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El Precio de la Traición por Ritzud Alid

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Notas del fanfic:




Por ahora no tiene nada Hot pero es una historia no apta para menores de Edad por las escenas y el tipo de historia.
Espero disfruten de su lectura, tanto como yo disfruto creando este mundo alterno.

Notas del capitulo:


¡Hola queridos lectores! Esta vez traigo una historia alterna utilizando los personajes de Hiroyuki Takei. Esta Historia está basada en una relación YAOI entre los personajes Hao Asakura y Lyserg Diethel, aunque eso no quita las posibilidades de relacionarse con otros personajes ya que hasta ahora no son pertenecientes entre ellos, al menos no hasta que sea formal. La historia va ir desarrollándose conforme nuestros personajes vayan interactuando a través de un mundo en el que traerá confusiones, tragedias y escenas no aptas para menores.
Es importante resaltar que la intención de este fic es desarrollar mis habilidades en la narración de escenas un poco explícitas y una diversidad de acontecimientos que encaminaran a nuestros personajes a situaciones quizás amargas y traumatizantes. Yo tengo fé que su drama será emocionante y les ofrecerá algo distinto que nacerá de una mente que se trasforma en algo perverso. (Debo de cumplir mi reto, jojo)


+++ El fin es divertirnos en este viaje a la imaginación +++








PD: En el texto aparecerán un agregado (1) o (2), no es necesario que lo lean en el momento, pero sí les pido que lo lean al final del capítulo.


El capítulo se extendió un poco, pero todo tiene un fin, los siguientes capítulos serán mas cortos.

¡COMENZAMOS!



CAPÍTULO I

Noticia Inesperada.



Nos encontramos en la hermosa ciudad de Londres: Ciudad en la que nos situaremos en una familia de alto prestigio; la familia Diethel.

Liam Diethel era el padre, quien en realidad era el que sostenía a la familia. En Londres era famoso por ser el mejor abogado en toda Inglaterra, además, poseía el talento y la habilidad de un detective profesional ya que, después de todo, era la herencia de la familia Diethel por generaciones. Jean de Diethel era la madre, una mujer hermosa a los ojos de cualquier hombre. Todas las mañanas las dedicaba en tiempos en torno a ella, le encantaba visitar el salón de belleza antes de comenzar el día y sus tiempos los organizaba con previa anticipación para realizar todas sus actividades. Por las tardes, las dedicaba al hogar y al cuidado de la educación de su hijo Lyserg.

Lyserg, era hijo único de Liam Diethel y Jean Diethel. …l era un niño de corazón noble y estaba celebrando su noveno cumpleaños. Era un 17 de Mayo casi al punto de las 6 de la tarde y la familia se encontraba en el comedor principal de la mansión. En la celebración, tenían como visita a su abuelo paterno, James Diethel, el único pariente directo de la familia. Este señor era un hombre de negocios, su presencia denotaba autoridad; a pesar de sus años, su tez no mostraba arrugas a efecto de la vejez dándole una apariencia más joven y conservadora. Sus rasgos físicos resaltaban como todo Diethel en la famila: un par de esmeraldas verdes por ojos a los que podrían diferenciarse por el tono del color más obscuro que el de sus descendientes y sus cabellos eran del mismo tono haciéndole juego a sus diamantes, mas para el abuelo de Lyserg, ya eran decoradas con algunas canas, dándole una mezcla a un tono mas grisáceo resaltando la experiencia de un hombre que denotaba fuerza en la familia.



-“Hoy es un día especial y quisiera obsequiarle a mi nieto el único regalo digno para el primogénito de mi hijo: Liam Diethel” – anunció el anciano al pie de su silla capturando todas las atenciones. – “pero primero, ¡un brindis por el futuro de éste joven muchacho que ahora a dejado ser un niño para convertirse en el hombre que deparará un buen futuro!, ¡Ahora en adelante, todos hablarán de Lyserg Diethel, de mi querido nieto quien heredará los bienes de los Diethel!”. –mencionó con un gesto de orgullo elevando su copa en lo alto invitando a proceder con el brindis. La pareja se miraron uno a otro complacidos con sus palabras.

-“Suegro, creo que se esta apresurando con el discurso. Lyserg apenas es un niño, todavía falta mucho para que suceda” – anunció dulcemente la joven mujer haciendo que el anciano tornara su rostro serio a una expresión mas suave y divertida.

–“¡Oh!, eso es muy cierto” – aceptó con un gesto cómico colocando su mirada en el joven. – “pero también lo es el hecho del que el tiempo corre muy rápido y uno nunca sabe lo que el futuro nos depare.” – le sonrió al chico al concluir con lo dicho.

– “¡abuelo!, ¿a qué se refiere con eso?”.- cuestionó el niño al no entender aquellas palabras y dicho esto, el anciano posó sus ojos sobre Liam de manera divertida, dándole a entender un mensaje oculto en eso.

–“¡Oh!, supongo que mi padre se refiere a la sorpresa que tengo para ti” – anunció justo en el momento en que retiraba la servilleta de sus labios y la acomodaba sobre la mesa; dando por concluida su cena. Su esposa, ya impaciente, lo miró con un gesto provocativo invitándole a que confesara. No era algo justo por así decirlo, que siquiera ella conociera la sorpresa. – “¡ya lo sabrás amor!” – comunicó Liam a su esposa con una sonrisa en su rostro.

– “¡Bien!” – reanudó el anciano, capturando la atención una vez más -“¡brindemos porque esta familia se conserve por varios y muy largos siglos, y que en cada uno de esos años, traiga consigo la felicidad incondicional!, ¡Salud!”- expresó dado por concluido el discurso, dedicando un gesto significativo por el brindis a cada uno de sus familiares, y de esta misma manera, Liam y Jean brindaron, concluyendo el brindis con un sorbo del vino que contenía en sus copas.

–“¡Ni se te ocurra Lyserg Diethel!.” – advirtió la señora Jean al descubrir que su hijo tenía colocadas sus manos sobre la botella de vino que compartían los adultos.

–“¡pero no es justo!”- se quejó buscando casi de inmediato a su abuelo –“¡de seguro es mas rico lo que toman ustedes y no quieren compartirme!” – manifestó mirando a sus padres en el momento justo que terminó por reprochar.

– “No es que no queramos compartirte” –anunció por su parte el señor Liam –“Todavía no tienes la edad para tomar lo que los adultos acostumbramos a beber en las reuniones” – dijo riendo con mesura al mirar la expresión desaprobatoria a sus palabras por parte de su hijo. – “pero, siendo ésta ocasión un día importante para toda la familia” – dijo haciendo una pausa para permitir encontrarse con los ojos de su esposa en un acto de aprobación, quien ya intuía lo que le diría.

-“cariño”- intentó reprochar, pero con una expresión descrita por parte de su marido terminó cediendo a su petición y ambos miraron a su hijo.

– “solo por esta vez; lo aclaro” – resaltó su padre – “Te permitiré que lo pruebes un poco”.- concluyó con una sonrisa al ver la expresión de asombro y felicidad que Lyserg presentó al oír sus palabras.

