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La Mascara del Engaño por cielphantomhive

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Notas del capitulo: la mento la tardanza pero sin mas aquí el tercer cap de esta primera parte... disfruten tan tomo como yo escribiendo...


El diamante Diana


Museo de Arte, Tokio, Japón,
Jueves, 20:45 hrs. Exposición Europea




El museo era toda una obra de arte en si mismo, su diseño era del siglo pasado en que era usado como centro ceremonial y mas tarde como residencia de uno de los monjes budistas mas representativos de la historia, después de eso se decreto patrimonio cultural, por lo que fue convertido en museo, constaba de tres plantas con sus respectivas ventadas, aun que decir ventanas no hacia merito a la verdad, ya que el sitio en si estaba rodeado de balcones, sin mas restricción que banderillas rojas indicando el “prohibido el paso” las columnas eran de madera, cada una de ellas finamente talladas con historias religiosas, mientras las piezas acogidas por el lugar descansaban en cojines rojos, sobre pedestales de mármol blanco, las vitrinas que las contenían estaban firmemente fijas al suelo y eran de forma circular a medida de la reliquia, extendiéndose hasta medio metro antes del techo, siendo de cristal blindado.


Suspiro cansado, esa era la vida que el había escogido, no se quejaba, era bueno siempre estar viajando, enfrentando retos nuevos, y sobre todo aprendiendo artimañas de caza, por que aunque no lo parezca eran elementales aquellas tácticas para atrapar a una presa tan escurridiza como Géminis, cada ser que ahora se encontraba purgando su condena le había dejado mayor conocimiento que aplicar para el siguiente, y aun que este Ladrón fuese cosa especial, no pasaría mucho antes de que le pusiese las manos en cima.


Aun que debía reconocerlo, el chico tenia carácter y sobre todo ingenio, y a él le entusiasmaba la idea de medirse frente a un verdadero reto.


Los presentes se conglomeraron llegado el momento de la gran exhibición; se habían entretenido en curiosear por todo el lugar especialmente vigilado; hasta el momento indicado, Elle vigilaba discretamente el lugar, husmeando en cuanto rincón le parecía propicio para la entrada del susodicho.


Pensó que tal vez lo aria cuando no hubiese tanta vigilancia, después de todo tenia tres días para intentarlo, el día mas propicio seria el segundo, cuando la mayoría de los custodios se relajasen y los personajes celebres se retiraran con todo y sus custodios. Por lo que sin duda habría menor posibilidad de ser atrapado, pero esta idea se esfumo tan pronto como la considero, a Géminis le encantaba llamar la atención, y no seria considerado el mejor ladrón del mundo si se pusiera las cosas fáciles, así que teniendo en cuenta esos factores no cabía duda, lo aria esa misma noche.


Una cabellera rubia llamo su atención, esas hebras finísimas como los rayos del sol se movían ondulantes reclamando la importancia de la que era merecedor, el publico no contradijo dicha solicitud; mientras sus ojos azules eran un turbulento abismo de secretos infranqueables, misterioso hasta en su forma de vestir, con un esmoquin negro y un sobre todo del mismo color, que dejo de lado con elegancia al momento de dirigirse hacia el pedestal principal de la sala, no cesecito pedir el interés de nadie, su presencia fue notada de inmediato, cosa que solo lo agradeció con una mueca parecida a una sonrisa.


Por su forma de moverse y el lugar que ocupara Elle no dudo en desenmascarar la identidad del personaje angelical que ahora se mostraba ante el, era todo un hombre, a pesar de la belleza de su rostro jamás podría pasar por una chica, sus rasgos eran en definitiva algo digno de admirarse.


- Buenas noches tengan todos, mi nombre es Ishida Yamato… - todos lo miraban, algunos con deseo, otros solo con asombro - estoy seguro todos están impacientes por posar su vista sobre Diana… por lo que solo agregare una cosa; el diamante mas famoso sobre la tierra lleva el nombre de una mujer… - todas la chicas suspiraron - alguien podría decirme ¿por que? - pregunto mientras sus cristalinos zafiros encantaban a los presentes – ¿no?… bueno, se los diré, es por que la mujer es nuestra gran pena y al mismo tiempo nuestra mayor alegría, es algo inalcanzable pero codiciado y al igual que la gema, son tan delicadas y al mismo tiempo fuertes, es por así decirlo el poema que mejor describe la naturaleza de nuestra contra parte, ahora aprécienla en toda su gloria…


Las luces se apagaron solo dejando los reflectores que apuntaban a Diana y por consiguiente a Yamato, este mantuvo la calma, el sabia que sucedería y le tenia un pequeño regalo a Géminis, los presentes cuchicheaban, sus guarda espaldas se arremolinaban cerca tratando de adivinar de donde saldría el ladrón, con armas en mano los miembros de la brigada especial rodearon la sala.


