfrazado como ángel con un corazón de demonio  *sonriendo*

Sebastian sin flaquear en su capricho, se arrodillo frente al menor; lo miro con ojos de deseo y suplico… era la primera vez que lo hacia… pero jamás se arrepentiría de ello.

-Veo que aun obedeces a tu amo, te premiare con lo que has pedido

Sebastian siguió con su vaivén; se movia rápidamente en aquel esplendido interior… arremetía certeramente esperando que el placer desbordara del cuerpo del menor, hasta hacerlo gemir como deseaba.

- Mmm más… adentro… ahhhh

- Como ordene mi joven amo

Sus fuertes jadeos acompasaban aquel grande deseo que sus cuerpos desbordaban; cada uno anhelando que tan deleitable acto no cesase; pero,  después de varios minutos de tener sexo desenfrenado ambos estaban por concluir.

-Boochan…. Voy a…. terminar  *gimiendo*

-Mmmm Sebastian…. SEbastian…. Ahhhh…. SEBastian … mmm … SEBAstian  SEBAStian SEBASTIAN!!!!!!!

-Boochan que sucede?

-Te estoy llamando desde hace rato; acaso estabas dormido?; ya termine de firmar los documentos.

-Me excuso Boochan, creo que estaba soñando.

-Soñando?. Sebastian acaso los demonios sueñan?   *dubitativo*

-Creo que me llevare los documentos;  con su permiso Boochan  *saliendo del despacho*

-Mmm… creo que nunca lo sabré.

- “Boochan creo que hay cosas que usted no debería saber”  -sonriendo detrás de la puerta-

 

FIN

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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