- “¡¿Lo dices en serio?!” – cuestionó incrédulo, tomando como respuesta afirmativa la expresión que ambos padres ofrecieron a su hijo. El abuelo que se había mantenido cayado durante ese tiempo, terminó riendo por la actitud de su nieto. – “Entonces, ¡me serviré un poco!” –anunció mientras tomaba entre sus manos la botella de vino tinto que acercó hasta la copa donde se serviría un poco.

- “Hay, haber” – mencionó su abuelo desde su lado izquierdo, haciendo que el muchacho suspendiera con lo que hacía. –“permíteme ayudarte con eso” – expresó tomando la copa y el vino, y luego, terminar por servirle un poco de su contenido – “aquí está, ahora puedes probarlo” - expresó gustoso al acercarle la copa.

-“¿no es mucho lo que le sirvió?”-cuestionó la señora un poco preocupada.

-“No, tranquila Jean, es la cantidad justa” – respondió su esposo tomando entre sus manos las de ella para tranquilizarla. Se encontraba nerviosa por que independientemente de la cantidad que se le haya dado a Lyserg, sentía que no era normal que a esa edad se le diera ha beber (aunque solo fuera para probarlo) y lo tomara tan tranquilamente. No obstante, el muchacho tomó entre sus pequeñas manos la copa y la llevó justo a sus labios, inclinándola un poco cada vez hasta tocar con su labio superior parte de ese liquido rojizo que no tardó en identificar el sabor amargo y dulce que provenía de su contenido. Probó un poco más, dando un trago y la expresión que le causó provocó que se desataran las risas y carcajadas por parte de sus parientes.

-“¡¿Qué es esto?!” – cuestionó con asco, llevándose a la boca el dorso de su mano para limpiarse.

-“¡Pues vino!, ¡qué más!” – anunció el abuelo divertido al ver su expresión.

–“Creo que después de todo, no te gustó” – dijo su padre ésta vez.

- “Lyserg, ¡¿para qué crees que es tu servilleta?!” – regañó esta vez la madre al ver a su hijo limpiarse con la mano para retirar el sabor de sus labios. Ante esto, Lyserg tomó de sus piernas la servilleta y se limpió sobre ella.

-“¡Sabe horrible!, ¡no se cómo pueden tomárselo tan plácidamente!” –anunció el chico molesto en el momento que tomó su vaso antiguo y tomó de su contenido.

-“Por eso se te dijo que no era para ti. No todavía” – le explicó Liam.

-“¡Ni nunca!” – sentenció Lyserg con desaprobación. El resto de sus familiares se limitaron en reír ante el comentario.

-“Eso dices ahora, pero ya te veré dentro de unos años” – Mencionó el anciano con seguridad en su experiencia.

- “Lo dudo” – se limitó por decir con un gesto inexpresivo.

- “El mismo gesto de tu abuela” – mencionó con mesura –“mira a quien heredaste después de todo”- dijo esta vez con palabras mas ásperas al ver reflejado en su nieto a su difunta esposa. –“ejem” – se aclaró la garganta al notar que el ambiente había cambiado de atmósfera –“No quiero decir con ello que no haya heredado los atributos de esta hermosa dama” – anunció, dando alusión a quien se refería al tomar la mano de la esposa de su hijo y sellarle un beso sobre ella. –“por su puesto que tiene sus finos rasgos” - concluyó complacido.

- “Muchas gracias” – dijo la señora en un tono encantador.

-“Es para mí todo un placer” – expresó satisfecho.

-“ Tú lo has dicho, padre” – intervino de pronto el señor Liam – “tiene muchos rasgo de mamá”.

-“Sí, ella fue una mujer encantadora, espero que también se lo herede” – expresó con encanto la joven mujer.

-“un momento” – intervino el joven con desgano –“no me parece justo que sólo ustedes la hayan conocido y yo no” – reprochó desconsolado. A lo que solo pudo oír el gesto dulce de su madre:

-“En normal que no la hayas conocido, ya que ella se fue antes de que tu padre y yo nos comprometiéramos al matrimonio”.

- “pero recuerdo lo mucho que ella deseaba que fueras la esposa de nuestro hijo”. – mencionó el viejo James.

- “se lo agradezco” – expresó gustosa.

La cena ya se había vuelto un poco aburrida para Lyserg, al menos podía agradecer que la celebración se tornara en la única familia para él. Recordaba las muchas ocasiones que las celebraciones se habían dado con toda una diversidad de desconocidos volviéndola tediosa y aburrida; mantenido siempre el mismo estatus social de la clase alta.

Miró una vez más a los adultos, éstos seguían riendo y conversando de cosas que no entendía. Observó entonces, que la servidumbre había retirado los platos dejando el vino y sus respectivas copas. No era que no estuviese acostumbrado al buen servicio, pero su familia al menos trataba de no contar con muchos sirvientes. Su madre era de las personas que pensaba que el que hiciera la comida por ella y colocaran los cubiertos en la mesa, era como quitarle al hogar el toque maternal. Aunque eso no quita el hecho que tuviera a su disposición una que otra sirvienta que le ayudara en la labor; así como también, las que se dedicaban al lavado y planchado de la ropa o los que sacudían y mantenían el orden en casa. Pero habían cosas, detalles que su madre no permitía pasar por alto. Por ejemplo, el que Lyserg recogiera su propia habitación y lo mantuviera limpio y en orden. Era muy estricta en cuanto a su educación: no le permitía ensuciarse y mucho menos mantenerse en casa con el uniforme de la escuela el resto de la tarde. Cuando se reunían en el comedor a la hora de la comida, jamás se salvaba de recoger sus trastos y llevarlos al fregadero a lavarlos. …sta y otras labores que le asignaban al muchacho entre sus deberes lo hicieron renegar muchas veces. En casa de sus compañeritos esos “deberes” no les obligaban a cumplirlos. Pero al mismo tiempo sabía que jamás observaría lo que en su propio hogar podía experimentar, y ese era el amor familiar. Eran cosas muy simples, pero únicas para Lyserg, y todo comenzaba con el convívio familiar, incluso en un día ordinario. Sus padres a pesar de la infinidad de actividades en mente por realizar, siempre se daban el tiempo de acompañarlo en la mesa durante el desayuno, en la comida y en la cena. No le permitían muchas cosas como a sus amigos de la escuela, pero también sabía que lo cuidaban y estaban al tanto de él; eran detalles que no podía dejar pasar cuando se encontraba de visita en hogares ajenos al suyo.

De algo estaba seguro:


“sus padres lo mimaban mucho”



Lyserg sonrío para sí, invitando a su mente prestar atención al tema de conversación de su familia. Descubrió en ello que habían retornado al tema de su abuela, y se mantuvo callado volviendo a dejar en segundo término lo que estaban dialogando, permitiéndose entonces, volverse a perder en sus pensamientos. Sabía que siempre que le recordaban el tema de “abuelos”, “tíos”, o “primos” le inquietaba el hecho. Ni su padre, ni su madre tuvieron hermanos, por eso quizás ahora podía entender porqué él tampoco los tenía. Pero tampoco pudo conocer a sus demás abuelos, eso incluía a la abuela por parte de su padre a la que ahora pudiera agradecerle de que a falta de su presencia el tema de conversación se volviera en torno a ella. No era que quisiera Lyserg toda la atención, lo que en muchas veces le molestaba era que hablaran de sucesos que le eran totalmente desconocidos.