- No disparen… - se escucho la vos de Alberline, lo primordial era quitar de en medio al joven millonario, la pregunta era ¿Cómo?, y si los ladrones lo tenían flanqueado


- No se preocupe General, Géminis nunca a herido y mucho menos a matado a nadie – dijo Elle acercándose deprisa – es él; sabia que vendría, pero lo mas importante es no dejar que saque a Diana del edificio o jamás lo volveremos a ver - buscaba algún punto con mayor penumbra pero parecía inútil, debido a la iluminación bastante intensa sus ojos aun no lograban acostumbrase del todo a la sombra


- Muy buenas noches… - dijo una vocecilla chillona al mismo tiempo que su silueta aparecía desparramada por debajo de Yamato – agradezco sus esfuerzos, en verdad que si, me siento honrado de ver que tienen un gran interés en mis hazañas, claro tomando en cuenta la amenaza hecha , debo decir que eso no fue cosa mía pero con todo eso de la fama pues… para no decepcionarlos decidí venir esta noche – los custodios ya tenían mayor visibilidad y pronto ubicaron al ladrón pero este parecía no importarle mas que seguir con su discurso – y como no tengo mas que decir solo me resta asegurarles que Diana es mío - termino soltando una risita


- Es una trampa apártense… - grito Elle al ver como parte de la brigada se aproximaba y los custodios se colocaban de frente para proteger a sus clientes


Fue demasiado tarde toda la atención estaba concentrada en la parte superior de vitrina que contenía el diamante, una bomba de luz exploto cual bengala en la noche dejando ciegos a todos por espacio de varios segundos, segundos en los que el cleptómano tenia toda libertad de hacer lo que quisiera y eso incluía por supuesto llevarse a Diana


Las luces se encendieron, haciendo notar dos grandes perdidas, en primer lugar el diamante y en segundo pero no menos importante a Yamato Ishida.




Tejado de un edificio adyacente al Museo de Arte, Tokio, Japón,
Jueves, 21:15 hrs.



- Te digo que la sueltes, es por tu propio bien – sentencio el chico enmascarado mirando directamente hacia los ojos celestes que lo observaban con gran curiosidad – dámelo de una buena vez – esta vez se abalanzo en contra del chico para golpearlo de ser necesario


- ¿Por que te empeñas en quitármelo?, después de todo fui yo quien lo saco de la britana -dijo el rubio sintiéndose ofendido y esquivando el cuerpo que se abalanzo en su dirección, cosa que hizo casi caerse al muchachito que solo movió los brazos para recobrar el equilibrio sobre el borde del edificio, una vez conseguido su cometidito giro lentamente para encarar de nueva cuenta a su, no por gusto, cómplice


- Bueno, vale, esta bien gracias por ser tan cooperativo ahora entrégamelo antes de que decida molestarme enserio – su tono de voz estaba cambiando, denotando que su amenaza iba en serio, pero si por algo se había arriesgado Yamato era por la reputación de Géminis


- No bromees con migo, se que jamás usas la violencia – una sonrisa sincera afloro en sus labios, cosa que de inmediato reprimió al darse cuanta de lo que acababa de pasar – ahora hablemos de negocios


- ¿Negocios? – la mueca del ladrón si que era graciosa al igual que el hecho de que estuviera discutiendo con su posible rehén


- Fui yo quien pidió el robo de Diana – dijo por fin triunfante – y para probártelo te diré adonde debías llevarlo, Av, Minatoku, Odaiba, edificio 533, departamento 1306 – su sonrisa apareció nuevamente al verlo menear la cabeza con incredulidad - además de que fui yo quien envió hace tiempo la amenaza... – le contó como quien se queja - para ese entonces no había podido contactarte y pensé que con semejante cosa picaría tu orgullo y te arias presentarte en persona, aun así no pude verte, por lo que esta vez en cuanto logre encontrar tu contacto hice dos peticiones por separado, una en donde te exponía mi situación real y la otra en donde pedía algo superficial asegurándome que Diana no corriera ningún peligro…


