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"Missing File" por Ddai

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Notas del capitulo:

Me disculpo por la tardanza, pero no pude tocar una pese en casi mes y medio por mi trabajo...

Espero  les guste, y va dedicado a Saya masa, por todo lo que ella ha hecho por mi y darme ánimos ^^

Y el ocncurso ya comenzó.. somos 5 en total, ¡Vamos por mas fics de esta pareja sí!!!!

Muchas gracias a todas las que se tomaron la molestia de leer y dejar RR^^

 

"Missing File"

File VII

"Ying Yang"

 

Un disparo en el muslo izquierdo, otro en el hombro derecho y el último en la espalda, por fortuna no tuvo daños severos ni perforaciones en órganos internos. En ese justo momento el peliazul estaba grave, aunque fuera de peligro, le tomaría meses reponerse por completo pero viviría y podría retomar su vida cotidiana en un tiempo, eso si seguía las indicaciones de los doctores por supuesto...

Ulquiorra estaba sentado a su lado, sosteniendo su mano, permanecía en calma, era pasada la media noche y Grimmjow estaba mucho mejor de lo que los doctores habían esperado. Oír aquellas máquinas que monitoreaban sus signos vitales lo tranquilizaban, poder el oír el fastidioso "bib bib" le dejaba saber que el corazón de su amante aún latía. Estuvo acompañándolo por horas, en las cuales tuvo tiempo de sobra para pensar y recordar...

Lo que había pasado esos días no era un sueño, estaba seguro de ello, ahora el podía recordar perfectamente su pasado, su vida entre aquellas inmaculadas paredes blancas, al igual que tenía muy presente los dos años que había estado viviendo con el peliazul, pero también tenía las memorias, tan nítidas y reales como su propia existencia, de aquella mujer rubia y su pequeña hija... ¿Qué había pasado exactamente? ¿Por qué si en la "vida real" ellas existían, estaba él ahí? No entendía nada de lo que pasaba ni mucho menos los designios de Kamisama, pese a su naturaleza de buscar al verdad decidió quedarse callado esta vez, si su padre había dejado que permaneciera al lado de Grimmjow no haría preguntas, simplemente se dedicaría a disfrutarlo el tiempo que le durara, ya sea poco o mucho.

Ulquiorra sonrió ampliamente, la mano de Grimmjow era tan cálida... Se recostó suavemente, poniendo su cabeza sobre la mano morena, mirando el rostro del paciente desde ese ángulo, mirara como lo mirara el peliazul era endemoniadamente atractivo, se sentía una gran paz. Tuvo la ociosa pregunta... ¿Cuántas lágrimas había derramado eso últimos días? Seguramente se había acabado todo el llanto que le tocaba derramar en su vida humana, qué patético, siguió pensado, si Grimmjow lo llegaba a saber seguramente se burlaría todo un año de él ¿Qué mas daba? Tenía ganas de oírlo reír, quejarse y hasta de escucharlo roncar, aunque sus ronquidos nunca lo molestaron, eran tan suaves y armoniosos que parecían el ronroneo de un felino "feliz".

Repentinamente sintió la mano de su amante moverse, apretar ligeramente la propia, Grimmjow estaba despertando del sedante, en definitiva el peliazul era demasiado terco como para esperar hasta el día siguiente para levantarse. Mirar sus bellos ojos azules, con la luz tan tenue lo había hecho sonreír ligeramente, se veían hermosos, en verdad encantadores a medio despertar...

-Estúpido idiota ¿Porqué demonios te metiste? ¡Pudiste haber muerto!-lo regañó calmadamente, sin alzar la voz o lo sacarían del hospital, trataba de fingir que en "verdad estaba molesto y no quería demostrarlo", pero en el fondo se sentía inmensamente feliz.

-Que bien... Yo también estoy bien Ulquiorra-le contestó el peliazul aún medio mareado, sonrió de lado con ligereza, tratando de no dormirse de nuevo; sabía que su novio fingía, se le notaba en seguida, además de que aún tenía los rastros de lágrimas en sus blancas mejillas.

-En serio Grimmjow...-le acarició el rostro con su mano libre, ya que aún no le soltaba la mano al peliazul-uve miedo de perderte, en verdad creí que jamás volvería a verte...-

-Estoy bien... Prefiero mil veces morir por ti que olvidarte...-eso dejó muy sorprendido a Ulquiorra -Ahh, olvídalo...-recién se acordó de que Ulquiorra había olvidado lo que era y quine había sido.