-“jamás conocí a mi abuela, muchas veces hablan de ella y no me gusta que terminen diciendo lo mucho que me parezco a ella en cuanto a mis expresiones. Ni siquiera noto cuando lo hago, no poseo ninguna referencia que me compruebe si sus palabras sean totalmente ciertas. Además” – mencionó para sí, observando el cuadro que mostraban sus padres y su abuelo que disfrutaban de aquella charla – “¿qué tiene que ver todo esto conmigo?, ¿en verdad se parece tanto a mí?” – pensó observando cómo todos volvían sus miradas en él, limitándose a devolver una sonrisa a sus parientes, los cuales volvían a retomar la charla - “En verdad, dudo mucho que sea así, mi cabello es igual al de mi padre, aunque seguramente lo heredó de mi abuelo. Pero, ¡pude heredar rasgos de mis otros abuelos!, digo, tengo rasgos de mi madre, así que no todo tiene que ser por parte de mi padre, ¿o si?”–mencionó desganoso.

-“¡Lyserg!” – se escuchó la voz femenina.

- “Mm, ¿si?” – cuestionó dudoso al regresar de sus pensamientos, no sabía con exactitud cuándo habían abandonado la mesa y se mantenían al pie.

- “Hijo, te ha estado llamando tu madre, ¿es que acaso deseas quedarte ahí el resto de la noche?. ¡Anda!, ¡levántate y acompáñanos a reunirnos en la sala!.” – dijo Liam un poco impaciente al no encontrar reacción por parte de su hijo.

- “¡Eh; si!” – dijo como respuesta, levantándose de su lugar sorprendido de haber perdido la noción del tiempo; colocando seguidamente la silla en la mesa, y dejarla como es debido por educación, siguiéndolos después por las diferentes salas hasta llegar a la sala principal de la casa(1)

La sala era hermosa, estaba adornada por diversas esculturas y hermosos cuadros que hablaban de la majestuosidad con las que fueron creadas. Al fondo de la sala lucía una hermosa chimenea de mármol trasmontada por una ventana dorada y sobre el que hay un gran espejo con marco dorado terminado con detalles en madera. Frente a éste se encuentran dos muebles individuales que formaban una v abierta hacia ella, ofrecía una placentera charla de dos personas y que cuyo centro en separación se encontraba una mesita donde yacía como adorno un hermoso cenicero. A sus costados, en cada una de sus esquinas de la habitación, la presencia de unas elegantes masetas que ocupaban el pequeño espacio entre la pared y unas extensas cortinas de seda de color a la caoba que terminaban un poco antes de llegar a la otra pequeña sala de visitas y que a su fondo en contraste un color beige, permitiendo que la ligera cortina trasparente cubriera el gran ventanal que impedía ver el exterior. Mas adelante de la chimenea, se observaban otros muebles de la gran sala a una distancia prudente entre ellas y que en su espacio entre ellas cubría la pared separando los dos ventanales de cada lado de la habitación. Las paredes resaltaban algunos relieves que lucían los grandes ventanales estéticamente. Y delante de estas paredes unas esculturas majestuosas para llegar a la salsa principal.

Desde otro ángulo, desde la entrada de la sala, se podía observar principalmente, los muebles que formaban parte de la sala principal y que hacían un círculo delante a la hermosa chimenea a unos cuantos metros de distancia, dándole la espalda: el mueble mayor, y que a los costados del mueble se encontraban dos muebles que le seguían en tamaño y un cuarto que era individual que daba vista a la chimenea. Cada mueble les separaba una mesita donde sobre de ella se encontraba una lámpara que era uniforme a las demás. Los muebles eran de un estilo Luis XVI, cuya madera era de caoba; un material fuerte y de brillo natural, con detalles tallados a mano que resaltaban el profesionalismo de su diseñador. Por encima, en el techo reforzaban la encantadora estructura, dos candelabros equidistantes con mas de 182 piezas de gotas de cristal y por debajo de esta, una mesita en madera al juego de los muebles, protegido por un vidrio que le separaba de su superficie con el decorado de flores en su centro, y que se mantenía sobre una elegante alfombra que cubría gran parte del piso de mármol.

Al llegar, cada uno se acomodó de acuerdo al lugar que le brindara comodidad. El señor Liam Diethel se ubicó sobre el mueble mas ancho que compartió con su esposa ubicada frente a la chimenea y frente al mueble individual que el señor James encontró confort desde que había llegado a la mansión, sus pertenencias se encontraban ubicadas alrededor del mueble y que sin ánimos de separase de ellas, no había pedido que se las llevaran a guardar. En cambio, Lyserg tomó el sillón del lado izquierdo a sus padres y de lado derecho de donde se encontraba su abuelo.

- “¡Estuvo muy rica la cena!” – anunció el viejo una vez hundido en el sillón.

- “Me alegro que haya sido de su agrado” – mencionó la mujer con un gesto dulce.

- “Estoy muy contento y sobre todo muy agradecido que me hayan invitado a su celebración”. – dijo alegremente al observar a toda la familia reunida en la sala prestando sus atenciones a su persona.

- “Padre, eres parte de nuestra familia, no tienes por qué agradecer, al contrario, nosotros somos los agradecidos por venir a visitarnos” – expuso Liam como de costumbre al notar melancolía en sus palabras.

- “Debería venirse a vivir con nosotros. A toda la familia le complacería tenerlo aquí. Dígame ¿qué hace en Alemana y solo? ¿No se aburre?” – cuestionó Jean por su parte intentando de alguna manera convencer que el padre de su esposo se mudara a la mansión; después de todo, Liam era su única familia.

- “¡No, no!” – mencionó el viejo – “yo ya no estoy para venir a causarle molestias a una familia joven como ustedes.” – mencionó con desgano – “yo ya hice mi vida y no tengo nada que hacer en sus vidas.”

- “No digas eso, eres mi padre. ¡Por su puesto que eres parte de la familia! Y nos daría mucho gusto que dejaras Alemania y regresaras a tu patria” – anunció Liam con voz suave.

- “¡Si abuelo! ¡Sería divertido tenerle en casa todos los días!” – gritó Lyserg pensando en lo agradable que le sonaba la idea.

-“ ¡Lyserg!, ¡compórtate hijo!, ¡no hay necesidad de que grites de esa forma!” – le llamó la atención la señora Jean.

- “Lo siento” – dijo cabizbajo desde su lugar – “…..” “¡por favor abuelo!, ¡di que sí!” – insistió una vez más.

- “¡Bueno!, ¡bueno!, ¡lo pensaré!, pero no te aseguro nada”. – concluyó sonriendo al verle emocionado. – “Oh, casi se me olvidaba el motivo de todo este arguende” – rió aun mas para si.

- “¿qué abuelo?” - cuestionó incrédulo. A lo que sus padres sonrieron ante el gesto.