- Pero si tú eras el cliente ¿por que no esperaste a que te lo llevara?…


- Por que se las reglas del juego Géminis, una vez que entregas el paquete no hay fuerza en este mundo que te impida marcharte, y yo cesecito hablar contigo de algo serio… - desvió su mirada - espero que ya te hayan informado sobre el trabajo que quiero que hagas para mi…


- Bueno si algo me han comentado, pero lo que quiero que entiendas es que yo no decido que trabajos se hacen y cuales no, eso no es cosa mía – dijo algo avergonzado sentándose al borde del edificio dejando que el viento meciera la capa que traía al igual que sus cabellos marrones


- No te estoy pidiendo que me des una respuesta, solo quería conocerte en persona, y bueno nunca me imagine esto – dijo haciendo referencia a la obvia falta de estatura y cuerpo del chico – es decir yo pensé que Géminis era… pues no se… mas… bueno menos…


- Menos que… te diré una cosa, llevamos trabajando en esto desde hace mas de tres años, no es por presumir pero somos los mejores y… - en verdad estaba sintiéndose frustrado, aun que en verdad no sabia por que aquel joven lo hacia sentir…


- Lo que iba a decir era que no pensé que fueses tan joven, pero en verdad que eso no tiene importancia – termino tomando asiento a su lado, sonriendo para que el muchacho se calmara – y tienes razón eres el mejor, de no ser así yo no estaría aquí – esta vez la sonrisa se amplio a tal grado que sintió un cosquilleo en su estomago, que era eso, estaba sonriendo de verdad, con sinceridad, pero ¿Por qué?, que tenia ese chico de especial – además me llamo la atención que dijiste : “llevamos” y “somos los mejores” ¿que significa eso? – lo miro directamente a los ojos sin disminuir su sonrisa que se ensanchaba al ver lo nervioso que se ponía el ladroncillo


- Es que… yo no debería hablar con nadie… pero – lo miro, que sonrisa era aquella que lo desarmaba por completo, sentía como si ante aquel joven pudiese ser libre, pero eso en verdad podía ser posible – no se si puedo… conf…


- ¡Claro! en que estaba pensando, lamento haber preguntado algo así – dijo sintiendo algo de remordimiento por la angustia del chico – veamos, la cuestión es que no confías en mi, ¿verdad? – continuo mientras parecía meditar, para después mirarlo con otra sonrisa radiante – entonces te daré una prueba de mi buena fe, toma – le extendió el diamante Diana que era del tamaño de una toronja e increíblemente bello, sus colores eran todos y ninguno a la vez, reflejaba la luz de la luna convirtiéndola en ases multicolores – te lo regalo


- ¿Que….? – grito el chiquillo que prácticamente se fue en picad al vació de la impresión, por suerte el Ishida logro atraparlo, acto reflejo lo acerco a su cuerpo abrazándolo como si la vida se le fuera en ello, fueron instantes eternos y mágicos en el que ambos sentían por primera vez la sensación de estar completos, como era posible que solo un pequeño abrazo lograse eso


- Creo que no fue la demostración correcta ¿verdad? – dijo soltándolo notablemente nervioso – el otro chico solo bajo la cabeza sin decir nada – te daré otra cosa, mira este es mi llave personal, habré todas y cada una de las casas que poseo, todas ellas contienen invaluables joyas, pinturas y ni hablar del dinero; te daré dos días, tratándose de ti estoy seguro será suficiente para que lo corrobores, no te la estoy prestando, te la regalo, así demostrare que te tengo confianza y que espero tu me la tengas a mi – dijo al fin con un tono cansado


- ¿Por qué haces esto? Nunca nadie quiso nada de mí que no fuese que robara algo para ellos - su voz se escuchaba afectada, y por primera vez en su vida sintió la necesidad de sentir unos brazos protectores a su alrededor, sentirse amado


- No cesecito un por que – su cuerpo se movía involuntariamente al ver a aquella criatura indefensa y con tanto pesar, lo hizo sentir que el podía ser lo que requería, de acuerdo con su lógica la idea era estupida, pero de acuerdo con su corazón era lo mas racional que había hecho en su vida – para mi no eres cualquier persona eres algo muy especial – rodeo con sus brazos el grácil y frágil cuerpo que tenia delante e igual que la vez primera se estremeció sintiendo el calor de aquella entidad, su aroma era delicioso, una mezcla entre canela y vainilla, no, ¿era acaso chocolate? Si, era chocolate – por favor confía en mi… - susurro al tiempo en que apretaba un poco mas al chico que solo se limito en asentir con la cabeza.