-Yo... Lo recuerdo casi todo Grimmjow, pero no sabía que tú estabas enterado de que si yo moría tú me olvidarías...-se acercó a él, besando su frente-Si lo vuelves a hacer yo mismo te mataré...-

-Preferiría eso a olvidarte Ully... Te amo-se miraron a los ojos y sonrieron, las palabras sobraban en ese momento tan intimo entre ellos, pero Grimmjow no se podía mantener callado tanto tiempo-Ahora dame un beso de verdad-Ulquiorra acercó sus labios a los de su amante, entreabriéndolos para darle un poco de profundidad, si no le cumplía su capricho de un "verdadero beso" ahora no lo iba a dejar en paz toda la noche hasta que se lo diera y... ¿Para que negarlo? Extrañaba sus besos, tan sensuales y apasionados, la vida no sería igual sin él, sin su desbordante y ardiente forma de ser...

Después de un par de minutos se fue separando del peliazul, su novio tenía que descansar para que se pudiera reponer más pronto, así podría darle mas "verdaderos" besos.

-La próxima vez que llores quiero estar cerca...susurró con malicia, mientras la cara de Ulquiorra aún estaba cerca de la suya, refiriéndose a lo acontecido a la primera vez del pelinegro.

-La próxima vez que llore más te vale que no sea culpa tuya-estaba tranquilo, sin demostrar ningún tipo de sentimiento en particular-O iré a cobrártelo hasta el mismísimo infierno para cobrártelo con lágrimas de sangre...-se oyó tan aterrador en su voz son matices que nadie hubiera dudado que en verdad sería capas de cumplir esa "advertencia", Grimmjow sintió un escalofrío recorrer su columna, era como los primeros días de convivencia con él, ese era el "viejo" Ulquiorra.

-¿Aún si es en mi cama?-buscaba hacerlo sonrojar, Ulquiorra sonrojado era tan... Incitante...

-No vas a hacerme llorar así...-le sonrió tenuemente, con ligero toque de arrogancia, ya no era el mismo "chico humano" de hacía unos días, pero tampoco era la piedra insensible de cuando se conocieron.

-¿Me estas retando Ully?-él pudo apreciar ese cambio perfectamente, no sabía como lidiaría con la "nueva personalidad" de su amante, lo que sí sabía a la perfección era que estaba enamorado de esa maravillosa sonrisa altanera.

-Primero sal de hospital...-se sentó de nuevo a su lado, recargando su cabeza en la orilla de la cama sin dejar de mirarlo-Estaba muy preocupado... Creo que lloré... Por tres días enteros...-

-Lo que sea que sea-no quería decir anda que pudiera sonar muy cursi, mucho menos quería sonrojarse al hacerlo-Estoy bien, no seas idiota, eso no iba a matarme-aun si los ojos de Ulquiorra no parecían reflejar nada él podía ver que la preocupación no se había ido totalmente de esos destellos verdes.

-Sólo no vuelvas a hacer algo tan estúpido como esto...-cerró los ojos lentamente, se sentía tan cansado, como si llevara años sin dormir-No sabría...Vivir sin ti...-finalmente se quedó dormido, su respiración era suave y armoniosa, su piel estaba fría pero esa era su temperatura normal, se veía tan tranquilo y sereno, en especial con esa sonrisa tan bella en sus labios, lo hacía ver realmente adorable...

-Lo siento-habló al percatarse de que no lo estaba oyendo-No te prometeré no hacerlo de nuevo, eres mío y no pienso devolverte. Te lo dije, prefiero morir antes que perderte...-

-¿En serio?-la voz se oyó repentinamente, él estaba ahí como si lo hubiera estado desde un principio.

-...Tú...-lo reconoció enseguida, ese hombre de cabellos castaños  y ojos cafés fue quien el había entregado a Ulquiorra hacía dos años-No voy a dártelo-se puso a la defensiva, aun si sus heridas se habrían de nuevo, no iba a permitir que se lo arrebatara.

-Deberías tranquilizarte-el "invasor" sonrió cálidamente-No vine para llevármelo-el peliazul seguía mirándolo desconfiadamente-Tú sabías que debías de regresarlo desde el principio, y aún así tuviste la osadía de enamorarlo y enamorarte de él, sabías que tarde o temprano tendrías que dejarlo ir. Aún cuando te avisé con varias horas de anticipación... Preferiste entregar tu vida antes que perder... Eso fue algo muy estúpido, hasta él mismo te lo dijo...-

-¿Y eso a ti que te importa? ¡Puedo hacer con mi vida lo que me de mi puta gana!-

-No, ya no... Ahora tu vida le pertenece a Ulquiorra, así como su vida te pertenece a ti. No lo estoy dejando permanecer aquí por ti, si no por él, él desea quedarse contigo. No lo hagas sufrir, Ulquiorra es una de mis creaciones más perfectas y queridas. No lo hieras, partir de ahora debes cuidarte y cuidarlo-una luz blanca y pura resplandecía a espaldas de él, se veía como cuando alguien abría una puerta repentinamente en medio de la oscuridad-Si lo haces sufrir, o lo hieres, ni en el infierno podrás ocultarte de mi, no lo olvides...-