- “Pues, ¡tu regalo Lys!. ¡Ven Aquí! ¡Dale un abrazo a tu abuelo y recibirás lo que tiene para tí!” – Invitó el anciano gustoso levantándose de su lugar para recibir el abrazo de su nieto, a lo que éste corrió encantado y dispuesto de hacérselo llegar – “¡Muy bien!” – mencionó complacido al recibir su vitalidad. Entonces se separó de Lyserg, sacando de su saco ubicado en el sillón, el regalo que había dejado escondido para dárselo en el momento que eligiera conveniente. Era una costumbre familiar llegar aparentemente sin regalo para el niño y al final decidir cómo dárselo. Lyserg en realidad, no esperaba ansiosamente en qué momento se lo daría, quizás por que ya estaba acostumbrado a que si se mostraba ansioso, el tiempo se prolongaba más de lo usual. –“¡Es todo tuyo!” – le dijo al entregárselo en sus manos, otorgándole una sacudida sobre sus verdes cabellos.

- “¡Muchas gracias!”– dijo el joven con entusiasmo. Se apresuró abrir el obsequio sacando un estuche elegante que contenía sus iniciales con letras doradas; el material era de piel fina y medía más o menos unos 10 x 15 centímetros. – “¿Qué es?” – pregunto impaciente.

- “Averígualo por ti mismo.” –mención el viejo encantado de ser parte de ese día importante para su nieto Lyserg.

- “¡Waohhh!” – Gritó con extrema excitación al mirar su contenido.- “¡Muchas Gracias Abuelo!, ¡es hermoso!” – declaró encantado con el obsequio.

Le habían obsequiado un diamante genuino en forma de un péndulo(2). El anciano creía que el péndulo era un instrumento de conocimiento y por lo tanto un regaló digno para su único nieto. Fue diseñado y creado especialmente para Lyserg, ya que no se trataba de cualquier péndulo sino uno que permitiera girar lenta pero continuamente en dirección de la marcha del reloj en aceleración ondulante, más conocido como el péndulo de Foucault. Dentro del estuche, estaba adornado con un material de oro impreso con símbolos que expresaban un significado para la familia Diethel; y en el centro, un círculo que distinguiblemente era la flor de los vientos que marcaba el camino que trazaría el péndulo.

- “No tenías que darle algo así” – mencionó el señor Liam asombrado del costoso obsequio.

- “¡Sí, sí debía!” – declaró el viejo – “¡No todos los días mi nieto cumple sus nueve años!”

- “pero aún así”.- replicó una vez más.

- “tranquilo hijo mío, quien sabe si para los próximos años pueda seguir viendo el crecimiento de mi nieto”.

- “No diga eso, ¡por favor!” – pidió esta vez Lyserg, retirando el obsequio de su vista al extenderlo en la mesita de la sala, volviéndose hacia el viejo para abrazarlo con fuerza. La sensación de abandono era terrible. Le angustiaba pensar que tarde o temprano su abuelo lo dejaría como sus demás abuelas.

-“¡Hay padre!, ¡nada mas diciendo cosas que angustian!”- alegó irritado Liam a lo que su esposa acudió con un toque de manos entre ellos.

- “Lo siento, esa no fue mi intención” – mencionó intranquilo – “Lyserg, te prometo que mientras siga vivo; ¡yo!, ¡tu abuelo!, ¡siempre estará donde lo invites!.” – anunció con entusiasmo en su intento devolverle el ánimo a su nieto.

- “¿Lo dice en serio?” – cuestionó más tranquilo.

- “¡por su puesto!”

- “entonces, ¡múdate con nosotros!” – pidió, haciendo desaparecer la sonrisa que mantenía el viejo.

- “No puedo hacer eso”- mencionó con una voz áspera.

- “¿por que no?” – cuestionó con desilusión.

- “Te prometo que cumpliré todo capricho que me pidas, excepto eso último” –continuó con un tono más entusiasta.

- “no creo que deba hacer eso” –intervino la dama preocupada de que en verdad accediera en un futuro a todos sus caprichos.

- “no te preocupes” –le respondió –“mi nieto es un hombre de bien” – mencionó con orgullo ante esto. –“ya, Lys ¿a qué van esas lágrimas?” – cuestionó limpiando de sus rostro aquellas gotitas cristalinas que comenzaban a surgir de sus ojos esmeraldas.

-“¡no quiero que te mueras!” – pidió con una voz lastimera.

-“Oh, yo no lo quiero hacer” –le habló con voz juguetona – “y te juro que cuando la calaca intente algo, diré: ¡no!, ¡aún mi nieto no quiere! ¡y peleare hasta que se valla!” – y dicho esto comenzó a hacerle cosquillas como acto de batalla, levantándole el ánimo al pequeño chico.

Liam esperó a que su hijo y su padre dejaran el juego de las cosquillas para levantarse de su lugar y colocarse en un lugar donde pudiera mantener toda la atención: -“creo que ya es tiempo de cambiar el tema” –dijo con intensiones de dar paso al siguiente punto. – “supongo que querrás conocer de qué se trata mi regalo éste año.”

- “¿No es algo físico?” – cuestionó el jovencito tomando entre sus manos el obsequio de su abuelo, para luego encaminarse hacia el sillón y volver a retomar su asiento.

- “¡Oh!, muy astuta tu pregunta, ¡ya lo has adivinado!” – mencionó con orgullo.

-“Acaso ¿es un viaje?” – preguntó esta vez impaciente.

- “La paciencia es una virtud muy poderosa, recuerda que nunca te falte”.

- “lo entiendo” – mencionó con voz suave. – “¿será un acertijo?”

- “Esta vez no”. – contestó. – “Quizás, ahora no lo veas como algo útil o de mayor importancia. Pero siempre preocupo mantener buenas relaciones en cualquier ámbito de mi vida, y quiero hacerte saber, mis razones para que comiences a ver por tu futuro”.

- “A caso… ¿me inscribiste alguna escuela? ¿Un curso de verano? ¿A un concurso?” – cuestionó esta vez con desagrado.

- “Tranquilo, ¿qué te dije de la paciencia?” – alegó el padre, invitando a su hijo a relajarse.

- “No me culpes” – soltó desolado – “Me has hecho partícipe de múltiples eventos escolares. Y por alguna extraña razón siento que tiene alguna conexión en eso”.

- “¡Correcto!” – gritó con entusiasmo – “la primera cosa que tienes que hacer en la vida es escuchar lo que tiene que decir tu intuición. Y ¡tu lo haz hecho bien! ¡Te felicito!”.

Lyserg no dijo una palabra durante varios segundos, en verdad esperaba que no fuera así, pero al escuchar la afirmación a sus presentimientos por parte de su padre le quitaron los ánimos de querer intentar averiguar de qué se trataba el asunto. Pero, por mas que intentara evadir el tema, su padre, su abuelo y su madre esperaban alguna señal que permitiera seguir con el juego.

Suspiró resignado antes de mostrar un poco de interés:

– “¿Y bien?”- cuestionó.

- “He visitado las distintas Universidades en Londres ylos planes de estudios que están ofreciendo son muy flexibles. Hoy en día las cosas están cambiando, ya no son como antes. Ahora las universidades ofrecen más facilidades para estudiar en el extranjero.” – anunció placidamente a sus invitados sin notar que en realidad se suponía que estaba hablando con su hijo.