Museo de Arte, Tokio, Japón,
Jueves, 21:15 hrs. Exposición Europea


Las luces se encendieron para revelar la pérdida no solo del diamante, sino también del joven millonario. El primero en reaccionar fue el general Alberline, quien se fue directamente en contra del teniente que le seguro que Géminis era prácticamente inofensivo para Ishida, cosa que por demás resulto mentira, la brigada del ejercito se desplegó con las ordenes de Masarhu quien mando registrar los alrededores era imposible que el ladrón huyese con un rehén sin que nadie se diese cuenta, todos los demás ocupantes de la sala comenzaron a protestar y sobre todo a amenazar.

Elle por su parte no podía creer lo que estaba pasando, el respetaba a Géminis por que nunca usaba la violencia ni tampoco involucraba a personas inocentes, pero ahora, solo era un ladrón como todos, sin merito, ni valoración, eso era, no tendría ya mas consideraciones con el cleptómano, tomo su arma y cambio la cartuchera, de sedantes a balas de verdad.

- Se acabo el juego Géminis – dijo al tiempo en que corría hacia a fuera, el conocía mejor de lo que cualquiera a Géminis y sabia de su estrategia de esconderse en las azoteas, eso fue lo que hizo la ultima vez

Corrió mirando en todas direcciones, pensando seriamente en cual de los edificios aledaños estaría, la respuesta llego fácil, en el más alto y cercano al museo, tomo el ascensor asegurándose de franquear el otro; pedirle al encargado que no dejase salir a nadie hasta que bajase.

El asenso le pareció que duro años, pero por fin dio con la azotea, escucho lo que pereció una conversación, pensó que tal vez el malvado esta tratando de sacarle algo mas al chico una vez que supo de quien se trataba, por lo que de inmediato abrió la puerta de un tirón dejando al descubierto la figura inconsciente de Ishida.

- No sabe el gusto que me da verlo teniente – dijo Géminis arriba de un deposito de agua – el jovencito si que es una lata – su sonrisilla se escucho taladrar el silencio nocturno

- No te muevas o disparo y esta vez no son tranquilizantes – dijo con toda la rabia, el considero especial a Géminis y solo era un ratero cual quiera – entrégate y los cargos tal vez sean menos, puede que hasta el joven Ishida no decida presentar cargos por secuestro…

- ¿Secuestro? Dios santo… – dijo con voz cantarina – decidle al crió cuando despierte que le enviare a mi abogado por daños y perjuicios a mi imagen – soltó como si nada

- ¿Que quieres decir? – Pregunto dudoso, por todos los cielos, ¿es que acaso aun creía que podía ser inocente? – ¿acaso no lo secuestraste?, rompiste las reglas…

- ¿Cuales reglas? – esto si que lo estaba mareando primero el rubio y ahora este sujeto

- Géminis no roba nada que no sea lo que anuncio,- comento mientras le extendía las notas recibidas en el departamento de policía, esta de mas decir que pertenecían al cuadro y a Diana - y nunca le hace daño a nadie, en especial a personas inocente; tu las has roto, creí que en verdad serias un reto, algo especial, pero solo eres un ladrón cualquiera – grito, de verdad estaba dolido

- Lamento decepcionarte teniente, pero no secuestro personas y tienes razón esas son mis reglas, pero se te olvida una mas – esta vez salio un tono mucho mas irreverente

- ¿Cuál? – sin poder contener su curiosidad

- Arreglar cualquier desperfecto si puedo en el camino – dijo regalándole una sonrisa

- ¿Cual desperfecto? lo que te llevaste del banco era nada mas y nada menos que …

- Una joya sin ningún valor

- ¿Que…?