-No lo lastimaría nunca, no me amenaces idiota...-

-Sé que no lo harás Grimmjow Jeagerjaquez... Nos veremos pronto, dentro de algunas décadas...-ignoró los insultos a su persona, porque ese "niño" no sabía lo que decía. Desapareció en medio del halo de luz, dejando al peliazul bastante serio y mirando por la ventana mientras sentía la ligera tibieza de Ulquiorra. Sonrió en medio de la oscuridad, había ganado, ahora nadie podría separarlo de su Ulquiorra...

Aquel lugar estaba exquisitamente decorado con finas sedas, cojines con plumas de cisne y detalles en oro puro, al centro había una mesa japonesa y dos hombres sentados a cada lado de ella, uno frente a otro, ambos disfrutando de una taza de té caliente...

-Hiciste trampa Aizen... Al final de metiste-él se quejó un tanto enojado, odiaba perder frente a él, en especial en una situación en la que están seguro de poder ganar.

-Hirako, sabes bien que eso no es cierto-sonrió gentil, mirando a su acompañante-Ese hombre, Grimmjow Jeagerjaquez, logró lo que ningún otro podría. Y tú mismo lo escogiste, no tienes derecho a quejarte ¿No es así?-

-¡Claro que puedo! ¡Ese no es un hombre! ¡Ni siquiera es humano!-estrechó los ojos-Lo único que pasó fue que le di mas personalidad que al tuyo, pero no volveré a jugar al "YingYang" contigo-recordó fugazmente a esos dos antes de ser "humanos", Grimmjow el golem de carne, material y sangriento, Ulquiorra la estatua de mármol, fría, inquebrantable e insensible, uno mandado al mundo terrenal y el otro ascendido al divino. Pasaron cientos de años antes de que pudieran volver a juntarse, Hirako había creído que por sus diferencias nunca iban a llegar a entenderse, mucho menos a complementarse, pero Grimmjow se hizo muy humano y Ulquiorra muy divino, al juntarlos su naturaleza primaria había vencido, eran los opuestos, destinados a estar juntos.

-¿A quien escogerás esta vez, Hirako?-miró hacia la mesa, habían dos imágenes, la primera de un joven pelinaranja y la segunda de otro joven de cabellos azul oscuro, eran a quienes el rubio miraba con ligero interés-Conoces la historia de Romeo y Julieta, pase lo que pase ellos acabarán enamorándose...-

-No, ellos se enamoraron porque no se conocían-sonrió malévolamente-Pero estos dos enemigos mortales desde que se cruzaron sus caminos, se odian tanto que destruirán a sus pueblos antes de darse cuenta de que lo que hacen es incorrecto, su rivalidad sólo los llevará a la destrucción... ¿Qué ¿Tienes miedo de perder?-

-Romeo y Julieta, no importa como sea, su destino es el mismo, porque ellos mismos lo escogieron así... Acepto el reto, pero esta vez jugaremos en mi lado del tablero...-tomaron las piezas de ajedrez, para comenzar una nueva partida que podría durar varios años en concluir...

En la tierra la nieve había cubierto partes del globo, era diciembre, víspera de navidad. Hacía ya seis meses del incidente y tres de que volvieran a casa, juntos... Su hogar, ahora podían llamarlo verdaderamente hogar; lo habían remodelado por completo, por iniciativa del propio peliazul, ahora todas las paredes eran de color avellana claro, o en palabras de Ulquiorra "Café con leche, con mas leche que café", tenían figuras extrañas en cada pared, como rayas simulando troncos de árboles y algunas sombras de cosas raras con máscaras blancas; su recamara había sido despejada, dejándola como un estudio privado, el cuarto extra se convirtió en cuarto de huéspedes, aunque ellos nunca recibían visitas, y ocupaban la recamara principal para dormir, Grimmjow guardó todas las cosas de sus padres para poder ocupar ese cuarto como lo que era "estancia marital" con su pareja y amor de toda la vida, por petición de Ulquiorra ahora todas las paredes eran azul cielo; la fachada seguía igual, el presupuesto no les alcanzó para cambiarla, pero eso era lo de menos, ya lo podrán hacer el año siguiente, Ulquiorra entraría a trabajar en los primeros días del año en un almacén, como dependiente de mostrador, Grimmjow seguía con incapacidad, y se terminaba en los primeros días de enero, pero esta bien, pronto acabaría la universidad y les iría mucho mejor...