-“ahí vamos de nuevo” – suspiró con pesadez.

-“cariño, ¿qué es lo que tratas decirnos?, tu hijo apenas cumplió los 9 años, no los 19”- cuestionó esta vez su esposa con un gesto de preocupación.

-“Familia, a lo que me refiero con esto, es que Lyserg podrá irse a estudiar al extranjero antes de lo que esperábamos”.

- “Te .. refi-eres a….”- cuestionó inexpresivo el muchacho.

- “¡Así es!” “Que he creado una cuenta con una fuerte suma para los estudios de Lyserg en la Universidad que él elija. Por su puesto que está asegurada, y podrá disponer de ella hasta haber cumplido sus 15 años”. –declaró con satisfacción y orgullo. Los rostros inexpresivos por parte de su familia se dejaron ver: La esposa no esperaba escuchar una noticia como lo era el que acababa de darle su esposo y el abuelo, bueno, jamás se le habría ocurrido. Lyserg en cambio, suspiró con alivio.

- “Amor, ¡es el mejor regalo que pedieras haberle dado a nuestro hijo!” – mencionó la señora Jean maravillada con la noticia.

– “Claro que mi plan es seguir depositando a la cuenta para que su preparatoria la haga posiblemente en el extranjero”. – añadió más complacido al notar los rostros de sorpresa de parte de su esposa y de su padre.

- “¡Qué noticia tan interesante!” – habló al fin el viejo – “Si de eso se trata, yo también aportare una suma importante para los estudios de mi nieto”- comentó gustoso.

-“Suegro, no tiene por qué molestarse en hacerlo” – expresó la mujer en un gesto de agradecimiento.

- “No, no. No es ninguna molestia, al contrario. Siempre he deseado poder apoyarlos de algún modo.” –dijo.- “así que me tienes que pasar el número de cuenta y el banco al que pertenece; también pienso poner mi aportación”.

- “No pudo negarte nada, después de todo eres mi padre”– mencionó Liam con mesura. – “Pero espero que no estés pensando en exagerar”

- “Bueno, tampoco puedo afirmártelo con seguridad. Sé lo costoso que son esas escuelas y la suma que genera al año. Pero participaré con la mayor cantidad que pueda y si luego puedo seguir apoyando con …”.

-“ ¡no!, ¡no!, ¡ya dije que NO!”. – arrebató a sus palabras con mandato.

- “Eso ya lo veremos luego. Mientras tanto, ya se ha dicho.” – concluyó con serenidad, logrando hacer suspirar a Liam Diethel en manera de derrota. Volvió a respirar un par de veces luego, recobrando el ánimo para proseguir con lo siguiente:

- “Bueno familia, como ya conocieron el regalo que le tenía a mi hijo, ahora tengo algo que anunciar, ¡hay que aprovechar el momento!” – expuso jovial.

- “¿Es que hay más?”- cuestionó con sorpresa la esposa un poco emocionada con la noticia que pudiera anunciarles.

- “¡Claro que si!.” – Mencionó con mayor júbilo, posando sus ojos en los ojos del pequeño, lo que Lyserg interpretó como una mala señal haciendo que su cuerpo se transportara hacia su madre sin dudarlo.

- “mmm, Creo que a Lyserg ya no le agradó la idea.” – Mencionó la mujer al mirar a su hijo en busca de su protección.

-“A mi hijo lo que le fata es un empujoncito, ¡nada más!. ¡Y encontré la mejor manera de hacerlo!.”

- “Ah ¿si? “– Cuestionó con sarcasmo – “¿Encontraste la solución a su problema?”

- “¡Así es! ¡Aunque no me lo creas, Mujer!.” – comentó Liam mirando a su hijo con un gesto complacido. A lo que Lyserg correspondió abrazando a su madre con ímpetu.

- “habla” – le ordenó. El padre disfrutó el cuadro familiar: Su esposa impaciente por saber de qué se trata el asunto y por otro lado, su hijo asustado, aunque para el padre esto último era una exageración por su parte.

- “Me tomé la libertad de ir a la escuela de nuestro hijo y me entere que...”

- “Espero que no se te haya ocurrido enviar a tu hijo a estudiar al extranjero”- advirtió su esposa con un gesto cómico.

- “¿por que no? ¡¿cuál sería el problema?!”- cuestionó Liam de forma apacible.

- “¿Cómo vas a enviar a tu hijo lejos de casa a esta edad?!- expresó con sorpresa – “¡Por favor Liam hay que pensar en las cosas!”. – expresó con estupor.

- “¡Esta bien, esta bien!, Sé que no quieres que se vaya y menos siendo un niño” – aclaró el padre riendo al observar que su esposa arrugaba su gesto.

- “Acaso ¿tu si?”– cuestionó- “¡¿Crees que es correcto que a sus 9 años se aleje de su casa?!, ¡¿de su familia?!”

- “No veo la razón para decir que no lo es” – admitió sin mucho afán.

- “¡Liam!” – regañó a su esposo esperando una respuesta mas convincente.

- “Cariño, ¿cuántos niños son huérfanos y salen adelante?, ¿cuántos que viven en los pueblos mandan a sus hijos a las ciudad a vivir solos o con alguno de sus parientes? y ¿cuántos no a casas ajenas por que deben de rentar o por que..”

- “¡¿Entonces te parece bien?!” –arrebató molesta ante su respuesta.

-“solo digo que no por que tú consideres incorrecto el hecho de que a la edad de tu hijo salgan lejos del hogar o de casa a estudiar, precisamente lo sea también para otras familias” – aclaró – “lo que quiero decir es que no le veo lo malo. Simplemente estoy de acuerdo contigo en que no es el momento para nuestro hijo. ¿Es eso lo que querías oír?” – cuestionó con un tono mas serio.

-“¡Si!, ¡eso es lo que quería oír!”- admitió la mujer –“¡Aunque debo de aclararte que lo único que me ha de importar es cómo nosotros hemos de educar a nuestro hijo, y no porque otras familias que por falta de recursos u otro tipo de situaciones ajenas al nuestro, hagan o digan lo contrario, nosotros debemos hacerlo también!” – declaró la mujer molesta.

- “¡huy!; esto se volvió interesante” – interrumpió el viejo – “por lo que pudo ver, las cosas aquí se pondrán calientes”.- expresó cómicamente hacia su nieto, el cual le sonrió.

- “No, claro que no padre, solo es una charla y esta vez diferimos un poco” – comentó Liam.

- “¡ha!, ¡¿solo un poco?!” – cuestionó molesta.

- “Jean, es solo una charla, ¡nada mas!. No estamos discutiendo alguna situación que nuestro hijo deba de pasar para que te pongas así!” – manifestó en un tono molesto esta vez.

-“¡pues tal parece!” – declaró la mujer irritada.

- “¡Oh, claro que no! ¡y lo sabes!” – evidenció Liam prestando toda atención en su esposa invitando a no comenzar una discusión.

- “De cualquier forma familia, yo me paso a retirar.”- interrumpió el anciano, levantándose de su lugar y dando a entender que no declinaría su decisión. – “Conozco la salida, no hay necesidad de que me acompañen”. – añadió complaciente sabiendo lo atentos que han llegado a ser.