- Veras teniente sabias que el zafiro lagrima azul estaba en la caja, pero lo que estoy seguro ignorabas era que era falso, la señora a la que pretendían engañar era solo una pobre anciana que deseaba cómprala para dársela a su hija de dote para su boda, y eso no se le hace a nadie, con la fortuna de una familia humilde no se juega, por lo cual decidí llevármelo también, con sus investigaciones estoy seguro dará con el defraudador y si aun le queda alguna duda de lo que digo entonces haré esto… - lanzo algo que resplandeció bajo la luz de la luna

- ¿Es….Diana…?- su mirada de incredulidad no tenia límite

- Con esto estamos a mano, por haberme llevado sin querer al joven Yamato, espero que cuando despierte le cuente como sucedió, bueno entonces nos volveremos a ver teniente

- Elle… me llamo Elle - dijo al tiempo en que respiraba aliviado

- Hasta la próxima Elle y haber si para entonces podemos volver a jugar…- le guiño el ojo, que un que no lo hubiese visto el tono coqueto fue suficiente para hacer enrojecer al otro chico – si me comprende – salto para perderse entre las sombras

- Hasta la próxima…. – su mira se quedo estática mientras sujetaba firmemente la joya sus esperanzas y ánimos renacían, con un movimiento ágil retiro la cartuchera – no las necesitare… - susurro mientras su sonrisa aparecía en su rostro


Hablo por el comunicador para indicar su poción, cosa que el general Alberline de buena manera hubiese ignorado de no ser por un pequeño detalle, la mención de diana y de Ishida.

No tardaron en llegar al lugar señalado encontrando al teniente de rodillas inspeccionando al chico que yacía inconciente, todos se quedaron perplejos,¿como había logrado salvara Ishida el solo?.

- El joven solo esta inconciente – dijo mientras aun no reaccionaban los demás

- Me quiere aclarar ¿que fue lo que sucedió teniente? – corto a boca jarro Alberline

- Creo que el único que puede contestar a esa pregunta es el mismo Ishida – se levanto mientras se dirigía a la salida – Ah! y antes de que lo olvide… Géminis dejo esto para disculparse por el mal entendido – dijo extendiendo a Diamante – el Alberline solo se quedo mirando sin decir absolutamente nada – le dije que el jamás le hace daño a las personas inocentes… - en verdad que su sonrisa era algo digno de admirarse, siguió de largo entre el escuadrón que le abrió paso

Esa noche había estado llena de todo tipo de sorpresas y esto apenas comenzaba, que clase de destino intercalo a un millonario, un teniente o mejor dicho un miembro de inteligencia Japonesa y aun ladrón. La vida da vueltas y espera siempre por llegar aun solo punto crítico, por que la vida es algo mas que solo vivirla, para el que se atreve siempre ira mas allá…



Isla de Okinawa, Japón


Ella solo se adelanto con pasos presurosos para abofetear al chico que acababa de hacer acto de presencia, el la miro con algo de remordimiento, sus ojos estaban hinchados de tanto llorar, estuvo apunto de dar una explicación cuando la pronta aparición del Conde turbo sus intenciones

- ¿Me quieres explicar por que has tardado? - dijo al tiempo en que su mirada se endurecía, esos ojos del mismo color que el cielo bien podían ser la cosa mas aterradora que los hermanos Yagami hubiesen visto

- Es que yo…



Hospital general, Tokio, Japón,
Viernes, 09:30 hrs.


Sus ojos del color del firmamento se habrían con dificultad, al igual manera que su mente, la cual se esforzaba por recordar cada uno de los distintos hechos acaecidos la noche anterior, pero de ello, lo que sin duda estaba mas que grabado era el dulce aroma a chocolate.

- Disculpe que lo moleste tan temprano pero es necesario aclarar cierto mal entendido con respecto a los acontecimientos de anoche joven Ishida – dijo con frialdad Elle al entrar a la habitación, el pensar que Géminis le tuviera cierta simpatía al chico rubio le ponía de nervios, aun cuando no supiera a ciencia cierta ¿por qué?.