En ese preciso momento estaban sentados en la sala, mirando su arbolito de navidad, recargados uno sobre de otro, era el pino mas bello que se podía tener, en especial porque lo habían decorado entre los dos. Tenía luces, esferas, cola de gato, una gran estrella en la punta y brillantes plateados repartidos al azar. Además tenía algunos regalos...

Todo estaba perfecto, o casi, porque en lugar de chocolate caliente tomaban refresco bien helado, su casa estaba tan cálida que no necesitaban abrigarse para sentirse a gusto...

-Los regalos no eran necesarios...-él lo veía como un gasto inútil, más no lo detuvo de comprarlos porque esa era su primera navidad feliz, sin la melancolía del peliazul que antes se la pasaba recordando la cocina de su madre o las historias de su padre al punto de estar callado todo el día.

-Idiota... ¿Cómo vas a celebrar Navidad sin regalos? Los regalos son importantes, sin ellos no hay Navidad...-le dijo como sermoneándolo, estrechando los ojos para hacer énfasis en su "respetable Ideología"-Y no se te ocurra abrirlos antes tiempo...-

-Sabes que Navidad es mucho mas que regalos Verdad?-le sonrió tenuemente mientras lo miraba a los ojos, esperando que en verdad el peliazul supiera que Navidad era más que solo obsequios-No necesito nada más, ya tengo todo lo que deseo y necesito...-acarició el rostro del peliazul con sutileza, y esa mirada ligeramente endulzada.

-...Ajá... Y ese Nintendo DS no te importa ¿Verdad? No lo quieres, tampoco ese juego de aviones para el PS 3, no, no los quieres porque tú n..-

-¿QUÉ?-interrumpió al peliazul entusiasmado, tenía al alcance dos cosas que quería y que pensaba eran demasiado caras como para tenerlas, iba a saltarles encima en ese momento-¿DÓNDE, DÓNDE?-

-¡Hey! ¡Es hasta mañana en la mañana! ¡Ulquiorra!-sujetó a su novio por la cintura con todas sus fuerzas, ese "delgaducho" tenía mucha fuerza escondida en su delgada silueta; había logrado comprar esas cosas gracias a una beca que con tanto esfuerzo había ganado, ahora tendría que esforzarse por mantenerla-¡Maldita sea! ¡¿Me estas escuchando?!-sonrió a gusto, era grato saber que su amante se había vuelto muy humano.

-Sí, te escuché desde la primera vez...-se quedó quieto y regresó a sentarse en el sillón, peor Grimmjow no lo sentó, solo por si acaso-¿Sabes? "Santa" dijo que podía darte tu regalo antes de al media noche... Pero como lo quieres hasta que amanezca...-

-¿Qué regalo?-Ulquiorra le había comprado algunas cosas, no tan caras como significativas eso lo sabía bien, pero ese tono de picardía escondida le indicaba que el pelinegro no se refería a algo adquirido en una tienda...

-¿Te acuerdas de "aquella" historia?-se refería a una fantasía que el peliazul le había contado, con cierta vergüenza, un par de días atrás-Esa de samuráis-se acercó a él, susurrando sobre su oreja, estremeciendo a su novio-¿Y que te dije que no fueras al estudio de arriba?-apenas y tuvo tiempo de esquivar las cosas que estaban en el camino, el peliazul no perdió el tiempo para arrastrarlo hasta aquella habitación de su casa, esperar a que amaneciera no iba a ser tan tedioso después de todo...

-Jujujujujujujuju... Situaciones inesperadas dan resultados imprevistos-él miraba lo que acontecía a través de las esferas de cada uno, observaba como se abrazaban y besaban mientras jugaban a tener un amor prohibido como los antiguos caballeros japoneses de la época de las katanas-Tal vez debería de dejarlos solos... Por esta vez...-tapó las orbes con un paño negro y luego se giró para pasar por los blancos pasillo de su hogar-Creo que ahora me toca ir por Romeo y Julieta... Aunque creo que sus nombres de ahora son Ichigo y Uryu... Sâ cuando uno "trabaja" en los "Cielos" no tiene descansos...-tomó aquellas esferas, llevándolas consigo ante Kamisama, pensando cosas sin sentido-Ahora que recuerdo... Se me olvidó preguntarle de nuevo... ¿Ulquiorra sabrá porqué Kamisama tiene un nombre japonés?-alzó los hombros y siguió su camino, lo mas probable es que nunca tuviera una respuesta para esa interrogante; en ese momento se puso a cantar una vieja canción...-Da da da da dam, da da da dam Son las Estrellas, la Luna y el Sol, brillando en mi corazón...-

 

Missing File

Fin.

Notas finales: Espero que lo hallan disfrutado, cualquioer duda ya saben ^^

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