- “¿cómo?”- cuestionó con sorpresa el señor Liam – “creí que pasarías la noche en una de las habitaciones de nuestra casa.” – comentó con preocupación.

- “No, jamás me he quedado, así que no te angusties”- comentó – “Pasaré la noche en el hotel familiar. Mañana lo más temprano regresaré Alemania.”

- “¡No te vayas!” – pidió el chico nostálgicamente mientras corría abrazarlo con fuerza.

- “tengo que partir, mi nieto”. – le dijo el viejo mientras acariciaba sus verdes cabellos revolviéndolos como pudo.

- “Suegro, no tiene que irse si no quiere” – pidió Jean al ponerse de pie junto a él – “Si es por la situación de hace rato, no se lo tome personal, muchas veces mi esposo hace y dice las cosas sin pensar”. – comentó con ánimos de que retractara su partida.

- “En verdad, ¡Gracias!; pero este viejo debe de irse a descansar” – expresó con mayor júbilo, y volviéndose hacia su hijo – “Mañana te hablo para que me pases el número” –y girando su rostro hacia abajo - “Lys, me tengo que ir” – pidió su abuelo tomando su mentón y hacerle mirar en dirección a él para regalarle una sonrisa y mientras esté comprendía su silenciosa expresión, tomó su sombrero sobre una de las mesitas de a lado del sillón de donde había estado sentado y lo colocó sobre su canosa cabeza. Su nieto deshizo el abrazo, y el viejo Diethel se acercó entonces a su hijo y a su yerna a fin de despedirse.

- “En verdad, pude quedarse con nosotros.” – insistió la dama.

- “Será en otra ocasión, agradezco la invitación.” – le sonrió el viejo señor invitándole a la dama a recibir su mano en despedida y luego recibir un abrazo de parte de ella tras despedirse.

- “Jamás nos has aceptado una sola, ¡por esta vez!, ¡acéptala!” – pidió su hijo insistentemente.

- “No, aún no es tarde, fácilmente pudo irme tranquilo.” – agradeció una vez más a sus atenciones, tomando fuertemente la mano de su hijo y luego colocar la mano libre sobre su hombro con ternura y un toque de tristeza – “Por favor, aquí quédense que tienen cosas de qué hablar.”

- “Pero” – intentó alegar mas su gesto dulce le hizo ceder a su petición –“Al menos espero que pronto nos concedas recibir noticias tuyas” – suplicó su hijo con aflicción.

- “Ya veras que sí” – dijo el viejo una vez roto el agarre entre manos, apretando con mas fuerza el hombro donde yacía la otra.

- “y ¿yo?” – cuestionó Lyserg con tristeza.

- “Tu también. Así será mejor.” – le dijo con palabras dulces al dirigirse a su nieto, rompiendo el lazo con su hijo. Tomó su saco del sillón y giró un poco en dirección a su nieto – “Disfruta de tu regalo.” – y dicho esto, el señor se retiró de la sala encaminando sus pasos a la salida ya conocida.




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- “¿Y bien?” – comenzó esta vez la mujer al hablarle a su esposo una vez que escuchó la puerta principal cerrarse. No dejaría este asunto inconcluso y menos conociéndolo.

- “Será mejor que el tema lo dejemos para otra ocasión” – mencionó con cansancio sin darle importancia al asunto.

- “¡Quiero hablar ahora al respecto!. Desde hace tiempo he permitido que mi hijo cumpla todos tus caprichos en cuanto a la educación que tú mismo has creído conveniente. Pero me preocupa que te empeñes en que tu hijo se vaya lejos de casa y no me gustaría que intentaras meterle en la cabeza que podría hacerlo a esta edad, ¡eso es algo que no pudo permitirte Liam!.”

- “No le veo el problema el que Lyserg pase un año lejos de casa.”- admitió fastidiado dándole entrada al asunto.

- “¡Tiene 9 años!” – le reprochó su esposa.

- “¡De acuerdo!, ¡tu ganas!, ¡Pero eso no quita la posibilidad de que a estas alturas pueda ir a otro lado, no se, a Francia, o a Rusia, sería muy bueno que practicara las costosas clases que pagué!.” – alegó airado con su esposa.

- “¡Por que quisiste, Liam!” – arrebató sin mucha amabilidad a sus palabras. A estas alturas, hacía un esfuerzo por tranquilizar los nervios de punta que le gobernaban en su instinto maternal.- “a veces me pregunto si un día de estos no volverás loco a nuestro hijo con tontas exigencias por tu parte.”

– “¡A tu hijo no le va a pasar nada si estudia un poco más que los otros niños de su edad!, ¡al contrario!, ¡está en la edad perfecta para aprender!. ¡Ahora es el momento de invertir en su educación!.” – insistió su padre molesto.

- “¡Para ti es muy fácil decirlo!” – reprochó fastidiada con la actitud de su esposo deteniéndose en exhalar aire antes de volver a decir una palabra al respecto, logrando encontrarse frente al rostro de su hijo quien estaba sentado en el sofá muy atento en ambos padres. – “Te has molestado alguna vez en preguntarle a tu hijo ¿qué siente?, ¿qué piensa sobre esto?”– cuestionó la mujer al notar tristeza en Lyserg.

- “¡Por favor Jean, a ésta edad no saben lo que quieren!” – alegó disgustado por la actitud que estaba tomando su mujer.

- “¡por eso! ¡Precisamente por eso me preocupa que estés empeñado en enviar a tu hijo lejos de su casa!. Te has preguntado a caso ¿con qué clase de personas se va a relacionar? ¡Es importante guiarle ahora!. ¡¿o es que acaso nos vamos a mudar con él?!”– cuestionó irritada al no encontrar la forma de hacerle entender cuál era el punto en el que no coincidían.

- “¡Por su puesto que ya lo he pensado! ¡Y por eso ya tomé una decisión al respecto!. De alguna manera te ampliará el panorama de cómo estas viendo las cosas ahora. No siempre será malo. Verás que las cosas son de una manera un poco distinta a como las percibes. ¡Por supuesto que siempre se corre riesgos!. ¡La vida es así!. Todo dependerá de nuestro hijo y qué tan al pendiente estemos de él. ¡No será fácil Jean separarse de él y lo entiendo!, pero debemos de pensar en lo que será bueno para nuestro hijo”. – alegó en tono más tranquilo, mostrando una expresión menos sebera al hablarle a su esposa.

- “Pero no me parece correcto. Espera a que termine la secundaria y entonces hablamos del tema. Por ahora no le veo caso de arriesgar a nuestro hijo.”- le habló en un tono más compresivo.

- “Si, esta bien” – expresó Liam relajado al notar menos tensión entre los dos, volviendo su expresión a una forma mas divertida.

- “¿bien?”-cuestionó ella con sorpresa por el extraño cambio de ánimo.

- “Sí” – aceptó divertido al encontrar sorpresa en Jean.

-“ y entonces ¿qué hemos estado haciendo en todo este tiempo?” –cuestionó confundida al no encontrar razón de la discusión que habían mantenido.

-“Ah, es que no me dejaste continuar.” –admitió para su sorpresa.