- Primero que nada debería tener la buena educación de tocar antes de entrar teniente – corto el ojiazul – pero ya que estamos en una situación algo delicada diéremos que por esta vez será una excepción,

- Me permito infórmale que estuve tocando la puerta por cerca de cinco minutos y dos mas en que me dedique a llamar su atención – se acerco a uno de los ramos de rosas que se esparcían por la habitación, tomando una que aun permanecía en botón – por lo que su comentario esta fuera de lugar, por otro lado me han enviado para verificar, los sucesos y sobre todo si usted presentara una demanda formal en contra de Géminis…

- Créame detective cuando le digo que eso esta muy lejos de suceder, Géminis no actuó deliberadamente contra mi, a decir verdad fui yo mismo quien no le deje alternativa – sonrió al final al recordar lo sucedido

- Entonces no tendrá inconveniente en relatarme lo ocurrido y que lo grabe para tomarlo como testimonio, ¿verdad? – tomo una de las escasas sillas, en realidad la única de la habitación, sacando de su saco una grabadora portátil, se acomodo junto al paciente en busca de que este comenzara

- La cuestión que usted plantea es algo por demás alejado de la veracidad, en primer lugar debo aclarar que no fui secuestrado, y en ningún momento me vi en peligro, una vez que la bengala detonara dejando ciegos a mis bien entrenados guardaespaldas… - suspiro, debía recodarse cambiar a esos inútiles – sentí la presencia de alguien detrás mió, de inmediato recordé algunas de mis propias investigaciones acerca del proceder del ladrón por lo que sin pensarlo dos veces abrí rápidamente la urna del diamante y lo introduje en mi chaqueta, esperando que Géminis no se diera cuenta – pensando por dentro, mas bien que me llevase por la necesidad de salir de ahí a toda prisa – pero es una persona bastante astuta y de inmediato noto las cosas, por lo que sin muchas alternativas me saco de la sala por el techo, con la esperanza de que al sentirme nervioso ante su presencia le entregara el diamante, al ver que no cedía y que las fuerzas militares ya estaban prestas a atraparle tuvo que guiarme asta otro lugar – claro yo no opuse resistencia, sonrió para sus adentros, mi plan esta saliendo según lo previsto – donde de nuevo intento disuadirme, al cabo de un rato en que estuvo seguro no cedería decidió que ya era suficiente….

- Géminis lo ataco…. – dijo sorprendido el teniente teniendo ganas de golpear al muchacho frente a el, por su culpa el ladrón mas hábil del mundo mancho su reputación

- No, claro que no – corrigió de inmediato – el se resigno y estaba listo para marcharse asegurándome que cualquier otro día podría llevarse el diamante, el solo sonrió y fue cuando cometí la tontería de intentar desenmascararle – y le desenmascaro de una manera que jamás el teniente entendería, detrás de aquella mascara había un chico de dulce sonrisa y cálidos sentimientos, con el cual no seria nada despreciable terminar de pasar el resto de su vida…, momento que diablos estaba pensando

- Entiendo, ya sin alternativa Géminis tuvo que defenderse, - conjeturo algo mas calmado, por el descubrimiento de que su ladrón favorito le había dicho la verdad, y presentar una disculpa por demás beneficiosa para el…

- Si, como vera fue culpa mía lo que sucedió… - termino sin dejar de pensar que de verdad el esperaba ansioso a que la noche llegara y así volver a tener entre sus brazos aquel chiquillo que parecía un ángel… si le preguntara por que lo sabia, el solo respondería que, un ser celestial seria el único con la capacidad de darle la felicidad y la excitación que estaba sintiendo en esos momentos, eso era estar vivo…

Una vez concluida la entrevista Elle se retiro satisfecho, no solo estaba exonerando el ladrón sino que tuvo la oportunidad de hablar con el, se sentía como un chico que al que le presentan y habla por primera vez con su amor platónico, el carácter de Géminis era exactamente tal y cual lo había imaginado, coqueto y cautivador, su voz era algo exquisito y amedrentador al mismo tiempo. Esa poción imponente, al mismo tiempo que su delicada figura le delataba frágil…




Edificio de la Policía Federal Japonesa del distrito de Tokio
Viernes, 11:20 hrs


Elle entro al edificio con un mas que mutismo evidente, las chicas no podían dejar de admíralo, su forma de ser tan seria, alguna que otra ya se había atrevido a preguntarle si tenia novia, pero él simplemente contestaba con evasivas. No podía simplemente decirle a las chicas que su obsesión desde hacia algún tiempo era el ladrón Géminis, y que por ello había removido cielo, mar y tierra en busca de que le dieran el permiso de concentrarse únicamente en el susodicho.