- “pero tu lo dijiste claramente…”

- “No lo hice” – arrebató –“Tú declaraste que se trataba de nuestro hijo. El asunto no esta tan perdido después de todo, pero te pudo asegurar que el fin no era enviar a nuestro hijo al extranjero.”

- “¿a no?” – se escuchó cuestionar incrédulo esta vez por parte de Lyserg, interrumpiendo con sorpresa a sus padres.

- “¡No, claro que no!.” – afirmó una vez mas para su hijo soltando una carcajada al ver la cara de espanto que tenía.

-“Pero entonces, ¡ya dí lo que querías anunciar!” – pidió su esposa ya impaciente con todo ese arguende.

-“Bueno, Hay que recordar que la escuela en la que ahora asiste Lyserg, tiene incorporada la secundaria y hasta ahora me ha agradado la escuela, a mostrado que es de las sobresalientes en Inglaterra y sin dudarlo esperaría que concluya su secundaria ahí mismo.”

- “Sí, eso lo entiendo Liam, pero ¿cuál es tu punto? ¿A dónde quieres llegar con todo esto?”.

- “Me enteré de las facilidades que ofrecen al otorgar becas en apoyos a sus estudiantes y me interesó de sobremanera los procedimientos que se llevaban a cabo. El intercambio se realizará entre 12 escuelas de mejor prestigio en los distintos países que se unieron con el fin de implementar nuevas oportunidades a nivel primaria y secundaria a modo de prueba, entre ellas se encuentra por su puesto la escuela de Lyserg. Esto se debe al problema que se encuentran al tratarse de periodos más largos, estamos hablando de 1 año, que es lo que dura un ciclo escolar”

- “¿intercambio de estudiantes? No entiendo a qué te refieres. ¿Mandan de un lado cierto numero de alumnos y por otro lado también?” – cuestionó un poco desconcertada en el asunto.

- “algo así, pero solo son unos cuantos y los que cumplan con ciertos requisitos. Te lo explicaré mejor de esta manera: Las universidades ofrecen intercambios durante un periodo de 5 o 6 meses, que es lo que dura un ciclo escolar que, a diferencia de la primaria y secundaria dura un año. Así, los estudiantes tienen la oportunidad de conocer nuevas culturas, lenguajes y por su puesto, la forma de estudio de esa institución y por su puesto, del país.”

- “¿quieres decir que después de terminar el periodo de clases, regresarían a sus respectivas escuelas?”

- “Si” – mencionó por su parte.

- “Liam, no lo se… yo” – dijo contemplando la posibilidad de que resulte bueno.

- “Jean, no va por ahí el asunto” – insistió por su parte. –“Te dije que esto cambiaría un poco tu visión en cuanto al tema”

- “sigo sin entenderte” – admitió confundida.

- “Quiero decir que he decidido apoyar el proyecto y como padre de familia y benefactor de Lyserg, he ofrecido mi casa para acoger algún joven o jovencita que forme parte del intercambio en la misma escuela de tu hijo.” – comunicó

-“Espera, ¿estas diciendo que vendrá un o una estudiante a nuestra casa?” –cuestionó incrédula.

– “Claro que resalté el hecho de que no admitiría a cualquier persona”

- “Liam” – lo nombró con seriedad.

- “Cariño, no es para alarmarse” –menciono – “Todo está bajo control, se llegó a un común acuerdo y acepté gustoso. Esto lo hice pensando en que quizás no te gustaría la idea de qu..”

-“ ¡Y si pensaste bien!” – interrumpió molesta incorporándose a la altura de su esposo. – “¡has ofrecido acoger a una persona que no conoces! ¡No sabes qué educación traiga o qué clase de cosas haya vivido! ¡¿y tu traerás a ese niño o niña a que conviva con tu hijo? ¿Con tu familia?!” – cuestionó casi a punto de estallar con su imprudencia. –“¡En dónde le cabía en la cabeza creer que aceptaré tal barbaridad!.” – pensó desaprobando todo ese asunto mientras caminaba de un lado a otro con los brazos cruzados en muestra de indignación, sin dejar de mirar los ojos de su esposo.

- “¡Oh!, ¡no vamos ahora hacer una discusión de esto! o ¡¿sí?!”- cuestionó decepcionado de su reacción.

-“¡es que tú te lo tomas muy a la ligera! ¡¿Acaso no lo entiendes?!” – expresó pausando su movimientos mientras encaraba a su marido.

-“yo no le veo dónde está el problema” – respondió – “se trata de la edad de Lyserg o una edad mas grande que él, pero ¿qué mas da? Al fin de cuentas no dejará de ser alguien de la edad infantil, podría ser bueno para nuestro hijo, él jamás sabrá qué se siente convivir con una persona que no sea sus padres, nunca tendrá hermanos y el brindarle la oportunidad que conviva con una persona más en nuestra familia será alg..”

-“¡No!, ¡no lo aceptaré!, ¡no permitiré que traigas a la casa un ser que no sea parte de nuestra familia!” – alegó furiosa, logrando impacientar a su esposo.

El padre no se daría por vencido:

-“Lyserg” – le habló el hombre al acercarse al niño, inclinando su cuerpo en un movimiento; quedando a su nivel –“¿a ti qué te parece que, ya sea un niño o una niña venga y se quede en esta casa durante un año?” – cuestionó con voz suave – “¿crees que será malo?”

-“¡No intentes hacer que conteste lo que quieres, Liam!. Si tanto quieres a alguien más, entonces ¡ve y adopta un niño y te quietas de tonterías!” – le exigió su esposa cansada de sus actitudes.

- “Dudo mucho que aceptes tu propia propuesta” – aclaró con severidad al volver su rostro hacia con ella, para luego, con un semblante menos rígido, colocar su atención de nuevo en su hijo -“¿y bien? ¿Qué es lo que dices, Lys?.”

-“bueno, yo… no….” – mencionó quedito sin despejar sus ojos en la alfombra que se mantenía en el suelo.

-“hijo” – le llamó esta vez su madre acercándose un poco al notarle preocupación –“di lo que sientes, independientemente lo que tu padre y yo opinemos al respecto”.

-“……” “es que yo…” – volvió a decir dejando al aire sus intenciones de terminar la oración. Era difícil decidir algo cuando sus padres no coincidían en una respuesta.

- “hijo, nada mas te estoy pidiendo que contestes con la verdad” – pidió una vez mas Liam.

- “¿será de mi edad?” – cuestionó en sorpresa haciendo a un lado la tensión.

-“quizás uno o dos años mayor, pero mas o menos alguien como tú” – comentó su padre.

-“¡No le mientas, Liam!”- alegó amenazante la mujer.

-“¿entonces? ¿qué dices?” – cuestionó una vez mas pasando por alto la advertencia de su esposa.

-“será ¿niño o niña?” – cuestionó infantilmente como si de eso dependiera su repuesta.

-“¿eso importa, hijo?” – Cuestionó esta vez su padre – “si es así, dime con cual no te sentirías incomodo y yo me encargaré de eso”. – animó.

- “¡¿pero cuál es la necesidad, dime?!, ¡no tenemos por que admitir a nadie aquí!” – alegó otra vez irritada al forzar a su hijo en aceptar la situación.

- “¡por favor, Jean!” – rogó su esposo con un gesto molesto, volviéndose a incorporar al dirigirse a ella –“¡por eso le estoy preguntando al niño!, ¡¿no era eso lo que querías que hiciera?!” – cuestionó – “Si él me dice que no quiere a nadie aquí, entonces, ¡Así será!, ¡pero deja que el niño conteste!” – ordenó.

-“¡como quieras!” – anuncio con enfado.

-“¡no quiero que se peleen por eso, papá!” –intervino Lyserg en la discusión al borde de las lágrimas – “si se van a pelear, ¡mejor no quiero que venga nadie!” –confesó con tristeza.

-“No hijo, tu madre y yo sabemos entender las cosas. Nada mas dime qué es lo que quieres y yo te prometo que lo que decidas no causará problemas”. – expresó con dulzura al acercase y en un acto de tranquilizar el llanto, colocó su mano sobre su cabeza en un gesto de cariño.

-“pero” -mencionó no muy convencido.

-“Jean, ¿estás de acuerdo con lo que le dije a tu hijo?” –cuestionó seriamente desde el lugar dende yacía. A lo que Lyserg buscó a su madre con la mirada esperando una respuesta por su parte; logrando hacerla suspirar al encontrarse con la propuesta que ella misma había elegido desde un principio.

-“de acuerdo” – expresó –“¡pero seré yo quien le pregunte a nuestro hijo e independientemente lo que él decida es lo que aceptaremos!” – declaró con un tono amargo en su voz.

-“¡Lyserg, hijo!” –le llamó con tono mas dulce –“el niño o niña que tu padre traerá a casa no lo o la conocerás y vivirá con nosotros en lo que curse su año escolar. Puede que se trate de alguien mas grande que tú o más chico”

-“No pude ser mas chico, es de 4to año de primaria en adelante” – interfirió con un semblante serio.

-“Pero puede ser mas grande que Lyserg, dijiste que se incluye la secundaria” –alegó en defensa.

-“¡No!” – intervino – “te aseguró que no pasará de 11 años”.

-“¿pero qué no dijiste que también la segundaria participaría en esto?” – cuestionó confusa y un poco molesta.

-“Les aclaré que nada mas admitiría de primaria en éste hogar”

-“ah, ok” – dijo sin mucha importancia para volver con su hijo –“entonces, eso significa que será de tu edad o unos años mas grande que tú” – dijo su madre, inquietando al jovencito tras las riñas que habían entre los adultos.

-“he… pero…”

- “Es un ¿no?” –cuestionó ansiosa por una respuesta así.

- “¿vivirá con nosotros?” –cuestionó incrédulo.

-“Por un año, sí” –respondió en un tono neutro.

-“Y ¿debe ser niña, también?”

-“Puede ser” – contestó.

-“Puede ser lo que quieras” –interfirió de nuevo el padre de Lyserg.

-“Liam” – le regañó.

-“Jean, ¡eso se pude resolver y lo sabes!” – comentó.

-“¡entonces deberías rechazar!” –alegó algo molesta.

-“¡por favor, no caigamos en lo mismo!” –imploró irritado con el asunto.

-“….”- suspiró en derrota - “entonces, Lyserg, ¿qué decides?, ¿vas a querer que un niño que no conoces venga a tu casa y viva aquí, y algunas veces que compartas tus cosas?”

-“sería divertido ¿no?” – comentó para su sorpresa.

-“¿entonces te gustaría hijo? ¿No te da miedo que ese niño pueda ser agresivo y te pelee o rompa tus cosas o…”

-“ ¡Jean!, ¡Jean!, dijimos que aceptaríamos lo que decidiera, no trates de hacerle cambiar de opinión al hacerle sentir miedo, por ahí no va el asunto”.- declaró

-“¡Es que no!. No esperaba que”- alegó por su parte, siendo tomada por ambos brazos por su esposo con cariño. -“no quiero, Liam” – soltó con mas suavidad en sus palabras, mientras era atraída a sus brazos lentamente.

-“Te pido una oportunidad, será bueno para nuestro hijo” –comentó Liam en el momento de abrazarla dulcemente –“todo lo que hago siempre es viendo por él, no hago nada que no sea eso” –mencionó con cariño, estrechándola dulcemente.

-“pero” – intentó por decir, pero al final terminó convencida por las palabras de su pareja. –“está bien, por esta vez aceptaré tu loca idea, pero que quede bien claro, ¡al primer movimiento que ese niño de en falso y se va a la calle!” – expresó con seguridad en sus palabras.

-“cariño, comienza a preocuparme que comiences a ver a un niño que aun ni conoces como una especie de perrito”

Ante este comentario, la familia comenzó a reír, tumbando el denso habiente que los regía al tornarlo en uno más relajado.

-“¿y cuando sucederá? –cuestionó esta vez con interés por parte de la mujer.

-“no lo se” –comentó – “pude ser en un año o dos, como también pude nunca llegar” –comentó con honestidad. A lo que la madre rogó que así fuera.

Las cosas volvieron a ser como antes a partir del siguiente día; y muy de vez en cuando Lyserg sacaba el tema a la luz mostrándose un poco ansioso al respecto. No podía imaginar qué es lo que pasaría cuando ese día llegara. Mas para la madre, el verlo así, le hizo pensar que podría resultar algo bueno después de todo. Sabía que se convertiría en una nueva experiencia para la familia, algo distinto a todo lo que pudiera imaginar unos años atrás. No se tratará de un hijo, ni mucho menos de un ser cercano, sino un intruso que acogerían durante un tiempo fijo durante el cual podría pasar que Lyserg y el nuevo niño lograran hacerse grandes amigos. Quién sabe, la vida de muchas sorpresas como aquel día en el que su esposo invitó a ese intruso desconocido a sus vidas.




Notas finales:

(1) La casa en realidad es una mansión; pero a pesar de tratarse de una mansión, al señor Liam le encanta referirse a ella como su casa, pues a diferencia a lo que le llama mansión sería el doble de grande a lo que vivían ahora.

(2) Se que en la historia Original fue su padre quien le obsequio el péndulo. Quiero pasar el hecho de que el abuelo se lo hubiese obsequiado para desarrollar las habilidades de Lyserg en la Radiestesia siendo más un icono significativo para la familia que como un instrumento a utilizar. Pero si me gustaría tomar en cuenta que el Lyserg de la historia posea la habilidad. ¿ustedes que opinan? ò.o


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COMENTARIOS:


Tengo muchas inquietudes de cómo va ir avanzando esta historia, por su puesto que ya tengo un plan de cómo va ir desarrollándose y como terminara este drama, pero no puedo decir con certeza que sé exactamente lo que ocurrirá en cada uno de sus episodios.

Nota: imagen la historia tiene visión hasta que Hao y Lyserg tengan unos 16 o 17 años y no es difícil pensarlos aun mas grandes como a los 21, ^ ^ pero todo dependerá de qué tan buena sea la historia, si va siendo de su agrado o no, .. puesto que no es bueno perder vanamente el tiempo… T.T
Me divertí escribiendo, espero que tu tambíén te hayas divertido leyendolo.

¡Hasta la próxima!


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