Entro a la que ahora era su oficina listo para mandar por correo la cinta, descargo el archivo en su computadora para que no se levantara el acta correspondiente y así manchar permanentemente el expediente de su, por llamarlo de algún modo, sueño platónico.

O esas eran sus intenciones hasta que la puerta dio paso a su superior, pero su semblante reflejaba que no estaba de buen humor o por lo menos no uno que fuera a contener demasiado tiempo la pregunta que parecía escrita en las facciones de Light, Elle solo respiro hondo para sostenerlo hasta que el comandante por fin comenzó a hablar.

- ¿Por qué no me lo dijiste? – su cara de disgusto paso a una de consternación y por ultimo de ¿tristeza? Elle no pareció reaccionar a la pregunta no sabia a que se refería por lo que se lo hizo saber de inmediato

- No comprendo a que se refiere comandadote – dijo con cara inocente, aun cuando comenzaba a deducir por donde iba la pregunta

- No te hagas el inocente con migo Lawliet - soltó a boca jarro sintiéndose absurdo por pensar que podía manejar la situación del teniente, es que acaso el mismo no había querido ver la verdad – mas vale que busques una buena excusa para esto – termino al momento en que soltaba todo un expediente en el que contenía, no solo su historial de Elle dentro del ejercito sino prácticamente cada uno de los trabajos realizados y por ultimo las firmas del secretario de defensa nacional en donde le autorizaba cualquier método para atrapar al cleptómano

- Pero esto es… - no supo que mas decir, de donde había sacado esa información por que era obvio que el comandante no tenia ni el poder ni la iniciativa para hace tremenda investigación



Isla de Okinawa, Japón


- Y bueno estoy esperando una explicación – dijo en total tono de reproche

- Yo… - agacho la cabeza no por el sino por ella, hasta ese momento había olvidado quien era, o quiso olvidarlo en brazos de aquel chico, aun recordaba su perfume, pero la verdad es que responderle en ese momento a Ciel Phantomhive era algo mas allá de sus posibilidades, había tenido trato con el cliente, y no termino el trabajo, dos faltas realmente graves – lo lamento, pero no pude llagar mas temprano, el cliente no se encontraba, y la regla es entregar personalmente el encargo – intento excusarse sin mucho éxito, por que su hermana lo conocía demasiado bien, mas no dijo nada en presencia de aquel joven, siempre podría preguntárselo después…

- Esta bien, pero para la próxima por favor comunícate con nosotros de inmediato cuando esto suceda – entendiendo que no le sacaría mas al chico se dispuso retirarse para poder dejarlos dormir lo que restaba de la noche.


En su habitación ambos chicos entraron en silencio, pero la menor estaba reticente a dejarle en paz hasta no saber exactamente que era lo que había pasado en esas ultimas horas, miro la cara de su hermano y en ella noto algo que jamás pensó, alegría mezclada con esperanza, acaso estaba enamorado, sacudió su cabeza de un lado a otro esperando que con eso fuese suficiente para disipar esas dudas tontas que asolaban su pensamiento, pero es que al mirarlo no podía…


- Hikari te sucede algo – pregunto el chico al verla con aquellos movimientos impropios de ella – sabes que puedes decirme las cosas, no importa que pase yo solo estoy para ti – termino abrazándola

- Tai yo quería decirte que… –pero no termino por que el abrazo le hizo pensar que todo estaba bien, por lo que solo soltó aquello que la tenia preocupada – hermano estas enamorado verdad…

El chico casi se cae de espaldas ante tal confesión, la fue soltando lentamente sin levantar la vista, que debía responder, no podía mentirle, ella lo conocía bien y se daría cuanta, no, era mejor decirle la verdad, aun que no supiera decir si el termino empleado por ella era el correcto, es decir, Ishida le hacia sentir algo muy extraño y agradable pero como saber si eso era amor…

- Hermano… - dijo tanteando el terreno – ¿que fue lo que sucedió esta noche…?

- Lo que sucedió… - eso si lo podía contestar o al menos con mayor sinceridad



Continuara……


Notas finales: pues aquí el tercer capitulo de esta historia... que no se si es o no interesante... de todas maneras muchas gracias a quienes me andejado algun comentario de verdad que es para ustedes que yo escribo....

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